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  • “Siega” en Venezuela
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1992
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Los proclamadores del Reino informan

“Siega” en Venezuela

En cierta ocasión Jesús asemejó la obra de predicar a la mies anual. (Mateo 9:36-38.) El Amo de la mies es Jehová Dios, y la siega es verdaderamente grande por todo el globo terráqueo. Esto incluye territorio venezolano donde rara vez se predica.

La sucursal de la Sociedad Watch Tower en Venezuela informa lo que sucedió cuando un grupo de Testigos predicaron en el territorio de Sabana Grande, estado de Guárico. Las Testigos cuentan: “La casa donde nos alojaríamos era un buen lugar para reuniones, así que de inmediato empezamos a invitar a la gente a las reuniones que celebraríamos allí. La gente no había oído de los testigos de Jehová. Aunque había cuatro grupos evangélicos en el pueblo, aquellas personas anhelaban conocer mejor la Biblia.

”Predicamos tres horas por la mañana y tres por la tarde, yendo de casa en casa e invitando a la gente a una reunión que tendríamos la noche siguiente. No teníamos sillas, de modo que les pedimos que trajeran las suyas. Cuando se acercó la hora para el comienzo de la reunión, la gente empezó a llegar, y cada persona trajo su silla. Cuando la reunión terminó, les dijimos que queríamos anotar los nombres de los que desearan tener un estudio bíblico gratuito en su hogar. Los 29 concurrentes quisieron que pusiéramos sus nombres en la lista.

”Mientras cerrábamos la puerta cuando hubo salido el último visitante, notamos que había tres hombres de pie cerca de la esquina. Como a las nueve de la noche nos disponíamos a cenar cuando aquellos hombres tocaron a la puerta. Nos hicieron preguntas como: ‘¿De qué están predicando en este pueblo? ¿Por qué tuvieron una reunión aquí esta noche?’.

”Les preguntamos si habíamos violado alguna ley. Nos contestaron que no, y dijeron que eran los pastores de tres iglesias evangélicas del pueblo. Les molestaba que sus iglesias hubieran quedado vacías aquella noche. Los invitamos a entrar y les explicamos nuestra obra. También les dimos alguna literatura y les pedimos que volvieran el jueves siguiente.

”El jueves siguiente los pastores regresaron con otras 22 personas que querían oír lo que íbamos a decir. Los pastores creían que, porque éramos mujeres, no estaríamos a la altura de ellos en una consideración de asuntos bíblicos. No obstante, nos pareció que la reunión fue un éxito. Al final explicamos que estábamos haciendo una lista de los que querían conocer mejor la Biblia. Varios compañeros de los pastores quisieron que pusiéramos sus nombres en la lista, ¡y algunos hasta dijeron que querían salir a predicar con nosotras!

”Les explicamos que necesitarían más conocimiento bíblico y adiestramiento antes de que nos pudieran acompañar. Todos los días venían algunos a la casa para que les explicáramos algo de la Biblia. A veces, cuando habíamos hablado hasta bien entrada la noche, teníamos que pedirles que volvieran a sus hogares. Cuando finalmente tuvimos que partir del territorio, se entristecieron mucho y nos dijeron que nos acompañarían en la obra de predicar cuando regresáramos. Prometieron que para entonces habrían progresado al grado necesario”.

Cuando las Testigos partieron del territorio, 40 personas querían estudiar la Biblia. Los nombres de aquellas personas se pasaron a la congregación más cercana, que está como a 50 kilómetros (30 millas) de distancia. Posteriormente algunos Testigos de otra ciudad se han mudado a ese pueblo, y se ha formado un grupo de celosos predicadores de las buenas nuevas.

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