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  • Exitosa campaña de predicación en Grecia
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1996
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  • La reacción de los fiscales
  • La reacción de los bibliotecarios
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1996
w96 15/4 págs. 8-10

Exitosa campaña de predicación en Grecia

LOS testigos de Jehová de Grecia han afrontado oposición durante mucho tiempo. A menudo, el clero ortodoxo griego ha presionado a policías y funcionarios judiciales y del gobierno para que persigan a los Testigos. A fin de justificar su proceder, a veces los han acusado de violar la ley griega contra el proselitismo, y en otras ocasiones la excusa ha sido su postura bíblica de rehusar ir a la guerra o rechazar transfusiones de sangre. (Isaías 2:2-5; Hechos 15:28, 29.)

Hace poco, unos doscientos Testigos a quienes el gobierno griego reconoce como ministros religiosos, junto con algunos Testigos abogados, participaron en una campaña por todo el país con el propósito de ayudar a las autoridades griegas de corazón sincero a entender mejor su postura. Ofrecieron un folleto especial titulado Jehovah’s Witnesses in Greece (Los testigos de Jehová de Grecia) y el libro Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios. También suministraron una carpeta de documentos que demuestran que no existe ningún fundamento legal que justifique la persecución de los testigos de Jehová. Los Testigos visitaron a jefes de la policía, alcaldes, fiscales y otros funcionarios.

¿Cuál fue la reacción de las autoridades? Centenares de buenas experiencias. He aquí algunas de ellas.

Un comisario de la región occidental de Macedonia dio la bienvenida a los hermanos y dijo: “He conocido a los Testigos durante mucho tiempo, [...] y admiro su orden. [...] No estoy de acuerdo con la ley contra el proselitismo, y si de mí dependiera, la aboliría”.

En muchas ciudades, los comisarios hicieron comentarios como los siguientes: “Los encomio por el servicio social que prestan”. “Ustedes nunca causan dificultades a la policía; efectúan una obra social.” “No tenemos problemas con ustedes. Los respetamos y apreciamos.”

Un alto funcionario de la policía de seguridad de El Pireo dijo a los hermanos, con lágrimas en los ojos, que sabe que debe orar llamando a Jehová Dios por su nombre, y mediante Jesucristo. Sorprendió aún más a los Testigos cuando les dijo que sabía que ellos esperaban ser perseguidos antes de Armagedón, y que deseaba que Dios lo utilizara para ayudarlos cuando eso ocurriera. Los hermanos le preguntaron si podían regresar para seguir conversando, y él asintió.

La reacción de los funcionarios gubernamentales

Un alcalde de Tesalia dijo con respecto al libro Proclamadores: “Merece un lugar en la biblioteca municipal: ¡el primer lugar!”. Inmediatamente quitó algunos libros de un estante y colocó allí el libro Proclamadores de modo que se viera la portada.

En el norte de Grecia, cierto alcalde saludó afectuosamente a los hermanos y dijo: “Ustedes son las mejores personas que pudiera desear para mi municipio”. Un bondadoso alcalde del norte de Eubea expresó a los hermanos: “Soy ex oficial del ejército. Pero siento gran admiración por ustedes”. Concordó con entusiasmo con las explicaciones que dieron los Testigos. Cuando le mostraron diversos libros editados por la Sociedad Watch Tower, preguntó: “¿Me los dejan si prometo leerlos todos?”. Respondieron: “¡Claro que sí, son suyos!”. Estaba tan contento que no quería que los hermanos se fueran.

En las afueras del Ática, un alcalde aceptó con gusto la información impresa que le ofrecieron los hermanos y les pidió que le siguieran llevando publicaciones de la Sociedad. Cuando se despidieron, les dijo: “La gente está muy desilusionada con los políticos y busca la verdad en otros lugares. Estoy seguro de que de ahora en adelante van a estar muy ocupados, porque ustedes tienen la verdad”.

La reacción de los fiscales

Los hermanos que visitaron a un ayudante del fiscal en el norte de Grecia recuerdan: “Le impresionaron nuestras publicaciones y la presentación que hicimos, así como nuestros esfuerzos por cerciorarnos de que nuestros hermanos no estén indefensos en caso de que tengan que afrontar la seria cuestión de las transfusiones de sangre. Al final nos dio las gracias y nos encomió amablemente por haber tomado la iniciativa de visitarlo para darle esta información. Más tarde nos enteramos de que cuatro años antes, había llamado a la policía y había ordenado que arrestaran a dos hermanos que participaban en el servicio del campo”.

Dos abogados Testigos que visitaron la oficina del fiscal de Atenas se sorprendieron cuando un famoso y respetado fiscal de edad se acercó a ellos. Los llevó aparte y les dijo que la ley contra el proselitismo es infundada y causa confusión en el sistema judicial de Grecia. Les dio las gracias con un afectuoso apretón de manos.

En la zona septentrional de Grecia, cierto fiscal fue muy amigable y aceptó las publicaciones. Al hojear el libro Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas, se quedó asombrado con los diferentes capítulos del índice. Comentó: “No he visto en toda la Ortodoxia los temas que este libro abarca”.

Un fiscal de Beocia admitió que en el pasado había emitido órdenes para que se administraran transfusiones de sangre a los Testigos contra su voluntad. Pero después que los hermanos razonaron con él, dijo: “Jamás volveré a emitir otra orden de esa clase”. El fiscal determinó que se consultara al Comité de Enlace con los Hospitales, que representa a los testigos de Jehová, para examinar todos los sustitutivos de la sangre. Aceptó con gusto el libro Lo que los jóvenes preguntan.

La reacción de los bibliotecarios

También se presentó esta información a muchos bibliotecarios. En una biblioteca de Atenas, un bibliotecario cortés aceptó las publicaciones y comentó: “Muchas gracias por traernos sus libros, pues la mayoría de los que tenemos en la biblioteca son contrarios a ustedes. [...] Un sacerdote se enojó mucho cuando vio sus libros aquí. [...] Pero no importa. Todas las opiniones deben escucharse”.

Un funcionario de una biblioteca municipal de Creta que había conocido a los testigos de Jehová en un campo militar, dijo a los hermanos que le había impresionado la negativa de los Testigos a participar en la guerra. Se preguntaba continuamente: ‘¿Por qué deberían sufrir estas personas?’. Aceptó las publicaciones de los hermanos y dijo con respecto a su campaña: “Han hecho una obra excelente; debieron haberla efectuado hace muchos años. [...] En Grecia abunda el prejuicio”. Pidió a los hermanos que lo volvieran a visitar pronto.

Durante esta campaña especial, los hermanos distribuyeron más de mil libros Proclamadores y mil seiscientos folletos Jehovah’s Witnesses in Greece (Los testigos de Jehová de Grecia), así como cientos de otros libros y revistas. Mejor aún, hablaron personalmente con centenares de funcionarios griegos. Ahora los siervos fieles de Jehová de Grecia y de todo el mundo esperan que las autoridades de corazón sincero de ese país adopten una postura más imparcial con respecto a los testigos de Jehová.

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