REPÚBLICA DOMINICANA
Prisión y oposición
Encarcelados por ser neutrales
Enrique Glass y el calabozo donde estuvo preso dos semanas
El 19 de junio de 1949, un grupo de dominicanos exiliados llegó al país con el plan de derrocar al dictador Rafael Trujillo. El gobierno neutralizó la invasión con rapidez, pero además, encarceló a quienes se negaban a prestar el servicio militar y a cualquier otra persona considerada “enemiga”. Entre los primeros Testigos de Jehová que fueron a prisión por no unirse al ejército estuvieron León, Enrique y Rafael Glass, y algunos compañeros de trabajo de León que también eran Testigos.
León explicó lo que les sucedió a él y a los hermanos con los que trabajaba: “La policía secreta nos arrestó y nos sometió a interrogatorios. Nos amenazaron y luego nos liberaron, pero pocos días después nos llamaron a filas sin seguir el procedimiento acostumbrado. Como nos negamos, nos metieron en prisión. Allí había otros cuatro Testigos; dos de ellos eran mis hermanos carnales. Después que nos liberaron, nos condenaron de nuevo. Ocurrió así en tres ocasiones, y apenas transcurrieron unos días entre una sentencia y la siguiente. Terminamos pasando casi siete años en la cárcel; la última condena fue de cinco años”.
“Cuando nos golpeaban con varas, látigos y culatas de rifles, lo podíamos soportar porque Jehová nos daba fuerzas para aguantar”
La vida en la cárcel era una constante prueba para los hermanos. Tanto los prisioneros como los guardias los insultaban día y noche. Por ejemplo, el comandante de la Fortaleza Ozama, donde estuvieron encarcelados al principio, les dijo: “Oigan, testigos de Jehová, cuando se hagan testigos del Diablo, me avisan, para que los deje salir”. Con todo, los perseguidores no lograron quebrantar la lealtad de aquellos hermanos. León explicó cuál fue el secreto: “Siempre recibimos fuerzas de Jehová para resistir y vimos su ayuda hasta en las cosas más pequeñas. Incluso cuando nos golpeaban con varas, látigos y culatas de rifles, lo podíamos soportar porque Jehová nos daba fuerzas para aguantar”.
Se prohíben las actividades de los testigos de Jehová
Mientras tanto, la oposición por parte de los enemigos de la adoración verdadera se iba intensificando por todo el país. Aun así, para mayo de 1950 había 238 publicadores en la República Dominicana, además de los misioneros. Entre los publicadores había 21 precursores.
Un periódico anuncia la sentencia de prisión de cuatro hermanos debido a su neutralidad
Por esas fechas, un agente de la policía secreta escribió a la Secretaría de la Presidencia. Informó que los miembros de “la secta religiosa” de los testigos de Jehová seguían realizando con entusiasmo sus actividades por todos los sectores de Ciudad Trujillo. Y advirtió que había que tener cuidado con ellos pues, según él, su predicación estaba confundiendo a la población, especialmente a las clases populares.
El secretario de Interior y Policía, José Antonio Hungría, exigió al hermano Brandt que entregara una carta que declarara la postura de los testigos de Jehová con respecto al servicio militar, el saludo a la bandera y el pago de impuestos. El hermano la redactó basándose en la información del libro “Sea Dios veraz”. Aun así, el 21 de junio de 1950, el secretario Hungría emitió un decreto en el que se prohibía la actividad de los testigos de Jehová en la República Dominicana. Además, convocó al hermano Brandt a su oficina para que lo oyera en persona. Brandt le preguntó si los misioneros debían abandonar el país, y Hungría le aseguró que podían quedarse siempre y cuando obedecieran la ley y no hablaran con otras personas sobre su religión.a
a En las semanas anteriores al decreto, unos sacerdotes católicos escribieron largos artículos de periódico en los que atacaban a los testigos de Jehová y los relacionaban con el comunismo.