Jóvenes: ustedes son nuestro gozo
1 Jóvenes: ¿conocen el mandamiento de Jehová de que se les incluya en las actividades de la congregación? (Deu. 31:12; Sal. 127:3.) Es un placer tenerlos a nuestro lado y adorar juntos a Jehová. Ustedes nos reconfortan cuando se sientan silenciosamente en las reuniones y escuchan con atención. Nos causan particular alegría cuando tratan de comentar con sus propias palabras. A todos en la congregación nos encanta cuando pronuncian discursos en la Escuela del Ministerio Teocrático, cuando nos acompañan con entusiasmo al servicio del campo, y cuando oímos que dan testimonio valerosamente a condiscípulos y maestros (Sal. 148:12, 13).
2 Queremos que sepan que nos enorgullecemos de ustedes cuando observamos sus buenos modales, su pulcritud, su conducta pura y su respeto a los mayores. Nuestra felicidad es particularmente grande cuando muestran que se ‘acuerdan de su Magnífico Creador’ fijándose metas teocráticas (Ecl. 12:1; Sal. 110:3).
3 Comuníquennos sus metas: Un niño de ocho años dijo a un superintendente de distrito: “Primero quiero bautizarme; después me gustaría ayudar en la congregación manejando el equipo de sonido y los micrófonos, ser acomodador, colaborar en el Departamento de Literatura y leer en el estudio de libro y en el Estudio de La Atalaya. Luego quiero ser siervo ministerial, y después anciano. También me gustaría ser precursor y asistir a la escuela de precursores. Entonces quisiera ir a Betel y ser superintendente de circuito o de distrito”. ¡Vaya si apreciaba el privilegio de servir a Dios!
4 Conforme progresan física y espiritualmente, nos regocija verlos alcanzar sus metas (compárese con Lucas 2:52). Todos los años, miles de ustedes se hacen publicadores no bautizados, y posteriormente llenan los requisitos para bautizarse como siervos dedicados de Jehová. Nuestro gozo crece cuando después los vemos emprender el servicio de precursor auxiliar y hasta ingresar en el servicio de tiempo completo. En efecto, jóvenes, ustedes son nuestro gozo y una extraordinaria fuente de alabanza a nuestro Padre celestial. ¡Que Jehová los bendiga abundantemente! (Pro. 23:24, 25.)