Entrenando a los hijos en el camino de la vida
1 La obediencia a los requisitos de Dios lleva a vida... la desobediencia a Su ley de seguro lleva a la desaprobación y muerte. Aprendemos esta lección sencilla, pero poderosa, de la experiencia de Adán y Eva. Si hubieran continuado desplegando obediencia pudieran haber vivido para siempre, sin embargo escogieron desobedecer a Dios y murieron como resultado. Todo padre y madre cristiano debe preguntarse: ¿Qué estoy enseñando a mis hijos? ¿Están aprendiendo sobre las recompensas de la obediencia y las consecuencias de la desobediencia? ¿Están ellos aprendiendo a amar a Jehová desde su corazón? ¿Qué están aprendiendo de mi ejemplo?
LA DISCIPLINA TIENE QUE SER CONSECUENTE
2 Para enseñar obediencia es bueno que ustedes los padres establezcan reglas razonables, aunque bien definidas, que guíen la conducta de sus hijos. Déjeles ver por ejemplo que usted obedece las reglas. Adviértales tocante a la violación de reglas... que ello lleva a castigo seguro. Procure cumplir con su palabra; no riña, grite, o sea inconsecuente. (Efe. 6:4) El padre y la madre deben convenir en las reglas disciplinarias; ambos deben hacerlas cumplir para retener el respeto del hijo. Cuando los padres administran disciplina amorosa, los hijos aprenden que el castigo es la pena por la maldad intencional. Pero ellos también aprenden que la obediencia resulta en placer cuando reciben encomio y recompensas. (Efe. 6:1-3; Heb. 11:6) Si sus hijos aprenden en la juventud que lo más seguro es que ‘segarán lo que siembren,’ usted les ahorrará muchas desilusiones y posiblemente los librará de la muerte.—Gál. 6:7; Pro. 23:13, 14.
3 La obediencia envuelve el escuchar. ¿Enseña usted a sus hijos a escuchar? ¿Les exige usted que asistan a las reuniones? ¿Espera que ellos presten atención? Algunos padres entrenan a sus hijos a escuchar en el hogar. Con regularidad dedican tiempo a leer a sus hijos. Durante ese período se pide a los jovencitos que se sienten tranquilos y presten atención. Si esto se hace pacientemente, con el tiempo los hijos van a desarrollar la habilidad de escuchar y concentrarse en la palabra hablada, y no se distraerán fácilmente durante las reuniones. De nuevo, los padres tienen que poner el ejemplo y no distraerse fácilmente ellos mismos, mirando a su alrededor cada vez que haya alguna distracción menor durante las reuniones. Además, los jóvenes disfrutan de las reuniones cuando están preparados para participar. Si un joven contesta en sus propias palabras una o dos veces, sin duda prestará mayor atención y se sentirá más recompensado. El hacer que los hijos busquen los textos bíblicos que citan los oradores los mantendrá alerta y les suministrará buen entrenamiento.
4 A veces en las reuniones los niños se intranquilizan después de transcurrir como una hora. Quizás se vuelvan y traten de llamar la atención de otras personas. O puede que traigan juguetes u otros objetos para entretenerse y esto resulte en distraer a otros. No debemos olvidar que hasta los “pequeñuelos” de Israel estaban bajo el mandato de congregarse para ‘escuchar’ y ‘aprender.’ (Deu. 31:12) A fin de hallar una excusa para moverse, los niños de vez en cuando desarrollan la costumbre de correr hacia el servicio sanitario varias veces durante la reunión, lo cual molesta considerablemente a otras personas. Sin embargo, estos mismos niños pueden jugar por horas sin tener problema alguno de esa índole. Si los padres insisten en que cada uno de sus hijos utilice el servicio sanitario antes de comenzar la reunión, generalmente no hay verdadera razón para que el niño moleste durante la reunión poco después de haber comenzado ésta.
ESTABLEZCA METAS TEOCRÁTICAS ANTE SUS HIJOS
5 El entrenar a los hijos en el camino de la vida también envuelve dirigirlos desde la infancia a una vida en la que rindan el mayor servicio. Ayúdeles a comprender cómo ellos pueden ser como Jeremías, Ezequiel, Isaías y otros que dedicaron su vida al servicio de Jehová. Hágales ver las oportunidades que tienen ante ellos hoy en el servicio del reino de Dios. Fije en la mente de ellos el ejemplo abnegado de Cristo Jesús. Anímeles a orar regularmente a Jehová desde su corazón. Y, sobre todo, usted mismo déles un buen ejemplo... de cómo usted disfruta de servir de toda alma a Dios. Entonces cuando su hijo exprese el deseo de dedicar su vida a Jehová y simbolizar esto por bautismo en agua, ¡qué gozo sentirá usted como resultado de haberle ayudado a tomar esta decisión!