Presentando las buenas nuevas... con un llamado afectuoso desde el corazón
1 Cuando dos personas hablan sin rodeos, honrada, sincera y francamente, decimos que están hablando “de corazón.” Cuando cada uno está convencido de la sinceridad del otro, hay un intercambio sano. (Rom. 1:12) Hay buena comunicación y mejores relaciones debido a que el corazón responde al llamado afectuoso que es genuino. Se llega a las emociones internas, influyendo favorablemente en las ideas y acciones. El compartir las buenas nuevas con un llamado afectuoso de esa índole es una meta ideal.
2 El llegar al corazón de otra persona depende a buen grado de lo que uno tiene en su propio corazón. Pregúntese: ¿Es amoroso mi motivo? ¿Tengo un interés altruista en otros? Cuando visito un hogar, ¿estoy allí porque deseo estarlo, o solo porque creo que es mi deber? (1 Cor. 9:16) ¿Siento el deseo de ayudar a la gente? ¿Tengo una actitud de gozo? Otras personas pueden detectar nuestros motivos rápidamente, y esto tiene un profundo efecto en su respuesta a lo que nosotros decimos.
3 Su modo de abordar también es importante. Es un reflejo de sus sentimientos. La opinión que un amo de casa tenga de las buenas nuevas pudiera depender en su mayor parte de la impresión que él se forme de usted como un individuo. ¿Qué clase de persona muestra ser usted por su manera de ser?
4 Una sonrisa afectuosa sugiere que uno es un amigo agradable, mientras que una mirada severa causa recelo. Una actitud confiada se respeta, pero el ser demasiado confiados, demasiado dominantes, repele. El oído oye un tono del tipo comercial pero es más probable que escuche al tono que es afectuoso, atractivo. Una persona habla más espontáneamente en una conversación informal que en una consideración formal.
5 Los buenos modales lo identifican a uno como una persona considerada, sensitiva. El que uno respete los sentimientos de otras personas se aprecia en todas partes. Si su toque despierta a una persona que duerme durante el día, una disculpa sincera pudiera resultar en una acogida bondadosa. Alguien a quien su visita realmente haya importunado recibirá una mejor impresión de las buenas nuevas si usted sugiere con buen tacto que lo volverá a visitar más tarde.
6 El escoger con discernimiento el tema de su presentación también puede hacer más afectuoso su llamado. Con tantas malas noticias, todo el mundo anhela oír buenas noticias. Un aspecto importante de nuestra comisión es el esparcir las buenas nuevas de esperanza. Quizás usted desee tratar una presentación jovial que haga sobresalir la maravillosa perspectiva de vida sin fin y paz.
7 Por supuesto, muchas personas han permitido que las malas influencias endurezcan su corazón hasta el grado en que la Palabra de Dios no puede echar raíces. (Luc. 8:5, 12) Nunca dejemos que esto nos desanime. Más bien, seamos como el “hombre bueno” que Jesús describió, quien “del buen tesoro de su corazón produce lo bueno.” (Luc. 6:45) Nuestros esfuerzos por hacer eso en la obra de hacer discípulos serán recompensados por el buen efecto que las buenas nuevas tendrán en muchas personas de corazón característico de oveja.
¿Conoce usted a todos en su congregación?