Látigo para flagelar
El látigo conocido como flagelo (flagellum) era el instrumento más aterrador que se podía usar para dar azotes. Se componía de un mango al que se le sujetaban varias cuerdas o tiras de cuero. A esas tiras se les añadía peso con piezas puntiagudas de hueso o de metal para que los azotes fueran más dolorosos.
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