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  • Colosos impresionantes del norte de Canadá
  • ¡Despertad! 1993
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¡Despertad! 1993
g93 8/12 págs. 23-25

Colosos impresionantes del norte de Canadá

Por el corresponsal de ¡Despertad! en Canadá

“REYES del Norte” y “Señores del Ártico” son los títulos impresionantes con que se conoce a los casi treinta mil osos polares que vagan por la cuenca del polo Norte.

Hay varias poblaciones bien determinadas de osos polares. Una de ellas ha escogido el territorio de la costa suroeste de la bahía canadiense de Hudson, desde la isla de Akimiski, en la bahía de James, hasta la bahía de Chesterfield, hacia el norte. En consecuencia, la ciudad de Churchill (Manitoba), situada en un punto intermedio, ha llegado a ser conocida como “la capital mundial de los osos polares”.

El macho vaga incansable por sus dominios con especial curiosidad, por lo que se ha ganado el poético nombre esquimal de Pihoqahiak, que significa “el eterno vagabundo”.

El oso polar despertó la curiosidad de los primeros exploradores del norte. John Muir, naturalista americano, lo describió como un ‘animal de aspecto noble y enorme fuerza, que sobrevivía con valentía y se mantenía caliente entre los eternos hielos’.

Aunque pesan entre 450 y 640 kilogramos, poseen una agilidad casi felina. Un biólogo explicó: “Son como gatos grandes. Resulta absolutamente increíble lo rápidos que son, sí, con qué rapidez se mueven”.

Apareamiento e hibernación

El oso macho no es “un padre de familia”. Tras aparearse, abandona a la hembra a su suerte con toda la responsabilidad de cuidar a los cachorros. El óvulo fertilizado en el interior de la madre se divide cierta cantidad de veces, para luego permanecer en estado latente durante los cuatro o cinco meses siguientes.

Cuando se produce la implantación y comienza el crecimiento, la hembra excava una madriguera en la nieve, en el ventisquero más hondo que pueda encontrar, o en la tierra a la orilla de un lago. La osa permanece en el cubil sin comer, sin orinar y sin defecar, hasta el final de marzo.

La cueva está bien dispuesta. La entrada se comunica con la espaciosa osera mediante un túnel ascendente de unos dos metros. Allí queda atrapado el calor de su cuerpo, por lo que la temperatura de la madriguera suele ser unos 20 oC mayor que en el exterior. Una pequeña abertura en el techo permite que escape el aire viciado. La osa se prepara una cubierta fresca sobre el suelo, cuando la necesita, pateando la nieve que ha rascado del techo.

Se esperaría que una criatura tan enorme tuviera crías en proporción a su tamaño. Pues no es así, los cachorros recién nacidos pesan solo medio kilo. Por lo general nacen a finales de diciembre o a principios de enero.

Los oseznos son ciegos y sordos al nacer, y su cuerpo está recubierto de una especie de lanilla peluda, excepto las almohadillas de las patas y la nariz. Con sus garras en forma de hoz trepan por la piel de sus madres para succionar su rica y cremosa leche, con sabor a aceite de hígado de bacalao.

En la mayoría de las regiones del norte, las hembras suelen tener partos dobles cada tres años. Sin embargo, las osas de la zona de la bahía de Hudson a veces tienen trillizos, y en algunas ocasiones —cada dos años—, cuatrillizos. Los cachorros crecen rápidamente. A los veintiséis días escuchan los primeros sonidos, y siete días después abren los ojos. La pelusa que tenían al nacer se convierte en auténtica piel, mucho más densa.

Hacia finales de marzo, la familia sale de la cueva al sol de la primavera ártica. Hay gran cantidad de nieve alrededor, y las crías retozan y ruedan sobre la blanca alfombra. Cuando encuentran una colina empinada, se tiran sobre sus panzas regordetas, con las patas delanteras y traseras estiradas, hasta llegar a los brazos de mamá, que los espera abajo.

A veces, a los cachorros se les hace difícil seguir las huellas de su madre a través de la nieve profunda. ¿La solución? Ella los lleva a cuestas. En cierta ocasión, un fotógrafo vio a un grupo de osas huir del ruido de un helicóptero con sus crías a la espalda “como pequeños jinetes asustados”.

La madre los educa con esmero durante unos dos años y medio, y entonces los abandona. Los jóvenes osos ya son independientes.

Otras características

Según un artículo de la revista Life, “los osos polares son los nadadores cuadrúpedos más fuertes del mundo”. Son capaces de nadar entre los restos de hielo y de cruzar bahías enormes. Como ni el agua ni los cristales de hielo se adhieren a su engrasado pelaje, con una buena sacudida lanzan al aire un halo de gotas. Se deslizan por la nieve seca para eliminar la humedad restante, y en pocos minutos el abrigo está seco.

Los científicos descubrieron hace relativamente poco tiempo los sorprendentes secretos de la piel del oso. La forma como absorbe y refleja la luz no solo le ayuda a mantener caliente el cuerpo, sino que además confiere a la piel su deslumbrante apariencia blanca.a

Pero ¿cómo se orienta en el paisaje siempre cambiante del Ártico, con pocos, si acaso alguno, puntos de referencia permanentes que pudieran ayudarlos a orientarse mejor? Según el libro Arctic Dreams (Sueños árticos), el oso “debe tener un mapa en su cabeza [...]. La memoria no sirve. Cómo crean y utilizan esos mapas es una de las preguntas más intrigantes que se plantean sobre los osos”. Pueden vagar durante semanas sin perderse.

Aunque es muy raro que los osos polares ataquen al hombre, los visitantes han de respetar su gran fortaleza y agilidad. El libro citado comenta: “Los osos polares son bastante tímidos y tranquilos, sobre todo si se les compara con el oso pardo”. Sin embargo, le podrían sorprender, pues el espeso forro de piel de sus patas hace sus pisadas casi inaudibles.

Una visita al oso polar

¿Cómo podemos visitar a esas interesantes criaturas? Los científicos han levantado torres de acero de 14 metros a lo largo de la costa de la bahía Hudson, desde donde se observan los osos.

En la ciudad de Churchill hay “buggys” de tundra para los turistas. Son grandes vehículos revestidos de metal que acomodan a varios pasajeros en las expediciones turísticas. A veces se consigue ver de cerca a un oso cuando se apoya o golpea el chasis de metal con una pata para llamar la atención o pedir comida.

Esperamos que haya disfrutado de esta visita a los osos gigantes del norte, de los que se dice que están entre de los diez animales “más famosos” del mundo. En verdad son criaturas muy hermosas, una obra del Creador Todopoderoso, que les dio la capacidad de adaptarse a las superficies heladas de la cuenca del polo Norte.

[Nota a pie de página]

a Véase “La piel del oso polar: obra de ingeniería”, del número del 22 de mayo de 1991, de ¡Despertad!

[Fotografía en la página 24]

La madre educa a sus crías durante unos dos años y medio

[Fotografías en la página 25]

Los jóvenes machos se divierten peleando en broma y después se refrescan en la nieve

[Reconocimiento]

Todas las fotografías: Mike Bedell/Adventure Canada

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