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  • ¡Despertad! 1970
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¡Despertad! 1970
g70 8/12 págs. 24-26

Satisfaciendo los requisitos para ser misioneros

“DURANTE los pasados cinco meses escolares, todos ustedes han podido experimentar la gran manera en que Jehová, el Gran Alfarero, puede plasmar vasos humanos, tal como un alfarero plasma el barro.” Con esas palabras T. Galfas, el primero de un simposio de siete oradores, comenzó a hablar a setenta ministros cristianos que se graduaban de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower.—Isa. 64:8.

Además de los graduandos, aproximadamente dos mil de sus amigos y parientes se reunieron el domingo 13 de septiembre en un salón de asambleas en Nueva York para la graduación de la clase cuarenta y nueve de Galaad. ¡Y qué ocasión gozosa e instructiva fue aquella! ¡El día pasó demasiado rápido!

Como sugiere su nombre, la escuela a la cual habían asistido los que se graduaban no tiene el propósito de suministrar una educación seglar general, sino que más bien se especializa en preparar a ministros cristianos para que sean misioneros. Así, pues, el orador, uno de los instructores de la escuela, añadió: “Cuando ustedes aceptaron la invitación de venir a la Escuela de Galaad, estaban, de hecho, diciéndole a Jehová: ‘Quiero ser plasmado en la clase de vaso que tú puedas usar para un propósito especial, para la obra misional.’”

A los estudiantes se les recordó que habían sido objeto de mucho “plasmar” durante el curso escolar de cinco meses, y que continuarían siendo “plasmados” por Dios por medio de “aprendizaje, consejo, corrección y bendición,” como sucede en el caso de todo cristiano. Pero también los que se graduaban podían mirar atrás a sus vidas y ver que aun antes de venir a esta escuela habían hecho muchos ajustes beneficiosos, muchos de los cuales les ayudaron directamente a satisfacer los requisitos para asistir a esta escuela bíblica.

Las personas a quienes se invita a Galaad no son jóvenes que quieran hacerse ministros, sino que son hombres y mujeres entre los veintiuno y cuarenta años de edad que ya son ministros y que tienen dos años de experiencia como predicadores de tiempo cabal. Una estudiante sueca de la clase era una jovencita cuando se fijó como objetivo asistir a la Escuela de Galaad. Su prima, quien se hizo misionera, la estimuló a dar pasos en esa dirección. En 1962 esta joven comenzó a predicar de tiempo cabal en Suecia. Seis años más tarde recibió nombramiento como representante especial de la Sociedad Watch Tower. Por lo tanto, aunque la obra como misionera en el extranjero era su meta, estuvo demostrando que era una trabajadora diligente en su país natal. Y sabía que esta actividad especial, según dijo ella, “haría más fácil el ajuste al horario de una misionera en el extranjero.” Más de quince años después de haberse fijado como meta el servicio misional, recibió con deleite la asignación de servir en Bolivia.

La clase graduanda estaba compuesta de veintidós parejas casadas, quienes, de acuerdo con los requisitos de Galaad, habían estado casados por lo menos por dos años. Así cada pareja de marido y mujer habían tenido tiempo para ajustarse a la vida de casados así como para decidir si querían familia o si podían, sin obligaciones de familia, ser misioneros en otro país. Después de casi dos años de vida de casados y mientras servían juntos como ministros especiales a una distancia de casi cinco mil kilómetros de sus familias, una pareja canadiense solicitó entrada en Galaad. Para entonces sabían que no serían vencidos por la “nostalgia” si se les asignaba a un lugar distante. Además, veían que tenían buena salud, que no dependían de ningún tratamiento médico especializado. Estaban seguros de que podían enfrentarse al desafío de un nuevo clima, diferente alimento y un modo de vivir de país extranjero. ¡Cuánta dicha reflejaban cuando recibieron sus asignaciones a la República del Congo!

Un requisito vital para la persona interesada en educación en Galaad es un buen conocimiento práctico del inglés. En la escuela la mayoría de los estudiantes estudian el nuevo idioma que usarán en sus asignaciones. Pero aparte de las clases de idioma, todas las otras clases y conferencias escolares son en inglés.

Uno de los graduandos, procedente de Alemania, había analizado algunos años antes las perspectivas que tenía de llegar a ser misionero. Parecía estar física y emocionalmente preparado para hacer los grandes ajustes que se necesitarían. Había sido bautizado más de tres años antes, era un predicador celoso de tiempo cabal y estaba disponible y capacitado para ir a cualquier país que designara la Sociedad Watch Tower. Pero se dio cuenta de que su conocimiento del inglés era limitado. Para mejorarlo escuchaba cada día una transmisión radial de noticias en inglés. Además, comenzó a estudiar en inglés uno de los libros de tamaño grande que la Sociedad produce como ayuda para estudiar la Biblia. Era una marcha lenta, y tenía que consultar constantemente el diccionario, pero fue logrando progreso. Ahora habla el inglés muy bien y no tuvo dificultad en cuanto a entender todo lo que se discutió en las clases y hacer sus tareas asignadas. Durante el curso obtuvo un conocimiento básico de otro idioma, el español, y le deleitó ser asignado a Honduras, para ayudar en la predicación allí.

Programa de la graduación

Los que asistieron a la graduación sabían por lo que los oradores dijeron que los instructores de la escuela estaban realmente interesados en los graduandos. El registrador de la escuela señaló que muchas cosas ‘sucederían, en sus asignaciones, que ellos deberían considerar la censura de la vida que los ayudaría a adquirir corazón, que es aun más valioso que el conocimiento.’ (Pro. 15:31, 32) Otro instructor dio énfasis a que continuaran no solo amando lo que es bueno sino también odiando lo que es malo. (Sal. 45:7) Dos superintendentes de la central de la Sociedad también hablaron a los estudiantes. Uno los instó a ser “pastores de toda clase de tiempo” que no abandonaran a las “ovejas” frente a las dificultades... como, por ejemplo, el problema de acostumbrarse a un nuevo idioma o a un clima diferente, nuevos tipos de alimento o costumbres de vida. (Eze. 34:1-14) El segundo los animó a no juzgar a las gentes de sus asignaciones por la apariencia exterior —condiciones económicas o educación seglar— sino a buscar a personas que tengan buen corazón, que es lo que Dios busca.—2 Cor. 10:7.

El simposio llegó a su culminación en los discursos del vicepresidente y el presidente de la Sociedad Watchtower. El primero señaló prominentemente que, como sucedió en el caso del discípulo Timoteo, Dios y Jesús estarán vigilando sobre los misioneros para ver que cumplan sus deberes y para ayudarles. (2 Tim. 4:1) Y el presidente, N. H. Knorr, excelentemente comparó la expansión de la obra evangelizadora del primer siglo E.C. con su expansión en este siglo.

En la tarde los estudiantes presentaron un conmovedor drama bíblico. Este mostraba a una familia de nuestros días en la cual un joven cuyos padres eran testigos de Jehová mostraba una actitud frívola. Aunque iba a las reuniones cristianas y no cometía ningún mal, no tenía toda su vida envuelta en hacer la voluntad de Dios. Entonces el drama pasó a representar el relato bíblico de Rut, Noemí y Boaz y mostrar lo intensamente interesados que éstos estaban en los propósitos de Dios. El mensaje del drama era claro... que es vital dejar que los propósitos de Jehová guíen el modo de vivir de uno. ¡Cuán apropiado era que los estudiantes ayudaran a presentar un pensamiento tan importante, porque todos los concurrentes sabían que los graduandos habían dejado que los propósitos de Dios guiaran su modo de vivir, según lo mostraba el hecho de que satisfacían los requisitos que hacían posible que se les enviara como misioneros.

[Ilustración de la página 24]

La cuadragésima novena clase graduanda de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower

En la lista que sigue, las filas están numeradas desde el frente hacia atrás y los nombres alistados de izquierda a derecha para cada fila.

(1) Norton, L.; Schwarzrock, E.; Major, D.; McNutt, D.; MacDonald, C.; Janzen, S.; Gustavsson, S.; Böde, A.; Barnes, M.; (2) Barnes, J.; Palmer, N.; Gravedoni, L.; Sanderson, G.; Bleckmann, A.; Klauer, E.; Hamrén, E.; Rohatynsky, R.; Dultz, G.; Maldonado, M.; (3) Klapschi, K.; Gravedoni, D.; Mitchell, T.; Abke, G.; Christiansen, E.; Davis, G.; Hansson, V.; Jensen, E.; Lomker, G.; (4) Davis, P.; Norton, G.; Deadmond, D.; Carpenter, R.; Carlsson, A.; Carlsson, B.; Gustavsson, Ö.; Jakobsen, K.; Lomker, P.; Nielsen, M.; (5) Wallace, J.; Schoenhardt, G.; Millman, J.; Kirschmann, A.; Hermann, L.; Hummel, P.; Clauss, S.; McNutt, M.; Nielsen, J.; Christiansen, O.; (6) Leydig, J.; Byron, P.; Millman, D.; Janzen, H.; Raju, V.; Griffin, J.; Hummel, S.; Jones, C.; Peyton, B.; Poburski, D.; Major, L.; (7) Hamrén, T.; Böde, G.; Zinke, W.; Schwarzrock, A.; Deadmond, G.; Clauss, N.; Jones, R.; Rohatynsky, V.; Peyton, J.; Carlson, J.; Olson, T.

[49th Class September 1970]

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