¿Es usted el único miembro de su familia en la verdad?
1 ¡Qué bendición es ver que familias completas sirven a Jehová en unidad! Sin embargo, no todas las personas están en esa feliz situación. Muchos de nuestros hermanos y hermanas son los únicos de su familia que sirven a Jehová. Ciertamente hay que encomiarlos por el excelente ejemplo de fidelidad y perseverancia que muestran.—2 Tes. 1:4.
PADRES
2 ¿Tienen en su congregación hermanas con hijos, y cuyos esposos no están en la verdad o que hasta se oponen a ésta? Una madre escribió: “Tengo que ser el sostén de la familia... tengo que hacer compras, hacer limpieza, cocinar, coser y escuchar los problemas de mis hijos,” además de llevar a toda la familia a las reuniones y al servicio del campo. Sí, las hermanas que ponen un excelente ejemplo como ése ciertamente merecen nuestro encomio y nuestra ayuda.
3 ¿Qué podemos hacer para ayudar? Algunos publicadores jóvenes han hecho amistad especialmente con los hijos que viven en hogares divididos, para proveerles buen compañerismo. Publicadores experimentados han ayudado al conducir estudios bíblicos con los niños y ayudarles a salir al servicio del campo con regularidad. Cierta familia se ofreció para ayudar a una hermana cuyo esposo no estaba en la verdad. La familia dijo: “Cuando ella necesitaba ayuda, la ayuda siempre estaba disponible.” Más tarde, esta familia bondadosamente incluyó al esposo de la hermana en algunas actividades sociales teocráticas. Con el tiempo el esposo concordó en tener un estudio bíblico y llegó a ser un publicador dedicado y bautizado.
PUBLICADORES JÓVENES
4 Muchos de nuestros publicadores que son adolescentes, o aun más jóvenes, son los únicos miembros de sus familias que están en la verdad. A pesar de la tradición familiar estricta y de la intensa presión para que fuera a la universidad, un hermano oriental joven se mantuvo firme en su decisión de ser precursor. Por su excelente ejemplo, su hermana menor también aceptó la verdad, y actualmente ambos disfrutan del servicio de precursor regular. ¡Qué bendición es tener entre nosotros a jóvenes celosos como éstos!
5 A menudo los publicadores jóvenes cuyos padres no están en la verdad necesitan ayuda y guía, tanto en sentido espiritual como físico. Muchas personas mayores han suministrado bondadosa ayuda por medio de interesarse personalmente en estos jóvenes y, por decirlo así, han llegado a ser padres y madres espirituales para ellos. Una familia escribió lo siguiente acerca de una joven que estudiaba la Biblia: “Se le animaba a orar, usar los principios bíblicos en su vida y ser más respetuosa y paciente con sus padres.” Esta familia la ayudó a asistir a una asamblea internacional y actualmente está progresando hacia el bautismo.
PERSONAS DE EDAD AVANZADA O IMPEDIDAS
6 La congregación aprecia mucho a los que son de edad avanzada o impedidos, aunque quizás estén limitados en su actividad de predicar. Si usted es uno de éstos, queremos asegurarle que su determinación y servicio leal fortalecen nuestra fe.—Pro. 16:31.
7 Muchas personas de edad avanzada o impedidas han usado su juventud y vigor en el servicio de Jehová, y quizás ahora estén solas. Ciertamente no queremos olvidarnos de ellas ahora. Puede que aprecien grandemente el que pasemos algún tiempo con ellas. También, podemos ayudarlas a hacer las compras y quehaceres domésticos o a asistir a las reuniones y salir al servicio del campo. Una familia ayudó a una viuda de edad avanzada cuyo único hijo había muerto. Mientras la consolaban, también la ayudaron personalmente a atender asuntos legales. En el caso de otra hermana que vivía sola, esta misma familia ayudó a esta hermana por medio de proveerle transportación del hospital al hogar, justamente cuando ella necesitaba tal ayuda; además la familia decidió visitarla con regularidad.
8 Si usted es el único miembro de su familia en la verdad, tenga la certeza de que nos interesamos amorosamente en su bienestar espiritual. El trabajar y asociarnos con usted resulta en estímulo mutuo, y le damos gracias a Jehová por el buen trabajo que usted está haciendo.—1 Tes. 1:2, 3.