Presentando las buenas nuevas... el día de revistas
1 La mayoría de nosotros participa en la actividad del día de revistas ofreciendo La Atalaya y ¡Despertad! de casa en casa. Es en los hogares donde generalmente hallamos a muchas personas cuyas circunstancias les permiten escuchar. Pero aún así es mejor ser breve y limitar nuestras presentaciones a solamente el tiempo suficiente para estimular interés en el mensaje. El objetivo es colocar las revistas y dejar que las revistas sean las que “hablen.” Esto quizás no tome más de uno o dos minutos. Si la persona muestra interés excepcional, podemos extender nuestro testimonio y, por supuesto, queremos hacer arreglos para una revisita o un estudio bíblico.
2 Si no estuviéramos en el servicio del campo el día de revistas, es probable que estaríamos ocupados tal como las personas a quienes visitamos, así que debemos tomar esto en consideración. Debido a que el fin de semana es el único tiempo que muchas personas tienen para atender asuntos relacionados con el hogar, debemos anticiparnos a su objeción: “Estoy ocupado.” Por eso, algunos publicadores hallan que es beneficioso hacer mención de eso en su introducción breve, diciendo: “Soy un ministro [o vecino] de la localidad y estoy haciendo visitas en esta mañana del sábado que para muchos es ocupada. . . .” Inmediatamente ellos comienzan a considerar puntos específicos que se relacionan con un artículo escogido de antemano y muestran cómo la información del artículo puede beneficiar al amo de casa personalmente. Si es posible, sería bueno hacer esa aplicación personal del artículo que destacamos.
3 Otra objeción que pudiera surgir al presentarnos es: “No estoy interesado en los testigos de Jehová ni en esas revistas.” A esto algunos publicadores responden: “Puedo entender por qué piensa usted de esa manera; sin embargo, estoy seguro de que a usted le interesaría tener información que le ayude a descansar bien por la noche,” o cualquier tema de las revistas que usted esté presentando. A veces esta respuesta capta el interés del amo de casa y pueden colocarse las revistas.
4 “Al trabajar de tienda en tienda colocamos muchísimas más revistas por hora,” comentó la esposa de un superintendente de circuito. Otros publicadores concuerdan con ella. Un hermano que tiene buen éxito en esa actividad explica cómo lo hace: “Menciono mi nombre, digo que soy un ministro y que estoy visitando a la gente de negocios de la zona. Digo: ‘Sé que está ocupado, así que seré bien breve.’ Entonces menciono el tema que estoy considerando y considero un punto sobre éste en una o dos oraciones. Luego saco las revistas de mi maletín, muestro un artículo específico sobre el tema y presento la oferta.” Si el gerente muestra interés en el mensaje, usted pudiera pedirle permiso para presentar brevemente a los empleados una oferta similar.
5 Para algunos publicadores, el ofrecer las revistas en la calle ha probado ser especialmente eficaz. Ellos generalmente no permanecen de pie en un mismo lugar. “Me muevo lentamente con la multitud,” explicó un hermano. “Quizás diga a un hombre: ‘Disculpe,’ y luego continúe con mi presentación.” Cierta hermana aprovecha la oportunidad de abordar a personas que están en lugares de estacionamiento o que están sentadas en lugares públicos, quizás esperando a alguien. La idea es tomar la iniciativa y abordar a la gente. Sea cortés, amigable y vaya al grano rápidamente.
RINDIENDO UN SERVICIO PÚBLICO
6 Cuando llegue un número nuevo, vea qué llama su atención. Usted quizás tenga un vecino o un amigo que no haya respondido particularmente a la verdad, pero que esté interesado en algún tema en especial. Cuando tal tema se considere en las revistas, usted pudiera ponerlas en manos de tal persona. También, cuando algún artículo trata sobre el departamento de policía o el hacer cumplir la ley, ocúpese de que los policías y jueces de la localidad reciban un ejemplar. Artículos apropiados tocante a la profesión médica pueden presentarse a los que se interesan más en tal tema. O, si en ¡Despertad! se considera algo sobre automóviles o el mantenimiento del automóvil, presente la revista en gasolineras, lugares donde se venden autos usados y así por el estilo. Por medio de aprovechar estas diversas posibilidades, rendimos un valioso servicio público al distribuir información que la gente necesita.
7 Además, no debemos pasar por alto los números especiales de las revistas. Muchos publicadores han notado que tales números llaman la atención de muchas personas y son fáciles de colocar. Pudieran pedirse ejemplares adicionales y utilizarlos por varios meses.