¿Qué hay de las bebidas alcohólicas?
EN AÑOS recientes se ha oído mucho acerca del uso de drogas como la heroína. Sin duda usted está al tanto de que constituyen un problema cada vez mayor.
Sin embargo, ¿sabe usted que en muchos países el uso excesivo de las bebidas alcohólicas produce hasta unas diez veces más problemas que el uso de los narcóticos? Desde un punto de vista global, el alcoholismo es un problema mucho mayor que el abuso de los narcóticos.
Quizás usted conozca a alguien que bebe demasiado. Quizás hasta sea su esposo, esposa o un amigo muy allegado. Si así es, entonces nadie tiene que decirle a usted el problema que puede presentar. Y con certeza el problema no va disminuyendo, aunque quizás no se atraiga tantos titulares como la afición a las drogas.
En los Estados Unidos hay unos siete millones de alcohólicos. Ese es un aumento de varios millones desde solo unos cuantos años atrás. Unos quince millones más de personas dependen hasta cierto grado del alcohol. Por eso Health News dice: “El alcoholismo es la afición más diseminada de nuestra nación.” Aun entre los jóvenes, el beber demasiado es un problema mucho mayor que el uso de los narcóticos.
La situación en Francia es alarmante. Comenta Newsweek: “Según médicos, trabajadores de asistencia social y la policía, el alcoholismo es el mayor problema nacional de Francia.” En promedio los franceses consumen mucho más alcohol que la gente de cualquier otro país... unos 246 litros de vino por adulto por año.
En países comunistas el alcoholismo por lo general también es su más serio problema nacional. Tampoco es muy diferente la situación en otros lugares. “En las Bahamas . . . el alcoholismo está en primer lugar entre los problemas de la salud,” dice Physician’s Alcohol Newsletter.
El alto costo
El costo del alcoholismo es muy elevado. Y no solo en términos del precio del licor.
De las más de 50.000 muertes que ocurren en accidentes automovilísticos por todos los Estados Unidos cada año, aproximadamente 30.000 son el resultado de la acción de conductores que tratan de manejar un auto después de haber bebido. Eso equivale a varias veces el número de estadounidenses que ha muerto en cualquier año de la guerra de Vietnam.
El sesenta por ciento de los accidentes industriales de Francia se imputan al alcohol. Y en los Estados Unidos a la industria le cuestan más de cuatro mil millones de dólares al año las ausencias que causa y el trabajo deficiente en que resulta. El alcoholismo es responsable de más tiempo de trabajo perdido que todas las otras enfermedades combinadas.
Además del alto costo en muertos y heridos por accidentes y tiempo de trabajo perdido, hay otro costo trágico del beber en exceso. El esposo o la esposa que no controla la ingestión de alcohol por lo general es fuente de gran angustia para otros miembros de la familia. Un juez de Francia dice que la queja más común de las esposas que quieren divorciarse es la borrachera de sus esposos. Y el efecto en los niños puede ser catastrófico.
El alcohólico
Por los enormes problemas que causa el beber en demasía, es obvio que el alcohol es mucho más que solo otra bebida.
Al obrar como agente que deprime en el sistema nervioso central, el alcohol afecta la disposición de ánimo del individuo. Cantidades pequeñas pueden ser agradables. Pero cantidades más grandes afectan el juicio y raciocinio de la persona, casi siempre en dirección a lo peor. Cuando se bebe continuamente, se afectan las actividades que requieren el control de los brazos y las piernas y otras partes del cuerpo. Finalmente, el beber en exceso interfiere hasta con procesos automáticos como el respirar.
La persona que se emborracha de vez en cuando puede experimentar muchas de las reacciones que se acaban de describir, o todas. Pero eso no necesariamente la hace alcohólica. ¿Qué la hace alcohólica? La persona se hace alcohólica cuando el beber se ha vuelto un hábito para ella y le parece que no puede controlarlo. Cuando siente la ‘necesidad’ de un trago y dice que no puede contenerse, está en camino al alcoholismo o ya es víctima de éste.
Al principio, la afición puede ser psicológica. Al alcohólico quizás le parezca que tiene que beber para enfrentarse a la vida, o simplemente porque disfruta de los efectos del alcohol. Pero después del uso prolongado se arraiga la dependencia física. Los tejidos del cuerpo literalmente llegan a depender del alcohol y, cuando se les niega, pueden presentarse graves síntomas como resultado de la abstención.
En consecuencia, el individuo es alcohólico cuando depende del alcohol y le parece que no puede eliminarlo de su vida. Con el tiempo, quizás muy gradualmente, progresa hasta ver que toda su vida está afectada por la bebida. Interfiere con las relaciones del individuo con su familia, con su capacidad para ganarse la vida y también con su salud.
Daño a la salud
Algunas autoridades dicen que las consecuencias físicas del beber en demasía son más serias que las que produce el usar heroína.
El Dr. Harry Johnson, director médico del Instituto de la Extensión de la Vida de Nueva York, dice: “La probabilidad de morir por envenenamiento alcohólico agudo y durante abstención forzosa en el caso del alcoholismo crónico es mucho mayor que la de morir por dosis excesiva y durante abstención forzosa en el caso de la afición a la heroína.”
Los síntomas que se observan en la abstención forzosa pueden incluir náuseas, alucinaciones, agitación o convulsiones severas y, en casos extremados, la muerte. Estos síntomas son parte de lo que se llama “delírium trémens,” y se calcula que esto tiene una mortalidad de 20 por ciento.
En el alcoholismo avanzado es común el beber continuamente. El alcohólico se emborracha y permanece así por días. Llega a estar seriamente desnutrido, y a menudo sucio e incapacitado en cuanto a atenderse. Está en peligro de morir debido a daño al hígado o al cerebro, o por daño a alguna otra parte del cuerpo, o por accidente. Para retardar la muerte, tiene que ser depurado de las toxinas. Tiene que abstenerse de beber por suficiente tiempo como para que su cuerpo elimine el alcohol y se restaure alguna medida de funcionamiento normal. La restauración plena puede requerir meses. Pero parte del daño, como al cerebro o al hígado, puede quedar sin remedio.
Las cifras oficiales muestran que durante 1969, 22.130 personas murieron en Francia a causa de cirrosis del hígado. Esa enfermedad hace que el hígado se encoja y se endurezca, y está identificada definitivamente con el alcoholismo. Ahora se dice que ocupa el tercer lugar entre las causas de muerte para los adultos de mediana edad en los Estados Unidos. En Francia, también, la tercera parte del número de camas de los hospitales de psiquiatría están ocupadas por pacientes que sufren de alcoholismo.
Sin embargo, muchos alcohólicos no esperan a que una enfermedad o un accidente complete la destrucción de sus cuerpos. Se suicidan. “Los estudios muestran que la proporción de suicidios entre los alcohólicos es aproximadamente 50 veces mayor que la de la población general,” declara el Journal de Atlanta.
¿Cómo se hacen alcohólicos?
A veces el alcoholismo comienza con el beber social. Quizás sea la costumbre en una comunidad, o entre la gente con que uno se asocie. Tal vez uno no quiera ser ‘diferente,’ de modo que sigue la tendencia. Con el tiempo, la tendencia se convierte en hábito.
Hay un consumo elevado de alcohol entre los ejecutivos. Particularmente lo hay entre los ejecutivos de ventas y el personal de publicidad, gente de trabajos de ‘presión’ que a menudo requieren el agasajar mucho a los clientes. Se averiguó que más de la cuarta parte de todos los ejecutivos que estuvieron bajo estudio bebían en exceso. Consumían seis o más onzas de whiskey cada día de la semana, incluso los fines de semana.
Otra razón del alcoholismo existente es la necesidad que sienten muchas personas de escaparse de las inquietudes y depresiones de la vida cotidiana. Tal vez la vida les parezca vacía y el futuro sin esperanzas, de modo que tratan de llenar el vacío con alcohol. ¡Pero experimentos que se efectuaron en el Hospital de la Ciudad de Boston revelaron que después de unas cuantas horas de beber hubo un aumento en la inquietud y la depresión!
Sin embargo, es un error llegar a la conclusión de que la persona tiene que tener graves problemas o inquietudes mentales antes de hacerse alcohólica. Algunas no los tienen. Es posible que alguien descubra simplemente que el beber le suministra una sensación temporal de bienestar. Le hace ‘sentirse bien.’ Quizás continúe bebiendo hasta que el beber se haga habitual. De modo que una persona racional puede hacerse alcohólica si no ejerce gobierno de sí misma.
A menudo las influencias que se han recibido en la niñez son decisivas. Se ha notado una proporción superior de alcoholismo entre los que han sido criados en hogares donde el beber ha sido común para uno o ambos padres. Lo mismo aplica en casos de niños que han sido desatendidos por sus padres. De modo que los antecedentes, o la cultura, de la gente, desempeñan un papel importante.
También, hay personas que sencillamente toleran menos el alcohol. Dos individuos pudieran beber la misma cantidad de alcohol. Uno pudiera hacerse adicto a él; el otro no. Se dice que la estructura hereditaria es lo que crea la diferencia entre los dos individuos. Sin embargo, aunque esto sea cierto, no es el rasgo hereditario lo que hace alcohólica a la persona. Es el alcohol.
Es posible que una persona esté predispuesta a adquirir cáncer pulmonar y, si fuma cigarrillos, puede contraerlo; pero si no fuma, no contraería el cáncer. Algunas personas son alérgicas a ciertos alimentos; pero si evitan estos alimentos, evitan la enfermedad. Así también sucede con el ingerir bebidas alcohólicas. No es el cuerpo el responsable de la ‘enfermedad.’ Nadie se ve obligado a ser alcohólico por alguna deficiencia de su cuerpo. Llega a serlo por beber demasiado. La posibilidad de que su cuerpo no pueda manejar bien el alcohol sencillamente agrava la situación. Pero aunque la persona lo ‘maneje bien’ puede hacerse alcohólica bebiendo demasiado.
La raíz del problema está en la mente, en la actitud de la persona. El decir que el alcohólico ‘no pudo evitarlo’ es hallar una excusa conveniente. ¿A qué se debe que otras personas, que están igualmente predispuestas a intolerancia corporal para el alcohol, puedan ‘evitarlo’? ¿Por qué a algunos se les hace posible no fumar cigarrillos? ¿Por qué pueden algunos prescindir de los alimentos que les causan enfermedad? Por la misma razón que pueden evitar el hacerse alcohólicos... tienen fuerza mental.
Un punto de vista equilibrado
Debido a la dificultad que pueden causar las bebidas alcohólicas, algunos han tachado todo beber de ‘maldad.’ Otros dicen o dan a entender que Dios condena toda bebida fuerte. Pero ése no es un punto de vista equilibrado. Y sencillamente no es la verdad, porque no es el punto de vista de Dios.
¿Recuerda usted haber leído acerca del primer milagro que ejecutó Jesucristo? Fue la conversión de agua en vino. (Juan 2:1-11) ¿Cuán razonable sería que él hiciera vino y luego le prohibiera a la gente que lo bebiera? Y si Dios desaprobara todo el beber, ¿nos diría en su propia Palabra que él “ciertamente hará para todos los pueblos . . . un banquete de platos con mucho aceite, un banquete de vino mantenido sobre las heces”? (Isa. 25:6) Además, el apóstol Pablo le dio este consejo a Timoteo: “Ya no bebas agua, sino usa un poco de vino a causa de tu estómago y de tus frecuentes casos de enfermedad.”—1 Tim. 5:23.
Por eso, en sí, el beber no es incorrecto. Es como muchas otras cosas que Dios creó para que el hombre disfrutara de ellas. Se pueden usar para lo bueno o para lo malo. Por ejemplo, ¿es malo comer alimento? No, pero uno puede hacer malo eso si habitualmente come en demasía hasta el grado de hacerse glotón. ¿Es mala la mano de uno? Por supuesto que no. Es un instrumento maravilloso al cual el hombre pueda dar uso. Pero uno puede hacerla mala si la usa para cometer un crimen, como el estrangular a alguien con ella. Sí, uno puede tomar cosas que son ‘buenas’ y hacerla ‘malas’ por la manera en que las use. Sucede lo mismo con las bebidas alcohólicas.
No es el ingerir bebidas alcohólicas lo que la Palabra de Dios condena. Es el uso excesivo de ellas: “No se extravíen. Ni fornicadores, ni idólatras, ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres, ni ladrones, ni avarientos, ni borrachos . . . heredarán el reino de Dios.”—1 Cor. 6:9, 10.
No obstante, aun este capítulo de la Biblia muestra que esas personas, incluso los borrachos, pueden cambiar. El 1 Cor. 6 versículo 11 añade: “Sin embargo eso es lo que algunos de ustedes eran. Mas ustedes han sido lavados.” De modo que un borrachín puede cambiar, lo cual muestra que el alcoholismo no es irreversible. Pero, por supuesto, mientras más persista el individuo en ese hábito, más difícil se hace efectuar un cambio.
El mejor consejo
Si alguien descubre que su cuerpo no puede encargarse bien del alcohol, entonces el mejor consejo es evitarlo del todo. Si le parece que no puede controlarlo, ni siquiera debe tomar un trago, ya que a menudo eso allana el camino para más.
Algunas personas que ingieren varios tragos al día creen que el hecho de que no se están emborrachando significa que tienen controlado el asunto del alcohol. Si se les sugiere que esto quizás constituya el principio del alcoholismo, o que ya son alcohólicos moderados, por lo general rechazan la idea. Tal vez digan que echarse unos cuantos tragos al día no es alcoholismo y que pueden dejar de beber el alcohol en cualquier ocasión que lo deseen.
Si ése es el caso, hay una prueba sencilla que puede ayudar a la persona a ver la dirección en que va. Debe ver si, sin experimentar disturbio mental ni emocional, puede dejar de beber completamente por un período largo, de por lo menos un mes o dos. Si no puede, o si puede hacerlo pero descubre que se pasa anhelando el día en que de nuevo volverá a beber, tiene una indicación definitiva de que ya está entrampado por el hábito del alcohol.
Sin embargo, algunos, desafiados a abstenerse de alcohol por largo tiempo, dicen que no tienen que efectuar esa prueba puesto que no son alcohólicos. Pero esto a menudo es una excusa para seguir bebiendo, porque no pueden encararse al hecho de que quizás ya han adelantado demasiado hacia cierto grado de alcoholismo.
Una cosa es patente: el que la persona no quiera abstenerse de beber por un largo período de tiempo, o le parezca que no puede, es una indicación sólida de que ya está en dificultades con el alcohol. Debe enfrentarse a la situación honradamente y no continuar engañándose. Porque si continúa, es muy fuerte la probabilidad de que progrese hacia una forma más seria de alcoholismo y vea deteriorarse su vida entera.
Considerando a otros
¿Qué puede uno hacer para ayudar a otras personas que tal vez tengan problemas con la bebida? Varias cosas se pueden considerar.
Por ejemplo, si usted es anfitrión de una reunión y ofrece refrescos, ¿presenta únicamente bebidas alcohólicas? ¿Por qué no ofrecer también una bebida no alcohólica? Esto sería mostrar consideración para los que quizás tomen una bebida alcohólica debido a presión social, pero que posiblemente prefieran en realidad otra cosa. Y si sabe que alguien ya tiene problemas con el alcohol, ¿por qué servir alcohol cuando esa persona se halla en el grupo?
En casos en que un esposo o una esposa se haya refugiado en el alcoholismo ello quizás se deba al desagrado o las riñas que existen en la relación matrimonial. Quizás el mostrar más consideración y bondad, más atención a lo que el otro quiera o diga, pueda tener un efecto saludable e invierta la tendencia. Esto ha sucedido muchas veces, como en el caso de un ama de casa de Chile que tenía tres hijitos y un esposo alcohólico. Éste, por beber en exceso, había perdido su buen trabajo. La familia tuvo que mudarse a una vivienda muy pobre. Los niños no tenían suficiente que comer, puesto que él gastaba muchísimo dinero en alcohol. La esposa tenía que trabajar para mantener a la familia. Ella también reaccionó haciéndose desagradable, discutiendo y gritándole a su esposo... ciertamente cosas que son fáciles de hacer cuando uno se encara a un alcohólico.
Pero después un testigo de Jehová visitó a la señora. Ésta se interesó en aprender de los propósitos de Dios para la humanidad como se dan a conocer en la Biblia. También comenzó a aprender cómo debe comportarse una esposa cristiana para con su esposo, aunque sea alcohólico. Al progresar en conocimiento, comenzó a orar a Dios para ser mejor esposa, a fin de poder ayudar a su esposo.—1 Ped. 3:1-4.
El cambio en su actitud y acciones impresionó al esposo. Empezó a beber menos. Después cesó completamente y rehusó acompañar a sus ‘amigos’ en sus partidas de beber. Se puso a atender a su familia y a utilizar sabiamente su dinero. Volvió a haber armonía en la familia. Él explicó que lo que le había hecho recobrar el sentido fue el gran cambio hacia lo bueno que notó en su esposa después que ésta comenzó a estudiar la Biblia. Notó que ella lo trataba con más bondad y consideración a pesar de su borrachera. Finalmente, él también comenzó un estudio similar de la Biblia, ansioso de que continuara el mejoramiento excelente que había notado en la vida de su familia.
Básicamente, lo que cambió aquí fue todo el modo de vivir. Y esto es lo que se ha descubierto que es sumamente provechoso al tratar con los alcohólicos. Como dice el Dr. Benjamín Kissin, de Nueva York: “Tratamos de cambiar el patrón o modelo de vida.” Su trabajo también ha mostrado que ése es el mejor camino. Y esto es lo que dice la Biblia que se puede hacer, al aconsejar: “Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse de la nueva personalidad, que por medio de conocimiento exacto va haciéndose nueva.”—Col. 3:9, 10.
Con la clase correcta de motivo, uno de veras puede adquirir la resolución que necesita para combatir el alcoholismo. Y no hay mayor fuerza movedora en ninguna parte que la que se encuentra en la Biblia, la Palabra de Dios: “La palabra de Dios es viva y ejerce poder y es más aguda que toda espada de dos filos.” (Heb. 4:12) Puede suministrar los mejores motivos para cortar las ataduras del alcoholismo.
Por eso, ¿qué hay en cuanto a las bebidas alcohólicas? Como se puede ver, se puede disfrutar de ellas cuando se usan con moderación. Pero si no se ejerce gobierno de uno mismo, pueden llegar a ser una de las peores maldiciones que afligen a la familia humana.
[Ilustración de la página 4]
7 MILLONES DE ALCOHÓLICOS
El número de alcohólicos en los EE. UU. es tan grande como la población combinada de diez ciudades grandes
[Recuadro de la página 5]
COSTO DEL ALCOHOL
✔ TIEMPO DE TRABAJO PERDIDO se dice que el abuso del alcohol en los EE. UU. es causa de más que todas las otras enfermedades combinadas.
✔ 30.000 VIDAS PERDIDAS en los EE. UU. durante 1970 debido a choferes beodos. Esto equivale a más de siete veces el número de soldados de los EE. UU. muertos en combate en Vietnam en 1970.