Referencias para la Guía de actividades para la reunión Vida y Ministerio Cristianos
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6-12 DE MAYO
TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 36, 37
“No te irrites a causa de los malos”
¿Qué desaparecerá cuando venga el Reino de Dios?
4 ¿Cómo nos afecta la gente mala? Después de profetizar que nuestros tiempos serían “críticos, difíciles de manejar”, el apóstol Pablo escribió por inspiración: “Los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor” (2 Tim. 3:1-5, 13). ¿Verdad que hemos visto cumplirse esta profecía? Muchos hemos sido víctimas directas de gente mala, quizás de personas violentas que han tratado de intimidarnos, de fanáticos llenos de odio o de criminales salvajes. Algunos actúan abiertamente, mientras que otros se esconden detrás de una máscara de rectitud. Y, aunque nunca hayamos sufrido directamente por culpa de ellos, nos han hecho daño de alguna forma. Nos asquea enterarnos de sus terribles actos. Nos horroriza su crueldad con los niños, los ancianos y otras personas indefensas. La actitud de estas personas no es propia de seres humanos; es, más bien, propia de bestias salvajes o incluso de demonios (Sant. 3:15). Felizmente, la Palabra de Dios contrarresta estas malas noticias con buenas.
Jehová bendice a quienes perdonan
10 Guardar rencor nos perjudica. El rencor es como una carga, y Jehová quiere que nos quitemos ese peso de encima (lea Efesios 4:31, 32). Nos aconseja: “Deja de lado la ira, renuncia a la furia” (Sal. 37:8). Seguir este consejo nos beneficia porque el rencor es malo para la salud física y mental (Prov. 14:30). Guardarle rencor a alguien es como tomar veneno: solo nos hacemos daño a nosotros mismos. Así que, cuando perdonamos a los demás, nos hacemos un regalo a nosotros mismos (Prov. 11:17). Nos sentimos en paz y podemos seguir adelante sirviendo a Jehová.
‘Deleitémonos en Jehová’
20 En aquel tiempo, “los mansos mismos poseerán la tierra” (Salmo 37:11a). ¿Quiénes son estos “mansos”? El término que se traduce “manso” viene de una raíz que significa “afligir, humillar”. Así es, “los mansos” son aquellos que esperan en Jehová para que se corrijan todas las injusticias que se les han infligido. “Verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.” (Salmo 37:11b.) Incluso ahora hay abundancia de paz en el paraíso espiritual de la congregación cristiana verdadera.
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Monte, montaña
Estabilidad, permanencia o encumbramiento. Se atribuye a las montañas las cualidades de estabilidad y permanencia. (Isa 54:10; Hab 3:6; compárese con Sl 46:2.) Por lo tanto, cuando el salmista escribió que la justicia de Jehová era como “montañas de Dios” (Sl 36:6), pudo querer decir que la justicia de Jehová es inmutable; o, en vista del encumbramiento de las montañas, quizás se refirió a que la justicia de Dios está muy por encima de la del hombre. (Compárese con Isa 55:8, 9.) En conexión con el derramamiento del séptimo tazón de la ira de Dios, Revelación 16:20 dice: “No se hallaron las montañas”. Estas palabras dan a entender que ni siquiera cosas tan encumbradas como las montañas escaparían del derramamiento de la cólera de Dios. (Compárese con Jer 4:23-26.)
13-19 DE MAYO
TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 38, 39
Quítese de encima el exceso de culpa
Miremos siempre hacia el futuro
12 (Lea 1 Juan 3:19, 20). Todos podemos sentirnos culpables de vez en cuando. Puede ser por cosas que hicimos antes de conocer la verdad o quizás por errores que cometimos después de bautizarnos. Sea por lo que sea, es normal sentirse así (Rom. 3:23). Claro, por mucho que nos esforcemos por hacer lo correcto, “todos tropezamos muchas veces” (Sant. 3:2; Rom. 7:21-23). Los sentimientos de culpa no son agradables, pero pueden ser útiles. ¿Por qué? Porque nos pueden ayudar a rectificar nuestro rumbo y a tomar la firme decisión de no repetir nuestros errores (Heb. 12:12, 13).
13 Ahora bien, puede ser que nos sigamos sintiendo culpables incluso después de habernos arrepentido y de que Jehová nos haya mostrado que nos ha perdonado. Ese exceso de culpa puede hacernos mucho daño (Sal. 31:10; 38:3, 4). ¿Por qué lo decimos? Veamos el caso de una hermana. Ella no dejaba de sentirse culpable por las cosas malas que había hecho en el pasado. Cuenta: “Pensaba que lo mejor era no esforzarme en el servicio de Jehová porque probablemente no tenía ninguna esperanza”. Muchos nos podemos sentir identificados con estas palabras. Pero es esencial que no caigamos en el exceso de culpa. A Satanás le encantaría que pensáramos que somos un caso perdido, aunque Jehová no nos ve así (compare con 2 Corintios 2:5-7, 11).
Cómo hacer que nuestros días cuenten para Jehová
LOS días de nuestra vida parecen pocos y fugaces. Al meditar sobre la brevedad de la vida, el salmista David se sintió impulsado a pedir en oración: “Hazme conocer, oh Jehová, mi fin, y la medida de mis días... lo que es, para que yo sepa cuán transitorio soy. ¡Mira! Has hecho que mis días sean solo unos cuantos; y la duración de mi vida es como nada enfrente de ti”. David deseaba que su forma de vivir, reflejada en su habla y acciones, agradase a Dios. Reconoció su dependencia de Dios cuando dijo: “Mi expectación está vuelta hacia ti” (Salmo 39:4, 5, 7). Jehová escuchó a David: midió sus actos y lo recompensó como merecía.
Fácilmente podemos enredarnos en una vida acelerada y llena de actividades, queriendo aprovechar hasta el último minuto del día. Ese ritmo de vida pudiera causarnos ansiedad, sobre todo al percibir lo mucho que hay que hacer y experimentar, y el poco tiempo del que disponemos. ¿Queremos, igual que David, vivir de forma que obtengamos la aprobación de Jehová? No hay duda de que Él nos observa y examina cuidadosamente a cada uno de nosotros. Job, hombre temeroso de Dios, reconoció hace unos tres mil seiscientos años que Jehová veía sus caminos y contaba todos sus pasos. Por ello, formuló la siguiente pregunta retórica: “Cuando [él] pida cuentas, ¿qué podré responderle?” (Job 31:4-6, 14). Nosotros podemos hacer que nuestros días cuenten para Jehová si fijamos nuestras prioridades espirituales, obedecemos sus mandamientos y empleamos sabiamente nuestro tiempo. Analicemos con más detalle cómo lograr estos objetivos.
Cómo reparar su amistad con Jehová
Hable a menudo con Jehová. Su Padre entiende que tal vez no le resulte fácil orarle si se sigue sintiendo culpable por su pecado (Rom. 8:26). Aun así, persevere en la oración y dígale a Jehová lo mucho que desea ser su amigo (Rom. 12:12). Andrej recuerda: “Sentía una inmensa culpa y vergüenza. Pero después de cada oración me sentía más aliviado y en paz”. Si usted no sabe sobre qué orar, medite en las oraciones que hizo el rey David cuando estaba arrepentido y que se encuentran en los Salmos 51 y 65.
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Demostremos que somos confiables
16 El autocontrol es muy importante si queremos ganarnos la confianza de los demás. Esta cualidad nos ayuda a mordernos la lengua cuando sentimos la tentación de divulgar una confidencia (lea Proverbios 10:19). Algo que puede poner a prueba nuestro autocontrol son las redes sociales. Si no tenemos cuidado, podríamos revelar sin querer información confidencial a muchísimas personas. Y una vez que enviamos esa información no podemos controlar cómo se usará ni deshacer el daño que pueda causar. El autocontrol también nos ayuda a guardar silencio cuando nuestros enemigos tratan de engañarnos para que les contemos cosas que pueden poner en peligro a nuestros hermanos. Esto podría ocurrir si la policía nos interroga en un país donde nuestra obra está prohibida o restringida. En esta y otras situaciones nos puede ayudar poner en práctica este principio: “Mantendré mi boca tapada con un bozal” (Sal. 39:1). Debemos ser confiables con nuestros familiares, con nuestros amigos, con nuestros hermanos y con cualquier otra persona. Y para esto es imprescindible que tengamos autocontrol.
20-26 DE MAYO
TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 40, 41
¿Por qué ayudar a los demás?
Ser generosos nos hace felices
16 Quien es generoso de verdad no espera recibir nada a cambio. Jesús tenía esto presente al decir: “Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás feliz, porque ellos no tienen con qué pagártelo” (Luc. 14:13, 14). La Biblia dice que el generoso será bendecido y que “cualquiera que obra con consideración para con el de condición humilde” es feliz (Prov. 22:9; Sal. 41:1). En efecto, somos generosos porque ayudar a los demás es un placer.
17 Cuando Pablo repitió las palabras de Jesús de que “hay más felicidad en dar que en recibir”, no se refería solo a dar cosas materiales, sino también a dar ánimos, guía y ayuda a quien lo necesite (Hech. 20:31-35). El apóstol nos enseñó con palabras y con hechos a ser generosos con nuestro tiempo, energías, atención y amor.
18 Los sociólogos también han observado que dar nos hace felices. Según cierto artículo, las personas afirman que se sienten notablemente más felices cuando hacen buenas obras por los demás. De acuerdo con los investigadores, ayudar al prójimo nos transmite un sentido de logro porque satisface necesidades humanas que son fundamentales. De hecho, los expertos suelen recomendar el voluntariado como método para tener una salud mejor y una mayor sensación de felicidad. Esto no nos sorprende a quienes consideramos que la Biblia es la Palabra de nuestro cariñoso Creador, Jehová (2 Tim. 3:16, 17).
Jehová lo cuidará
7 Lo anterior no quiere decir que Dios no nos apoye cuando estamos enfermos. Él nos consuela y nos da sabiduría tal como hizo con sus siervos del pasado. El rey David escribió: “Feliz es cualquiera que obra con consideración para con el de condición humilde; en el día de calamidad Jehová le proveerá escape. Jehová mismo lo guardará y lo conservará vivo” (Sal. 41:1, 2). Como es obvio, David no estaba diciendo que Dios conservaría vivo hasta nuestros días al que hubiera mostrado consideración a los necesitados. Entonces, ¿cómo lo ayudaría? Apoyándolo y fortaleciéndolo mientras estuviera enfermo en su “diván”, es decir, en su cama (Sal. 41:3). Así es, la persona considerada puede estar segura de que Dios sabe lo que ha hecho y no lo olvidará. Además, Jehová creó el cuerpo humano con la capacidad de luchar contra las enfermedades, lo que de por sí es una gran ayuda.
Imitemos la compasión de Jehová
17 Por supuesto, no solo mostramos compasión porque nos reporta beneficios. Lo hacemos sobre todo porque queremos imitar y dar gloria a Jehová, la Fuente del amor y la compasión (Prov. 14:31). Por eso, hagamos todo lo posible por imitar su ejemplo perfecto. Así nos acercaremos más a nuestros hermanos y disfrutaremos de mejores relaciones con quienes nos rodean (Gál. 6:10; 1 Juan 4:16).
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Jehová
Todo el relato bíblico gira en torno a la vindicación de la soberanía de Jehová, que manifiesta el propósito principal de Jehová Dios: la santificación de su nombre. Esta santificación hace necesario limpiar el nombre de Dios de todo oprobio. Pero requiere mucho más que eso: requiere que todas las criaturas inteligentes de los cielos y de la Tierra honren ese nombre como sagrado, lo que, a su vez, significa que reconocen y respetan voluntariamente la soberanía de Jehová y que están deseosos de servirle, deleitándose en hacer su divina voluntad por el amor que le profesan. La oración de David a Jehová registrada en el Salmo 40:5-10 expresa bien esta actitud y verdadera santificación del nombre de Jehová. (Obsérvese la aplicación que hace el apóstol de partes de este salmo a Cristo Jesús en Heb 10:5-10.)
27 DE MAYO A 2 DE JUNIO
TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 42-44
Aproveche al máximo la enseñanza que viene de Jehová
Puntos sobresalientes del libro segundo de los Salmos
42:4, 5, 11; 43:3-5. Si por alguna razón más allá de nuestro control se nos separa temporalmente de la congregación cristiana, nos sostendrá recordar los momentos felices pasados con nuestros hermanos. Aunque tales recuerdos quizá aumenten nuestra soledad al principio, también nos ayudarán a tener presente que Dios es nuestro refugio y que necesitamos esperar en él para recibir alivio.
Sesiones de estudio más amenas y productivas
1 ORAR. Lo primero es acudir a Dios (Sal. 42:8). El estudio de su Palabra forma parte de la adoración que le rendimos. Por eso, debemos pedirle que nos conceda su espíritu y la debida actitud (Luc. 11:13). Barbara, quien lleva muchos años en el servicio misional, señala: “Siempre hago una oración antes de leer o estudiar la Biblia. Entonces siento que Jehová me apoya y aprueba lo que hago”. La oración nos ayuda a preparar la mente y el corazón para que asimilen el abundante alimento espiritual que recibimos.
No dejemos caer las manos
11 La educación que recibimos en las reuniones, las asambleas y las escuelas bíblicas también nos hace más fuertes. Esa instrucción nos ayuda a tener la motivación apropiada, a ponernos metas espirituales y a cumplir con todas nuestras responsabilidades cristianas (Sal. 119:32). ¿Hacemos lo posible por conseguir la fuerza que nos puede dar esa educación bíblica?
12 Jehová ayudó a su pueblo a vencer a los amalequitas y a los etíopes, y les dio fuerzas a Nehemías y a los demás judíos para terminar la reconstrucción de los muros. Dios también nos dará las fuerzas que necesitamos para cumplir con nuestra misión de predicar a pesar de la oposición, de la apatía o de nuestras inquietudes (1 Ped. 5:10). Pero no esperemos que Jehová haga un milagro para ayudarnos. Tenemos que poner de nuestra parte: leamos la Biblia todos los días, estudiemos la información que se analiza en las reuniones y asistamos a ellas todas las semanas, alimentemos nuestra mente y corazón con un estudio personal y en familia, y acudamos siempre a Jehová en oración. No permitamos que otras ocupaciones o metas nos impidan aprovecharnos al máximo de lo que Jehová usa para fortalecernos y animarnos. Si nos parece que hemos aflojado en alguno de estos campos, pidámosle ayuda a Dios. Entonces veremos que su espíritu hace que haya en nosotros “tanto el querer como el actuar” (Filip. 2:13). Ahora bien, ¿qué podemos hacer para fortalecer las manos de los demás?
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Chacal
El chacal aparece repetidas veces en las Escrituras en diferentes ilustraciones. Cuando Job describió su propio estado lamentable, exclamó que había llegado a ser un “hermano para los chacales”. (Job 30:29.) Concerniente a una derrota humillante del pueblo de Dios, el salmista se lamentó: “Nos has aplastado en el lugar de chacales” (Sl 44:19), quizás refiriéndose al campo de batalla donde los chacales se congregan para alimentarse de los cadáveres. (Compárese con Sl 68:23.) Como consecuencia del sitio babilonio de Jerusalén en el año 607 a. E.C., hubo una gran hambre, y como resultado, las madres trataron con crueldad a sus propios hijos. Por esa razón Jeremías contrastó apropiadamente la crueldad “de [su] pueblo” con el cuidado maternal de los chacales. (Lam 4:3, 10.)
3-9 DE JUNIO
TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 45-47
Una canción sobre la boda de un rey
¡Alegrémonos por la boda del Cordero!
8 (Lea Salmo 45:13, 14a.) La novia se presenta “toda gloriosa” para la boda real. En Revelación 21:2 se la compara a una ciudad, la Nueva Jerusalén, y se dice que está “adornada para su esposo”. Esta ciudad celestial tiene “la gloria de Dios” y está radiante, como “una piedra preciosísima, como piedra de jaspe que brillara con claridad cristalina” (Rev. 21:10, 11). El resplandor de la Nueva Jerusalén se describe hermosamente en el libro de Revelación (Rev. 21:18-21). ¡Con razón el salmista dice que la novia va “toda gloriosa”! Al fin y al cabo, la boda real está teniendo lugar en el cielo.
9 La novia es llevada ante el Novio, el Rey Mesiánico. Él la ha estado preparando, “limpiándola con el baño de agua por medio de la palabra”, de modo que es “santa y [está] sin tacha” (Efes. 5:26, 27). Pero, además, debe estar vestida adecuadamente para la boda. ¡Y, desde luego, lo está! “Su ropa tiene engastes de oro” y “en ropaje tejido [es] llevada al rey”. Para la boda del Cordero “se le ha concedido estar vestida de lino fino, brillante y limpio, porque el lino fino representa los actos justos de los santos” (Rev. 19:8).
El mensaje de Apocalipsis para usted en el futuro
10 ¿Cuál será la reacción de Jehová cuando se produzca este cruel ataque contra su pueblo? Él mismo nos lo dice: “Se desatará mi gran furia” (Ezeq. 38:18, 21-23). El capítulo 19 de Apocalipsis explica lo que ocurrirá a continuación. Jehová enviará a su Hijo a defender a su pueblo y a derrotar a sus enemigos. Y Jesús no estará solo; lo acompañarán “los ejércitos del cielo”, es decir, los ángeles fieles junto con los 144.000 (Apoc. 17:14; 19:11-15). ¿En qué acabará esta guerra? En la destrucción total de todas las personas y las organizaciones que se oponen a Jehová (lea Apocalipsis 19:19-21).
11 ¿Cómo se sentirán los cristianos fieles en la Tierra cuando vean que han sobrevivido a la aniquilación de los enemigos de Dios? ¡No podrán contener la alegría! Y, aunque en el cielo se oirán gritos de alegría cuando Babilonia la Grande desaparezca, habrá un motivo de felicidad aún mayor (Apoc. 19:1-3). De hecho, es el acontecimiento más emocionante del libro de Apocalipsis: “la boda del Cordero” (Apoc. 19:6-9).
12 ¿Cuándo se celebrará la boda? Aunque todos los 144.000 estarán en el cielo justo antes de empezar el Armagedón, ese no será el momento de celebrar la boda del Cordero (lea Apocalipsis 21:1, 2). La boda se celebrará después de la guerra de Armagedón, cuando todos los enemigos de Dios hayan sido eliminados (Sal. 45:3, 4, 13-17).
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Guerra
Cuando concluya esta guerra, la Tierra disfrutará de paz durante mil años. El salmo declara a este respecto, “[Jehová] hace cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza; quema los carruajes en el fuego”. Este salmo tuvo su primer cumplimiento cuando Dios trajo paz a la tierra de Israel al destruir los instrumentos de guerra del enemigo. Pero una vez que Jesucristo derrote a los instigadores de la guerra en Har-Magedón, se disfrutará de paz completa y satisfaciente hasta la extremidad de esta esfera terrestre. (Sl 46:8-10.) Finalmente, las personas favorecidas con vida eterna serán las que habrán batido “sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas” y que no habrán ‘aprendido más la guerra’. “Porque la boca misma de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.” (Isa 2:4; Miq 4:3, 4.)
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¿Qué desaparecerá cuando venga el Reino de Dios?
9 ¿Qué sustituirá a las organizaciones corruptas? ¿Existirá alguna organización en la Tierra después de Armagedón? La Biblia responde: “Hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en estos la justicia habrá de morar” (2 Ped. 3:13). Los viejos cielos y la vieja tierra, es decir, los gobiernos corruptos y la sociedad bajo su control, habrán desaparecido. ¿Qué los sustituirá? La expresión “nuevos cielos y una nueva tierra” nos da a entender que habrá un nuevo gobierno y una nueva sociedad gobernada por él. El Reino, en manos de Jesucristo, reflejará a la perfección la personalidad de Jehová, un Dios de orden (1 Cor. 14:33). Eso significa que “la nueva tierra” será una sociedad organizada. Hombres buenos se encargarán de atender los asuntos (Sal. 45:16). Los dirigirán Cristo y los 144.000 que gobiernen con él. ¡Qué maravilloso será cuando todas las organizaciones corruptas sean reemplazadas por una única organización, unida e imposible de corromper!
10-16 DE JUNIO
TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 48-50
Padres, ayuden a sus hijos a confiar cada vez más en la organización de Jehová
La adoración verdadera nos hace más felices
11 Adoramos a Jehová cuando estudiamos su Palabra y les hablamos de él a nuestros hijos. Cada sábado, los israelitas tenían la oportunidad de dejar a un lado su rutina diaria y fortalecer su amistad con Jehová (Éx. 31:16, 17). Los israelitas fieles les enseñaban a sus hijos sobre Jehová y su bondad. En nuestro caso, debemos apartar tiempo en nuestro horario para leer y estudiar la Palabra de Dios. Eso forma parte de nuestra adoración a Jehová y nos ayuda a acercarnos más a él (Sal. 73:28). Además, cuando estudiamos juntos en familia, podemos ayudar a una nueva generación —nuestros hijos— a cultivar una cariñosa relación personal con nuestro amoroso Padre celestial (lea Salmo 48:13).
Tenemos buenas razones para estar contentos
“Marchen ustedes alrededor de Sión, y vayan a la redonda de ella, cuenten sus torres. Fijen su corazón en su antemural. Inspeccionen sus torres de habitación, para que puedan relatarlo a la generación futura.” (Sal. 48:12, 13.) Con estas palabras, el salmista animó al pueblo a ir a Jerusalén y verla de cerca. ¿Se imagina los recuerdos imborrables de las familias judías que viajaban a la ciudad santa para las fiestas anuales y tenían la oportunidad de contemplar su majestuoso templo? Lo que veían era maravilloso, y, como es natural, tenían muchas ganas de “relatarlo a la generación futura”.
Pensemos en la reina de Seba, quien recibió con escepticismo los informes que le llegaron acerca del espléndido reinado de Salomón y su vasta sabiduría. ¿Qué la convenció de que era verdad lo que había escuchado? Ella misma dio la respuesta: “No puse fe en sus palabras hasta que yo hubiera venido para que mis propios ojos vieran” (2 Cró. 9:6). Está claro que las cosas que más impacto nos causan son las que vemos con nuestros propios ojos.
¿Cómo puede ayudar a sus hijos a ver con sus propios ojos las maravillas de la organización de Jehová? Si hay un Hogar Betel cerca de su casa, vale la pena hacer el esfuerzo de ir a conocerlo. Fijémonos en el caso de Mandy y Bethany. Aunque se criaron a unos 1.500 kilómetros (900 millas) de la sucursal de su país, sus padres las llevaban frecuentemente a visitarla, sobre todo cuando eran adolescentes. “Antes de conocer Betel —comentan ellas— pensábamos que era un lugar muy ceremonioso y que solo había allí personas mayores. Pero la realidad es que vimos muchos jóvenes alegres trabajando duro para Jehová. Llegamos a comprender que la organización no se limita a la zona donde vivimos. Cada visita a la sucursal era una inyección de energía espiritual.” Mandy y Bethany pudieron observar de cerca la organización de Dios, y eso las impulsó a hacerse precursoras, y más tarde fueron invitadas a Betel como voluntarias temporales.
Comportémonos como ciudadanos del Reino
5 Estudiar la historia. Quienes deseen hacerse ciudadanos de una nación tal vez tengan que aprender algo de su historia. De la misma forma, quienes desean ser ciudadanos del Reino de Dios hacen bien en aprender todo lo que puedan sobre ese gobierno. Pensemos en un ejemplo del antiguo Israel. Los descendientes de Coré le tenían cariño a Jerusalén y su lugar de adoración, y les encantaba relatar la historia de la ciudad. Lo que más les impresionaba no eran las piedras y la argamasa, sino lo que dicho lugar y Jerusalén representaban. Esta era la ciudad “del gran Rey”, Jehová, pues constituía el centro de la adoración pura. Era allí donde se enseñaba la Ley de Dios, y era al pueblo que Jehová gobernaba como Rey de Jerusalén a quien él expresó su bondad amorosa (léase Salmo 48:1, 2, 9, 12, 13). ¿Tiene usted el mismo deseo que ellos de estudiar y relatar la historia de la parte terrestre de la organización de Jehová? Cuanto más aprenda sobre ella y el apoyo que Jehová brinda a su pueblo, más real será el Reino de Dios para usted y más intenso se hará su deseo de predicar las buenas nuevas de ese Reino (Jer. 9:24; Luc. 4:43).
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Riquezas
Como una nación próspera, los israelitas podían disfrutar de comer y beber (1Re 4:20; Ec 5:18, 19), y sus riquezas servían para protegerlos de los problemas de la pobreza. (Pr 10:15; Ec 7:12.) Sin embargo, aunque el propósito de Jehová era que los israelitas disfrutaran de prosperidad por su duro trabajo (compárese con Pr 6:6-11; 20:13; 24:33, 34), también se encargó de advertirles del peligro que suponía olvidarse de que Él era la Fuente de su prosperidad y ponerse a confiar en las riquezas. (Dt 8:7-17; Sl 49:6-9; Pr 11:4; 18:10, 11; Jer 9:23, 24.) Se les recordó que las riquezas eran transitorias (Pr 23:4, 5); no podían entregarlas a Dios como un rescate para librar a alguien de la muerte (Sl 49:6, 7) y no eran de ningún valor para los muertos. (Sl 49:16, 17; Ec 5:15.) Se les mostró que el dar indebida importancia a las riquezas les conduciría a prácticas fraudulentas y al disfavor de Jehová. (Pr 28:20; compárese con Jer 5:26-28; 17:9-11.) También se les estimuló a “[honrar] a Jehová con [sus] cosas valiosas”. (Pr 3:9.)
17-23 DE JUNIO
TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 51-53
¿Qué puedo hacer para no cometer un pecado grave?
Cómo proteger el corazón
4 En Proverbios 4:23, se usa el término “corazón” para referirse a “lo interior” o “el yo secreto” (lea Salmo 51:6). En otras palabras, el corazón representa nuestros pensamientos, sentimientos, motivos y deseos. No es lo que parecemos ser por fuera, sino lo que de verdad somos por dentro.
5 Cuidar lo que somos por dentro se parece a cuidar nuestra salud física. Por ejemplo, si queremos estar sanos, tenemos que nutrirnos bien y hacer ejercicio con regularidad. De manera parecida, si queremos estar saludables en sentido espiritual, tenemos que nutrir bien nuestra fe y “ejercitarla” con regularidad poniendo en práctica lo que aprendemos y hablando de nuestras creencias (Rom. 10:8-10; Sant. 2:26). Por otra parte, nuestro aspecto puede hacernos creer que estamos saludables, aunque en realidad estemos enfermos. De manera parecida, nuestra actividad espiritual puede hacernos creer que nuestra fe está fuerte, aunque por dentro estén creciendo malos deseos (1 Cor. 10:12; Sant. 1:14, 15). Recordemos que Satanás quiere contagiarnos sus ideas. ¿De qué maneras concretas lo intenta, y cómo podemos protegernos?
Luche contra los malos deseos
5 Jehová le dará la ayuda que necesita para vencer si se la pide. Cuando se acerque a él por medio de la oración, él se acercará a usted. Le dará su espíritu en abundancia para que le sea más fácil resistir los pensamientos inmorales y mantenerse limpio. Por eso, dígale que usted quiere agradarlo con sus pensamientos (Sal. 19:14). Pídale con humildad que lo examine y le ayude a descubrir cualquier “camino doloroso”, es decir, cualquier deseo o pensamiento que pudiera ser dañino para usted (Sal. 139:23, 24). Pídale una y otra vez que lo ayude a mantenerse firme cuando surja la tentación (Mat. 6:13).
6 A veces, la crianza de una persona o su conducta del pasado pueden hacer que se sienta atraída por las cosas que Jehová condena. Pero aun así, Dios puede ayudarla a hacer los cambios necesarios. Después de haber cometido adulterio con Bat-seba, David le imploró lo siguiente a Jehová: “Crea en mí hasta un corazón puro, [...] y pon en mí un espíritu nuevo, uno que sea constante” (Sal. 51:10, 12). Aunque el deseo de cometer inmoralidad sea muy intenso, Jehová puede hacer que nuestro deseo de obedecerlo sea más intenso aún. Aunque los malos deseos estén muy arraigados en nuestro corazón y nos cueste tener pensamientos puros, Jehová puede ayudarnos a vivir una vida limpia. Él nos ayudará a mantener la mente libre de pensamientos impuros (Sal. 119:133).
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Doeg
Edomita que servía de mayoral de los pastores del rey Saúl, un puesto de supervisor que exigía responsabilidad (1Sa 21:7; 22:9); debió ser un prosélito. Debido a ser “detenido delante de Jehová” en Nob —posiblemente a causa de un voto, alguna inmundicia o sospecha de lepra—, Doeg presenció cómo el sumo sacerdote Ahimélec le daba a David el pan de la proposición y la espada de Goliat. Más tarde, cuando Saúl se dirigió a sus siervos y los acusó de estar conspirando contra él, Doeg reveló lo que había visto en Nob. Después de convocar al sumo sacerdote Ahimélec, así como a los otros sacerdotes de Nob, e interrogarle, Saúl ordenó a los corredores que dieran muerte a los sacerdotes. Cuando estos rehusaron, Doeg, por mandato de Saúl, dio muerte sin vacilar a un total de ochenta y cinco sacerdotes. Después de esta acción inicua, Doeg dio a Nob por entero a la destrucción, matando a todos sus habitantes, tanto jóvenes como viejos, así como al ganado. (1Sa 22:6-20.)
Como se indica en el encabezamiento del Salmo 52, David escribió concerniente a Doeg: “Adversidades trama tu lengua, afilada como una navaja, y obra engañosamente. Has amado lo malo más que lo bueno; la falsedad, más que el hablar justicia. Has amado todas las palabras devoradoras, oh lengua engañosa”. (Sl 52:2-4.)
24-30 DE JUNIO
TESOROS DE LA BIBLIA SALMOS 54-56
Dios está de su parte
Seamos sabios: temamos a Dios
10 En cierta ocasión, David se refugió en los dominios de Akís, rey de la ciudad filistea de Gat, la misma ciudad donde Goliat había nacido (1 Samuel 21:10-15). Entonces, los siervos del rey lo acusaron de ser un enemigo de la nación. ¿Qué hizo David en aquella peligrosa situación? Oró con fervor a Jehová (Salmo 56:1-4, 11-13). Para escapar, tuvo que fingir que estaba loco, pero él sabía que era Jehová quien lo había liberado al bendecir sus actos. Su confianza absoluta en Él demostró que verdaderamente era un hombre temeroso de Dios (Salmo 34:4-6, 9-11).
11 Al igual que David, nosotros podemos demostrar que tememos a Dios. ¿De qué manera? Confiando en su promesa de ayudarnos cuando atravesamos dificultades. “Haz rodar sobre Jehová tu camino, y fíate de él, y él mismo obrará”, escribió David (Salmo 37:5). Ahora bien, eso no significa que en vez de hacer lo posible por resolver nuestros problemas, se los dejemos a Jehová para que él se encargue de ellos. Después de pedirle ayuda a Dios, David no se quedó cruzado de brazos. Más bien, empleó las capacidades físicas y mentales que Jehová le había dado y afrontó el problema. Sin embargo, sabía que el ser humano no puede depender únicamente de sus propias fuerzas. Y así es como nosotros debemos verlo. Una vez que hemos hecho todo lo que está a nuestro alcance, tenemos que dejar el resto en manos de Jehová. La verdad es que, muchas veces, lo único que podemos hacer es confiar en él. Entonces es cuando el temor de Dios se convierte en algo mucho más real para nosotros. Sin duda, estas sinceras palabras de David resultan muy alentadoras: “La intimidad con Jehová pertenece a los que le temen” (Salmo 25:14).
Nada puede “separarnos del amor de Dios”
9 Jehová también valora nuestro aguante (Mateo 24:13). Recuerde que Satanás quiere que usted le dé la espalda a Dios. Así que cada día que le es leal a Jehová es un día más en que contribuye a responder a los desafíos del Diablo (Proverbios 27:11). Claro, a veces es difícil aguantar. Si tenemos problemas de salud, económicos, emocionales o de otro tipo, cada día puede convertirse en una prueba. Además, si nuestras expectativas tardan en cumplirse, podríamos desanimarnos (Proverbios 13:12). Jehová valora mucho que, a pesar de todo esto, le sigamos sirviendo con aguante. Por eso, con total seguridad, el rey David le pidió que recogiera sus lágrimas en un odre y le dijo: “¿Acaso no están anotadas en tu libro?” (Salmo 56:8). Jehová ve nuestras lágrimas y todo lo que sufrimos por serle leales. Él recuerda todo esto con cariño y lo valora muchísimo.
El amor de Jehová nos ayuda a vencer nuestros temores
16 Satanás sabe que valoramos mucho la vida. Por eso asegura que estamos dispuestos a sacrificar cualquier cosa —incluso nuestra amistad con Jehová— con tal de seguir vivos (Job 2:4, 5). ¡Pero qué equivocado está! Como él “tiene los medios para causar la muerte”, se aprovecha de nuestro miedo natural a morir con la intención de que le demos la espalda a Jehová (Heb. 2:14, 15). A veces, Satanás utiliza a algunas personas para que nos amenacen y nos digan que, si no renunciamos a nuestra fe, nos matarán. O puede que se valga de una emergencia médica para que caigamos y le fallemos a Jehová. Tal vez los médicos o nuestros familiares no Testigos nos presionen para que aceptemos una transfusión de sangre, lo cual está en contra de la ley de Dios. O quizás alguien trate de convencernos para que aceptemos un tratamiento que viola los principios bíblicos.
17 Ninguno de nosotros quiere morir, pero sabemos que, si perdiéramos la vida, Jehová seguiría amándonos (lea Romanos 8:37-39). Los amigos de Jehová que mueren siguen vivos en la memoria de él, como si todavía existieran (Luc. 20:37, 38). Y él está deseando devolverles la vida (Job 14:15). Jehová ha pagado un precio muy alto para que tengamos vida eterna (Juan 3:16). Sabemos muy bien cuánto nos quiere y nos cuida. Por eso, cuando estamos enfermos o nos amenazan de muerte, no le damos la espalda. Al contrario, acudimos a él para que nos dé consuelo, sabiduría y fuerzas. Eso es exactamente lo que hicieron Valeria y su esposo (Sal. 41:3).
Busquemos perlas escondidas
it-2 707, 708
Presciencia, predeterminación
El proceder traidor de Judas Iscariote cumplió profecía divina y demostró la presciencia de Jehová, así como también la de su Hijo. (Sl 41:9; 55:12, 13; 109:8; Hch 1:16-20.) No obstante, no puede afirmarse que Dios predeterminó o predestinó específicamente a Judas para que siguiera tal proceder. Las profecías habían predicho que uno de los asociados íntimos de Jesús lo traicionaría, pero no especificaron cuál de ellos sería. También en este caso los principios bíblicos excluyen la posibilidad de aducir que Dios predestinó el comportamiento de Judas. El apóstol Pablo mencionó la siguiente norma divina: “Nunca impongas las manos apresuradamente a ningún hombre; ni seas partícipe de los pecados ajenos; consérvate casto”. (1Ti 5:22; compárese con 3:6.) Jesús se interesó en seleccionar sabiamente y con el debido rigor a sus doce apóstoles, pues antes de dar a conocer su decisión, pasó toda una noche orando a su Padre. (Lu 6:12-16.) Si hubiera estado predestinado que Judas fuese un traidor, la guía de Dios hubiese sido inconsecuente y, según su propia norma, se hubiese hecho partícipe de los pecados que Judas cometió.
Por consiguiente, se desprende que cuando se seleccionó a Judas para ser apóstol, su corazón aún no daba indicios de tener una actitud traicionera. Él permitió que ‘brotara una raíz venenosa’ y lo contaminara, de modo que se desvió y aceptó la dirección del Diablo en lugar de la de Dios, lo que le llevó al robo y la traición. (Heb 12:14, 15; Jn 13:2; Hch 1:24, 25; Snt 1:14, 15; véase JUDAS núm. 4.) Cuando su desviación llegó a un determinado punto, Jesús mismo pudo leer el corazón de Judas y predecir su traición. (Jn 13:10, 11.)