Lo que se ve en los servicios eclesiásticos
¿HA NOTADO usted que en años recientes los servicios eclesiásticos han cambiado considerablemente? Casi todas las sectas religiosas han sido afectadas en este sentido.
Un joven comentó recientemente: “No sé qué le ha sucedido a la iglesia que conocí de niño. Todo se ha vuelto tan moderno, tan . . . jazzificado.” ¿Ha habido cambios en los servicios eclesiásticos a los que asiste usted?
Es probable que los haya habido, y sin duda ha habido cambios semejantes en otros servicios eclesiásticos de su comunidad. Pero quizás se sorprenda al enterarse a qué grado han acontecido cambios en muchos lugares.
Lo que se ve
El Times de Nueva York describió así un servicio eclesiástico moderno: “Una capa de denso humo pendía sobre 300 episcopales, acurrucados en el piso de mármol, con los rostros enmascarados. El sonido de un latido de corazón amplificado retumbaba por las arcadas de piedra . . . un reflector de luz roja brillaba entre la bruma, y un reflector de luz blanca. . . . El ritmo de un bajo reemplazó el latido cuando unas muchachas entraron en la congregación, levantaron a la gente, les quitaron las máscaras y empezaron a bailar.”
¿Un suceso raro y aislado, dice usted? El periódico dio esta información: “Servicios de ‘rock’ como éste son comunes hoy.” Sí, muchas iglesias han introducido esos rasgos para tratar de mejorar la condición en cuanto a concurrencia, pues ésta va disminuyendo. Aun desde la radio del Vaticano se ha oído la acometida de un sonido rítmico y de un cantante “pop” que entonaba la letra de la canción “Dios está muerto.”
En São Paulo, Brasil, el periódico Jornal da Tarde informó en cuanto a la adulación que se le otorgó a un cantante “pop” en una catedral, e hizo notar editorialmente lo siguiente: “Hace unos cuantos años nadie se hubiera imaginado que sería posible presenciar una escena como ésta. Sin embargo, hoy todo parece bastante normal. La consecuencia es que la gente . . . no puede notar la diferencia entre un templo y un auditorio de televisión y sus entusiastas.”
Notablemente, líderes religiosos han tomado la delantera en esas innovaciones. Recientemente 450 clérigos y delegados legos se reunieron para la 45.ta Conferencia anual de la Iglesia Unida del Canadá en Colombia Británica. Informó el Sun de Vancouver: “Se golpeaban los unos a los otros con globos. Pedían con alaridos más ‘rock’ grabado... que ya sonaba lo bastante fuerte como para ensordecer al Arcángel.” ¿Sorprende el que la gente esté perturbada?
¿Cuál debe ser el propósito de los servicios religiosos? ¿No debería ser estudiar la Biblia y aprender más acerca de Dios? No obstante, ¿es éste realmente el propósito principal de los servicios eclesiásticos hoy día? Quizás usted opine como la señora que escribió en Redbook de marzo de 1969: “Quiero un servicio eclesiástico donde Dios sea el tema principal. . . . Pero ya no lo encuentro mucho en la iglesia.”
Muchos están encolerizados
Es un hecho el que muchos están disgustados con sus servicios eclesiásticos. En una parroquia de Italia los adoradores expresaron fuertemente su desaprobación de la ‘misa beat’ en la que las oraciones alternaban con canciones acompañadas de guitarras y órgano. “Las riñas rápidamente degeneraron en un desorden que se calmó solo con la intervención de la policía,” informó Il Messaggero.
Aun los cambios oficiales de la misa, que el papa ha mandado poner en vigor en todas las iglesias católicas para noviembre de 1971, están recibiendo fuerte oposición de muchos católicos. Cuando los cambios se pusieron en vigor por primera vez en las iglesias de Italia el 30 de noviembre de 1969, se esparció la disensión. Hojas sueltas de protesta cubrían la Plaza de San Pedro aun mientras el papa Paulo suplicaba a la muchedumbre que mostrara indulgencia para “este nuevo rito.”
Es patente que se va esparciendo una confusión e inquietud por las iglesias de la cristiandad. Están siendo golpeadas de acá para allá por los vientos del cambio, como un barco que ha perdido sus amarras. No tienen pautas manifiestas. Las reglas prescritas ayer ya no son válidas hoy, y por eso la gente llega a la conclusión de que las reglas de hoy no aplicarán mañana. Ya ni siquiera se acepta la Biblia como autoridad.
Los cambios que hay en las iglesias sin duda han contribuido a su rápida decadencia. Pero hay otras razones para la decadencia de las iglesias.