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¡Despertad! 1972
g72 8/7 págs. 17-19

Honrando a los padres... ¿cuándo y cómo?

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Hong Kong

LA ACTITUD de las personas hacia sus padres varía en gran medida. Pero en casi todas partes la tendencia es hacia dar menos respeto y cuidado a los padres. Como un ejemplo, se calcula que en los Estados Unidos medio millón de adolescentes huyen anualmente de sus hogares.

Sin embargo, entre muchos chinos, los padres mantienen una posición singular; sus descendientes los honran aun después de su muerte. Muchas familias tienen un pequeño altar para sus antepasados donde rinden homenaje a sus parientes fallecidos. Por lo tanto, es comprensible el que Ching Ming sea una festividad importante para los chinos. Concerniente a esta festividad el Hongkong Standard del 5 de abril de 1970 informó:

“Hoy es la celebración del festival de Ching Ming, pero ayer miles de personas comenzaron la tradicional ceremonia de la limpieza de los sepulcros. En los cementerios a través de Hong Kong, quemaron ofrendas a los dioses, limpiaron sepulcros, colocaron manjares delicados sobre las tumbas de sus antepasados y se inclinaron en reverencia. . . . Se espera que hoy la mayoría de los cementerios estén colmados a medida que miles de personas limpien los sepulcros de sus parientes.”

Durante el festival de Ching Ming las personas forman largas hileras en las estaciones ferroviarias de Hong Kong para ir a los sepulcros de sus antepasados en el campo. Llevan toda la familia consigo, cargados con incienso, comida, y así por el estilo. El festival le suministra a los chinos otra oportunidad para honrar a sus padres.

¿Cuáles son las costumbres de esta fiesta? ¿Se benefician de alguna manera los padres?

Aunque las costumbres varían de localidad en localidad, el acto principal del festival consiste en la limpieza de los sepulcros. Han estado expuestos a los elementos naturales; pueden haber sido cubiertos por la maleza. Así es que es comprensible el que los vivientes quieran poner en orden los sepulcros de sus queridos muertos. Pero hay mucho más significado envuelto en todo eso.

También se acostumbra a hacer sacrificios. Algunas personas primero hacen sacrificios al dios tierra. Estas ofrendas se hacen en aprecio por los supuestos servicios de velar por los sepulcros. Después de haber agradecido así a esta deidad, comienzan los sacrificios a los antepasados de uno.

No hay una regla estricta en cuanto al tipo de sacrificio; la ofrenda depende mucho de la situación económica del individuo. Los sacrificios pueden incluir gallinas, patos, pescados, hortalizas, frutas y tortas. Después, los sacrificios no se dejan para pudrirse en el suelo, sino que se llevan al hogar donde la familia se alimenta de ello.

Por lo general las personas más conservadoras siguen el procedimiento de comenzar colocando el sacrificio delante del sepulcro, y entonces el cabeza de la familia lee un elogio. A continuación otros miembros de la familia, uno por uno, se arrodillan y se inclinan ante el sepulcro, los hombres primero y luego las mujeres. Después de esto, se quema papel dorado y plateado, poniendo así fin a la ceremonia.

En tiempos pasados, las personas que tenían los medios, efectuaban el ritual con acompañamiento musical. Sin embargo, hoy en día los ritos por lo general son mucho más sencillos. La gente simplemente se inclina unas cuantas veces ante el sepulcro y eso es todo.

En algunos lugares, tales como en Taiwan, los que visitan los sepulcros deben llevar consigo algunos pasteles para regalar a las cuadrillas de niños que van de sepulcro en sepulcro pidiendo regalos. Si sus demandas no son satisfechas, pueden volver después de que las visitas se marchen y profanar la tumba. Esas travesuras le recuerdan a uno la costumbre de exigir regalos el día de Todos los Santos en algunos países occidentales.

¿Beneficia a los padres?

La gente cree que estos ritos benefician a sus progenitores fallecidos. Por ejemplo, el alimento se ofrece en el sepulcro en la creencia de que será disfrutado por el muerto. El papel dorado y plateado que se quema se cree que llegará a ser oro y plata para ser usado en el otro mundo. Y las reverencias que se hacen ante el sepulcro se hacen con la idea de que los antepasados puedan observar que son recordados y honrados por sus descendientes. En Taiwan, si alguien en la familia contrae matrimonio, tiene un hijo, o hasta si se matrícula en la universidad, la familia visita el sepulcro de sus antepasados por tres años consecutivos para agradecer a los espíritus de sus antepasados por esa bendición.

Ciertamente es algo excelente el querer mostrar respeto a los padres de uno. La gratitud es una virtud. ¿Pero pueden ritos como éstos beneficiar a los padres muertos? ¿Pueden los antepasados muertos realmente comer de los alimentos ofrecidos, u observar las respetuosas reverencias que se hacen delante de sus sepulcros? ¿Pueden ellos de alguna manera bendecir a los que están vivos?

La verdad acerca de los muertos

Esto suscita la pregunta de que si en realidad los muertos están vivos en alguna otra parte. Una persona puede haber visto poner el cadáver de uno de sus queridos progenitores en el sepulcro. ¿Pero hay una parte espiritual de ese progenitor que sobrevive y va a vivir a algún “otro mundo”? ¿Cómo puede uno saberlo?

Ningún humano ha estado en el llamado “otro mundo” y regresado para hacer el cuento. Ni han sido capaces científicos ni cirujanos de encontrar en el hombre evidencia alguna que indique que una parte consciente, viviente, sobrevive a la muerte del cuerpo. Es cierto que por miles de años ha sido una enseñanza común de que el hombre tiene un alma inmortal. ¿Pero es verdadera esta creencia, sobre la cual descansa la adoración de los antepasados muertos? ¿Es ésta apoyada por las evidencias?

Las sagradas escrituras hebreas que componen la mayor parte de la Santa Biblia fueron escritas mucho antes de los días de Confucio, Buda y otros maestros famosos. Estas escrituras muestran claramente que el hombre está completamente inconsciente después de su muerte, pues dicen: “Porque los vivos están conscientes de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no están conscientes de nada en absoluto.” (Ecl. 9:5) Ilustrando que no hay una parte espiritual, un alma, que sobreviva a la muerte del cuerpo para continuar viviendo, el mismo Dios Todopoderoso dijo, según está registrado en la Biblia: “Todas las almas... a mí me pertenecen. . . . El alma que esté pecando... ella misma morirá.”—Eze. 18:4.

Dado que los muertos están inconscientes, y no vivos en alguna otra parte, no pueden participar del alimento que se ofrece a ellos, y no pueden ayudar a su descendencia de ninguna manera. La Biblia está en lo correcto al decir que: “No hay obra, ni empresa, ni ciencia, ni sabiduría en el sepulcro adonde vas.” Al menos por ahora estos amados que han muerto no están vivos en ningún lugar.—Ecl. 9:10, Versión Moderna.

Cuándo y cómo honrar a los padres

Puesto que los padres llegan a estar inconscientes en el momento de morir, ¿no es mucho mejor mostrarles amor cuando todavía están vivos, que ofrecerles alimento que no pueden comer y honra que no pueden agradecer después de morir? ¡En verdad, el tiempo para dar honra a los padres es cuando ellos están vivos y pueden apreciarla! ¿Cómo hacerlo?

Nadie puede negar que los hijos tienen una gran deuda con sus padres, dado que éstos hacen tanto por criar y cuidar de su prole. La Biblia muestra la manera apropiada en que los hijos deben honrar a sus padres. Dice: “Hijos, sean obedientes a sus padres en unión con el Señor, porque esto es justo.”—Efe. 6:1.

¿No es una bendición para los padres el tener hijos respetuosos y obedientes, que realmente los amen? ¿No es ésta la manera correcta de que los hijos honren a sus padres? Aun cuando éstos crezcan y tengan sus propias familias, es apropiado que muestren respeto y amor por sus padres, manteniéndose en estrecha relación con ellos y cuidándolos si es necesario en su edad avanzada.—1 Tim. 5:4.

Honrando a nuestro Padre celestial

En vista de que las personas jóvenes deben tratar a sus padres humanos con respeto, ¿qué hay de tratar con respeto a nuestro Padre celestial? Él no nos transmitió solo la vida, como lo hicieron nuestros padres terrenales, ¡sino que él es la misma fuente de la vida! Y él continúa sosteniendo nuestra vida por medio de suministrar las cosas que necesitamos, incluso el sol y la lluvia, el aire para respirar y el alimento para comer. ¿No deberíamos nosotros mostrarle a él aún mayor respeto y amor?

Si una persona no honra a sus propios padres, se le considera un ingrato. ¿No obstante, reconocemos que hay un Dador celestial de la Vida, y deseamos conocerlo y adorarlo? Si una persona no conociera el nombre de sus padres, esto se consideraría como algo muy extraño, ¿no es cierto? Sin embargo ¿cuántas personas hoy día conocen el nombre de nuestro Padre celestial, el que creó al hombre? ¿Conoce usted su nombre? Dios nos dice en la Biblia que su nombre es Jehová.—Sal. 83:18.

Nuestro Padre celestial puede hacer mucho más para nosotros de lo que puede hacer cualquier padre terrenal, y lo ha hecho. Hace 1.900 años Jehová envió a su amado Hijo Jesucristo a la Tierra a dar su vida humana perfecta como rescate para liberar a la humanidad de la condenación al pecado y a la muerte. En el futuro cercano, el propósito de Jehová es introducir un justo nuevo sistema de cosas. Entonces los humanos no continuarán sufriendo y muriendo por los efectos del pecado heredado, ¡y aun nuestros amados que han muerto serán resucitados de sus sepulcros para volver a vivir! (2 Ped. 3:13; Juan 5:28, 29) ¿No ocasiona en nosotros esta provisión de Jehová Dios el deseo de honrarlo? Para poder hacer esto, primero debemos aprender lo que él dice de sí mismo y de sus propósitos, en su Palabra la Biblia.

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