“Por lo tanto vayan y hagan discípulos”
1 Después de su resurrección, Jesús dio a sus fieles discípulos una comisión de largo alcance: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, . . . enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado.”—Mat. 28:19, 20.
2 Jesús ya había dado excelente ejemplo a sus discípulos en cuanto a cómo enseñar y hacer discípulos. Más de 500 de ellos tuvieron el privilegio de ver u oír al resucitado Jesús antes de que éste regresara al cielo. (1 Cor. 15:6) Ahora era responsabilidad de aquellos cristianos del primer siglo continuar con la obra de hacer discípulos en todo el mundo que se conocía entonces. Pero, ¿qué hay de nuestro día? Nosotros todavía seguimos vigorosamente el ejemplo de Jesús al ir a los hogares de las personas para enseñarles y hacer de ellas verdaderos discípulos cristianos.
MEJORANDO EN NUESTRA OBRA DE HACER DISCÍPULOS
3 Puesto que la obra de hacer discípulos produce beneficios salvavidas, tenemos que efectuarla urgentemente en estos últimos días. (Juan 17:3) ¿Participa usted en ésta? Si no, ¿quisiera recibir ayuda tocante a la obra de hacer revisitas y conducir estudios bíblicos en hogares para enseñar más acerca de las verdades de la Palabra de Dios a la gente de corazón honrado? Tal ayuda está disponible en la mismísima congregación a la que usted pertenece.
4 Es cierto que ya no tenemos un superintendente de estudios bíblicos en cada congregación. Pero ahora la asignación de superentender la actividad de hacer discípulos se ha delegado a los conductores de estudio de libro de congregación, quienes generalmente son ancianos. Estos hermanos tienen un vivo interés en la actividad que usted efectúa. A ellos les gustaría ayudarle a visitar de nuevo a las personas que hayan tomado alguna literatura o mostrado interés en las buenas nuevas. Están deseosos de ayudarle a comenzar estudios bíblicos con estas personas y hasta de acompañarle a dar estudios. Por medio de aprovechar la buena disposición de ellos en cuanto a ayudar, puede que usted llegue a disfrutar de este rasgo del servicio por primera vez, si todavía no ha disfrutado de éste.
5 Es bueno que los conductores de estudio de libro sepan quiénes de su grupo conducen estudios bíblicos y quiénes son los estudiantes. El secretario de cada congregación pudiera suministrar a los conductores de estudio de libro los informes de estudios bíblicos de los publicadores de sus respectivos grupos para cooperar con los conductores en cuanto a este asunto.
6 Los informes indican que es necesario que más publicadores participen en la actividad de hacer discípulos. Por ejemplo, durante el año de servicio de 1979 se pusieron en manos de gente que vive en los Estados Unidos más de siete millones de libros. La cantidad promedio de estudios bíblicos conducidos cada mes ascendió a 275.978. De modo que si más publicadores visitaran de nuevo los hogares en los que han dejado literatura al salir al servicio del campo, sin duda pudieran empezarse muchos más estudios bíblicos con la perspectiva de hacer más discípulos cristianos.
7 Sí, el hacer discípulos es verdaderamente una obra salvavidas. ¡Y qué gozoso es participar en ella! A medida que los conductores de estudio de libro, precursores y publicadores cooperen al atender el interés que hallen y al conducir estudios bíblicos eficaces e interesantes, estamos seguros de que muchos más discípulos serán enseñados y bautizados durante 1981.