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  • Las bebidas alcohólicas... ¿cómo debe verlas el cristiano?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1987
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1987
w87 1/8 págs. 4-6

Las bebidas alcohólicas... ¿cómo debe verlas el cristiano?

“¿QUIÉN tiene el ¡ay!? ¿Quién tiene desasosiego? ¿Quién tiene contiendas? ¿Quién tiene preocupación? ¿Quién tiene heridas sin causa? ¿Quién tiene deslustre de ojos? Los que se quedan largo tiempo con el vino.” (Proverbios 23:29, 30.) Sí, la Biblia reconoce que las bebidas alcohólicas pueden tener efectos malsanos: alucinaciones, conducta vergonzosa, comportamiento sicopático, desórdenes de la salud, problemas familiares y hasta pobreza.

Note que el texto bíblico que acabamos de citar habla de los que “se quedan largo tiempo” con el vino, ¡los que tienen el hábito de emborracharse! Para esas personas el alcohol es como un veneno que suele causar malos efectos físicos y mentales. (Proverbios 23:32-35.) Los que beben mucho pueden perder el dominio de sí mismos e implicarse en comportamiento del cual normalmente se avergonzarían. Por eso la Biblia advierte: “No llegues a estar entre los que beben vino en exceso, entre los que son comedores glotones de carne. Porque el borracho y el glotón vendrán a parar en la pobreza, y el adormecimiento vestirá a uno de meros andrajos”. (Proverbios 23:20, 21.) La borrachera está también entre “las obras de la carne”, que pueden impedirle a uno la entrada en el Reino de Dios. (Gálatas 5:19, 21; 1 Corintios 6:10.)

“No es sabio”... ¿para quiénes?

¿Significa esto que al cristiano le está absolutamente prohibido el consumo de bebidas alcohólicas? ¿Qué hay de la alegación del clérigo mencionado en el artículo anterior, supuestamente basada en Proverbios 20:1, de que “los sabios jamás beben vino”? La Versión Moderna vierte así este versículo: “El vino es mofador, el licor embriagante es turbulento, y cualquiera que con ello se deja extraviar no es sabio”. De nuevo, ¡la Biblia no condena a los que beben vino, sino, más bien, a los que se dejan extraviar por él! “Los que se quedan largo tiempo con el vino” y “los que beben vino en exceso”... esos son los que ‘no son sabios’.

Considere, también, el texto de Isaías 5:11, 22. Estos versículos dicen: “¡Ay de los que están levantándose muy de mañana para buscar solo licor embriagante, que van quedándose hasta tarde en la oscuridad nocturna, de modo que el vino mismo los inflama! ¡Ay de los que son poderosos en beber vino, y de los hombres con energía vital para mezclar licor embriagante[!]”. ¿Qué condena Isaías? ¿No es el beber con exceso, es decir, beber desde “muy de mañana” hasta “tarde en la oscuridad nocturna”?

El informe bíblico muestra que siervos fieles de Dios —como Abrahán, Isaac y Jesús— bebían vino, moderadamente. (Génesis 14:18; 27:25; Lucas 7:34.) La Biblia también menciona el vino entre las bendiciones que vienen de Jehová. (Génesis 27:37; Deuteronomio 11:14; Isaías 25:6-8.) La Biblia hasta indica que el consumo moderado del vino puede tener efectos provechosos. El vino “regocija el corazón del hombre mortal”, dice el salmista. (Salmo 104:15.) El apóstol Pablo recomendó lo siguiente a Timoteo: “Ya no bebas agua [contaminada], sino usa un poco de vino a causa de tu estómago y de tus frecuentes casos de enfermedad”. (1 Timoteo 5:23.)

¿Vino, o jugo de uva?

Algunos afirman que el “vino” mencionado en estos textos bíblicos era jugo de uva ordinario. Sin embargo, el Diccionario Ilustrado de la Biblia, de Wilton M. Nelson, nos recuerda que “el consenso hoy es que toda referencia al v. [vino] en la Biblia indica una bebida fermentada, y cuando se menciona el simple jugo de uva, nunca se usa la palabra v. [vino]”. En consecuencia con esto, la Biblia muestra que “el vino” es embriagante, y lo asocia con “bebida alcohólica”. (Génesis 9:21; Lucas 1:15; Deuteronomio 14:26; Proverbios 31:4, 6.)

Es interesante que el primer milagro de Jesús fuera convertir agua en vino. El relato bíblico dice: “Pues bien, cuando el director del banquete probó el [...] vino, pero no sabía de dónde venía, [...] llamó al novio y le dijo: ‘Todo otro hombre pone primero el vino excelente, y cuando la gente está embriagada, el inferior. Tú has reservado el vino excelente hasta ahora’”. (Juan 2:9, 10.) Sí, “el vino excelente” que Jesús produjo era verdadero vino.

De hecho, los líderes religiosos de los días de Jesús que se tenían a sí mismos por justos lo criticaban porque él a veces bebía vino. Dijo Jesús: “Juan el Bautista ha venido sin comer pan ni beber vino, pero ustedes dicen: ‘Tiene demonio’. El Hijo del hombre ha venido comiendo y bebiendo, pero ustedes dicen: ‘¡Miren! ¡Un hombre glotón y dado a beber vino [...]!’”. (Lucas 7:33, 34.) ¿Qué contraste hubiera habido entre el que Jesús bebiera y Juan no bebiera si Jesús simplemente hubiera estado bebiendo jugo de uva no alcohólico? Recuerde, de Juan se dijo que él no había de “beber en absoluto vino ni bebida alcohólica alguna”. (Lucas 1:15.)

Es obvio que Jesús no condenó el consumo de bebidas alcohólicas con moderación. En sus días el beber vino era parte de la celebración pascuala. Y en la Cena del Señor, que reemplazó a la Pascua, siguió usándose vino verdadero.

Se requiere buen juicio

Como se ve, la Biblia no prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas. En la mayoría de los casos el consumir o no una bebida de ese tipo es asunto de decisión personal. Sin embargo, la Biblia condena vigorosamente la borrachera, junto con la glotonería: “No llegues a estar entre los que beben vino en exceso, entre los que son comedores glotones de carne. Porque el borracho y el glotón vendrán a parar en la pobreza”. (Proverbios 23:20, 21.) Por lo tanto, debemos desplegar moderación y autodominio. “No anden emborrachándose con vino, en lo cual hay disolución, sino sigan llenándose de espíritu.” Recuerde, el autodominio o gobierno de uno mismo está entre los frutos del espíritu de Dios. (Efesios 5:18; Gálatas 5:19-23.)

En realidad, ni siquiera hay que emborracharse para meterse en problemas con el alcohol. Un folleto publicado por el Instituto Nacional sobre el Abuso de las Drogas (E.U.A.) nos recuerda esto: “Cuando se consume una bebida alcohólica, el alcohol absorbido por el sistema digestivo pasa a la corriente sanguínea y llega rápidamente al cerebro. Comienza a retrasar el funcionamiento de las partes del cerebro que controlan el pensamiento y la emoción. La persona se siente menos restringida, más libre”. Este sentimiento de ‘menos restricción’ puede exponer a uno a peligros morales.

Surge otro peligro con relación a conducir un vehículo. Se calcula que tan solo en los Estados Unidos mueren 25.000 personas al año en accidentes causados por conductores embriagados. Es obvio que muchas personas no tienen idea clara del tremendo efecto del alcohol en sus reflejos. Pero para los cristianos la vida es un don de Jehová. (Salmo 36:9.) ¿Sería consecuente con este punto de vista el que alguien arriesgara su propia vida —y la de otros— conduciendo mientras el alcohol retarda sus reflejos? Por eso, muchos cristianos han decidido abstenerse por completo del alcohol al conducir un vehículo.

Además, el cristiano se preocupa por el efecto que pueda tener en otras personas su consumo de bebidas alcohólicas. Sin duda, por eso se da a superintendentes, siervos ministeriales y mujeres mayores cristianos la exhortación de ‘que no se den a mucho vino’. (1 Timoteo 3:2, 3, 8; Tito 2:2, 3.) Aunque alguien aparentemente pueda beber mucho sin embriagarse, se preocupa por ser moderado en su consumo de alcohol para no ser mala influencia en otros; tampoco trata de obligar a consumir bebidas alcohólicas a otra persona que no desea hacer eso. La Biblia dice, también: “Es bueno no comer carne, ni beber vino, ni hacer cosa alguna por la cual tu hermano tropiece”. (Romanos 14:21.)

Puede que algunas circunstancias hasta exijan abstenerse de bebidas que contengan alcohol. Considere la preñez. El periódico International Herald Tribune (edición de París) mencionó un estudio que se efectuó en la Universidad de Carolina del Norte (E.U.A.) e informó que “un solo episodio de gran consumo de bebidas alcohólicas al principio del embarazo pudiera resultar en grave daño físico y mental para la criatura en desarrollo”. Las mujeres deben pensar seriamente en estos riesgos posibles del beber durante el embarazo.

Para las personas que tienen una historia de borracheras o la tendencia a la falta de moderación puede que sea conveniente también que se abstengan por completo del alcoholb. Probablemente sería lo mejor, además, evitar el consumo de bebidas alcohólicas en la presencia de un alcohólico, o de alguien que, por conciencia, se niegue a beber. Y sería impropio el consumo de tales bebidas antes de las reuniones cristianas o mientras se participa en la predicación pública. Los levitas de la antigüedad dieron el ejemplo en esto al abstenerse de beber mientras servían en el templo. (Levítico 10:8-10.)

Finalmente, hay que respetar las leyes del país. En algunos países se prohíben por completo las bebidas alcohólicas. En otros, el alcohol se limita por ley a adultos que han pasado de cierta edad. El cristiano obedece estas normas de “las autoridades superiores”. (Romanos 13:1.)

Por supuesto, el que usted consuma o no bebidas alcohólicas, y la cantidad que beba, son decisiones personales. Dios es glorificado cuando usamos discernimiento y de buena gana escogemos el proceder de la moderación. Por eso, siga este sabio proceder para que, “sea que estén comiendo, o bebiendo, o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para la gloria de Dios”. (1 Corintios 10:31.)

[Notas a pie de página]

a En Palestina la cosecha de las uvas se efectuaba hacia fines del verano. Sin embargo, la Pascua judía y la Cena del Señor tuvieron lugar en la primavera: seis meses después. Puesto que no había medios de impedir la fermentación, naturalmente el jugo de uva se fermentaría.

b Los médicos recomiendan que la persona con diagnóstico de alcohólica se abstenga por completo del alcohol. Vea ¡Despertad! del 22 de noviembre de 1982.

[Fotografía en la página 6]

Por consideración a la conciencia de otra persona, puede que el cristiano decida abstenerse de las bebidas alcohólicas

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