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  • Se necesitan mejores sistemas de advertencia
  • Esfuerzos por disminuir el daño
  • Lo que se puede hacer
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¡Despertad! 1971
g71 22/2 págs. 20-23

Viviendo con los tifones

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en las Filipinas

REUNIDOS en la Ciudad de Quezón, República de las Filipinas, durante diciembre de 1969, un grupo de peritos internacionales tenía algún negocio vital que atender. Pueblos de toda la zona del Pacífico estaban vivamente interesados en aquello. El tema que se consideraba no era político. No, porque ésta era la segunda reunión anual del Comité de Tifones de la Organización Meteorológica Mundial y de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Asia y el Lejano Oriente.

Como tema para consideración, los tifones son de interés que sobrepasa al de la curiosidad para las poblaciones del Pacífico occidental. De hecho, muchas de esas personas han experimentado la furia de un tifón. Han visto los techos de las casas siendo arrancados. Han visto casas enteras aplastadas como si fueran de papel y palillos de fósforos. Han conocido el terror de ver el agua lodosa girando alrededor de sus hogares... agua que cayó a cántaros durante una tormenta. Se han agachado y esperado en impotencia mientras vientos de ciento sesenta kilómetros por hora azotaban toda la campiña.

De modo que no sorprende el que a las deliberaciones de una semana de duración de esta comisión asistieran delegados de Taiwan, Hong Kong, Corea, Laos, Vietnam, Tailandia y las Filipinas. También estuvieron representados por observadores otros países, como Australia, Francia, Holanda, Rusia, Inglaterra y los Estados Unidos. Todos estaban deseosos de ver qué podría hacerse para restringir a este caprichoso gigante, el tifón, cuando se enfurece.

Algunos datos en cuanto a los tifones

¿Qué es un tifón? La palabra describe un fenómeno atmosférico en el cual el viento sopla en torno de una zona de presión baja. En la misma familia de los tifones están los torbellinos, los tornados y las trombas. Pero el tifón es el más grande de todos ellos en anchura, altura y velocidad del viento. Por cierto, cuando la velocidad del viento pasa de ciento veinte kilómetros por hora, eso es un tifón. Tormentas similares se llaman “huracanes” en la zona del Caribe y en la parte oriental de los Estados Unidos.

Cuando uno considera la tremenda energía que suelta un tifón, no puede menos que preguntarse de dónde viene. La respuesta es que proviene del vapor de agua. Pero, ¿cómo? Simplemente piense en ello de esta manera: Se requiere mucho calor para evaporar completamente una olla de agua en una estufa. Todo ese calor entonces queda encerrado, por decirlo así, en el vapor de agua. La energía que se ha absorbido durante el proceso de evaporación podría ser soltada ahora si hiciérarmos que la misma cantidad de vapor de agua se condensara de nuevo y volviera al estado líquido.

Por este mismo proceso, en un tifón de tamaño medio, hay el equivalente de 40.000 bombas de hidrógeno en energía. Esto nos ayuda a ver que para que un tifón mantenga su intensidad es preciso que haya un continuo abastecimiento de agua. Y explica por qué, cuando pasa sobre tierra, el tifón tiende a acelerar y perder fuerza, pero cuando está sobre el agua afloja el paso y aumenta en intensidad.

¿Cuáles son las condiciones que producen tifones? Hasta ahora los científicos no han podido obtener la respuesta completa a esa pregunta. Sin embargo, algunos de los factores contribuyentes se saben. Aquí están tres de ellos: (1) Una superficie oceánica caliente con una temperatura de mar de por lo menos 26 grados centígrados; (2) una capa gruesa de aire húmedo que se extienda hasta una altura de tres kilómetros o más; y (3) suficiente latitud, puesto que las tormentas tropicales no se pueden formar en el ecuador, y rara vez se forman dentro de cinco grados de distancia del ecuador. La zona principal para la formación de los tifones que afectan a Asia del sudeste es la región al sur de Guam, pero al norte del ecuador, en el océano Pacífico. Una segunda zona es el mar de la China.

Se necesitan mejores sistemas de advertencia

Uno de los puntos principales que se consideraron en esta reunión del Comité de Tifones fue cómo mejorar los sistemas de advertencia para que la gente tuviera suficiente tiempo para protegerse ella misma y proteger su propiedad. Cuando uno considera la inmensa expansión de océano que constituye la principal región productora de tifones, es fácil entender lo muy difícil que es establecer estaciones meteorológicas. En la actualidad los pronosticadores del tiempo confían en informes de radar, fotografías de satélites y cuadros de patrones meteorológicos previos para localizar la formación de las tormentas.

A medida que se localizan estas formaciones, se envían aviones para verificar el progreso de éstas y determinar su posición. Se registran las presiones barométricas, así como la velocidad del viento y otros factores que puedan ayudar a determinar la vida, velocidad, derrotero y distancia de la tormenta. Con estos informes como base se hacen mapas y se preparan advertencias para distribución al público por los medios noticieros.

Se puede ver que mientras mayor sea el número de estaciones meteorológicas esparcidas a través de la zona productora o contigua, más exactos serán los pronósticos. Durante 1969 se pusieron en operación más instalaciones por medio de la cooperación de la Comisión de Tifones de Taiwan, Hong Kong y Corea. Se están haciendo esfuerzos por establecer mejores comunicaciones entre los diversos países envueltos en esto, para que se puedan dar mejores advertencias.

También se está considerando el tener barcos meteorológicos. Tanto Rusia como los Estados Unidos han mostrado interés en establecer un barco meteorológico oceánico en el Pacífico cerca de Guam. Su propósito sería localizar posibles tormentas y anotar datos meteorológicos en aquella zona. Estando en el mismísimo sitio, esa instalación meteorológica flotante podría observar las indicaciones incipientes de una tormenta peligrosa.

Esfuerzos por disminuir el daño

Se han hecho varios experimentos en un esfuerzo por disminuir el daño que causan los tifones. Puesto que la fuente de energía del tifón es su vapor de agua, entonces el condensar el vapor de nuevo en agua debe soltar la energía y hacer que el tifón disipe su fuerza antes de que pueda llegar a tierra. Es por eso que se está dando mucha atención a sembrar las nubes con sustancias químicas con la idea de obligarlas a soltar el agua mientras están todavía en el mar. Aunque todavía no se ha logrado mucho, se espera que este método al fin se pueda desarrollar hasta el punto de tener buen éxito.

Mucho del daño de los tifones proviene de la inundación formidable que se produce como resultado de sus fuertes lluvias en tierra. Se están planeando y edificando presas y diques con la mira de controlar el exceso de agua. En la actualidad hay en marcha proyectos en la cuenca del río Tansui, en Taiwan, y en la zona baja del río Pampanga, en las Filipinas.

Por supuesto, ahora se reconoce que una causa principal de las inundaciones ha sido el abuso al cual el hombre ha sometido la tierra. La explotación forestal sin buen juicio ha despojado al país de una prevención natural de las inundaciones. La fuerte lluvia de los tifones es verdaderamente provechosa si la tierra puede absorberla. Sin embargo, cuando se quitan los bosques y se cultiva la tierra sin considerar la conservación del suelo, gran parte de la lluvia simplemente corre por la superficie, produciendo a menudo erosión seria. Se están procurando leyes para controlar las operaciones de la explotación forestal, y a los agricultores se les está animando a plantar siembras para conservación del terreno y también a practicar agricultura en contorno.

Lo que se puede hacer

Aunque ahora se está dando advertencia bastante anticipada de los tifones que se aproximan, muchas personas tienden a pasar por alto o tratar a la ligera la seriedad de la advertencia. Quizás hayan sobrevivido tormentas anteriores y crean que no tienen que preocuparse. O puede ser que el transcurso del tiempo desde el último tifón haya embotado la agudeza de su sentido de gran peligro. Su proceder es muy imprudente. El mejor proceder es prepararse para lo peor, prestar atención a las advertencias de tormenta procedentes de la oficina meteorológica, y familiarizarse con los significados de las señales públicas de las tormentas en cualquier forma que se den. Conozca las medidas preventivas prácticas, y no deje de seguirlas a medida que se acerque el tifón.

Es una ayuda el reconocer las señales que caracterizan la proximidad del tifón... características del viento y de las olas, su comportamiento en general. Por lo general los tifones adelantan en dirección al noroeste en el Asia del sudeste.

Rehúse alarmarse indebidamente por rumores. Sin embargo, preste atención cuidadosa a los boletines meteorológicos según los proporcionen la radio, la televisión o el periódico. Si se le advierte que evacúe una zona peligrosa, hágalo sin demora. Si usted se siente justificado para quedarse en su casa, asegúrese de tomar en cuenta todas sus necesidades. Recuerde, quizás se suspenda temporalmente la energía eléctrica. El abastecimiento de agua puede quedar detenido o contaminarse. En consecuencia, usted querrá tener alimentos que requieran poca preparación o ninguna, y definitivamente necesitará tener un depósito de buena agua potable. Debe examinarse todo otro equipo de emergencia para estar seguro de que se sabe dónde está y que se pueda usar.

Por lo general se cree que las casas bien construidas son bastante seguras. Sin embargo, es prudente no confiar demasiado. En vientos de hasta trescientos veinte kilómetros por hora quizás no sean seguras, especialmente si están situadas cerca de la costa o en un lugar no abrigado. Algunas preguntas que deben considerarse con anticipación son: ¿Hay ramas o árboles pesados que pudieran caer sobre la casa? ¿Está seguro el techo? ¿A qué grado va a presentar peligro una inundación?

En gran parte del Asia del sudeste los hogares no están construidos sólidamente. Bambú, hojas y productos de madera son los materiales de construcción. Cuando se avisa de un tifón, ¿qué se puede hacer? Para darle fuerza a la estructura, se colocan estacas a ángulos contra la casa y se entierran en el suelo. También se afianzan cables que se extiendan desde la casa hasta el suelo. Puesto que el viento cambia de dirección durante el transcurso de un tifón, se usan estacas y alambres en todos lados de la morada. Así, sin importar de qué lado esté siendo sometido a tensión el edificio, hay algo que lo contrarresta.

Es preciso que también se tome en cuenta el efecto de un tifón en los medios de subsistencia de uno. En muchas zonas del Asia del sudeste y las islas del Pacífico los cocoteros son la principal fuente de ingresos. Aunque por lo general no son desarraigados, estas palmeras reciben considerable daño del tifón, en gran parte por el daño a las hojas. Parece que las hojas absorben la humedad para alimentar el fruto y contienen la clorofila que es tan esencial para convertir la luz del Sol en alimento vegetal. Aunque la palmera continúe dando fruto después de la gran tormenta, lo más probable es que los cocos estén vacíos, y en consecuencia no sean de valor comercial.

Parece que no se puede hacer nada para impedir los tifones, pero pudieran considerarse algunas sugerencias en cuanto a cómo contrarrestar parte de la pérdida económica. Por ejemplo, se anima a los agricultores a plantar siembras de leguminosas como cacahuetes, o mangos y plátanos, entre los cocoteros. En muchos casos en los cuales se ha seguido esta sugerencia los agricultores no solo han conseguido una segunda fuente de ingresos, sino que la producción de los cocoteros ha aumentado hasta en 69 por ciento. Y si sucede que los cocoteros sí sufren por el daño causado por la tormenta, estas siembras secundarias crecen mucho más aprisa, de modo que el agricultor no se queda sin ingresos o sin fuente de alimentación.

El arroz es otra siembra principal en esta región. Sin embargo, debido a los muchos tifones algunas zonas son inútiles cuando se trata de producir cosechas de arroz con buen éxito. Una de éstas es la provincia de Batanes en el lejano norte de las islas Filipinas. En cambio, se plantan siembras de raíces fuertes, siembras que no son afectadas tan severamente como el arroz, siembras de batata o camote quizás. Esta podría ser una siembra adicional en muchas otras zonas donde las pérdidas por los tifones por lo general son elevadas.

Beneficios de los tifones

Tomando en cuenta lo que se ha dicho aquí acerca de los peligros del tifón, no sorprendería el que la gente se quedara con la impresión de que no hay aspecto bueno en lo que a tifones se refiere. Sin embargo, eso no sería la verdad del asunto. Los tifones también producen mucho bien. Por ejemplo, por medio de ellos millones de litros de agua salada son desalados y distribuidos extensamente sobre la tierra abrasada. Para que el hombre desalara cantidades tan vastas necesitaría mucha instalación costosa y muchos años.

¿Es posible que los poderosos vientos del tifón también otorguen otros beneficios al hombre y su hogar? En cuanto a esto, también, el hombre sencillamente no lo sabe todo. En su ignorancia el hombre padece los efectos perjudiciales del tifón y eso es lo que descuella grandemente en su mente. Su estudio de todos los beneficios del tifón para el hombre, para el aire que inhalamos y para el suelo del cual proviene nuestro sustento todavía se encuentra en la etapa elemental.

Podemos estar seguros de que en el venidero nuevo sistema de cosas nuestro Creador, Jehová Dios, no permitirá la ruina y devastación y pérdida de vida humana que ahora se relacionan con los tifones. Hará que se cumpla de manera literal su propia promesa generosa de bien a las criaturas obedientes de la Tierra, que se registra en Ezequiel 34:27: “El árbol del campo tendrá que dar su fruto, y la tierra misma dará su producto, y realmente resultarán estar en su suelo en seguridad.” En vez de vivir precariamente con los tifones, habrá confianza en el poder preventivo y protector del Hacedor del viento, el océano y de todas las cosas.

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