La vida entre el “pueblo” ártico del Canadá
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en el Canadá
LAS tierras árticas del Canadá todavía están habitadas principalmente por esquimales. Por lo general se asume que en algún tiempo en el pasado lejano sus antepasados atravesaron el angosto estrecho de Bering y se establecieron como los únicos ocupantes nativos a todo lo largo de la parte superior de la América del Norte hasta Groenlandia, al este.
Los esquimales mismos se llaman “innuit,” palabra que simplemente significa “hombres” o “pueblo.” Ahora ascienden a unos 50.000 o más, y una cantidad grande de ellos viven en el norte del Canadá. Estos constituyen un pueblo amigable y hospitalario al que se conoce por su buen humor. Todos hablan el mismo idioma, aunque éste varía algo de zona en zona.
Los innuit por lo general son más bajos de estatura que sus vecinos blancos del sur, y su piel es levemente más oscura. Por otra parte, son de tez más blanca que los indios norteamericanos, con quienes están relacionados. Ambos pertenecen a la raza mongoloide. Los esquimales tienen el pelo negro y lacio, los ojos oblicuos, los pómulos altos y la cara ancha. Su apariencia es muy oriental.
Los esquimales están adaptados físicamente a su clima frío. Por ejemplo, siendo de estructura baja y fornida, retienen mejor el calor que la persona alta y delgada. También, tienen una capa gruesa de carne en la cara.
Hasta hace unos setenta años los esquimales vivían muy aislados. Es verdad, buques balleneros erigían campamentos de verano entre ellos durante el siglo diecinueve, y aun exploradores y mercaderes de pieles se comunicaron con ellos antes de eso. Pero no ha sido sino hasta este siglo que los esquimales han mantenido contacto estrecho con el mundo exterior. En consecuencia, particularmente desde el fin de la II Guerra Mundial, ha habido un cambio grande en su modo de vivir. Muchos viven de manera muy diferente a como vivieron sus padres y abuelos de hace relativamente poco tiempo.
Casas de nieve
Hoy una casa de nieve está llegando a ser una vista rara. Sin embargo, los esquimales todavía las construyen, especialmente el pequeño iglú para pasar la noche que se construye cuando un esquimal viaja por su línea de trampas. En el transcurso de una hora puede tener un refugio que le suministre protección de los vientos árticos de frío penetrante. Se necesita un poco más de tiempo para construir una morada más permanente, pero se puede terminar al anochecer.
La única herramienta que se requiere para construir el refugio es un cuchillo de hoja larga para cortar bloques de nieve congelada. Cuando se termina, la casa se asemeja a una esfera cortada a la mitad. Por lo general mide de dos metros y medio a tres metros de diámetro, dependiendo del tamaño de la familia. La altura desde el suelo hasta la cúspide tiene un promedio de dos metros. La entrada a algunos iglúes es por un túnel que está en curva, construido parcialmente alrededor del iglú, para que la entrada misma de la casa esté completamente protegida del viento.
La familia duerme en una plataforma baja de nieve sobre la cual se coloca una cama de ramitas de sauce y luego se cubre con pieles de caribú. A veces las pieles se extienden hasta la mitad de las paredes y sus bordes se aseguran entre dos capas de bloques de nieve. El sistema de calefacción es sencillo... un “kudlik,” que es un objeto somero semejante a tazón tallado en piedra. En éste se quema grasa de foca o de ballena. No produce mucho calor, pero ciertamente se echa de menos cuando se agota el abastecimiento de grasa. En tiempos pasados un vigoroso innuit construía varios iglúes durante el invierno, especialmente si la caza le hacía necesario mudarse con frecuencia.
Consiguiendo la subsistencia
Por mucho tiempo el cazar y el coger con trampa ha sido el medio de subsistencia del esquimal. Si había poca caza en un sitio, mudaba a toda su familia a una región donde hubiera más animales y peces. Los hijos acompañaban a sus padres a cazar, y recibían entrenamiento práctico sobre cómo llegar a ser proveedores. La ballena, la morsa, la foca, el caribú y el famoso oso polar eran los artículos principales de su dieta, pero éstos eran reforzados con caza más pequeña como aves y peces. Por lo general comían la carne seca, congelada o cruda.
La responsabilidad de las esquimales siempre ha sido la de encargarse de los quehaceres domésticos y limpiar y preparar las pieles para hacer prendas de vestir. El arte de suavizar las pieles para que fácilmente se puedan coser y hacer chaquetas, guantes y mukluks (botas de piel de foca) ha sido pasado de madre a hija por generaciones.
Durante la corta temporada del agua abierta los esquimales construyen un kayac de piel de foca para pescar y viajar. Es lo bastante ligero como para ser cargado con una sola mano y está hecho de fuertes pieles impermeables estiradas sobra un armazón de madera ligera que termina en punta en ambos extremos. Con un remo doble uno puede impulsar este botecito sobre el agua a una velocidad asombrosa. Un bote más grande que hacen los esquimales es el umiak. Este puede llevar más de una persona y también se hace estirando pieles sobre un armazón de madera.
A menudo el esquimal depende grandemente de sus perros husky, una raza que tiene una capa de pelo grueso exterior y otra capa de pelo delgado cerca de la piel que les impide “empaparse hasta la piel.” Estos perros se han empleado para halar tres clases de trineos. El komatik es el más grande, a veces de siete metros de largo. Este trineo por lo general es halado por una partida de nueve perros, a veces atados en forma de abanico o en pares, mientras va al frente, solo, el perro guía. También, se han usado toboganes que tienen costados de lona y dos postes de madera en la parte trasera para dirigir. Estos son halados por de tres a cinco perros. Y otra clase de transporte es el trineo de canasta. Este es levantado del suelo por medio de deslizadores. Se proveen barandillas a los lados para proteger la carga y darle al conductor donde cogerse.
Cambios modernos
Aunque todavía se usan los trineos halados por perros, están siendo reemplazados por el tobogán motorizado. Estos tienen mucha demanda entre los esquimales. De hecho, ha llegado a ser una ambición personal de muchos el poseer uno. Pero éste solo es uno de los cambios principales del modo de vivir moderno de los esquimales.
En vez de la vida nómada de sus antepasados, los innuit están congregándose en poblados junto a trabajadores blancos, y participan en ocupaciones como minería, perforación de pozos petrolíferos, aviación regional, etc. Así pues, en vez de morar en iglúes, muchos viven en casas prefabricadas de bajo costo que suministra el gobierno canadiense. Muchos de estos hogares están equipados con electricidad y tienen cañerías y calefacción modernas.
No obstante, la mayoría de los esquimales todavía confía en coger con trampas y cazar como medio de subsistencia. Pero dado que los precios de las pieles son muy inestables, el gobierno canadiense está estimulando a estos esquimales a reforzar sus ingresos por medio de proyectos como esculturas de esteatita, estampados en piel de foca y la fabricación de la “Ookpik” esquimal, una muñequita de apariencia chistosa. Muchos de los innuit muestran verdadero talento para estas artes.
No hace mucho la educación de los jóvenes esquimales se circunscribía principalmente a lo que recibían de sus padres para prepararlos para las obligaciones de la vida de adultos. Tan recientemente como hace veinticinco años había muy pocas escuelas regulares en el ártico canadiense. Pero ahora hay suficientes para suministrar a todo muchacho y muchacha de edad escolar una educación.
La dieta de los esquimales todavía consiste principalmente de carne y pescado, pero ahora incluye una extensa variedad de otros alimentos. Hasta recientemente el alimento tenía que pedirse con un año de anticipación desde el sur, y el barco de abastecimiento anual entregaba comestibles enlatados y deshidratados durante la breve estación de agua abierta. Aunque la mayor parte de los abastecimientos todavía se entrega por barco, prácticamente hay comunicación todo el año con el mundo al sur por medio de servicios aéreos. Estos traen correspondencia y alimentos frescos, a veces dos o tres veces a la semana, y también hacen posible que la gente del norte disfrute de acceso a otras comodidades modernas.
La introducción de esos alimentos y mejores medios de salud ha servido para aumentar la población de los innuit muy rápidamente a través de los pocos años pasados. Hace años la mortalidad infantil entre los esquimales era muy alta, no solo a causa de las enfermedades, sino también debido a la práctica de infanticidio.
El infanticidio era común debido a que en esta tierra donde no había alimentos vegetales y no había caminos, una madre tenía que amamantar a su hijo y llevarlo adondequiera en la espalda hasta que tenía unos tres años de edad. El cuidar otro niño durante este período habría estado más allá de sus fuerzas. En consecuencia, aunque se sabe que los esquimales son afectos a los niños, no vacilaban en destruir a un nene recién nacido, especialmente una niña.
No obstante, otro cambio en la vida del pueblo ártico del Canadá ha acontecido en su religión. En tiempos pasados adoraban casi todo fenómeno de la naturaleza. A un dios del cielo llamado Sila se le asignaban los atributos de un ser supremo. Y Sedna, una deidad femenina, era adorada como la que controlaba el abastecimiento de focas. Pero para mediados del siglo veinte casi todos los esquimales habían llegado a ser por lo menos cristianos nominales debido a la predicación de misioneros protestantes y católicos.
Sin embargo, en los últimos pocos años muchos han llegado a darse cuenta de que estas religiones de la cristiandad solo son cristianas de nombre. Por eso muchos esquimales, que han llegado a amar y respetar la Biblia, están respondiendo a las buenas nuevas acerca del reino de Dios que predican los testigos de Jehová. Algunos de éstos ahora están participando activamente en ayudar a sus compañeros innuit a aprender las promesas de Jehová Dios para la vida en su justo nuevo orden. Realmente es apropiado que los esquimales prefieran ser llamados “innuit” (“pueblo”), porque en el nuevo orden de Dios los humanos no estarán divididos en grupos nacionales, sino que simplemente serán el ‘pueblo’ de Dios.—Rev. 21:3, 4.