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Nuestro Ministerio del Reino 2001
km 6/01 págs. 3-6

¿Puede hacerse disponible?

1 Un acontecimiento extraordinario sucede en el año 778 a.E.C. Isaías contempla en una visión a “Jehová, sentado en un trono excelso y elevado”. El profeta escucha a los serafines que llaman la atención sobre la gloria de Jehová al decir: “Santo, santo, santo es Jehová de los ejércitos”. ¡Qué impresionante debe de haber sido aquella visión! En ese marco, Jehová plantea la intrigante pregunta: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”. No se da ninguna explicación sobre la naturaleza de la asignación ni se dice si la persona que se ofrezca se beneficiará de ello. Con todo, Isaías responde sin vacilación: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí” (Isa. 6:1, 3, 8).

2 Este espíritu presto a hacer todo lo que Jehová pide caracteriza a su pueblo (Sal. 110:3). Pero actualmente se extiende una invitación especial a quienes puedan hacerse disponibles. ¿Está usted listo para responder con un espíritu dispuesto como el de Isaías?

3 Existe una necesidad continua de hermanos que puedan servir en Betel. Estos deben tener un intenso deseo de poner los intereses del Reino en primer lugar y estar dispuestos a hacer lo que se precise para apoyar la predicación mundial (Mat. 6:33). De hecho, trabajar con la familia Betel da a la persona la oportunidad singular de servir a Jehová de toda alma. ¿En qué sentido?

4 El trabajo que se realiza en Betel. Piense en todo lo que se lleva a cabo con regularidad en los tres complejos de Betel de Estados Unidos: Brooklyn, Patterson y Wallkill (Nueva York). Los 5.730 hermanos y hermanas que componen la familia Betel en estos lugares tienen el privilegio de colaborar estrechamente con la clase del esclavo fiel y discreto y su Cuerpo Gobernante en la producción de Biblias y publicaciones bíblicas para el campo mundial y el estudio personal (Mat. 24:45). Por ejemplo, gracias a la labor conjunta de la familia Betel de Estados Unidos, el pasado año de servicio se produjeron y despacharon 24.364.670 libros, 39.813.464 folletos, 270.528.000 revistas y 1.271.041 casetes. Conlleva mucho trabajo investigar y seleccionar “las palabras deleitables y la escritura de palabras correctas de verdad” para esas publicaciones (Ecl. 12:9, 10). Otra de las labores consiste en dar orientación a los más de mil novecientos traductores de toda la Tierra que ayudan a producir las publicaciones en más de trescientos idiomas. También se hacen grandes esfuerzos para coordinar el trabajo que se realiza en las 111 sucursales de todo el mundo, así como en las más de once mil quinientas congregaciones de Estados Unidos. Se presta ayuda asimismo a las sucursales en lo relacionado con el proyecto y la construcción de más hogares Betel, Salones de Asambleas y los 15.248 Salones del Reino que se necesitan actualmente en países de escasos recursos. Hacen falta centenares de voluntarios dispuestos a ayudar en la impresión y el envío de publicaciones, así como en limpieza, mantenimiento, preparación de alimentos, compras, asistencia médica y muchos otros departamentos de Betel.

5 Efectuar estas labores es una tarea enorme, pero espiritualmente satisfactoria. Saber que todas nuestras energías se emplean para apoyar la obra de predicar y enseñar las buenas nuevas redunda en mucho gozo. El servicio de Betel nos ayuda a conocer mejor la organización de Jehová. Eso nos hace pensar en las palabras del salmista, quien animó a los israelitas a conocer más a fondo la sede del gobierno teocrático en su día (Sal. 48:12, 13).

6 Las bendiciones del servicio de Betel. ¿Qué piensan de sus privilegios quienes sirven en Betel? Observe los siguientes comentarios tanto de betelitas jóvenes como de betelitas mayores. Una hermana que ha servido con gozo allí durante tres años dice: “Betel ha fortalecido mi relación con Jehová. Cuanto más tiempo llevo sirviendo aquí y más aprendo sobre cómo funciona Betel, mejor conozco la personalidad de Jehová. También ha sido muy instructivo para mí ver que él utiliza a toda clase de personas. Y no tenemos que ser perfectos para que nos acepte”.

7 Un hermano joven cuenta: “Recuerdo que me dije a mí mismo: ‘Qué bueno será cuando esté en el nuevo mundo y diga a los hombres fieles de la antigüedad que usé mi vida en Betel, y no afuera haciendo dinero’”.

8 Otro joven reflexiona sobre la formación que ha recibido: “Ha sido una gran bendición aprender acerca de mí mismo, de los aspectos en que tengo que mejorar, y luego cultivar esas cualidades. Me parece que ahora puedo servir mejor a Jehová. Encuentro que soy algo más paciente, tengo un poco más de autodominio y puedo demostrar amor a mayor grado”.

9 Una hermana expresa las bendiciones que ha recibido hasta ahora: “Los programas espirituales que se ofrecen aquí me han enseñado más acerca de Jehová y de cómo imitarlo mejor en el modo de pensar, sentir y actuar. Y gracias a que la enseñanza es constante, también lo son las bendiciones”.

10 Un hermano que lleva cincuenta y nueve años en el ministerio de tiempo completo —más de cuarenta y tres de ellos en Betel— dijo: “Betel no se asemeja a un monasterio, como algunas personas pudieran pensar. Llevar una vida organizada nos hace más eficientes. [...] No ha habido ningún día que haya ido a trabajar y no haya disfrutado de ello. ¿Por qué? Porque cuando de todo corazón damos de nosotros mismos a Jehová tenemos la satisfacción de saber que ‘hemos hecho lo que deberíamos haber hecho’” (Luc. 17:10).

11 Otro hermano que lleva sirviendo sesenta y dos años en Betel contó: “Creo firmemente que Betel es el mejor lugar donde vivir en la Tierra mientras esperamos el venidero Paraíso terrestre. Jamás me ha pesado haber hecho del servicio de tiempo completo mi carrera de toda la vida. ¡Qué gozo ha sido ver el tremendo aumento que ha alcanzado la organización terrestre de Jehová, y haber tenido parte en ello! Con la ayuda de Él, estoy resuelto a seguir viviendo en Betel y a entregarme de toda alma al adelanto de los intereses del Reino”.

12 Estos miembros de la familia Betel han mencionado tan solo unas cuantas de las muchas bendiciones de que usted puede disfrutar si se hace disponible para este servicio. Pero, como en el caso de todo privilegio de servicio, para recibirlo hay que satisfacer primero ciertas condiciones. ¿Cuáles son los requisitos para ser betelita?

13 Requisitos para servir en Betel. Los requisitos fundamentales para quienes solicitan el servicio de Betel aparecen en el recuadro adjunto. Además, es importante que estén dispuestos a trabajar duro y que no sean “amadores de placeres” (2 Tim. 3:4; 1 Cor. 13:11). Los miembros de la familia Betel deben ser hombres y mujeres espirituales que hayan cultivado buenos hábitos de estudio personal y que hayan entrenado sus facultades perceptivas para “distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto” (Heb. 5:14). Ya deben haber manifestado madurez cristiana en todo aspecto de su vida, inclusive en la vestimenta y el arreglo personal, y en la selección de música y entretenimiento. Los betelitas de corazón dispuesto sirven dondequiera que se les necesite. A los más jóvenes se les suele asignar trabajo de carácter físico en departamentos como la imprenta, preparación y envío de las publicaciones, mantenimiento, amas de llaves, limpieza, lavandería y preparación de alimentos (Pro. 20:29). A diferencia del trabajo seglar, todas las asignaciones producen gran satisfacción porque constituyen servicio sagrado que glorifica a Jehová (Col. 3:23).

14 Aquellos a quienes se invite a servir en Betel tienen que permanecer allí por lo menos un año, lo cual les permite prepararse a fin de ser trabajadores productivos. Lo ideal es que puedan hacer de Betel su hogar. El amor a Jehová impulsa a los miembros de esta familia a anteponer la obra del Reino a sus intereses personales, lo cual agrada a Dios (Mat. 16:24).

15 Necesidades actuales. En vista de la naturaleza del trabajo de Betel, actualmente se necesitan ante todo hermanos solteros. Aunque no es un requisito, se da preferencia a los precursores regulares, puesto que ya están en la obra de tiempo completo. De vez en cuando se hacen excepciones en el caso de hermanas solteras y matrimonios que cuenten de 19 a 35 años de edad y tengan cierta destreza que sea necesaria en Betel. Asimismo se anima a llenar la solicitud a los hermanos y hermanas con poco más de 35 años que tengan preparación en trabajos especializados útiles en Betel, entre ellos el de dentista, médico, contador público, arquitecto, ingeniero, enfermera titulada, mecánico de automóviles o técnico en electrónica. Sin embargo, no animamos a nadie a obtener preparación especializada con la idea de que aumentará las probabilidades de que lo llamen a Betel. Quienes ya la hayan recibido, quizás antes de aprender la verdad, pueden redactar un currículo detallado y adjuntarlo a la solicitud de Betel.

16 Si usted solicita este servicio y no se le invita, no se desanime. Puede volver a intentarlo una vez al año. Algunos hermanos con destrezas especiales que se necesitan en Betel se han ofrecido para servir de voluntarios temporeros durante un período de una a cuatro semanas, o hasta de tres meses. El secretario de la congregación entregará la solicitud de voluntarios temporeros a los interesados. Se pueden pedir más de tales solicitudes mediante la Solicitud de literatura.

17 Los que trabajan en Betel consideran un privilegio singular servir a Jehová en relación estrecha con los hermanos de Cristo. El Cuerpo Gobernante agradece el espíritu abnegado de todos los que se hacen disponibles para atender a las necesidades de la hermandad mundial (Fili. 2:20-22; 2 Tim. 4:11).

18 Jóvenes, prepárense ahora para servir en Betel. La preparación para el servicio de Betel empieza mucho antes de que el joven cumpla la edad mínima. ¿Qué pueden hacer los jóvenes con ese objetivo? Jesús dijo: “¿Quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos [...]?” (Luc. 14:28). Tal como la preparación y la planificación son esenciales para el éxito de cualquier construcción, también lo es que los jóvenes se esmeren por edificar su futuro en el servicio de Jehová. Hay que colocar un fundamento sólido temprano en la vida a fin de alcanzar las metas espirituales. Joven, ¿qué estás haciendo para lograrlo? Si deseas servir en Betel, te beneficiará analizar con cuidado la siguiente información.

19 ‘Haz lugar’ para este privilegio de servicio especial. Según Mateo 19:12, Jesús animó a sus discípulos a “hacer lugar” para la soltería. ¿Por qué? No por razones personales, sino “por causa del reino de los cielos”. Pablo también estimuló a los cristianos a seguir dicho proceder que “resulta en atender constantemente al Señor sin distracción” (1 Cor. 7:32-35). Lamentablemente, muchos se pierden el privilegio de servir de solteros en Betel porque se casan a una edad temprana. Animamos a los jóvenes a emplear sus energías en el ministerio de tiempo completo mientras aún están libres de obligaciones familiares. Si con el tiempo deciden casarse, serán mejores esposos porque habrán adquirido más experiencia en la vida y en el ministerio cristiano. Tras servir varios años en Betel, algunos se han casado y han continuado sirviendo allí con su cónyuge. Si en el futuro reciben otros privilegios —como la obra de ministro viajante o el servicio misional—, nunca les pesará haber hecho lugar para el servicio de Betel.

20 Que no te distraigan las metas materiales. Todo joven hace bien en preguntarse: “¿Cuál es mi meta para cuando me gradúe de la secundaria: emprender una carrera seglar de tiempo completo, o servir a Jehová de tiempo completo?”. Es cierto que la segunda opción implica sacrificios. Pero lo mismo es cierto de la carrera seglar. Al final, ¿qué derrotero redundará en beneficios duraderos? Jesús dio la respuesta clara. Según Mateo 6:19-21, dijo: “Dejen de acumular para sí tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni polilla ni moho consumen, y donde ladrones no entran por fuerza y hurtan. Porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón”. Que nuestro corazón nunca nos impulse a ir tras metas mundanas ni materiales en lugar del servicio de toda alma a Jehová. Todos tenemos que reconocer que el único tesoro que vale la pena buscar es una buena relación con Dios, a fin de alegrar su corazón (Pro. 27:11). Al poner a Jehová en primer lugar en la vida cuando somos jóvenes, demostramos cuáles son nuestros valores y cuánta importancia le damos al Reino. Recordemos: “la bendición de Jehová... eso es lo que enriquece, y él no añade dolor con ella” (Pro. 10:22). Los jóvenes demuestran dónde está su corazón cuando ofrecen a Jehová algo valioso en agradecimiento por todo lo que él les ha dado. El servicio de Betel brinda esa maravillosa oportunidad a quienes satisfacen los requisitos.

21 Los que sirven en Betel deben llevar una vida moralmente limpia. El salmista preguntó: “¿Cómo limpiará un joven su senda?”, a lo que contestó: “Manteniéndose alerta conforme a tu palabra” (Sal. 119:9). Esto supone evitar todo lo relacionado con la corrupción moral del sistema de cosas de Satanás. La pornografía en Internet, la conducta impropia con el sexo opuesto, la música y el entretenimiento degradantes, y el consumo de bebidas alcohólicas siendo menor de edad son tan solo algunos de los lazos que Satanás utiliza para impedir que nuestros jóvenes alcancen metas espirituales. Se requiere una firme determinación para resistir esas tácticas. Si ves que estás sucumbiendo a alguna de ellas, habla con los ancianos de la congregación y corrige estos asuntos antes de solicitar el servicio de Betel. Para servir a Jehová de lleno es vital tener una conciencia limpia (1 Tim. 1:5).

22 Aprende a llevarte bien con los demás. Un requisito importante para ser feliz en Betel es llevarse bien con los demás. La familia Betel de Estados Unidos se compone de miles de hermanos y hermanas de toda condición social. Aunque esta diversidad de personalidades contribuye a la hermosura espiritual de Betel, en ocasiones puede presentar también algunos desafíos. Si estás pensando en servir en Betel, conviene que te preguntes: “¿Me ofendo enseguida cuando otros no concuerdan con mi punto de vista? ¿Es fácil para los demás llevarse bien conmigo?”. Si tienes que mejorar en estos aspectos, comienza a hacerlo ahora mismo. De esta manera se te hará más fácil adaptarte a vivir y trabajar con los demás miembros de la familia Betel.

23 Haz todo lo posible por ser una persona espiritual cultivando una estrecha relación con Jehová. Elabora un buen programa de estudio personal que incluya la lectura diaria de la Biblia. Manténte activo en la predicación de las buenas nuevas. Si haces todo lo anterior, tu adelantamiento espiritual será manifiesto (1 Tim. 4:15). ¡Qué maravillosas perspectivas tienen ante sí los que se preparan ahora para una carrera en el servicio de tiempo completo!

24 Padres, eduquen a sus hijos. ¿Qué pueden hacer los padres a fin de animar a sus hijos a emprender la carrera del ministerio de tiempo completo? Jesús dijo: “Todo el que esté perfectamente instruido será como su maestro” (Luc. 6:40). El alumno que ha recibido una buena formación reflejará las buenas cualidades de su celoso maestro. Este principio debe hacer reflexionar a los padres cristianos que hacen cuanto pueden por educar a sus hijos “con la devoción piadosa como mira” (1 Tim. 4:7). Puesto que los hijos tienden a imitar la actitud de sus padres hacia los asuntos espirituales, estos hacen bien en preguntarse: “¿Valoramos nosotros el trabajo que se realiza en Betel para promover los intereses de la adoración verdadera de Jehová? ¿Reconocemos que la bendición divina está sobre Betel? ¿Creemos que una vida en el servicio de Jehová es la mejor carrera que pudieran escoger nuestros hijos?”. El agradecimiento sincero de los padres por el servicio de Betel y el trabajo que se efectúa allí les ayudará a inculcar en sus hijos un agradecimiento similar.

25 Elqaná y Ana, quienes apreciaban profundamente la adoración verdadera, dieron un ejemplo notable a los padres cristianos de la actualidad. En el antiguo Israel, solo los varones tenían que presentarse “delante del rostro del Señor verdadero, Jehová[,]” tres veces al año en el tabernáculo. No obstante, Elqaná viajaba unos 30 kilómetros, a pie probablemente, con toda su familia “de año en año” para ofrecer sacrificios en ese centro de la adoración de Jehová (Éxo. 23:17; 1 Sam. 1:3, 4, 9, 19; 2:19). Es patente que este cabeza quería que toda su familia tuviera el mismo interés que él en los asuntos espirituales.

26 Ana, al igual que su marido, estaba interesada en la adoración verdadera y se sentía en la obligación de apoyar dicha adoración en el tabernáculo. En una ocasión, prometió a Jehová que si le daba un hijo, lo ofrecería para el servicio del tabernáculo (1 Sam. 1:11). La Ley mosaica permitía que el marido invalidara cualquier voto inapropiado que hiciera su esposa (Núm. 30:6-8). Sin embargo, parece ser que Elqaná aprobó el voto de Ana y así demostró que estaba a favor de ese acto de adoración verdadera (1 Sam. 1:22, 23).

27 ¿Beneficiaron a Samuel la gratitud y el buen espíritu que desplegaron sus padres? Claro que sí. De pequeño, Samuel se encargaba de buena gana y fielmente de sus tareas asignadas, y recibió preparación para disfrutar de otros privilegios preciados en el servicio de Dios. El interés de Elqaná y Ana en el servicio de su hijo en el tabernáculo no terminó después de que este asumió sus deberes allí. Continuaron visitándolo con regularidad para animarlo y apoyarlo en su servicio de tiempo completo (1 Sam. 2:18, 19).

28 ¡Qué sobresaliente ejemplo dieron Elqaná y Ana a los padres cristianos de hoy! Cuando los hijos oyen a sus padres expresar su aprecio sincero por el privilegio de servir en Betel y ven el espíritu abnegado que manifiestan al dar adelanto a los intereses del Reino, ellos también desarrollan un corazón que se inclina a servir al prójimo. Muchos padres están logrando inculcar esta inclinación sana en sus hijos. Una niña de siete años escribió: “Cuando sea mayor, quiero ir a Betel, y hay varias cosas que quiero hacer allí: 1) escribir a máquina las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, 2) trabajar en la sección de arte, 3) doblar ropa en la lavandería. Haré cualquiera de estos trabajos. No importa cuál sea”. ¡Cuánto nos conmueve ver dicho espíritu dispuesto en el corazón de nuestros jóvenes!

29 Jóvenes, recuerden que “el mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:17). Pónganse metas espirituales, entre ellas el privilegio especial de servir en Betel. Padres, imiten el ejemplo de siervos fieles del pasado que animaron a sus hijos a cultivar la devoción piadosa (2 Ped. 3:11). Y que todos pongamos de nuestra parte para que los jóvenes sirvan al Magnífico Creador al mayor grado posible, ya que tal proceder “encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir” (1 Tim. 4:8; Ecl. 12:1).

[Recuadro de la página 4]

Los requisitos fundamentales para servir en Betel

● Llevar bautizado por lo menos un año

● Ser una persona espiritual que ame profundamente a Jehová y su organización

● Gozar de buena salud espiritual, mental, emocional y física

● Ser ciudadano o residente permanente legal de Estados Unidos

● Saber leer, escribir y hablar bien en inglés

● Tener de 19 a 35 años de edad

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