BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g70 8/12 págs. 27-28
  • No usando el nombre de Dios de manera indigna

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • No usando el nombre de Dios de manera indigna
  • ¡Despertad! 1970
  • Información relacionada
  • Desacreditando el nombre de Dios
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1963
  • El lugar del nombre de Dios en la adoración verdadera
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1970
  • ¿Es incorrecto pronunciar el nombre de Dios?
    ¡Despertad! 1999
  • ¿El nombre de quién respeta usted más... el suyo, o el de Dios?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1972
Ver más
¡Despertad! 1970
g70 8/12 págs. 27-28

“Tu palabra es la verdad”

No usando el nombre de Dios de manera indigna

EL TERCERO de los Diez Mandamientos trata del nombre de Dios: “No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera indigna, porque Jehová no dejará sin castigar al que tome su nombre de manera indigna.”—Éx. 20:7.

El nombre de Dios, “Jehová,” realmente es una forma verbal y literalmente significa “El causa que llegue a ser.” Por toda su Palabra Dios llama la atención a la importancia de su nombre. Así, pues, Jehová le dijo a Moisés: “Yo solía aparecerme a Abrahán, Isaac y Jacob como Dios Todopoderoso, pero en cuanto a mi nombre Jehová no me di a conocer a ellos.” El nombre aparece 6.961 veces tan solo en las Escrituras Hebreas, hallándose en ellas más del doble que todas las otras designaciones del Dios verdadero, como “Dios,” “Señor” y “Altísimo,” juntas.—Éxo. 6:3.

¿Cuál era, exactamente, la importancia, el significado, del Tercer Mandamiento? ¿Contra qué se dirigió? Algunos doctos judíos modernos alegan que solo se dirigió contra el perjurio y por eso vierten este mandamiento: “No jurarás en falso por el nombre del Señor tu Dios; porque el Señor no absolverá al que jure en falso por Su nombre.” Estos doctos sostienen que el mero abuso del nombre de Dios no podría ser ofensa tan grave como para que fuera prohibido en el Tercer Mandamiento.

¿Es sólido este argumento? No. Entre otras cosas, esto haría que el Tercer Mandamiento dijera más o menos lo mismo que el Noveno, que estaba dirigido contra el perjurio: “No debes dar testimonio falsamente como testigo contra tu semejante.”—Éxo. 20:16.

El hecho de que Jehová Dios realmente toma en serio el mismísimo abuso de su nombre se desprende claramente del registro de Levítico 24:10-16. Allí se habla de un hombre que usó ‘el Nombre’ de manera profana. Fue puesto en custodia hasta que se recibiera palabra de Jehová acerca de esta ofensa. ¿Y cómo lo consideró Jehová? Falló que “el abusador del nombre de Jehová debe ser muerto sin falta.” Claramente Jehová no consideró de poca importancia el que se abusara de su nombre. Aquello merecía la sentencia de muerte, la pena capital.

En cuanto a qué abarcaba el Tercer Mandamiento, se pudiera decir que por lo menos había cuatro cosas contra las cuales se dirigió este mandamiento. Es decir, había cuatro maneras en las cuales podría violarse. Las cuatro son importantes para los cristianos debido a que el principio que hay tras este mandamiento también les aplica a ellos. Por ejemplo, Jesucristo, en su Oración Modelo, puso en primer lugar la petición: “Santificado sea tu nombre.” El santificarlo es diametralmente lo contrario de tratarlo de manera indigna. El apóstol Pedro escribió que Dios llamó a los cristianos para que fueran “un pueblo para su nombre.”—Mat. 6:9; Hech. 15:14.

En primer lugar, el Tercer Mandamiento se dirigió contra expresar el nombre de Dios de manera irrespetuosa. Prohibía usar el nombre de Dios al maldecir o en lenguaje profano. El usarlo de la manera que algunas personas usan “Dios” o “Jesús” siempre que exclaman acerca de algo igualmente sería usar el nombre de Jehová de manera indigna o profana.

En segundo lugar, sería usar el nombre de Jehová de manera indigna el que uno jurara a una mentira por el nombre de Dios, como lo hacen notar algunos doctos judíos. Esta, sin embargo, no sería la manera principal, fundamental o única en que podría violarse el Tercer Mandamiento, como sostienen.

Por otra parte, el nombre de Jehová podría tomarse en vano o de manera indigna o profana llevándolo indignamente. Por ejemplo, Israel llegó a ser el pueblo del nombre de Jehová en virtud de que él lo libró, dándole sus leyes y estatutos y entrando en una relación de pacto con este pueblo. Como Moisés le dijo a su pueblo: “Todos los pueblos de la tierra tendrán que ver que el nombre de Jehová ha sido llamado sobre ti, y de veras tendrán miedo de ti.”—Deu. 28:10.

Sí, llegaron a ser el pueblo de su nombre, sus testigos. De hecho, Dios mismo declaró, como se registró en Isaías 43:10: “‘Ustedes son mis testigos,’ es la expresión de Jehová, ‘aun mi siervo a quien he escogido.’” Al tomar el nombre de Dios sobre ellos y luego no vivir en conformidad con sus obligaciones como su pueblo estarían tomando el nombre de Jehová de manera indigna. Como les dijo por medio de su profeta Ezequiel: “No por causa de ustedes lo hago, oh casa de Israel, sino por mi santo nombre, el cual ustedes han profanado entre las naciones adonde han ido.” (Eze. 36:22) De modo que por su derrotero de idolatría, cuando afirmaban ser adoradores de Jehová Dios, ciertamente profanaron el nombre de Dios. Lo usaron de manera indigna, acarreándole oprobio.

Había aún otra manera en que podría violarse el Tercer Mandamiento. ¿Y cuál era ésa? Por medio de ocultar, pasar por alto o desatender el nombre de Dios. Tanto se pasa por alto el nombre de Dios en nuestro día que muchos judíos y supuestos cristianos, aunque conocen los Diez Mandamientos, no tienen ninguna idea de que Dios tenga un nombre singular y distintivo ni saben cuál es ese nombre. La vasta mayoría de los que conocen ese nombre lo han aprendido por las actividades de los testigos de Jehová más bien que por sus propios líderes religiosos. No obstante, nótese, es un nombre que lo aparta a Él de todos los otros dioses como el único Dios verdadero, el Creador del cielo y de la Tierra. Incidentalmente, éste es un hecho que muchísimos traductores de la Biblia han optado por pasar por alto.

Jehová Dios advirtió que no dejaría sin castigo a los que tomaran su nombre de manera vana, indigna o profana. La nación de Israel en realidad tomó el nombre de Jehová de manera indigna y lo hizo en los cuatro sentidos ya mencionados. Por eso fue castigada en 607 a. de la E.C. al ser llevada al destierro bajo el imperio mundial de Babilonia. Debido a que de nuevo mostró que no era digna del nombre de Jehová, y lo usó de manera indigna, Jehová permitió que fuera castigada aun más severamente en 70 E.C., después de haberla desechado para siempre como el pueblo de su nombre. Así resultó cierta la advertencia de Dios.

Hoy, también, ninguna persona que afirme ser testigo cristiano de Jehová y que resulte falso a lo que afirma por cosas como predicar apostasía o practicar inmoralidad queda sin castigo. A éstos se les expulsa, es decir, se les excomulga de la congregación cristiana como indignos de llevar el nombre de testigos de Jehová. Todos éstos han ‘recibido la bondad inmerecida de Dios y han dejado de cumplir su propósito.’—2 Cor. 6:1; Jud. 8-16.

Y además, todos los que pasan por alto el nombre de Jehová, o que de alguna otra manera lo tratan con desacato, perecerán en la venidera “tribulación grande.” Solo los que aceptan ese nombre y lo tratan con respeto y honor debidos serán eximidos de destrucción. Verdaderamente, “el nombre de Jehová es una torre fuerte. A ella corre el justo y se le da protección.”—Pro. 18:10.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir