Queremos ayudar a la gente
1 Jehová Dios ha demostrado inequívocamente su deseo de ayudar a la gente, pues dio el tesoro más preciado de su corazón, su Hijo unigénito, a favor de la humanidad. (Juan 3:16) Durante el ministerio terrestre de Jesús, que incluyó su muerte en sacrificio, él exhibió el mismo deseo sincero de ayudar a la gente. (Mat. 8:3; 20:28) Queremos imitar el ejemplo de ellos ayudando a la gente, y esto es especialmente urgente porque estamos muy dentro del tiempo del fin. No basta con suministrar literatura bíblica a la gente; en realidad necesitan ayuda personal para conocer y entender los propósitos de Dios, y podemos darles esa ayuda por medio de un estudio bíblico de casa.—Juan 17:3.
2 ¿Cuánto tiempo debemos dedicar en el servicio del campo para ayudar a la gente? Puesto que nuestras circunstancias varían grandemente, la congregación no fija cuotas o metas para el servicio del campo. Sin embargo, individualmente, quizás nos sea provechoso fijarnos metas que tomen en cuenta nuestras circunstancias. Por supuesto, Jehová requiere que rindamos servicio de toda alma. (Mat. 22:37) Algunos quizás solo puedan dedicar unas cuantas horas a la semana, mientras otros quizás puedan dedicar tiempo varios días cada semana a proclamar las buenas nuevas. Sus circunstancias quizás le permitan hacer esfuerzos por llegar a ser un precursor temporero o emprender el servicio de precursor regular. De modo que, algunos pueden hacer mucho más que otros debido a disfrutar de mejor salud física, vigor y mayor libertad en la vida.—Mar. 4:20.
3 Puede que a algunos de nosotros nos parezca que el predicar de casa en casa y conducir estudios con la gente en sus hogares es algo a lo cual no estamos inclinados naturalmente. Sin embargo, el amor a Jehová y a la gente, nos permite vencer este sentimiento y hallar gozo en el servicio del campo. Y cuando nos damos cuenta de que estamos ayudando a la gente que vive en la sombra de la muerte, pronto olvidamos nuestro interés en nosotros mismos. (Mat. 16:24; 11:28-30) Jehová recompensa abundantemente a los que dan de sí mismos altruistamente.—Mal. 3:10.
¿QUÉ MÁS PODEMOS HACER?
4 El deseo de llevar el mensaje a la gente y ayudarla ha impulsado a algunos publicadores a ajustar su programa para el servicio del campo. En ciertas zonas han informado que el sábado ha resultado ser un tiempo muy oportuno para hacer la oferta regular y comenzar estudios bíblicos en vez de solamente ofrecer revistas.
5 ¿Y qué hay en cuanto a comunicarse con los que no están en casa cuando se les visita durante el día? Puesto que nuestro deseo es ser tan cuidadosos y cabales como nos sea posible y hacer disponible nuestra ayuda a todos en el territorio, ¿por qué no tratar de visitar por la tarde, o temprano en la noche, esforzándonos por llevar el mensaje y ayudar a los que no están en casa durante el día? Puede que por razones de seguridad dos de ustedes deseen trabajar juntos durante la tarde o temprano en la noche.
6 Se puede ayudar a la gente usando la Biblia directamente. ¿Por qué? Esto le da al público una expresión más exacta de nuestra obra. Un hermano escribió a la Sociedad, declarando: “Después que se dio estímulo para usar más la Biblia, me fue muy fácil trabajar con la Biblia en la mano y, después de un saludo e introducción considerando los problemas de la localidad, abrir la Biblia a un texto y considerarlo con el amo de casa. ¡Qué sorprendido quedé cuando casi toda persona a la cual le hablé prestó atención, y algunos hasta tomaron literatura! Anteriormente había tenido poca acogida en ese territorio; lo que parece que abrió el corazón de ellos al mensaje de la verdad fue la Biblia abierta.” Sí, el abrir la Palabra de Dios y leer de ella puede captar y retener la atención de algunos amos de casa, haciéndolos responder como ovejas.
7 Además del servicio del campo, nos ponemos en comunicación con la gente de otras maneras. Por medio de mostrar buen tacto e interés amigable en las personas, podemos aprovecharnos de estas oportunidades, para ayudar a la gente a apreciar la Palabra de verdad de Dios y su mensaje de salvación. El que cada día despleguemos excelente conducta cristiana también ayuda a la gente, pues les recomienda la verdad por la cual vivimos. Por medio de ofrecer el libro Verdadera paz y seguridad y comenzar estudios bíblicos siempre que sea posible durante el mes de agosto, llamamos la atención al maravilloso amor que Jehová Dios y Jesucristo tienen por la humanidad y logramos nuestro deseo sincero de ayudar a la gente.—2 Cor. 5:20.