¿Utilizamos las hojas sueltas?
Cierto día, un niño de 11 años encontró una invitación para asistir a una conferencia pública acerca del infierno. “Este tema me interesaba profundamente—explicó él más adelante—, pues parecía que siempre estaba haciendo lo que no debía, así que me preocupaba muchísimo ir a un infierno ardiente al morir.” Acudió al discurso y un año después, tras varias sesiones de estudio de la Biblia, se bautizó. Así comenzó la carrera cristiana de Karl Klein, quien con el tiempo formaría parte del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová por muchos años. Y todo gracias a una hoja suelta.
Estas hojas siguen siendo un medio eficaz de dar testimonio hoy día. Muchos publicadores han comprobado que les ayudan a presentarse y comenzar conversaciones. Los padres pueden iniciar a sus hijos pequeños en el ministerio dándoles hojas sueltas para que las entreguen en las puertas. Los publicadores que predican por carta tal vez quieran anunciar las reuniones adjuntando una de estas hojas. Y, claro está, son muy útiles para invitar a los estudiantes de la Biblia y a otras personas interesadas a que asistan a las reuniones.
En una cara de la hoja hay una breve explicación de las reuniones de congregación. Dado que dichas hojas no incluyen la dirección del Salón del Reino ni el horario de las reuniones, al ofrecerlas será necesario suministrar estos datos. Si lo desean, pueden incorporarlos en la propia hoja imprimiéndolos o mediante un sello.
Así pues, ¿estamos haciendo buen uso de estas hojas en nuestro ministerio?