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  • 10-16 DE FEBRERO
  • 17-23 DE FEBRERO
  • 24 DE FEBRERO A 1 DE MARZO
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Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos 2020
mwbr20 febrero págs. 1-6

Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos

3-9 DE FEBRERO

TESOROS DE LA BIBLIA | GÉNESIS 12-14

“Un pacto que tiene que ver con usted”

it-2 573 párr. 3

Pacto

Pacto con Abrahán. Al parecer, el pacto con Abrahán entró en vigor cuando Abrán (Abrahán) cruzó el Éufrates en camino a la tierra de Canaán. Cuatrocientos treinta años después, se hizo el pacto de la Ley. (Gál 3:17.) Cuando Abrahán vivía en Mesopotamia, en Ur de los caldeos, Jehová le dijo que viajase al país que le había de mostrar. (Hch 7:2, 3; Gé 11:31; 12:1-3.) Éxodo 12:40, 41 (LXX) dice que Israel salió de su esclavitud en Egipto al final de cuatrocientos treinta años de residir en aquel país y en la tierra de Canaán, “en este mismo día”. El día en el que se les liberó fue el 14 de Nisán de 1513 a. E.C., el día de la Pascua. (Éx 12:2, 6, 7.) Este hecho indicaría que Abrahán cruzó el Éufrates en camino a Canaán el 14 de Nisán del año 1943 a. E.C.; entonces empezó a regir el pacto abrahámico. Dios se le apareció de nuevo a Abrahán una vez que este viajó hasta Siquem, en Canaán, y le dio más detalles sobre la promesa, diciendo: “A tu descendencia voy a dar esta tierra”, relacionando, por lo tanto, este pacto con la promesa de Edén, y revelando que la “descendencia” tendría un desarrollo humano, es decir, que vendría a través de una línea de descendencia humana. (Gé 12:4-7.) Como se registra en Génesis 13:14-17; 15:18; 17:2-8, 19; y 22:15-18, Jehová revelaría más tarde detalles adicionales.

w89 1/7 3 párr. 4

Por qué debe usted saber la verdad sobre Abrahán

Esa es una promesa asombrosa, y Abrahán la oyó por lo menos en otras dos ocasiones. (Génesis 18:18; 22:18.) Para cumplir esta promesa, Dios hasta resucitará de entre los muertos a representantes de familias que han desaparecido en la muerte. Para esos resucitados la vida ciertamente será una bendición, puesto que, cuando la mayoría de ellos regrese, la Tierra estará en una condición como la del Paraíso que el hombre perdió originalmente. Después se les enseñará a obtener la bendición de la vida eterna. (Génesis 2:8, 9, 15-17; 3:17-23.)

it-2 218 párr. 1

Ley

Sobre la base de algunos testimonios históricos relacionados, hay doctos que opinan que cuando se realizaba la venta de un terreno, existía la costumbre de mostrarle la tierra al comprador desde un lugar elevado y señalarle desde allí las lindes exactas. En el momento en que el comprador decía “la veo”, daba su conformidad legal. Cuando Jehová le prometió a Abrahán que le daría la tierra de Canaán, primero le dijo que mirara en dirección a los cuatro puntos cardinales. Abrahán no dijo “la veo” quizás porque Dios le había dicho que daría la Tierra Prometida más tarde a su descendencia. (Gé 13:14, 15.) A Moisés, el representante legal de Israel, se le dijo “ve con tus ojos” la tierra, lo que indicaría —si la costumbre aquí expuesta responde a la realidad— que aquella tierra se le entregaba a Israel, una tierra que ellos ocuparían bajo el acaudillamiento de Josué. (Dt 3:27, 28; 34:4; considérese también el ofrecimiento que Satanás le hizo a Jesús en Mt 4:8.) Otra acción que al parecer también tenía un carácter legal parecido era atravesar la tierra o entrar en ella con el objeto de significar que se tomaba posesión. (Gé 13:17; 28:13.) Hay documentos antiguos en los que se hace constar el número de árboles que había en un determinado terreno cuya compra se efectuaba. (Compárese con Gé 23:17, 18.)

Busquemos perlas escondidas

w16.05 5 párr. 12

Resolvamos los desacuerdos con amor

12 El relato de la Biblia que mencionamos antes sobre Abrahán y su sobrino Lot explica cómo resolvieron pacíficamente un conflicto que podría haberlos dividido. Los dos tenían rebaños, y sus pastores se pelearon, según parece, por las tierras de pasto. Para mantener la paz, Abrahán le dijo a Lot que fuera el primero en escoger dónde vivir con su familia (Gén. 13:1, 2, 5-9). ¡Qué buen ejemplo! Abrahán buscó la paz, no sus propios intereses. ¿Salió perdiendo por ser tan generoso? No, para nada. Justo después de este incidente, Jehová le prometió que recibiría muchas bendiciones (Gén. 13:14-17). Dios nunca permitirá que sus siervos sufran pérdidas permanentes por poner en práctica los consejos de la Biblia y resolver sus diferencias con amor.

it-2 889 párr. 9

Sacerdote

Melquisedec, el rey de Salem, era un sacerdote (ko·hén) singular. La Biblia no guarda ningún registro de sus antepasados, su nacimiento o su muerte. No recibió su sacerdocio por herencia, y no tuvo ni predecesores ni sucesores en ese cargo. Desempeñaba las funciones de rey y sacerdote. Su sacerdocio era mayor que el levítico, pues Leví en realidad presentó diezmos a Melquisedec, ya que todavía estaba en los “lomos de Abrahán” cuando este ofreció diezmos a Melquisedec, quien lo bendijo. (Gé 14:18-20; Heb 7:4-10.) Melquisedec prefiguró en esto a Jesucristo, el “sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec”. (Heb 7:17.)

10-16 DE FEBRERO

TESOROS DE LA BIBLIA | GÉNESIS 15-17

“¿Por qué Jehová les cambió el nombre a Abrán y a Sarái?”

it-1 914 párr. 2

Falta

Por otra parte, las obras del hombre suelen ser imperfectas, y sus caminos, defectuosos; ha recibido de Adán un legado de pecado y error. (Ro 5:12; Sl 51:5.) Pero Jehová, en quien no existe tacha, es misericordioso, “conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo”. (Sl 103:13, 14.) Consideró al fiel y obediente Noé hombre “exento de falta entre sus contemporáneos” (Gé 6:9), y a Abrahán le dijo: “Anda delante de mí y resulta exento de falta”. (Gé 17:1.) Aunque ambos, Noé y Abrahán, eran imperfectos y murieron, Jehová, que “ve lo que es el corazón”, no les imputó falta alguna. (1Sa 16:7; compárese con 2Re 20:3; 2Cr 16:9.) A Israel le mandó: “Debes resultar exento de falta con Jehová tu Dios”. (Dt 18:13; 2Sa 22:24.) Ofreció en sacrificio redentor a su Hijo perfecto (Heb 7:26), y sobre esa base puede declarar “justos” o perfectos a los que ejercen fe en dicho sacrificio y le son obedientes, sin que por ello se vea afectada su posición de Juez justo e íntegro. (Ro 3:25, 26; véanse INTEGRIDAD; PERFECCIÓN.)

it-1 31 párr. 4

Abrahán

Pasó el tiempo. Ya llevaban diez años en Canaán, pero Sara continuaba estéril, así que propuso que su sierva egipcia, Agar, la sustituyera y de esa manera pudiera tener un hijo por medio de ella. Abrahán consintió, y en 1932 a. E.C., cuando ya había cumplido ochenta y seis años, nació Ismael. (Gé 16:3, 15, 16.) Pasó más tiempo. En 1919 a. E.C., cuando Abrahán tenía noventa y nueve años, Jehová ordenó que se circuncidara a todos los varones de su casa, como señal o sello en testimonio de la especial relación pactada que existía entre Él y Abrahán. Al mismo tiempo le cambió el nombre de Abrán a Abrahán, “porque padre de una muchedumbre de naciones de seguro te haré yo”. (Gé 17:5, 9-27; Ro 4:11.) Poco después de aquello, tres ángeles materializados a quienes Abrahán recibió hospitalariamente prometieron en el nombre de Jehová que Sara concebiría y daría a luz un hijo, ¡sí, en el plazo de un año! (Gé 18:1-15.)

w09 1/2 13

¿Cuál es su nombre?

Hubo casos en los que Dios mismo modificó el nombre de algunas personas adultas con el fin de profetizar ciertos acontecimientos. Por ejemplo, Abrán (“Padre Es Ensalzado”) pasó a llamarse Abrahán, que quiere decir “Padre de una Multitud”. Y esta predicción se cumplió, pues de él procedieron muchas naciones (Génesis 17:5, 6). Otro ejemplo es el de su esposa, Sarai, nombre que posiblemente significa “Contenciosa”. Seguro que ella se alegró mucho cuando Dios le puso el nombre Sara (“Princesa”), el cual profetizaba que sería antecesora de reyes (Génesis 17:15, 16).

Busquemos perlas escondidas

it-1 597 párr. 6

Cronología

Jehová le dijo a Abrán (Abrahán): “Puedes saber con seguridad que tu descendencia llegará a ser residente forastera en tierra ajena, y tendrá que servirles, y estos ciertamente la afligirán por cuatrocientos años”. (Gé 15:13; véase, además, Hch 7:6, 7.) Esta declaración se hizo con anterioridad al nacimiento de la “descendencia” prometida, Isaac. Para el año 1932 a. E.C. a Abrán le nació su hijo Ismael —por medio de su esclava egipcia Agar—, y en 1918 a. E.C. nació Isaac. (Gé 16:16; 21:5.) Contando cuatrocientos años hacia atrás desde el éxodo —acontecimiento que señaló el fin de los años de ‘aflicción’ (Gé 15:14)—, llegaríamos a 1913 a. E.C., cuando Isaac tendría unos cinco años y fue destetado. En ese momento, siendo ‘residente forastero’ en una tierra que no era suya, experimentó el inicio de la aflicción predicha cuando Ismael, que entonces contaba diecinueve años de edad, comenzó a ‘burlarse’ de él. (Gé 21:8, 9.) Aunque hoy pudiera parecer intrascendente el que Ismael se burlara del heredero de Abrahán, en la época patriarcal no se veía así, como queda demostrado por la reacción de Sara y por el hecho de que Dios aprobó su súplica de que se despidiera a Agar y a su hijo Ismael. (Gé 21:10-13.) El que este incidente haya sido recogido en detalle en el registro divino también es un indicio de que debe marcar el comienzo del predicho período de cuatrocientos años de aflicción que terminaría con el éxodo. (Gál 4:29.)

it-1 890 párr. 7

Éxodo

“En la cuarta generación.” Debemos recordar que Jehová le dijo a Abrahán que sus descendientes regresarían a Canaán en la cuarta generación. (Gé 15:16.) En el transcurso de los cuatrocientos treinta años que iban desde que entró en vigencia el pacto abrahámico hasta el éxodo, hubo más de cuatro generaciones, incluso considerando, de acuerdo con el registro, la longevidad de los hombres de aquellos tiempos. No obstante, los israelitas no estuvieron realmente en Egipto más de doscientos quince años. Las ‘cuatro generaciones’ que siguieron a su entrada en Egipto pueden calcularse, usando como ejemplo a una de las tribus de Israel, la tribu de Leví, tal como sigue: 1) Leví, 2) Qohat, 3) Amram y 4) Moisés. (Éx 6:16, 18, 20.)

17-23 DE FEBRERO

TESOROS DE LA BIBLIA | GÉNESIS 18, 19

“‘El Juez de toda la tierra’ destruye Sodoma y Gomorra”

w17.04 18 párr. 1

“El Juez de toda la tierra” siempre hace lo que es recto

“¿EL JUEZ de toda la tierra no va a hacer lo que es recto?” (Gén. 18:25). Con esta pregunta, Abrahán expresó su confianza en que la decisión de Jehová sobre Sodoma y Gomorra sería perfectamente justa. Estaba convencido de que Dios nunca actuaría injustamente dando muerte “al justo con el inicuo”. Para él, eso era “inconcebible”. Unos cuatrocientos años más tarde, Jehová dijo de sí mismo: “La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él” (Deut. 31:19; 32:4).

w18.08 30 párr. 4

La gran paciencia: aguantar sin perder la esperanza

Por supuesto, el ejemplo más sobresaliente de paciencia es Jehová (2 Ped. 3:15). En la Biblia, encontramos muchas ocasiones en las que demostró tener gran paciencia (Neh. 9:30; Is. 30:18). Por ejemplo, veamos cómo reaccionó cuando Abrahán cuestionó su decisión de destruir Sodoma. En primer lugar, no lo interrumpió, sino que lo escuchó con paciencia mientras Abrahán le expresaba sus dudas y preocupaciones. Luego, le demostró que lo había escuchado al repetir sus preocupaciones, y le aseguró que no destruiría Sodoma si encontraba en ella a diez hombres justos (Gén. 18:22-33). ¡Qué gran ejemplo de paciencia y autodominio!

w10 15/11 26 párr. 12

Jehová es nuestro Soberano

12 Dentro de poco, Jehová demostrará que es el legítimo Soberano. ¿Por qué estamos tan seguros? Para empezar, porque él no puede tolerar indefinidamente la maldad. Además, todo indica que vivimos en los últimos días. Y él ya ha eliminado a los malvados en otras ocasiones. Así lo hizo en el Diluvio, y al destruir a las ciudades de Sodoma y Gomorra y al faraón de Egipto y su ejército. Tampoco resistieron su brazo los soldados de Sísara ni los del emperador asirio Senaquerib (Gén. 7:1, 23; 19:24, 25; Éxo. 14:30, 31; Jue. 4:15, 16; 2 Rey. 19:35, 36). De modo que no nos cabe ninguna duda: Jehová no soportará por siempre la falta de respeto a su nombre ni los ataques contra sus Testigos. Y actuará pronto, pues está muy clara la señal de la presencia de Cristo y el fin de este malvado sistema (Mat. 24:3).

Busquemos perlas escondidas

w88 15/5 23 párrs. 5, 6

¿Ha visto algún hombre a Dios?

Ahora se puede entender por qué Abrahán habló al vocero angelical materializado de Dios como si hablara a Jehová Dios mismo. Puesto que este ángel decía precisamente lo que Dios quería que se dijera a Abrahán y estaba representando personalmente a Dios, el registro bíblico podía decir que “Jehová se le apareció”. (Génesis 18:1.)

Recuerde que un vocero angelical de Dios podía transmitir Sus mensajes tan precisamente como un teléfono o radio puede transmitir nuestras palabras a otra persona. Por eso, se puede entender cómo Abrahán, Moisés, Manóah y otros podían hablar con un ángel materializado como si estuvieran hablando a Dios. Aunque aquellas personas pudieron ver a aquellos ángeles y la gloria de Jehová que reflejaban, no pudieron ver a Dios. Por lo tanto, de ninguna manera se contradice la declaración del apóstol Juan: “A Dios ningún hombre lo ha visto jamás”. (Juan 1:18.) Aquellos hombres vieron a representantes angelicales y no a Dios mismo.

w19.06 20 párr. 3

Ayudemos a nuestros hermanos a afrontar las dificultades

3 Cuando Lot decidió vivir en Sodoma, una ciudad llena de inmoralidad, cometió un grave error (lea 2 Pedro 2:7, 8). Es verdad que la región era próspera, pero tuvo que pagar un precio muy alto por mudarse a aquel lugar (Gén. 13:8-13; 14:12). Al parecer, su esposa sentía tanto apego por la ciudad o por ciertas personas que vivían en ella que desobedeció a Jehová. Murió cuando Dios hizo llover fuego y azufre sobre aquella región. Y pensemos en las dos hijas de Lot, que estaban comprometidas con hombres que murieron en Sodoma. Así que Lot perdió su hogar, sus bienes y, peor aún, a su esposa (Gén. 19:12-14, 17, 26). Pero Jehová nunca dejó de ser paciente con él durante esa época difícil.

24 DE FEBRERO A 1 DE MARZO

TESOROS DE LA BIBLIA | GÉNESIS 20, 21

“Jehová siempre cumple sus promesas”

wp17.5 14, 15

Dios la llamó “Princesa”

¿Se rió Sara por falta de fe? En absoluto. La Biblia dice: “Por fe también Sara misma recibió poder para concebir descendencia, aun cuando había pasado más allá del límite de la edad, puesto que estimó fiel al que había prometido” (Hebreos 11:11). Sara conocía a Jehová y sabía que podía cumplir todas sus promesas. ¿Quién de nosotros no necesita una fe así? Todos debemos esforzarnos por conocer mejor al Dios del que habla la Biblia. Al hacerlo, nos daremos cuenta de que Sara hizo bien al confiar en Jehová, porque él es fiel y cumple siempre todas sus promesas, a veces incluso haciéndonos reír de asombro o incredulidad.

“ESCUCHA SU VOZ”

Por fin llegó el momento que Sara tanto había esperado. A la edad de 90 años, le dio un hijo a su amado esposo, quien ahora tenía 100 años. Abrahán lo llamó Isaac, tal como Dios le había mandado. Podemos imaginarnos a Sara agotada, pero con una sonrisa radiante mientras dice: “Dios me ha preparado risa: todo el que oiga de ello se reirá de mí” (Génesis 21:6). Este regalo milagroso de Jehová la colmó de felicidad el resto de su vida, pero también le trajo grandes responsabilidades.

Cuando Isaac tenía cinco años, la familia organizó un banquete para celebrar que había sido destetado. Pero las cosas no iban del todo bien. El relato menciona que Sara “observaba de continuo” un comportamiento preocupante. Ismael, el hijo de Agar, que ya tenía 19 años, no dejaba de burlarse del pequeño Isaac, y no se trataba de simples bromas. Siglos después, el apóstol Pablo, por inspiración, calificó el comportamiento de Ismael de persecución. Sara consideraba que estos abusos eran una seria amenaza para la vida de su hijo. Ella no defendía a Isaac solo porque fuera su hijo, sino porque sabía que tendría un papel clave en el propósito de Jehová. De modo que se armó de valor y, sin rodeos, le pidió a Abrahán que Agar e Ismael se fueran (Génesis 21:8-10; Gálatas 4:22, 23, 29).

¿Cómo se sintió Abrahán? La Biblia dice: “Muy desagradable le resultó aquella cosa a Abrahán, en lo que tocaba a su hijo”. Quería a Ismael, y su amor de padre lo cegaba. Sin embargo, Jehová lo tenía claro, así que intervino. El relato sigue diciendo: “Entonces Dios dijo a Abrahán: ‘No te sea desagradable nada de lo que Sara siga diciéndote acerca del muchacho y acerca de tu esclava. Escucha su voz, porque es por medio de Isaac por quien lo que será llamado descendencia tuya será’”. Jehová le aseguró que cuidaría de Agar y de su hijo, y el fiel Abrahán obedeció (Génesis 21:11-14).

Busquemos perlas escondidas

wp17.3 12, nota

“Una mujer hermosa”

Sara era media hermana de Abrahán. Ambos eran hijos de Taré, pero tenían madres distintas (Génesis 20:12). Es verdad que un matrimonio así no sería correcto hoy en día, pero es importante recordar que la vida era diferente en aquel tiempo. La humanidad se hallaba más cerca de la perfección que Adán y Eva habían perdido. Como la gente era más saludable, la unión entre parientes cercanos al parecer no presentaba riesgos de transmitir defectos genéticos a sus descendientes. Sin embargo, unos cuatrocientos años después, los seres humanos se habían alejado más de la perfección. Para ese entonces, la Ley mosaica prohibió las relaciones sexuales entre familiares cercanos (Levítico 18:6).

w89 1/7 20 párr. 9

Abrahán... un ejemplo para todos los que buscan la amistad de Dios

9 Abrán respondió mediante otro acto de fe. Como dice el relato: “Edificó allí un altar a Jehová”. (Génesis 12:7.) Esto quizás incluyó el ofrecimiento de un sacrificio animal, pues la palabra hebrea para “altar” significa “lugar de sacrificio”. Más tarde, Abrán repitió estos actos de fe en otras partes del país. Además, ‘invocó el nombre de Jehová’. (Génesis 12:8; 13:18; 21:33.) La frase hebrea “invocar el nombre” también significa “declarar (predicar) el nombre”. Los de la casa de Abrán, al igual que los cananeos, tienen que haberle oído declarar con denuedo el nombre de su Dios, Jehová. (Génesis 14:22-24.) De igual manera, todos los que buscan hoy día la amistad de Dios deben invocar Su nombre con fe. Esto incluiría participar en la predicación pública, ‘ofreciendo siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre’. (Hebreos 13:15; Romanos 10:10.)

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