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  • El gigante de la isla Kodiak
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¡Despertad! 1972
g72 8/4 págs. 18-20

El gigante de la isla Kodiak

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Alaska

CUANDO comerciantes rusos de pieles exploraron la isla Kodiak en los años 1760, encontraron a un monstruo peludo de 2,70 metros de alto, con dientes amenazadores y enormes garras. ¡Los hombres pasmados habían visto osos pardos en Siberia pero ninguno como este tipo gigantesco! Los comerciantes lo apodaron “Iván el Terrible.” Hoy a este oso gigantesco se le llama oso Kodiak.

El súbitamente encontrarse con papa oso de pie a una altura de más de 2,70 metros de altura y de más de 590 kilos de peso podría causarle a uno una impresión bastante aterradora. En cuanto a los rasgos característicos del Sr. Oso Kodiak, éstos son sus hombros altos y encorvados, que ocultan una masa grande de músculo arriba de los omóplatos. Uno pudiera llamarlo el “forzudo” de su territorio.

La vida en un hogar isleño

Papá oso puede llegar a pesar 680 kilos para el otoño, pero la mamá, considerablemente más pequeña, rara vez pesa más de 295 kilos. Sin embargo, usted quedará más impresionado ante su tamaño plenamente desarrollado cuando se entere de que tres oseznos recién nacidos, nacidos a mediados del invierno, son lo suficientemente pequeños para caber en la palma de la mano de un hombre. ¡Qué patético se ve el bebé al nacer... ¡sin pelo, ciego y con un peso aproximado de medio kilo! Puede parecer difícil imaginarse que crecerá hasta la estatura majestuosa de sus padres.

Después de unos dos meses llegan las temperaturas cálidas de la primavera, y los oseznos pesan de 4,5 a 7 kilos. Todos los ositos en desarrollo aumentan de peso rápidamente, de modo que, para mediados del verano pesan unos veintitrés kilos. Cuando están listos para su siesta invernal con su mamá en el otoño siguiente, pesarán unos cuarenta y cinco kilos. El hermanito sigue creciendo hasta que está “plenamente desarrollado” entre los ocho y los diez años de edad. La hermanita termina de crecer a los seis años.

Aunque a menudo los osos maduros, de mayor edad, parecen muy serios y solemnes, los jóvenes son juguetones y traviesos. Sus golpes y luchas hasta pueden atraer a la mamá a la diversión. En la primavera, cuando la nieve se queda en las elevaciones superiores, se ha observado a osos deslizándose por los bancos de nieve, a menudo repitiendo la función varias veces. Como con todas las criaturas de Dios, el ver jugar a estos animales salvajes es un deleite para el hombre.

Cerca de la costa de Alaska meridional está la isla Kodiak, el hogar exclusivo de este oso gigantesco. En su mayor parte la isla está llena de montañas, y las faldas empinadas y la tupida maleza enmarañada dificultan que el hombre viaje. Pero para el Sr. Oso es un asunto diferente. Ambla más aprisa de lo que puede caminar el hombre, y tampoco parecen retardarlo las laderas empinadas y rocosas. A veces se le ve en sectores que le hacen a uno preguntarse si no será en parte cabra montés. Cuando está asustado, aumenta su velocidad a un galope que lo lleva sobre troncos y matorrales a una velocidad sorprendente. Aunque a menudo se le representa parado sobre sus patas traseras, esto no lo hace cuando camina cierta distancia. Pero es una práctica común para él el pararse hasta una altura de 2,70 metros cuando se despierta su curiosidad o cuando necesita identificar a un intruso en la vegetación tupida.

Una isla de belleza escarpada natural es una morada adecuada para este magnífico animal. Dado que prefiere estar cerca de las brisas cargadas de sal, este gigante pardo no vaga muy tierra adentro. En el verano la temperatura rara vez sube a más de 23,9 grados centígrados. Sotos de aliso, sauce y álamo norteamericano constituyen excelentes descansaderos para el Sr. Oso Kodiak y su familia. Aunque las temperaturas del invierno rara vez llegan a estar bajo menos 18 grados centígrados, no todo es tranquilidad en esta morada isleña. En el invierno, ventarrones aullantes desatan su furia lanzando olas violentas contra el litoral rocoso. La niebla y la llovizna son comunes. ¡Apropiadamente el abrigo de piel suministrado por el Creador no solo es abrigador sino también impermeable!

Engordando para un buen sueño

Aunque es carnívoro, el oso Kodiak disfruta de la vegetación. De hecho, consigue aproximadamente el 75 por ciento de su dieta anual de pacer en vegetación y moras. Para “equilibrar” su dieta disfruta de la carroña, y, en los meses del verano, hay disponible un abundante abastecimiento de salmón fresco.

Durante mediados del verano, estos gigantescos osos se congregan a lo largo de las muchas corrientes de salmón. Si un observador vigila cuidadosamente, verá que el concepto popular del artista de que el oso grande saca pescados del agua de una manotada, rara vez es cierto. De pie en la corriente da de zarpazos a un salmón con las manos delanteras. De vez en cuando, simplemente mete la cabeza bajo el agua y pesca con sus dientes.

Como sucede con los humanos, hay pescadores expertos y hay novicios. Los osos de mayor edad rara vez caminan mucho para pescar y por lo general salen con un bocado selecto inmediatamente. El hijuelo, por otra parte, a menudo corre corriente abajo y corriente arriba frenéticamente saltando acá y allá, y los peces se escurren por toda dirección salvo bajo sus garras.

Los oseznos de este año dejan que la mamá pesque por ellos, y se les puede ver en la orilla, ansiosamente esperando que ella regrese. Después de una pesca con éxito, la familia se dirige a un soto donde la mamá intencionalmente se come solo una porción del pescado, dejando el resto para que los jovencitos riñan por él. Después de llenarse de este abundante alimento, a menudo la familia se retira a un prado cercano y se tiende en una variedad de posturas para una siesta vespertina. Se ha observado que algunos duermen boca arriba con todas las cuatro zarpas en el aire.

Para mediados de agosto a menudo la familia abandona la corriente por las moras que se están madurando. Se hartan de moras de color salmón y arándanos mientras están disponibles. A principios de octubre, muchos son atraídos de nuevo por las corrientes de salmón para aprovechar la tardía arribazón de peces que desovan.

A medida que progresa el invierno, generalmente están bien preparados para dormir la mayor parte del clima severo. Los buenos apetitos del verano los ayudan a fortalecerse con una tupida capa de grasa y un nuevo y exuberante abrigo de piel. Desde el verano hasta fines del otoño, los osos en desarrollo aumentan de peso aproximadamente 30 por ciento. Al verificar este aumento de peso, los biólogos tabularon un aumento de veinte kilos por un macho de tres años en solo doce días. Ese es un aumento medio de más de kilo y medio por día. ¡No hay ninguna preocupación en cuanto a dietas para reducir de peso en esta familia!

Ahora los zoólogos reconocen que el oso Kodiak realmente no entra en hibernación sino que es más apropiado llamarlo un durmiente invernal. Uno rápidamente puede ver la diferencia al hacer un contraste entre el oso y la marmota, que sí entra en hibernación. Vista durante el invierno, la marmota parece como muerta y está completamente inconsciente. Su temperatura del cuerpo normal de 36 grados centígrados se reduce a 3,3 grados, y solo respira una vez cada seis minutos. El oso, por otra parte, mantiene una temperatura del cuerpo normal y su respiración se reduce a cuatro o cinco respiraciones completas por minuto. Cuando uno está dormido profundamente, la proporción de respirar es aproximadamente la misma. El latido del oso es más lento de lo normal pero está semiconsciente. Su sueño no siempre es ininterrumpido, pues se le puede hacer salir de su hogar invernal sin mucha dificultad.

No es agresivo, pero se aconseja precaución

Aunque los hombres han apodado a esta bestia gigantesca el ser “terrible” y “feroz,” las opiniones de algunos han cambiado. Los zoólogos y otros que han pasado muchos años observándolas, reconocen que estas criaturas poderosas hacen todo esfuerzo posible por evitar el contacto con el hombre. Como dice el zoólogo George G. Goodwin: “A pesar de su enorme tamaño y gran fuerza, los osos grandes no son agresivos y rara vez matan animales grandes de caza. Sin embargo, es mejor ponerse a resguardo de un oso pardo con sus oseznos; cuando está herido, este animal puede ser tan traicionero como la más feroz criatura salvaje.”

Ha habido incidentes en los cuales los hombres han resultado seriamente lastimados por estos osos colosales; por eso debe ejercerse cuidado al estar en las inmediaciones de ellos. Puesto que el sentido del oído y el olfato del Sr. Oso son más agudos que su vista, las personas que desean evitar el contacto con él en el matorral por lo general tratan de hacer mucho ruido. Los habitantes locales por generaciones han silbado fuertemente cuando salen a recoger moras en el dominio del oso. En consecuencia, el Sr. Oso no se asombra y tiene oportunidad de alejarse de los intrusos humanos sin demora.

Aunque tiene la reputación de ser el más grande animal terrestre carnívoro del mundo, este oso gigante de la isla Kodiak realmente no es tan “terrible” como temían los primeros comerciantes.

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