FILIPENSES
Notas de estudio. Capítulo 3
estén siempre alegres a causa del Señor. O “estén siempre alegres en el Señor”. En su carta a los filipenses, Pablo expresa varias veces la alegría que siente, y anima a sus hermanos a alegrarse también (Flp 1:18; 2:17, 18, 28, 29; 4:1, 4, 10). Llama la atención que Pablo destaque tanto la alegría, ya que al parecer escribió esta carta cuando estaba bajo arresto domiciliario. La expresión más literal “en el Señor” puede transmitir ideas como ‘en relación con el Señor’, ‘en unión con el Señor’ o ‘a causa del Señor’. Aunque en este contexto el título “Señor” puede referirse tanto a Jehová Dios como a Jesucristo, es posible que Pablo esté aludiendo a consejos parecidos que se encuentran en las Escrituras Hebreas y se refieren a Jehová (Sl 32:11; 97:12). Ver “Información sobre Filipenses” y la nota de estudio de Flp 4:4.
Tengan cuidado. En este versículo, Pablo repite tres veces el verbo griego que se traduce como “tener cuidado”. En cada caso, este verbo va seguido de palabras que comienzan por la misma consonante griega (ver Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español, Francisco Lacueva). Esta técnica literaria añade intensidad y énfasis a sus palabras. Por otro lado, las tres características del grupo que amenaza la fe de los filipenses contrastan con las tres características de las personas fieles mencionadas en el versículo siguiente.
los perros. Pablo usa aquí el término “perros” en sentido figurado para advertirles a los filipenses del peligro de los falsos maestros, que en muchos casos eran judaizantes. Según la Ley mosaica, los perros eran animales impuros, y las Escrituras suelen emplear esa palabra con un sentido despectivo (Le 11:27; ver la nota de estudio de Mt 7:6). En las ciudades, los perros por lo general sobrevivían comiendo lo que encontraban. Esto incluía cosas que eran repugnantes, en particular para las personas que se habían criado respetando los mandamientos de la Ley mosaica (Éx 22:31; 1Re 14:11; 21:19; Pr 26:11). En las Escrituras Hebreas los enemigos de los siervos fieles de Jehová a veces son comparados a perros (Sl 22:16; 59:5, 6). Al llamar perros a los falsos maestros, Pablo quiere denunciarlos como personas impuras y, por tanto, indignas de transmitir las enseñanzas cristianas.
los que mutilan el cuerpo. O “los que mutilan la carne”. Hablando de los partidarios de la circuncisión, Pablo emplea la expresión “los que mutilan el cuerpo” (lit. “el corte hacia abajo”). Es posible que aquí esté haciendo un juego de palabras con la expresión “los que tenemos la verdadera circuncisión” (lit. “el corte alrededor”), que aparece en el siguiente versículo. Ver la nota de estudio de Flp 3:3.
nosotros somos los que tenemos la verdadera circuncisión. Esta frase puede traducirse literalmente como “nosotros somos la circuncisión”. Pablo aquí está hablando de los cristianos como los que tienen la única circuncisión que Dios exige y aprueba en la actualidad: la circuncisión del corazón (ver la nota de estudio de Ro 2:29). Es posible que Pablo esté terminando aquí el juego de palabras que empezó en el versículo anterior. Ver la nota de estudio de Flp 3:2.
estamos dando servicio sagrado. O “estamos sirviendo”, “estamos adorando”. El verbo griego latréuō tiene el sentido básico de ‘servir’. En la Biblia, por lo general se refiere a servir a Dios o a realizar un servicio relacionado con la adoración a él (Mt 4:10; Lu 2:37; Hch 7:7; Ro 1:9; 2Ti 1:3; Heb 9:14; Ap 22:3).
si hay alguien que tiene motivos para confiar en la carne, ese soy yo. Al usar la expresión “carne”, Pablo se está refiriendo a cosas que podrían darle ciertos beneficios desde un punto de vista humano, como las que se mencionan en Flp 3:5, 6.
de la tribu de Benjamín. En este versículo y en Ro 11:1, Pablo revela que proviene de la tribu de Benjamín. Aquí lo hace para destacar un aspecto de su herencia judía. Esta tribu era muy respetada. Hablando sobre los descendientes de Benjamín, el patriarca Jacob profetizó en su lecho de muerte: “Benjamín irá desgarrando a su presa como un lobo. Por la mañana se comerá a su presa y al atardecer repartirá el botín” (Gé 49:27). Y así fue. Esta tribu produjo muchos guerreros valientes y hábiles que pelearon como lobos para defender al pueblo de Jehová. Algunos benjaminitas cumplieron esta profecía “por la mañana”, es decir, al comienzo del reino que Jehová estableció en Israel. Otros lo hicieron “al atardecer”, o sea, cuando ese reino ya había llegado a su fin (1Sa 9:15-17; 1Cr 12:2; Est 2:5-7). Pablo también fue un guerrero valiente. Llevó a cabo una guerra espiritual contra las prácticas y doctrinas falsas. Además, fue clave en enseñar a numerosos cristianos a pelear esa guerra (Ef 6:11-17).
hebreo de padres hebreos. Aquí Pablo hace algo parecido a lo que hizo en 2Co 11:22 para destacar su herencia judía (ver la nota de estudio). En realidad, está diciendo que es un auténtico hebreo, un judío de pura cepa. Tal vez hiciera esta afirmación porque los falsos maestros cuestionaban su herencia judía y presumían de la de ellos. Aun así, Pablo deja claro que le da poca importancia a ese tipo de aspectos puramente externos. Ver las notas de estudio de Flp 3:7, 8.
fariseo en cuanto a la ley. Pablo menciona aquí su pasado en el judaísmo. Probablemente lo que quiere decir es que fue criado por padres que pertenecían a la rama farisea del judaísmo (ver la nota de estudio de Hch 23:6). Había otros cristianos que, como él, también habían sido fariseos. En Hch 15:5 (ver la nota de estudio) se los llama “miembros de la secta de los fariseos”.
ganancia, [...] pérdida. Aquí Pablo está usando dos términos griegos habituales en el mundo del comercio para hablar de sus supuestas ventajas en la vida. Nació con todos los derechos y privilegios de la ciudadanía romana (Hch 22:28). Se crio dentro del judaísmo como fariseo (Flp 3:5, 6). Fue alumno de Gamaliel, recibió una excelente formación y hablaba con fluidez tanto el griego como el hebreo. Así que podría haberse convertido en una importante figura del judaísmo (Hch 21:37, 40; 22:3). Sin embargo, para ser un fiel seguidor de Cristo, dejó atrás esas ventajas y perspectivas, que no veía como ganancias, sino como pérdidas. Lo que Pablo hizo estaba de acuerdo con el consejo que les dio Jesús a sus discípulos de evaluar con cuidado sus prioridades en cuestión de ganancias y pérdidas (Mt 16:26).
un montón de basura. Esta expresión es la traducción de una sola palabra, que también podría traducirse como “desechos”, “desperdicios” o incluso como “excremento” y “estiércol”. Es la única vez que aparece en las Escrituras Griegas Cristianas. Con este término Pablo expresa gráficamente el valor relativo que les da ahora a las perspectivas y logros que tanto le importaban antes de hacerse cristiano (ver la nota de estudio de Flp 3:5.) Muestra que está decidido a no pensar en las ventajas que dejó atrás lamentando la decisión que tomó. Más bien, todas las cosas que en su día consideró muy importantes han pasado a ser para él un montón de basura en comparación con el “incalculable valor del conocimiento de Cristo Jesús”.
la justicia que se consigue mediante la fe en Cristo. Ver la nota de estudio de Gál 2:16.
sometiéndome a una muerte como la suya. Los cristianos ungidos por espíritu se someten a una muerte como la de Jesús en el sentido de que, como él, llevan una vida de sacrificio, que incluye renunciar a toda esperanza de vivir para siempre en la tierra. Durante toda su vida se mantienen íntegros a pesar de las pruebas. Pasan por los mismos sufrimientos que Cristo y en algunos casos hasta se enfrentan a diario a la muerte. Esta forma de vida los lleva a morir como personas íntegras, es decir, a tener una muerte como la de Cristo. Y luego resucitan para vivir como criaturas espirituales (Mr 10:38, 39; Ro 6:4, 5). Ver la nota de estudio de Ro 6:3.
la resurrección más temprana. En este versículo, muchas traducciones usan sencillamente “resurrección”. Pero Pablo no usa aquí el término griego habitual para “resurrección” (anástasis). Emplea una palabra relacionada (exanástasis) que literalmente significa ‘levantamiento hacia afuera’ (Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español, Apoyo Bíblico, 2011) y que aparece esta única vez en todas las Escrituras Griegas Cristianas. Por eso, un buen número de especialistas comentan que este término se refiere a un tipo de resurrección en particular. En la literatura clásica griega se utilizaba para designar la acción de levantarse temprano por la mañana. Todo parece indicar que, al emplear esta palabra tan específica, Pablo tenía en mente una resurrección que sucede temprano en la línea del tiempo (1Co 15:23; 1Te 4:16), antes de la resurrección general de las personas para vivir en la tierra (Jn 5:28, 29; Hch 24:15). A esta resurrección temprana también se la llama “la primera resurrección”. Es la resurrección de los cristianos ungidos por espíritu para vivir en el cielo (Ap 20:4-6).
Cristo Jesús. Aunque algunos manuscritos omiten “Jesús”, la opción que aparece en el texto principal cuenta con un fuerte apoyo de otros manuscritos confiables.
olvidando las cosas que quedan atrás. La palabra griega que Pablo utiliza para “olvidar” puede significar ‘no preocuparse de’. Está claro que no se le han borrado de la memoria “las cosas que quedan atrás”, porque acaba de mencionar algunas (ver la nota de estudio de Flp 3:5). Más bien, desde que se hizo cristiano, Pablo se ha centrado en las cosas que tiene por delante al igual que un corredor fija la mirada en el tramo de pista que tiene por delante (ver la nota de estudio de estirándome para alcanzar las cosas por venir en este versículo). Este enfoque lo ha ayudado a olvidar “las cosas que quedan atrás”, es decir, a no preocuparse por las ventajas y perspectivas de las que disfrutaba cuando era un enérgico defensor del judaísmo. Se niega a quedarse en el pasado porque esas cosas ya no le importan. Ver la nota de estudio de Flp 3:8.
estirándome para alcanzar las cosas por venir. Estas palabras de Pablo dan a entender que se está comparando a sí mismo con un corredor, tal vez aludiendo indirectamente a los atletas de los juegos griegos (ver las notas de estudio de 1Co 9:24). Este tipo de imágenes eran muy comunes en el mundo grecorromano, y con frecuencia se hacían estatuas de corredores y se los representaba en vasijas. Durante la carrera, los corredores no se centraban en lo que dejaban atrás. Eso solo los volvería más lentos. Luciano, escritor griego del siglo segundo de nuestra era, empleó una imagen parecida cuando dijo: “El buen corredor, en cuanto cae la barrera [que marca el comienzo de la carrera], anhela sólo seguir adelante, fija su mente en la meta y pone en sus pies la esperanza de la victoria” (“No debe creerse con presteza en la calumnia”, en Obras [trad. Andrés Espinosa], vol. I, Gredos, 1981, p. 236). El corredor se esforzaba al máximo para alcanzar su objetivo: la línea de meta. De igual modo, Pablo no se centraba en las metas que le ofrecía el mundo y que él había dejado atrás, sino en la recompensa que tenía por delante. Ver la nota de estudio de Flp 3:14.
el premio de la llamada celestial. Pablo comprendía que su esperanza, como la de los demás cristianos ungidos, era gobernar con Cristo en el cielo como parte del Reino mesiánico (2Ti 2:12; Ap 20:6). “La llamada celestial” es en realidad una invitación para formar parte de ese Reino. Sin embargo, los “participantes de la llamada [o “invitación”] celestial” (Heb 3:1, 2; nota) tienen que “asegurar su llamada y selección” (2Pe 1:10) manteniéndose “fieles” a esa llamada (Ap 17:14). Solo entonces podrán recibir “el premio” asociado a esa invitación. Ver la nota de estudio de Flp 3:20.
sigamos andando correctamente por ese mismo camino. El verbo griego que aparece en esta expresión tiene el sentido básico de ‘estar en fila’ o ‘estar en línea’. En contextos militares se empleaba para describir la manera ordenada y unida en la que marchaba la primera línea de los soldados en los ejércitos de la antigüedad. Este verbo adquirió el sentido figurado de ‘seguir’, ‘caminar de acuerdo con’ o ‘atenerse a’ cierta trayectoria o norma. Parece que Pablo tenía en mente una trayectoria hacia adelante. Los filipenses debían mantenerse en el camino de la vida cristiana. Tenían que aferrarse a las verdades y las normas de conducta que habían aprendido. Este mismo verbo se ha traducido en las Escrituras Griegas Cristianas como “actuar correctamente”, “seguir de cerca” y “andar correctamente” (Hch 21:24; Ro 4:12; Gál 5:25; 6:16).
enemigos del madero de tormento del Cristo. Esta expresión se refiere a personas que en su momento aceptaron el cristianismo pero luego lo abandonaron y volvieron a llevar una vida egoísta centrada en el pecado. Este modo de actuar los convirtió, en realidad, en enemigos de la adoración verdadera (Flp 3:19). Aquí la expresión “madero de tormento” (en griego, staurós) representa la muerte de Jesús en el madero (ver glosario, madero y madero de tormento). Al morir así, Jesús dio su vida en sacrificio para que la humanidad dejara de estar esclavizada al pecado y, además, pudiera reconciliarse con Dios y tener una buena relación con él. Ahora bien, estos “enemigos del madero de tormento” demostraban con sus acciones que no apreciaban los beneficios de la muerte de Jesús (Heb 10:29).
final. O “fin consumado”, “fin completado”, “fin definitivo”. En otras palabras, lo que les espera finalmente a los “enemigos del madero de tormento del Cristo” es la “destrucción” (Flp 3:18).
su dios es su vientre. En sentido literal, la palabra griega koilía, que aquí se traduce como “vientre”, se refiere al ‘estómago’ o las ‘entrañas’ de alguien. En este versículo se usa en sentido figurado y se refiere a los apetitos o malos deseos de una persona (ver la nota de estudio de Ro 16:18). En tiempos de Pablo, algunas obras de teatro griegas hablaban del vientre como de un dios. Y había algún personaje que decía que su vientre era “la mayor de las divinidades” (Eurípides: El Cíclope [trad. Juan Miguel Labiano], Alianza Editorial, 2010, 330ss). Además, el filósofo latino Séneca, que era contemporáneo de Pablo, critica al hombre que es “esclavo de su vientre” (“De los beneficios”, libro VII, sec. XXVI, en Obras completas [trad. Lorenzo Riber], Aguilar, 1943). Al parecer, las personas de las que habla Pablo en Flp 3:18 les daban más importancia a sus propios deseos egoístas que a servir a Jehová. Algunos tal vez hayan cometido tantos excesos con la comida o la bebida que se volvieron glotones o borrachos (Pr 23:20, 21; comparar con Dt 21:18-21). Otros quizás decidieran poner las ventajas materiales que les ofrecía el mundo del siglo primero antes que el servicio a Jehová. Y algunos biblistas creen que aquí Pablo podría estar refiriéndose a las personas que seguían escrupulosamente las leyes judías sobre los alimentos. Estaban tan preocupadas por cumplir esas leyes que lo que comían se había vuelto demasiado importante para ellas y se había convertido en su dios.
nuestra ciudadanía. La ciudad de Filipos era una colonia romana, y a sus habitantes se les habían concedido muchos privilegios (ver las notas de estudio de Hch 16:12, 21). Es posible que algunos cristianos de la congregación de Filipos tuvieran una forma de ciudadanía romana, que era muy valorada. En aquel tiempo era muy importante la distinción entre el ciudadano y el que no lo era. Pero Pablo aquí se refiere a una ciudadanía muy superior, la ciudadanía en los cielos (Ef 2:19). Y anima a los cristianos ungidos a que no se centren en las cosas de la tierra (Flp 3:19), sino en su vida futura como “ciudadanos” en los cielos. Ver la nota de estudio de Flp 1:27.
que transformará nuestro insignificante cuerpo para que sea como su glorioso cuerpo. Aquí Pablo está hablando de la transformación que deben experimentar los cristianos ungidos para poder vivir como herederos con el Señor Jesucristo en la región espiritual. Primero deben morir como seres humanos. Y, luego, al llegar el tiempo fijado, Dios les devolverá la vida con cuerpos totalmente nuevos (2Co 5:1, 2). Recibirán cuerpos espirituales que son incorruptibles e inmortales (1Co 15:42-44, 53; ver la nota de estudio de 1Co 15:38). De este modo, sus humildes e imperfectos cuerpos humanos serán reemplazados por otros que serán “como” (lit. “con la misma forma de”) el glorioso cuerpo espiritual de Cristo (Ro 8:14-18; 1Jn 3:2).