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  • g72 22/8 págs. 5-9
  • ¿Hay verdad en lo que dicen?

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  • ¿Hay verdad en lo que dicen?
  • ¡Despertad! 1972
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¡Despertad! 1972
g72 22/8 págs. 5-9

¿Hay verdad en lo que dicen?

SERÍA fácil pasar por alto el asunto de la liberación de la mujer como solo el producto de mujeres quejumbrosas. Muchos hombres lo consideran así.

Sin embargo, un sabio escribió: “Cuando alguien está respondiendo a un asunto antes de oírlo, eso es tontedad de su parte y una humillación.”—Pro. 18:13.

Si usted tuviera un dolor en su cuerpo, ¿apreciaría usted a un médico que lo despidiera diciendo que usted no es nada más que una persona quejumbrosa? O más bien ¿querría que él analizara el problema y le dijera cuál es la causa y si hay remedio?

Otro principio bíblico dice: “En cuanto a cualquiera que tapa su oído al clamor quejumbroso del de condición humilde, él mismo también clamará y no se le responderá.”—Pro. 21:13.

Por lo tanto, la persona que es sabia, escucha. Pesa los hechos para discernir si una queja es válida o no. Entonces toma acción de acuerdo con esto.

Si usted echa una mirada objetiva a la historia, se verá impulsado a reconocer que las mujeres han tenido muchas razones para quejarse.

A través de la historia, el poder político, económico y religioso ha estado principalmente en las manos de los hombres. Pero el resultado ha sido una repugnante repetición de brutalidad. De tan solo la II Guerra Mundial, el World Book Encyclopedia declara: “Se ha calculado que el número de muertos de militares y no militares llegó a 55 millones. . . . Los no militares sufrieron las mayores pérdidas. . . . por bombardeos, matanzas, migraciones forzosas, epidemias, e inanición.”

Por supuesto, uno no puede decir que las cosas hubieran ido mejor de haber tomado las mujeres todas las decisiones. Cuando las mujeres sí gobernaron algunos países, en realidad las cosas no fueron diferentes. Lea la historia acerca de Cleopatra de Egipto, Zenobia de Palmira, María I (“María la Sanguinaria”) de Inglaterra, o María, reina de Escocia. Encontrará que el gobierno de ellas no fue mejor.

Sin embargo, permanece el hecho de que los hombres han sido los principales responsables por las guerras. Además, las armas de guerra en su mayor parte han sido inventadas por los hombres. Las mujeres han visto a sus hogares destrozados, a sus amados muertos o mutilados. Y a medida que los ejércitos avanzaban sobre grandes zonas, millones de mujeres fueron maltratadas. Incontable número de ellas han sido violadas.

Por otra parte, ¿cuánto protestan las mujeres en ambos bandos durante la guerra? Por ejemplo, en ambas guerras mundiales, ¿no estaban las mujeres alemanas ayudando industriosamente los esfuerzos militares de la misma manera que lo estaban haciendo las mujeres inglesas y norteamericanas en sus países? ¿Cuándo fue la última vez que oyó que la mayoría de las mujeres rehusaron apoyar las guerras de una nación? Algunas de las más ardientes defensoras de ciertos preparativos de guerra han sido mujeres.

Sin embargo, es cierto que en varios países a través de la historia muchas mujeres han sido tratadas casi como si fueran animales o esclavas. Entre otras cosas se les enseñó a suicidarse a la muerte de sus esposos, tener sus pies atados y deformados, no se les permitía comer a la misma mesa con los hombres, o se les vendía al mejor postor, sin tener en cuenta sus sentimientos. Aun en tiempo de paz, miles de mujeres son violadas cada año. Es innegable que la lista de actos opresivos contra las mujeres es larga.

Aun en muchas de las ‘adelantadas’ sociedades de hoy día, las mujeres sí experimentan formas de discriminación. El Times de Nueva York declaró: “La ley estadounidense, con sus raíces en la sociedad medieval que consideraba a las mujeres como bienes muebles, con adornos añadidos por generaciones de legisladores y jueces masculinos, tiene muchos aspectos que se pudiera decir niegan a la mujer la protección equitativa de las leyes.”

En el estado de Nueva York, se puede encarcelar a niñas que se considera que “necesitan vigilancia” hasta que lleguen a cumplir dieciocho años de edad. Pero la edad límite para los varones que “necesitan vigilancia” es dieciséis. Sally Gold, una abogada del personal del Departamento de Asuntos del Consumidor, dice que “se puede internar en un reformatorio a una niña de 16 años de edad . . . hasta por cuatro años debido a conducta promiscua.” “No hay tal opinión en el caso de los varones,” dice ella. Un varón de dieciséis años que fuera igualmente promiscuo, no sería castigado.

¿Qué hay en cuanto a la vida de familia?

Muchas mujeres se quejan de su papel en la vida de familia. ¿Hay verdad en lo que alegan? Urie Bronfenbrenner, un psicólogo de Cornell, dice:

“Tengo gran compasión por la ira y la frustración que se reflejan en el movimiento de Liberación de la Mujer. No solo hay discriminación en contra de las mujeres en el llamado mundo del hombre, sino que ahora se les ha privado de prestigio en su papel como mujeres.

“En el pasado una madre recibía reconocimiento en el vecindario por el hecho de haber educado bien a sus hijos. Ahora la madre todavía tiene la responsabilidad por sus hijos, pero no tiene el suficiente apoyo o reconocimiento. Su esposo está fuera la mayoría del tiempo, y a menudo sus vecinos no son en realidad sus amigos.

“Estamos creando una situación en la que las mujeres están frustradas en ambos mundos.”

Muchos padres pasan a la madre la responsabilidad de enseñar a sus hijos. Como resultado la madre tiene que tomar decisiones y encargarse de asuntos que el esposo debería manejar. Acerca de esto, dijo la revista Look:

“Se acusa a la mujer americana de quitarle el puesto a su esposo como cabeza de la familia. En su mente, ella contesta a esta familiar acusación con la recriminación de que ella conoce de muy pocos hogares en los cuales la madre no tenga que luchar, en vano, para lograr que el padre tome las decisiones importantes en la vida de los hijos, imponga disciplina, y sea un modelo de hombría para sus hijos. . . .

“Por propia elección, y a pesar de las protestas de su esposa, deja las decisiones vitales en la vida de sus hijos —su instrucción escolar, su educación sexual, su entrenamiento religioso y moral— a la madre de ellos. Dice que ella ‘sabe más acerca de esas cosas’ que él, pero aun al decirlo, está cabalmente convencido de que su esposa le está robando su autoridad en el hogar.”

Debido a que demasiados hombres abdican su responsabilidad en la familia, algunas entre las de la liberación de la mujer dicen que la familia está fuera de moda y que debería ser abandonada. Pero, ¿mejoraría eso los asuntos? Dice el Dr. Paul Popenoe del Instituto Americano de Relaciones de la Familia: “Ninguna sociedad pudo sobrevivir después del deterioro de su vida de familia.” El profesor emérito de Harvard, Carle Zimmerman dijo de la decadencia de la vida de familia en la Grecia y Roma de la antigüedad: “En ambos casos el cambio de la fe y la creencia en el sistema de familia estuvo asociado . . . con enormes crisis en la mismísima civilización.”

El abandonar el arreglo de familia, es como arrojar lo bueno junto con lo malo. El hecho de que muchas familias sean felices y estén venciendo sus problemas indica que el defecto no está en el arreglo de familia. El defecto radica en las personas que son muy egoístas o se niegan a hacer su parte.

¿Qué hay en cuanto a la “igualdad”?

En casi todo campo de actividad, la mujer que trabaja no recibe el mismo sueldo que recibiría un hombre que hiciera el mismo trabajo. Esto ocasiona penalidad a las madres que tienen que trabajar debido a ser el único sostén del hogar.

Debido a esas desigualdades, algunas mujeres ahora exigen completa igualdad con los hombres en toda esfera de la actividad humana. Pero, ¿cuáles serían las consecuencias si se pusiera en vigor la igualdad total?

Si las mujeres tuvieran plena igualdad con los hombres, los gobiernos las reclutarían para pelear en los campos de batalla, en las selvas y en las trincheras en tiempo de guerra. Una vez cuando Gloria Emerson, una corresponsal del Times de Nueva York, estaba en Khesanh, Vietnam del Sur, la zona cayó bajo el bombardeo de las tropas de Vietnam del Norte. Ella huyó a un refugio ocupado por soldados norteamericanos. Después ella declaró: “En ese solitario momento llegué a ser más igual a los hombres que lo que jamás he querido ser. De buena gana hubiera compartido el horror de ese momento con las feroces defensoras de la liberación de la mujer que tan de moda están hoy día.”

La igualdad en todo sentido suprimiría las leyes sanas que gobiernan el tipo de trabajo que se puede pedir que hagan las mujeres. Si usted es una mujer, ¿querría realmente ser igual al hombre extrayendo carbón de una mina a cientos de metros bajo la superficie si los hombres hicieran su parte en los quehaceres domésticos? ¿Le gustaría en verdad dedicar el mismo tiempo que dedica su esposo granjero a arar los campos y palear el abono si él accediera a ayudarle a cocinar y limpiar la casa? ¿Es esto lo que prefiere?

Sin embargo, algunas mujeres alegan que es injusto el que se les confine a hacer los ‘tediosos’ quehaceres domésticos. Pero otras mujeres encuentran que es un desafío el manejar un hogar, preparar la lista de platos, arreglar los muebles y los adornos y ayudar a amoldar la mente de sus hijos. Muchos hombres preguntarían a las que encuentran esto aburrido: ¿Cuántos trabajos de oficina o de fábrica que hacen los hombres son ‘fascinantes’ o ‘emocionantes’? La mayoría de los trabajos son monótonos, frustratorios y no satisfacen. Por lo general los hombres están encadenados a un horario rígido, y si se apartan de éste, ponen en peligro su trabajo. Muchos de ellos envidian el horario más flexible que tienen sus esposas en el hogar.

De todas las esposas y madres que trabajan que usted conoce personalmente, ¿cuántas permanecerían en su trabajo si no necesitaran los ingresos? Pocas mujeres prefieren la monotonía de un rígido horario de trabajo a los quehaceres de un hogar. Pregunte a las mujeres, a las esposas y madres, que sí tienen que trabajar y vea si esto no es cierto.

Recientemente se les preguntó a ciertas mujeres acerca de esto en una encuesta. Esta mostró que, por un voto de 71 contra 16 por ciento, las mujeres estaban de acuerdo con que “el cuidar de un hogar y los hijos es más recompensador que tener un empleo.”

Símbolos sexuales

¿Tratan los hombres a las mujeres como meros símbolos sexuales? Desafortunadamente, muchísimos hombres hacen exactamente eso. El único interés que tales hombres tienen en las mujeres es el del placer sexual que pueden obtener.

Para satisfacer este interés, la cinematografía, las revistas y la publicidad están llenas de mujeres en situaciones y poses sexualmente sugestivas. ¿A quién se ha de culpar? En la mayoría de los casos son hombres los que controlan la producción de estas cosas.

Sin embargo, ¿quién obliga a las mujeres a actuar o a posar? Usted hallará que casi todas lo hacen de su propia y libre voluntad.

En los Estados Unidos se reveló recientemente que las estudiantes de la Universidad Estatal de Wayne posaban desnudas para que clientes masculinos las fotografiaran. Su precio era de 15 dólares por treinta minutos; las jóvenes clasificaban esto como ‘trabajo para pagarse los estudios.’ Pero muchas otras estudiantes han pagado por sus estudios trabajando, sin necesidad de vender su cuerpo.

Por lo tanto, las mujeres se prestan a sí mismas para ser usadas de una manera ‘sexy.’ Se convierten en prostitutas por su propia y libre voluntad. Voluntariamente posan con propósitos inmorales. Y muchas mujeres usan ropa sexualmente provocativa, incluso vestidos extremadamente cortos. Así es que una gran porción de las mujeres tiene que compartir la culpa por estimular a los hombres a solo pensar en el sexo.

Relacionado con esto está el hecho de que debido a que en la mayoría de las zonas el aborto todavía es ilegal, las mujeres han recibido lesiones y hasta han muerto debido a torpes abortos. Esa es una razón por la que muchas demandan ahora la legalidad del aborto solicitado. ¿Pero quién tiene la culpa? ¿Es realmente incorrecto que la ley quiera dar al niño no nacido la oportunidad de vivir? Recuerde, usted también estuvo en el seno de su madre. ¿Debería haber tenido su madre el derecho legal de abortarlo a usted?

La revista Science News del 18 de diciembre de 1971, dice: “Ahora es posible determinar con toda certeza quiénes consiguen abortos, . . . la paciente más común es la joven soltera de raza blanca que está encinta por primera vez.” Estas mujeres pasaron por alto las leyes de Dios en contra de la fornicación y quedaron encintas. ¿A quién se debe culpar... al niño no nacido? ¿Por qué castigar al inocente, asesinar para hacerlo, y entonces exigir que el asesinato sea legalizado?

Ponen objeción a Dios como “Él”

Además, surge la objeción de que la igualdad debería hasta incluir las referencias a Dios. Dijo Mary Daly, profesora de teología en la Universidad de Boston: “Dios está muerto para nosotras las mujeres, en tanto que a Dios se le represente exclusivamente como hombre.”

Sin embargo, la Dra. Margaret Mead, famosa antropóloga norteamericana, no está de acuerdo. El Times de Nueva York informa lo siguiente:

“La Dra. Margaret Mead declaró ayer que durante toda su vida ha estado trabajando por la igualdad de la mujer, pero dijo que, ‘como científica, no podía simpatizar con la cantidad de tontería absoluta’ que han hablado algunas que son miembros del movimiento de liberación de la mujer. . . .

“‘¿Qué diablos se gana por medio de cambiar “Dios es Él” por “Dios es Ella” con excepción de irritar a la gente?’ preguntó ella. ‘No lleva a ninguna parte. Todo lo que se consigue con un cambio completo es lo opuesto otra vez.’”

El exigir algo absurdo solo trae mofa y desvía la atención de verdaderas injusticias. También, cuando se exige algo absurdo la tendencia entre los observadores es a considerar que quizás las otras alegaciones también sean absurdas. Note lo siguiente, que fue escrito por una mujer al director del Herald de Miami:

“Hasta hace poco estaba orgullosa de ser una mujer, orgullosa de lo que ella representaba, orgullosa del papel de la mujer en la sociedad. Ahora, estoy confusa y avergonzada al ver a muchas de mis colegas femeninas adultas saltar como un niño que quiere un caramelo de dos centavos, gritar y exigir ciertos derechos... muchos de los cuales no se han ganado y varios que no usarán eficazmente.

“Parece ser que las ‘damas’ detrás del movimiento de liberación de la mujer están usando una técnica teatral de circo para hablar por todas las mujeres, sin ninguna consideración por aquéllas de nosotras que estamos contentas. . . .

“Yo, como muchas otras mujeres, protesto en contra de ser degradada por hembras muy emocionales e insatisfechas que desean una identidad masculina debido a que personalmente no lograron su objetivo como mujeres. El cambiar el sostén por el revólver, demandando derechos y obligaciones más allá del aguante físico y emocional de la mujer, no resultará en el hermoso futuro que muchas prevén.”

Sin embargo, esto no altera el hecho de que las mujeres han estado y todavía están sufriendo injusticias. Por eso, lo que en realidad necesitamos saber es esto: ¿Cómo deben los hombres tratar a las mujeres? ¿Cuáles pueden ser los resultados cuando los hombres tratan apropiadamente a las mujeres?

Para llegar a las respuestas de estas preguntas, sería bueno analizar primero cómo están construidos el hombre y la mujer. ¿Cuál papel es el más natural para ellos?

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