Se necesitan más voluntarios para el servicio de Betel
1 Cuando observamos la obra que Jehová está efectuando en estos últimos días, nos embarga la emoción. El Salmo 110:3 indica que una sobresaliente cualidad del pueblo de Dios en este tiempo sería el deseo de participar activamente en el servicio del Reino. En todo el mundo, el pueblo de Jehová se ofrece de buena gana para predicar las buenas nuevas de este Reino. El libro Proclamadores dice en su página 295: “Algunos son miembros de la familia mundial de Betel. Esta se compone de ministros de tiempo completo que se han ofrecido voluntariamente para hacer lo que se les asigne en lo relacionado con la preparación y publicación de literatura bíblica, trabajos de oficina y todo otro servicio necesario para tales labores. No es un trabajo que les dé prominencia ni bienes materiales. Su deseo es honrar a Jehová, y están contentos con las provisiones que reciben: alimento, vivienda y un reembolso módico para sus gastos personales”. Si ha visitado Betel, conoce, hasta cierto grado, el trabajo que se efectúa allí. Aun así, queremos darle más información con el fin de que aumente su aprecio por este singular privilegio de servicio y comprenda mejor las necesidades de la Sociedad.
2 Para que pueda ver desde una óptica correcta el significado del servicio de Betel y de su valioso legado, permítanos repasar de forma somera la historia —antigua y moderna— de la organización de Jehová: Por unos diecinueve años, las oficinas centrales de la Sociedad Watch Tower estuvieron en el edificio de cuatro pisos de los números 50 a 60 de la calle Arch, de Allegheny (Pennsylvania). Se le llamaba la Casa Bíblica. Sin embargo, para 1908 la familia de la Casa Bíblica, es decir, el personal de las oficinas centrales de la Sociedad, excedía de treinta miembros. Era tiempo para la expansión. Los hermanos responsables buscaron la guía divina y concluyeron que Brooklyn era el lugar idóneo para la sede de la obra. Por consiguiente, se compró un edificio que abarcaba los números 13 a 17 de la calle Hicks de Brooklyn, donde se albergaron las oficinas de la Sociedad y un auditorio. Estas instalaciones se inauguraron el 31 de enero de 1909, pero no contaban con habitaciones. Al principio se pensó que era factible alquilar cuartos para alojamiento, pero en Brooklyn Heights no había casas de alquiler. No obstante, los asuntos se sucedieron de tal modo que, para sorpresa y alegría de todos, se pudo comprar “a precio de ganga” un edificio de piedra caliza de color rojizo en el número 124 de la calle Columbia Heights, que había sido la residencia de Henry Ward Beecher. Además, pudieron conseguir el edificio contiguo, con el número 126. La revista Watch Tower del 1 de marzo de 1909 anunció con júbilo: “Llamaremos Betel al nuevo hogar”. Este reemplazaría a “La Casa Bíblica” de Pittsburgh. Así, en 1909 Betel abrió sus puertas, y la familia se mudó a su nueva casa. El Betel de Brooklyn ha estado en el mismo sitio por ochenta y cinco años.
3 ¿Era apropiado el nombre Betel para referirse a la sede de la Sociedad? Repasemos el origen bíblico del nombre y sus connotaciones. Remontémonos tres mil setecientos años al pasado leyendo en el capítulo 28 de Génesis la experiencia de Jacob, un hombre soltero de 77 años, que valoraba profundamente las cosas espirituales, pero sufría el odio de su hermano gemelo, Esaú. Al huir de Beer-seba, Jacob siguió la recomendación de su padre, Isaac, y se dirigió al norte, donde residían los parientes de Abrahán, entre los cuales esperaba conseguir esposa. Después de recorrer unos 100 kilómetros, Jacob se detuvo a pernoctar en un lugar llamado Luz, de la región montañosa de Judea. En Génesis 28:10-19 leemos fascinantes detalles de la ocasión en que Jehová dio a Jacob la garantía absoluta de su apoyo divino. En un sueño, Jacob vio una escalera que se alzaba desde la Tierra hasta los cielos. En ella había una gran actividad de ángeles que subían y bajaban, y Jehová estaba en la parte superior. Acto seguido, Jehová ratificó a Jacob la promesa que había hecho a Abrahán concerniente a una descendencia, y le aseguró que nunca lo abandonaría. ¡Qué experiencia tan conmovedora para Jacob, un hombre espiritual! ¿Debería extrañarnos que este lugar fuese tan especial para él? Jacob lo llamó la “casa de Dios”, en hebreo Behth-’Él de Behth, que significa “casa”, y ’El, que quiere decir “Dios”. (Gén. 28:19, nota al pie.)
4 De modo que el nombre Betel tiene un singular fondo histórico y es apropiado para referirse a la sede mundial del pueblo de Jehová. En la actualidad los siervos de Dios no tienen sueños inspirados. No se ven ángeles que ascienden y descienden por una escalera de Betel al cielo. Los hermanos no reciben visiones ni oyen directamente la voz de Dios. No obstante, si analizamos todo lo que ha sucedido en Betel durante los últimos ochenta y cinco años, desde el tiempo del hermano Russell hasta nuestros días, debemos concluir, con certeza, que la mano de Jehová ha estado en Betel con sus siervos ungidos, que forman parte de la descendencia espiritual de Abrahán. Muchos acontecimientos importantes de la historia moderna de los testigos de Jehová han tenido que ver con Betel. He aquí algunos ejemplos:
◼ El 2 de octubre de 1914 el hermano Russell entró en el comedor de Betel y anunció con exactitud: “Los tiempos de los gentiles han terminado; el día de sus reyes ha pasado”.
◼ A principios de los años veinte, un miembro del personal de redacción de la Sociedad usó durante la adoración matutina la expresión “la organización de Dios”. Esta expresión hizo pensar a los hermanos de tal forma que para 1925 comprendieron que existían dos organizaciones antagónicas, la de Jehová y la de Satanás (w85-S 15/3 pág. 10).
◼ En la madrugada de cierto día de 1931, poco antes de celebrarse la asamblea de Columbus (Ohio, E.U.A.), el presidente de la Sociedad, el hermano Rutherford, comprendió que el nombre “testigos de Jehová” indicaba con exactitud lo que es el pueblo de Dios y la obra que este ya estaba haciendo, y que ese debía ser el nombre que nos designara (yb75-S pág. 151).
◼ A comienzos de 1935 surgieron preguntas sobre la identidad de la “gran muchedumbre” o “gran compañía”. (Rev. 7:9; Reina-Valera, 1909.) Algunos de los que se expresaron en aquel tiempo dieron a entender que componían una clase terrestre. El 31 de mayo de 1935 se explicó de forma satisfactoria este asunto en la asamblea de Washington, D.C. (jv-S pág. 166).
5 Estos cuantos ejemplos muestran que Jehová desde Betel ha dado dirección y apoyo a sus fieles siervos ungidos mediante espíritu santo. ¿Y qué puede decirse de los ángeles? Cuando reflexionamos en la animosidad de nuestros enemigos y en los difíciles años de escasez, no dudamos que, de no haber sido por la protección y ayuda angélicas, Betel no habría funcionado de modo tan sobresaliente todos esos años.
6 Además del personal de la sede mundial de Estados Unidos, existen familias Betel en las 100 sucursales que hay en todo el mundo. El libro Organizados para efectuar nuestro ministerio, página 116, dice: “El nombre Betel [...] ciertamente es apropiad[o] para estos centros de actividad teocrática”. ¿Qué trabajos realizan los voluntarios de Betel?
7 Diversos trabajos: Los trabajos que se asignan a los miembros de la familia de Betel son diversos. En Brooklyn y en otras sucursales hay hermanos que trabajan en las fábricas, manejando las rotativas que imprimen Biblias, libros, revistas, folletos y tratados que se distribuyen mundialmente. Otros encuadernan Biblias y libros, o preparan los envíos de las publicaciones a congregaciones de diversas partes del mundo. También hay quienes trabajan en el mantenimiento del equipo y los edificios. Mucho del trabajo del hogar Betel tiene que ver con la atención a la familia. Por ejemplo, en el Betel de Brooklyn se sirven alimentos en doce comedores a unas tres mil setecientas personas, en aproximadamente veinte minutos. Los hermanos que trabajan en la lavandería, todas las semanas lavan y planchan 16.000 kilos de ropa, incluidas 13.000 camisas. Por otra parte, las amas de llaves mantienen la alta norma de limpieza en los 21 edificios de viviendas de Brooklyn, y realizan muchos otros trabajos imprescindibles.
8 Cualidades y requisitos: En vista de la energía y fortaleza que exigen muchos de estos trabajos, se necesitan actualmente jóvenes solteros con buena salud. Para solicitar el servicio de Betel deben tener por lo menos un año de bautizados, ser personas devotas y espirituales, y estar dispuestos a realizar trabajo duro. Mucha gente del mundo cree que debe eludir esa clase de trabajo. Por consiguiente, los jóvenes que solicitan el servicio de Betel deben haberse vestido de la nueva personalidad, de modo que estén dispuestos a efectuar trabajo duro, haciendo con sus manos lo que es buen trabajo. (Compárese con Efesios 4:28.) En otras palabras: no debe ser una persona que centre su atención en la búsqueda de placeres personales, la recreación o el entretenimiento. Si desea emprender el servicio de Betel es porque ha dejado atrás esas características juveniles. Las palabras de Pablo en 1 Corintios 13:11 deben ser ciertas en su caso: “Cuando yo era pequeñuelo, hablaba como pequeñuelo, pensaba como pequeñuelo, razonaba como pequeñuelo; pero ahora que he llegado a ser hombre, he eliminado las cosas características de pequeñuelo”.
9 ¿Está entre los 19 y 35 años de edad? ¿Tiene buena salud física y mental? ¿Habla, lee y escribe inglés correctamente? ¿Es usted una persona espiritual que ama profundamente a Jehová y a su organización? Si se le aceptara en Betel, ¿permanecería en este servicio por lo menos un año en el trabajo que se le asignara? Si puede contestar afirmativamente a estas preguntas, debe dar consideración al privilegio singular de servir en Betel. Las bendiciones que conlleva son abundantes.
10 Bendiciones del servicio de Betel: El artículo “Miremos con aprecio a la ‘Casa de Dios’”, de La Atalaya del 15 de junio de 1994, dijo: “Cuando asiste a una asamblea, ¿se siente muy contento por estar rodeado de adoradores felices de Jehová? Pues imagínese el privilegio de trabajar en Betel al servir a Jehová entre un grupo de hermanos a diario. (Salmo 26:12.) ¡Qué excelente posibilidad tiene de crecer espiritualmente! Cierto hermano comentó que había aprendido mejor a moldear su personalidad en un año en Betel que en tres años fuera de ahí. ¿La razón? Que en ningún otro sitio había tenido la oportunidad de observar e imitar la fe de tantos cristianos maduros”. (Pro. 13:20.) En realidad esta es una de las singulares bendiciones del servicio de Betel.
11 Los voluntarios del Betel de Brooklyn tienen la oportunidad de relacionarse con los miembros del Cuerpo Gobernante y otros ungidos, así como con hermanos de las otras ovejas que han sido fieles por mucho tiempo. Prescindiendo de la asignación de trabajo, es una bendición colaborar unidamente con estos compañeros fieles y leales. Fíjese en los siguientes comentarios de miembros de la familia de Betel de Brooklyn, que reflejan el sentir de los que participan en este maravilloso privilegio de servicio:
◼ Un hermano que ha servido en Betel por sesenta y dos años en varias asignaciones dijo tocante al espíritu que impera en Betel: “Todos formamos una familia; somos hermanos. Trabajamos juntos. Todos tenemos nuestras asignaciones. Es maravilloso ver el empeño con que trabajan los hermanos; se puede percibir el esfuerzo que hacen. Hay hermanos que limpian el piso, porque la limpieza contribuye a la salud de la familia. Una familia saludable es productiva. La limpieza es esencial. Pero también es importante contar con personal de oficina. Todos juntos producimos el resultado: el testimonio mundial del Reino. Este es el mejor lugar del mundo para hacer de nuestra vida una carrera en el servicio a Jehová. Si desea estar en el servicio de tiempo completo, aquí puede hacerlo óptimamente. Todo está a su alcance. Aquí disfrutamos de bendiciones adicionales. Tenemos un cuadro más amplio de la organización porque recibimos noticias de todas partes de la Tierra”.
◼ Un hermano ungido de 75 años, que fue asignado originalmente a una línea de encuadernación hace unos cuarenta y ocho años, expresó: “Vivir con siervos de Jehová dedicados y bautizados es una gran experiencia. Cada vez que observo a un joven llegar a Betel, le doy las gracias de corazón a Jehová porque sé que llegará a ser un hombre feliz en este lugar”. Con relación a las cosas que más aprecia de Betel, dijo: “Amo a sus integrantes; creo que son maravillosos. Los hermanos que han permanecido por años en Betel tienen algo que no se encuentra en ningún lugar del mundo: un cariño, una comprensión y una unidad que trascienden los límites del entendimiento”.
◼ Otro hermano que ha estado en el servicio de Betel por más de sesenta y dos años dijo con relación a otros beneficios: “Venir a Betel presenta la oportunidad de conseguir educación especializada en el campo de la publicación [...] y, sobre todo, una educación bíblica que nos capacita bien para servir como representantes de Jehová Dios en cualquier lugar del mundo”.
◼ Un hermano del Cuerpo Gobernante que tiene ya 92 años de edad ha servido en Betel por cincuenta y ocho años. ¿Qué piensa él de esta forma de servicio? “La familia de Betel es un organismo maravilloso de personas devotas”, comentó.
◼ Otro miembro del Cuerpo Gobernante que murió hace unos meses a la edad de 98 años, mientras servía fielmente en su asignación, se expresó de este modo: “Me encanta servir en Betel. Es el mejor lugar bajo el Sol”.
◼ ¿Qué opinan los jóvenes del servicio de Betel? Uno de ellos escribió hace poco: “Betel es el lugar más feliz que he conocido, pues, como dijo Jesús, ‘la mayor felicidad proviene de dar’”. Comprendió el propósito de Betel: dar.
◼ Un hermano que lleva cincuenta y un años en el servicio de tiempo completo lo resumió bien cuando dijo: “Betel es verdaderamente único. Es esencial para la realización del propósito de Jehová en la Tierra. Por lo tanto, todos los que servimos en Betel debemos tenerlo en alta estima. En realidad, Betel nos capacita para expresar la devoción piadosa a plenitud en la vida”.
12 Actividades cotidianas: Las actividades cotidianas de un betelita lo mantienen completamente ocupado en las labores del Reino. De lunes a sábado, la adoración matutina comienza en el comedor a las 7.00 de la mañana. Algunos integrantes de la familia y un miembro del Cuerpo Gobernante, u otro hermano con muchos años en el servicio de tiempo completo, comentan el texto diario, y después se hace oración. Este programa fortalece espiritualmente a la familia para el trabajo del día. Los que componen la familia de Betel le dirán que este es uno de los momentos sobresalientes del día. Después de un sustancioso desayuno, los betelitas se dirigen con energía a trabajar en sus tareas asignadas. Las horas de trabajo de lunes a viernes son de 8.00 de la mañana a 5.00 de la tarde, con un intermedio de una hora para la comida. También se trabaja los sábados de 8.00 a 11.55 de la mañana. Por las noches, y el sábado por la tarde, los betelitas asisten a sus reuniones, participan en la obra de casa en casa y de estudios bíblicos, o atienden otras responsabilidades personales. Pueden beneficiarse de las bibliotecas de Betel para realizar su estudio personal o prepararse para las reuniones. ¡Ah!, y tienen tiempo para descanso y esparcimiento. (Mar. 6:31, 34.) De esta breve explicación se desprende claramente que el servicio de Betel permite a cada uno dedicar gran parte de su tiempo diario al servicio sagrado, libre de las distracciones de este viejo sistema de cosas.
13 Servicio a la congregación: Los que forman la familia del Betel de Brooklyn están asignados a más de trescientas cincuenta y seis congregaciones de la zona urbana de la ciudad de Nueva York. Comprenden que la congregación desempeña un papel importante en mantener su espiritualidad; por ello asisten a las cinco reuniones y participan con regularidad en el ministerio del campo con los hermanos. Además de asistir a las reuniones, los betelitas tienen su propio estudio de familia de La Atalaya los lunes por la noche, donde algunos ancianos y siervos ministeriales comentan para beneficio de todos. El horario de Betel pone el acento en los asuntos espirituales, produciendo una vida dichosa de servicio a Jehová. (1 Cor. 15:58.)
14 Preparación para el servicio de Betel: A menudo los jóvenes preguntan cómo pueden prepararse para el servicio de Betel. Un hermano del Cuerpo Gobernante que sirve en el Comité de Personal dijo: “Venga a Betel con el deseo de servir, no de que le sirvan. Cuanto más aprenda a servir, tanto mayor será su dicha. Aprenda a dar, no a que le den. Sea modesto; sea humilde. El verdadero cristianismo se observa en el fruto del espíritu”. La clave del éxito en Betel estriba en cultivar la espiritualidad y una relación íntima con Jehová. Por esta razón, los nuevos voluntarios de Betel se escogen de entre los precursores. Una persona disciplinada que por un tiempo ha dedicado 90 horas mensuales a la predicación, a la enseñanza y a dar de sí misma a los demás, y que tiene un horario para trabajar y sostenerse, ha colocado una base espiritual para el servicio de Betel y la vida ordenada que allí se lleva. Sin embargo, tenga presente que el servicio de Betel no se limita a los precursores. Todos los que satisfacen los requisitos preliminares pueden llenar una solicitud.
15 Por otra parte, es bueno que los jóvenes aprendan a trabajar con las manos. Es cierto, el trabajo manual no se ve con buenos ojos en este viejo sistema de cosas. La actitud egocéntrica hace que muchas personas ambicionen trabajos que exigen poco esfuerzo o se consideren prestigiosos. Sin embargo, es práctico y útil conocer el uso de herramientas y aparatos diversos. (Pro. 22:29.) Los jóvenes pueden aprender oficios manuales de sus padres, colaborando con hermanos adultos de experiencia en trabajos relacionados con el Salón del Reino o ayudando a personas mayores en el mantenimiento de sus hogares.
16 A veces los jóvenes preguntan: “¿Debo tener una educación suplementaria para emprender el servicio de Betel?”. La educación seglar no es en sí misma un requisito para servir en Betel. Las cualidades espirituales son más importantes y se exigen de todos los que son llamados a Betel. Animamos a los padres y a los hijos de edad escolar a tener el punto de vista equilibrado sobre la educación que se presentó en La Atalaya del 1 de noviembre de 1992, páginas 15 a 21. Las cuestiones relativas a la educación seglar son un asunto personal. Prescindiendo de lo que usted decida, debe asegurarse de seguir progresando espiritualmente, centrándose siempre en la obra principal del pueblo de Jehová: dar testimonio acerca de la verdad.
17 Independientemente del tipo de preparación seglar que uno reciba, es sumamente importante que aprendamos a pensar. La Biblia alaba la habilidad de pensar y la sabiduría práctica. (Pro. 1:4; 3:21.) Aprender a pensar y a retener información nos permite adquirir conocimiento y aptitudes útiles para nosotros mismos y para la organización mundial de Jehová. Finalmente, prescindiendo de las habilidades que tengamos, es muy importante que sepamos llevarnos bien con los demás. Para efectuar el trabajo, los voluntarios de Betel deben trabajar estrechamente como equipo. Por lo tanto, tienen que reemplazar el espíritu competitivo con la disposición cooperativa y amorosa, y la disposición a someterse a la dirección teocrática. (Compárese con Efesios 4:16.)
18 Los jóvenes de la organización de Jehová tienen la excelente oportunidad de cultivar las habilidades que hemos mencionado. Después, si se les invita a servir en Betel, estarán en una buena posición para que la organización de Jehová los prepare para asumir otras responsabilidades. Exhortamos a los padres cristianos y a los ancianos a mantener esta meta delante de los jóvenes. Muchos padres llevan de vez en cuando a sus hijos a Betel a fin de que conozcan las labores que se realizan allí. De este modo, muchos han llegado a servir en Betel al terminar sus estudios.
19 Los que tienen experiencia: Ocasionalmente se llama a hermanos mayores de 35 años que tienen cierta formación en trabajos que Betel necesita. Gran parte del trabajo que la Sociedad lleva a cabo precisa de expertos que trabajen con jóvenes fuertes a quienes se pueda preparar, “el perito junto con el aprendiz”. (1 Cró. 25:8.)
20 Mucho del trabajo que hoy se realiza exige los servicios de técnicos en electrónica y expertos en informática. La Sociedad tiene una gran cantidad de fotocopiadoras, impresoras láser y computadoras que requieren de mantenimiento. También hay necesidad en los campos legal y médico: abogados, médicos, fisioterapeutas y enfermeras profesionales o auxiliares. Se necesitan, además, peritos de diversos oficios y profesiones, tales como ingeniería, plomería o fontanería, instalaciones eléctricas, o de calefacción, ventilación y aire acondicionado. Los hermanos maduros que tienen estudios superiores de contabilidad, sobre todo los que cuentan con un título, pueden ser útiles. Para reducir los costos de distribución de envíos, la Sociedad cuenta con su propio sistema de vehículos. De ahí que se necesiten conductores y mecánicos con experiencia.
21 Se requieren, sobre todo, hermanos dedicados solteros, y también hermanos con habilidades especiales, algunos de los cuales pueden ser casados. Las solicitudes de Betel se pueden obtener del superintendente de circuito o en la reunión especial para los solicitantes del servicio de Betel de la asamblea de distrito; también al escribir a: Personnel Committee, 25 Columbia Heights, Brooklyn, NY 11201-2483. Los casados han de tener en cuenta que su cónyuge también debe satisfacer los requisitos espirituales, emocionales y físicos que exige el servicio de Betel. Si usted tiene preparación y experiencia en alguno de los campos mencionados, redacte un resumen y adjúntelo a la solicitud de Betel.
22 ¿Puede responder a la llamada urgente? Se necesitan con urgencia voluntarios para Betel. Si satisface los requisitos del servicio de Betel, lo animamos a responder a esta llamada urgente enviando una solicitud. No se desanime si no se le invita de inmediato. Puede renovar su solicitud anualmente; de este modo, la información relativa a su disponibilidad estará al día.
23 Jehová preguntó ante el profeta Isaías: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”. Sin dudarlo un instante, Isaías contestó: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí”. Este fue el comienzo de la sobresaliente carrera del profeta de Dios. ¿Puede decir usted: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí”? Le esperan muchas bendiciones si se le invita a servir en “la Casa de Dios”, Betel. (Isa. 6:8.)