Presentando las buenas nuevas... con empatía
1 ‘Amadores de sí mismos, presumidos, altivos, hinchados de orgullo.’ (2 Tim. 3:1-5.) ¡Qué aptamente describe la Biblia la generación en que vivimos! El modo materialista de vivir y la filosofía contemporánea de yo primero han hecho que los hombres se aíslen y que no se interesen en el bienestar de su prójimo. La empatía, la facultad de ponerse en el lugar de otra persona, a menudo no se observa entre la gente del mundo.
2 Es necesario desplegar empatía para que tengamos éxito en nuestro ministerio. Esto no siempre es fácil. Nosotros, también, nos encaramos con problemas y ansiedades que pueden impedir que pensemos en otros. ¿Qué podemos hacer para asegurarnos de no hacernos negligentes al respecto?
CULTIVEMOS EMPATÍA
3 Es menester considerar las necesidades de nuestro prójimo. Haciendo eso, estaremos imitando a nuestro Padre celestial. Jehová ama a las personas y reconoce sus necesidades. A él le agrada ver que sus criaturas sean felices. Por tanto, la piedad y la compasión le impulsaron a proporcionar a la humanidad un rescate para salvarla de su estado pecaminoso. (Juan 3:16.)
4 El mundo de la humanidad necesita urgentemente el Reino de Dios. Únicamente este puede suministrar una solución duradera a los problemas que nos atormentan. El aprender acerca de este Reino nos ha ayudado a hacer frente a nuestros problemas y nos ha liberado de la religión babilónica. Al ponernos en el lugar de los amos de casa, la piedad y la compasión nos impulsarán a compartir con ellos la verdad de la Palabra de Dios, lo cual hará posible que ellos experimenten la felicidad que nosotros hemos llegado a conocer. (Juan 8:32, 36.)
5 Jesús efectuó su ministerio con amor y sentimientos sinceros para con la humanidad. Mostró profundo interés en las personas, y las que le escucharon sabían que él se interesaba por ellas y que comprendía su situación. (Luc. 5:12, 13; Mar. 6:32-34.) Nuestro amor al prójimo también se hará evidente si cultivamos y desplegamos empatía así como lo hizo Jesucristo.
CÓMO SE DESPLIEGA
6 ¿Cómo podemos manifestar ese interés al llevar a cabo nuestro ministerio? Es necesario que seamos sagaces, que nos fijemos en las circunstancias del amo de casa y tengamos en cuenta sus comentarios, y que nos pongamos en su lugar. Pregúntese: Si yo estuviera en su situación, ¿qué palabras me consolarían o me interesarían? Entonces continúe según lo que usted perciba que le interese al amo de casa. Si nota que no está en condiciones de hablar, entonces acorte la consideración; quizás pueda ofrecer las últimas revistas o un tratado y prometer volver a visitar cuando sea más conveniente. Por discernir lo que interesa al amo de casa y manifestar empatía, estamos en mejor condición de compartir el mensaje del Reino de manera sincera.
7 Es menester que los publicadores experimentados desplieguen empatía en especial cuando ayudan a los nuevos en el servicio del campo. El recordar nuestra propia vacilación inicial y nuestras sensaciones de nerviosismo cuando comenzamos a ir de casa en casa, o tal vez cuando pronunciamos nuestro primer discurso, puede ayudarnos a mantener la actitud mental apropiada. El reflexionar sobre cómo otros nos ayudaron nos permitirá saber qué hacer y decir cuando demos consejo e instrucción a los nuevos y a los inexpertos. Por mostrar paciencia, amor y un deseo genuino de ayudar, podremos contribuir a su progreso espiritual.
8 El desplegar empatía para con los que encontremos en el campo y para con nuestros hermanos refleja la personalidad cristiana. Busquemos siempre oportunidades para mostrarla, y así sigamos el ejemplo de Jehová Dios y de su Hijo, Cristo Jesús. (Efe. 5:1, 2.)