Fiebre de caracol... muerte lenta para millones
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Liberia
SI UN enemigo depravado viniera a su hogar para matarlo poco a poco, ¿le permitiría usted entrar? Sin saberlo millones de personas por todo el mundo están haciendo precisamente eso al exponerse a la enfermedad conocida como esquistosomiasis o fiebre de caracol.
Se calcula que en partes de África, el Oriente y la América Latina doscientos o trescientos millones de personas están infectadas. Más se infectan o continúan infectándose cada día debido al descuido o a la ignorancia. ¿Cuál es la causa?
El enemigo en este caso se presenta en la forma de tres especies de gusanos microscópicos llamados esquistosomos, de los cuales la enfermedad ha obtenido su nombre, esquistosomiasis. Estos se multiplican por cientos dentro de varias especies de caracoles de agua dulce. La variedad oriental es atraída a casi todos los mamíferos. Los otros dos tipos dependen casi exclusivamente del hombre para sobrevivir. A menos que dentro de dos días después de dejar al caracol estos gusanos o parásitos encuentren una carne apropiada en la cual enterrarse, mueren. ¿Pero cómo entran en el cuerpo humano?
Estas minúsculas “flechas” segregan una enzima o sustancia química que, de hecho, horada un agujero a través de la piel de una persona que ha estado andando sobre terreno cubierto de aguas infectadas. Esto provoca picazón y ampollas. Después penetran en la carne hasta llegar al torrente sanguíneo y finalmente al hígado.
Dentro de varios meses alcanzan la madurez sexual, llegando a medir de seis a veinticinco milímetros de largo. Durante este período de incubación la persona infectada está esencialmente libre de síntomas. Sin embargo, este enemigo está listo para matar a su víctima lentamente.
Después de la cópula los gusanos viajan desde el hígado a través de las ramificaciones de la vena porta hasta los más pequeños vasos sanguíneos de los órganos abdominales. En esta zona la hembra produce de 300 a 3.500 huevos por día, y esto por tanto como de diez a treinta años, a menos que se le mate con medicación. Puesto que se alimentan de los nutrimentos de la sangre y viven en el torrente sanguíneo, están en un constante suministro de alimento.
Cuando comienza la producción de los huevos, la persona infectada entra en el estado agudo de la enfermedad, el cual viene de cuatro a seis semanas después de haber sido invadido por los “esquistos.” Se experimentan fuertes dolores de cabeza, debilitamiento general, fiebre alta y diarrea, junto con sangre en la orina. Aunque algunos huevos se expelen en los excrementos, la mayoría de ellos son transportados por la sangre al hígado, al bazo y a la vejiga, y a veces al cerebro.
La acumulación de los huevos, junto con los gusanos vivos y muertos, se aglomeran en estos órganos y en los vasos sanguíneos y provocan los estados crónicos de la enfermedad. A medida que el torrente sanguíneo llega a estar más y más contaminado, el mecanismo defensivo del cuerpo libra una batalla perdida en contra de la invasión. Ahora se establece un lento y agonizante proceso de muerte. La vida se puede prolongar por varias décadas, dependiendo de la cantidad de gusanos y del tratamiento que se reciba, pero la resistencia y fortaleza de la víctima está tan debilitada que por lo general la muerte prematura es solo cuestión de tiempo.
Pero, ¿qué sucede con los huevos que salen del cuerpo cuando la persona infectada va al escusado? Muy a menudo son expulsados en aguas donde vive el caracol anfitrión. Poco después los huevos son incubados y las larvas libres rápidamente buscan a un caracol para enterrarse en su blanda carne a fin de mantenerse vivas, comenzando el ciclo otra vez.
Tal parece que la solución al problema sería educar a la gente en lo que puede hacer para protegerse de esta enfermedad y prevenir su propagación. Pero los esfuerzos de los médicos y funcionarios de salubridad con frecuencia son recibidos con indiferencia. Hay tantas personas infectadas en las zonas endémicas que se considera normal el que todos tengan las dificultades crónicas asociadas con la enfermedad. Como reconoció un informe de la Organización Mundial para la Salud, (la WHO): “Es difícil cambiar los hábitos de la gente.”
Sin embargo, si una persona realmente se preocupa por sí misma y por su prójimo, se sentirá impulsada a cumplir con medidas de precaución que dicta el sentido común. El mismo informe de la WHO señaló: “Si los desperdicios humanos se mantienen separados del agua entonces el caracol no puede llegar a infectarse. La bilharziasis [otro nombre para la misma enfermedad] pronto desaparecería si todos usaran letrinas (escusados públicos).”
Se están haciendo esfuerzos para controlar la enfermedad por medio del desarrollo de venenos que matan a los caracoles. Pero esto es difícil, puesto que otra vida animal y vegetal con frecuencia es afectada por las mismas sustancias químicas. Cierto grado de éxito se ha logrado introduciendo animales de rapiña que se comen a los caracoles en los arroyos. Algunos países están progresando en estabilizar el esparcimiento de la enfermedad. Pero algunas autoridades piensan que la esquistosomiasis puede sobrepasar a la malaria como el problema de salud parasitario número uno del mundo. La apertura de muchos nuevos canales de irrigación y los enormes lagos hechos por el hombre en los años recientes preocupa a los funcionarios de salubridad.
Pero cuando las comunidades son lentas en tomar acción para detener la fiebre de caracol, ¿qué puede hacer una persona para protegerse?
Protéjase de la infección
Investigue con los funcionarios de salubridad de su zona, para averiguar si las aguas locales están infectadas con los parásitos dañinos. En África, son muy pocos los arroyos que están libres de esquistosomos. Para el uso doméstico, es mejor el agua de pozo. Si es necesario usar agua de un arroyo, el que fluye rápidamente es más seguro, pues estos delicados parásitos mueren fácilmente en una corriente rápida. Hierva el agua de beber por lo menos durante quince minutos. El almacenar el agua en recipientes por cuarenta y ocho horas destruye a cualquier esquistosomos que ésta contenga. Pero se debe ejercer cuidado al sacar el agua. Si uno se ha expuesto a los parásitos, el secarse rápida y enérgicamente con una toalla ayudará a evitar la infección.
A menos que uno esté seguro de que el “esquisto” no está presente, no se bañe o lave en una corriente de agua. Esto es un factor que también debe tomarse en cuenta al elegir lugares para el bautismo. El parásito no sobrevive en aguas saladas, por lo tanto el océano está libre de esta plaga. Se deben tomar medidas para mantener los arrozales y los canales libres de contaminación. Use botas de goma al pescar o caminar sobre terreno cubierto con aguas extrañas. Sin embargo, tenga cuidado al quitárselas.
Si una persona sospecha que ha contraído “esquisto,” sería prudente consultar con un médico. Es más fácil de tratar, y se hace menos daño al cuerpo, si la enfermedad se trata rápidamente. Por años el tratamiento corriente ha consistido en suministrar drogas antimoniales mediante inyecciones a través de un período de días, lo cual es un proceso doloroso y hasta peligroso. Una razón más para evitar esta enfermedad. Se han hecho algunos adelantos significativos en mejorar los métodos de eliminar los gusanos del cuerpo, pero muy poco se puede hacer para reparar el daño ocasionado a los órganos del cuerpo en la etapa crónica. Por otra parte, es de poco provecho despojar al cuerpo de gusanos si la víctima vuelve a las aguas infectadas y de nuevo se infecta con “esquisto.”
Así es que para su propio bienestar impida que este enemigo letal —la fiebre de caracol— se aloje en su cuerpo. Esto le evitará mucho dolor y le ayudará a disfrutar de una vida más larga.
[Ilustración de la página 21]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
HOMBRE
HUEVO
CARACOL
GUSANOS PARÁSITOS
El hombre contagia al caracol; el caracol contagia al hombre. El hombre tiene el poder para romper el ciclo y eliminar la fiebre de caracol