Peluquero del hogar... ¿le conviene serlo?
UN PELUQUERO en Brooklyn, Nueva York, recientemente visitó a unos amigos y, como de costumbre en un gesto de bondad, ofreció cortarle el pelo al niño. Cuando terminó quince minutos más tarde, la madre le dijo: “¿Sabe cuánto pagué por su último corte de pelo que no lucía mejor que éste? ¡Diez dólares!”
Los precios de todas las cosas han subido, pero el costo de un corte de pelo ha subido más que la mayoría de las cosas. En Saint Louis el precio corriente es de 3 dólares. En el centro de Filadelfia es de 4 dólares, pero algunos negocios en las zonas metropolitanas cobran mucho más, como lo prueba la susodicha experiencia. En pueblos más pequeños el corte de pelo cuesta entre $1,50 y 3 dólares, y los precios son aproximadamente 2 dólares en países como Dinamarca y Alemania.
Así, dependiendo de dónde vive la persona, puede ser que pague de 25 a 75 dólares al año por cortes de pelo. Si en una familia hay tres, cuatro o más niños, el gasto realmente puede ser grande.
No es sorprendente, entonces, que en muchas familias el padre o la madre sea el que corte el pelo. Esta práctica es más extensa de lo que uno quizás crea. Se calcula que en los Estados Unidos se han vendido varios millones de maquinillas para cortar el pelo en el hogar. Los peluqueros que cortan el pelo de los más de 1.500 trabajadores en la central mundial de los testigos de Jehová en Nueva York informan que a más de uno de cada cuatro de los trabajadores, antes de ir a vivir allí, se les cortaba el pelo en casa más bien que en una peluquería comercial.
Sin embargo, el ahorrar dinero no es la única razón por la que muchos padres prefieren cortar el pelo a sus hijos. Esto es evidente de la experiencia de un peluquero profesional que ofreció pelar con regularidad a los hijos de un amigo. El padre agradeció al peluquero por su bondadosa oferta, pero dijo que él prefería hacer el corte por sí mismo. Explicó: “Ve usted, esto me da una oportunidad más o menos cada dos semanas para estar solo con mis hijos y hablar con ellos.”
Algunos padres hallan que es más conveniente cortar el pelo en el hogar que el llevar a los pequeños a una peluquería, esperar por ellos, y entonces volverlos a traer al hogar. El primer viaje de un pequeñuelo a la peluquería puede ser una experiencia aterradora. Por eso, algunos piensan que el hogar es un ambiente más tranquilizador en el cual introducir a sus pequeños a las zumbadoras maquinillas y a las chasqueantes tijeras.
Es de notarse que recientemente las peluquerías comerciales han estado en mengua. Por ejemplo, en el estado de Michigan hubo 1.000 peluquerías menos en 1970 que en 1965. Sin embargo, la razón principal de esto no es el aumento de los peluqueros del hogar, sino el cambio de la moda a llevar el cabello más largo.
El cabello humano crece de 1,3 a 2,5 centímetros por mes. Para controlar este crecimiento, originalmente el corte de pelo sin duda se hacía en el hogar por un miembro de la familia. Pero es patente que pronto llegaron a ser corrientes los especialistas. Hace más de 2.500 años la Biblia habló de la “navaja de barberos.” (Eze. 5:1) Y alrededor de ese tiempo se informa que los griegos tenían prodigiosos salones de peluquería.
En aquellos días el ser peluquero disfrutaba de considerable prestigio, especialmente cuando los barberos también empezaron a practicar la cirujía alrededor del 110 de la E.C. Estos llamados cirujanos barberos, además de cortar el pelo, extraían dientes, vendaban heridas y, en particular, practicaban sangrías, una terapia muy corriente en la edad media. En 1292 había 200 barberos en París.
El cilindro con las franjas roja, blanca y azul con una bola encima es la identificación familiar de la peluquería o barbería en muchos lugares en la actualidad. Originalmente encima del cilindro había una palangana, que según se dice representaba la vasija en la que se guardaban las sanguijuelas usadas para las sangrías. Y las franjas rojas y blancas pintadas en los cilindros de barbero tuvieron su origen en las vendas manchadas de sangre que colgaban afuera para secarse, las cuales en un tiempo se reconocían como el emblema de la profesión de barbero. La franja azul del cilindro es de añadidura más reciente.
En 1745 en Inglaterra se separó la barbería de la cirujía, y el arte de la barbería continuó menguando lentamente. Para fines del siglo diecinueve las peluquerías generalmente eran desordenadas.
Sin embargo, en el siglo actual se han hecho mejoras. Se han establecido muchas escuelas de peluquería. Estas enseñan no solo a cortar el pelo, sino higiene, tratamientos del cuero cabelludo y asuntos relacionados. La enseñanza consiste en unas 1.000 a 1.800 horas de entrenamiento.
Por lo tanto el arte de la peluquería se ha elevado otra vez en talla, y al mismo tiempo también lo ha hecho el costo del corte de pelo. Desde tan poco como diez o quince centavos de dólar a fines del siglo pasado, el precio en la actualidad ha aumentado a treinta veces ese valor y más. Particularmente es este aumento del precio lo que ha hecho que muchas familias se hayan decidido a cortar el pelo en el hogar.
¿Le conviene ser peluquero del hogar? ¿Puede uno aprender a cortar el pelo de los miembros de su familia? Quizás no sea tan difícil como uno piensa, especialmente porque no es necesario bregar con la variedad de estilos de cabello. Además, el cabello de los niños puede ser el menos complicado para cortar.
Equipo de peluquería y su uso
Equipo adecuado es importante para hacer un trabajo presentable. Equipos para la peluquería en casa, que cuentan con una maquinilla eléctrica como la de las peluquerías, equipada con guías a presión, pueden comprarse por tan poco como de 15 a 30 dólares. Estos equipos pueden incluir accesorios tales como un peine, tijeras de peluquero, cepillo para el cuello, etc. En una familia con varios niños, el equipo se puede costear en dos o tres meses.
Las guías a presión de la maquinilla pueden ser especialmente útiles. Estos dispositivos semejantes a peines simplemente se ajustan a presión al filo de la maquinilla. Mantienen el filo de la maquinilla a cierta distancia de la cabeza de la persona, lo cual facilita la obtención de un largo de cabello uniforme.
El recorte gradual del cabello alrededor de la línea trasera y a los lados de la cabeza puede tener algo de desafío.
Sin embargo, los equipos de peluquería a menudo incluyen guías para el recorte. Por ejemplo, hay una para el lado derecho y otra para el lado izquierdo de la cabeza. Por medio de sujetarla en su lugar, uno puede hacer parar la maquinilla sobre cada lado de la cabeza (alrededor de las orejas), y de este modo el cabello será cortado más corto cerca de la línea del pelo, y progresivamente más largo más arriba en la cabeza. Por medio de aprender a usar eficazmente las varias guías de la maquinilla es posible hacer un buen trabajo de cortar los lados y la parte trasera de la cabeza.
Uno debe recordar que el cabello debe ser recortado o graduado hacia arriba, alargándolo progresivamente a partir de la línea del pelo. Una guía de maquinilla que permita cortar el cabello muy corto, tal vez tres milímetros, se puede usar desde la línea del pelo detrás de la cabeza hacia arriba por unos 2,5 centímetros. Imagine que la maquinilla es un pequeño aeroplano, y que el fin de la zona que va a cortar con esta guía es el fin de la pista de despegue. Esto significa que a medida que uno llega al final de esta zona, la maquinilla debe haber despegado lentamente y estar en el aire.
Para cortar la siguiente sección, unos tres o cinco centímetros más arriba en la cabeza, se debe usar otra guía para la maquinilla, una que no permita que la maquinilla corte el cabello tan corto. Después de haber completado estos pasos, el trabajo con la maquinilla está terminado.
Para terminar el corte de pelo a partir de donde terminó la maquinilla, las tijeras y el peine son los mejores instrumentos. Las tijeras y el peine deben ser usados para continuar recortando el pelo partiendo del tamaño más corto y haciéndolo progresivamente más largo a medida que uno sube en la cabeza. Finalmente, para pelar la parte superior de la cabeza, algunos prefieren pasar el peine a través del cabello, y agarrar las puntas entre los dedos del medio y el índice de una mano, y usar las tijeras con la otra mano para cortar los extremos al largo deseado.
El peine navaja es otro instrumento para la peluquería del hogar, y solo cuesta uno o dos dólares. Es un peine plástico dentro del cual se puede insertar una hoja de afeitar. Sin embargo, hay que usarlo con precaución, porque demasiada presión sobre el peine puede resultar en un trabajo chapucero. Pero con práctica algunos padres han llegado a ser peritos en pelar con este sencillo artefacto.
Sugerencias para el peluquero del hogar
Si usted se resuelve a hacer la prueba como peluquero del hogar, considere algunas sugerencias generales: Con niños muy pequeños, es muy útil que alguien les detenga la cabeza mientras se les corta el pelo. También es prudente no tratar de cortar el pelo cuando usted o el niño estén cansados. Siente al niño lo suficientemente alto como para no tenerse que inclinar al pelar. Escoja una habitación bien iluminada.
Además, esté alerta para notar protuberancias o chichones en la cabeza. Cuando la maquinilla da contra éstos puede dejar peladuras inatractivas. Para seguridad, se recomienda que mientras la maquinilla está enchufada, mantener tanto al peluquero como al que está pelando fuera del alcance de otros utensilios eléctricos, radiadores, u otras instalaciones de cañerías.
Es bueno trabajar despacio. No cave o taje. Mantenga sus dedos y manos relajados, no tiesos o tensos. Sostenga su peine y los otros instrumentos suavemente. El cabello es una fibra delicada y es fácil de cortar, así es que corte con un movimiento ligero.
No espere resultados excelentes de inmediato. Requiere práctica. Pero con la ventaja de trabajar con las mismas personas vez tras vez, muchos padres aprenden a dar excelentes cortes de pelo, ahorrando mucho. Usted también quizás decida que le convendría ser peluquero del hogar.