¡Hablen denodadamente!
1 Era solo una niñita, ¡pero habló tan denodadamente! ¿No se conmovieron nuestros corazones con la niñita israelita en el drama del año pasado cuya fe en Jehová hizo que hablara animosamente a su imponente amo Naamán? Con tacto, con bondad, pero con convicción ella le habló a él acerca de los poderes de Jehová y de su habilidad para salvar a los que ponen su confianza en él. Para ella Jehová era el único Dios, y ella sabía que todo el mundo debía ir a él.—2 Rey. 5:1-4.
2 Como pueblo dedicado de Jehová, ¿nos sentimos del mismo modo que ella? ¿Hablaremos denodadamente acerca de Él también? ¿Daremos a conocer Su nombre a nuestros amigos, parientes y los que viven en la comunidad a nuestro alrededor? Este ciertamente es el tiempo de hablar denodadamente, el tiempo de dejarle saber a la gente que están viviendo en los días finales del sistema de cosas. Sus vidas están en peligro y nos gustaría verlos escapar de la destrucción.—2 Ped. 3:9.
3 Aunque quizás el mundo se nos oponga, podemos meditar en el punto de vista de los apóstoles Pedro y Juan y decir como ellos: “No podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído.”—Hech. 4:20.
4 Tenemos una tremenda ayuda en la revista ¡Despertad! Como un instrumento de la verdad habla denodadamente acerca de las cuestiones del día. Cuando lea esto sin duda usted ya habrá usado el número del 8 de octubre, que muestra francamente que un mundo libre del crimen vendrá solo de Jehová por medio de su arreglo del reino.
5 Creemos que usted concordará en que no es difícil colocar ¡Despertad! Por supuesto, mientras más sabemos acerca de un asunto más fácil es hablar acerca de él con confianza; de modo que es bueno familiarizarse con el contenido de ¡Despertad! y entonces, con puntos específicos de interés en mente, ir al servicio del campo y presentar la oferta de la suscripción. La suscripción por un año no es costosa, solamente $1,50 por 24 ejemplares, y con cada nueva suscripción por un año estamos dando gratis tres folletos pequeños. Solo piense, el costo de la suscripción es menos de lo que muchas personas pagan por una comida y sin embargo los suscriptores están recibiendo un surtido anual de información espiritual.
6 ¿Cuándo es el tiempo de hablar a otros acerca de estas cosas? Prácticamente cualquier tiempo. Si es un asunto de actividad organizada en el servicio del campo, entonces parece que los fines de semana son el mejor tiempo para aquellos que efectúan trabajo seglar durante la semana. ¿Sería posible dedicar más tiempo en el servicio del campo durante el sábado o el domingo? ¿Por qué no examina su programa y ve si puede hallar más tiempo para usarlo en la obra de casa en casa, o en algún otro rasgo del ministerio del campo?
7 ¿Es necesario para usted como ama de casa estar la mayor parte del tiempo en casa debido a los niños u otras responsabilidades? Si es así, es posible que pueda hallar ocasiones durante la semana para salir al servicio del campo, a fin de ofrecer las suscripciones. Aun si usted está en casa es posible que pueda predicar las buenas nuevas y aceptar suscripciones. Cierto, requiere ánimo hablar con los comerciantes en la puerta, pero la conversación puede incluir las condiciones mundiales y ahí está su oportunidad para ofrecer la suscripción a ¡Despertad! O, quizás halle, como lo han hecho algunos publicadores, que usted puede llamar por teléfono a las personas que no ha podido hallar en casa en otras ocasiones. Esté determinado a hablar, ponga su confianza en Jehová y deje que otros sepan lo que usted cree.
8 ¿Ha probado usted el ir de tienda en tienda o el participar en la obra de las calles recientemente? En esto se necesita denuedo. A medida que la gente camina por la calle o se detiene para esperar un autobús, usted puede comenzar una breve conversación, ofreciéndoles las revistas. En varias ciudades se ha observado que los publicadores que trabajan juntos pierden muchas oportunidades de presentar las revistas debido a conversar el uno con el otro o a meramente pararse con las revistas sin hablar. Por otra parte, sabemos de una hermana anciana que colocó muchas revistas y suscripciones en la calle. Cuando se le preguntó cómo lo hizo, ella dijo que cuando la gente preguntaba el costo, ella decía: “Es solo $1,50 por un año.” Entonces si no aceptaban la suscripción ofrecía los números sueltos. Quizás usted pueda poner este método a prueba.
9 Al ser francos y determinados en nuestros esfuerzos de predicar las buenas nuevas a otros, todavía podemos ser bondadosos, tener tacto, y ser agradables. Deseamos llegar al corazón de las personas con quienes hablamos. Tenemos el mensaje más maravilloso que entregar y siempre debemos hablar con convicción, reconociendo que nuestra fuente de fortaleza es Jehová. Entonces, como los apóstoles, oremos que Jehová nos conceda que ‘sigamos hablando . . . con todo denuedo.’—Hech. 4:29.
Apreciando el don de la obra del Reino.