Sea maestro de sus hijos
1 Jehová ha dado a los padres la responsabilidad de ser maestros de sus propios hijos. Cuando se efectúa apropiadamente, este entrenamiento los equipa para enfrentarse a los problemas de la vida, los prepara a fin de que puedan tener una vida productiva en el servicio de Dios y les suministra un fundamento firme en el camino de la vida.
2 Un método principal de enseñar es por instrucción verbal. Cuando enseñe hechos o realidades a sus hijos, esfuércese por mostrarles por qué son realidades. Si usted olvidara hacer esto, generalmente ellos le preguntarán. Parece que la pregunta favorita de los niños, la cual es buena, es ¿Por qué? Cuando enseñe principios relacionados con la conducta, cerciórese de que el niño sabe lo que significan las palabras, que puede explicar la idea en sus propias palabras y dar ejemplos de la aplicación del principio. Por ejemplo, se puede enseñar a un niño que no es correcto robar, pero esto tiene poco significado para alguien que todavía no comprende lo que son los derechos de propiedad y que se siente fascinado por todo lo que ve. Es necesario explicarle la norma. Los padres que son buenos maestros saben que se requiere más de una lección para enseñar asuntos importantes; tienen que inculcar la verdad, es decir, utilizar la repetición a menudo. Además, es importante procurar que su instrucción llegue, no solo a la mente del niño, sino al corazón también. Ayúdele a aprender y a amar lo que es correcto.
3 Como maestro, enseñe a sus hijos buenos hábitos de estudio. Teniendo esto presente, es muy importante que usted dedique tiempo a estudiar con ellos. Anímelos a dar comentarios en las reuniones, pero no haga de esto el único propósito del estudio; hay que procurar entendimiento. Ayúdeles a desarrollar el buen hábito de meditar en las verdades que aprenden para que profundicen su aprecio sincero.
4 Los niños aprenden muchas cosas con mayor rapidez mediante el ejemplo, que lo que aprenden por medio de reglas, aunque ambas cosas son importantes. Es mediante su ejemplo como padres, que sus hijos aprenden hábitos apropiados tocante a asistir a las reuniones, participar en el servicio del campo, tener buena conducta, respeto, habla apropiada, y así sucesivamente. Rara vez basta con la instrucción verbal; ésta tiene que tener el respaldo del ejemplo consecuente de los padres, si la instrucción ha de tener efecto en los hijos. Además, se debe ayudar a los hijos a evitar las malas asociaciones fuera del hogar.
5 La disciplina también es parte de la instrucción que se da a los hijos, pero debe administrarse consecuente, justa y amorosamente si han de aprender la lección correcta. Se debe recordar que tal como el castigo desanima el proceder incorrecto, así el encomio anima el buen comportamiento. Sí, el amor mueve a los padres a ser pacientes maestros de sus hijos.
ENSÉÑELES A SER PUBLICADORES EFICACES
6 Los niños no nacen siendo publicadores de las buenas nuevas. Tienen que ser entrenados para esto, y los padres tienen que ayudarles en el proceso.
7 Los niños son imitadores desde que nacen. Imitan a los padres tocante a estudio, oración y el servicio del campo. Así que denles el ejemplo correcto.
8 Tenga presente la edad del niño. Utilice métodos de enseñanza que sean apropiados para la edad de él. Una de las primeras lecciones es la de estimar la verdad. Siempre hable bien acerca del servicio del campo. Inculque en la mente de su hijo que cuando esté en el servicio de Dios siempre tiene que estar vestido apropiadamente, y que su conducta debe ser intachable. En vez de repetirle de continuo lo que tiene que hacer y lo que no, enséñele el cómo y el porqué de los principios de Jehová; éstas son las cosas que ayudarán al niño a llegar a ser un ministro eficaz.
9 Déle algo que hacer al niño cuando le acompañe en el servicio del campo. Permítale ofrecer una hoja suelta, leer un texto, presentar las revistas, y así por el estilo. Ensaye de antemano lo que él debe hacer, para que el niño sepa que puede hacerlo. Entonces encómielo cuando lo haga bien. Los padres deben trabajar con sus hijos en el servicio del campo y encargarse de que éstos tengan la oportunidad de participar en la obra de casa en casa todos los meses y sean publicadores regulares.
10 A medida que los hijos desarrollan sus habilidades, prepare con ellos el tema de conversación, ensayen juntos las presentaciones y sírvales de amo de casa en las sesiones de ensayo en el hogar. Ayúdeles a aprender a decir las cosas correctamente. Vaya con ellos a las casas hasta que se sientan seguros de que pueden testificar al amo de casa. Supervise el trabajo que hacen. Anímelos a progresar, a mejorar, a adelantar a la madurez. Fíjeles metas. Para ellos es emocionante poder alcanzar las metas que usted les fija.
11 Anime a los niños a participar a mayor grado en la actividad de predicar. Estimúlelos a ser precursores auxiliares todos los años durante las vacaciones escolares. Ínstelos a hablar acerca de sus experiencias en el campo del método que utilizaron para que la gente tomara las revistas, y así sucesivamente. Esto les deja saber que a usted le importa esto. Lleve a sus hijos a las reuniones con regularidad. Ayúdeles a preparar comentarios para las reuniones. Publicadores maduros, incluyan a los niños en sus demostraciones. Denles la oportunidad de dar comentarios. Anímenlos a matricularse en la Escuela Teocrática. Por medio de entrenarlos en el hogar y participar con ellos en todas las actividades de la congregación, ayude a sus hijos para que lleguen a ser alabadores de Jehová.