Una mirada más de cerca a la lengua
‘¡SAQUE la lengua y diga Aahh!’ Uno sólo puede imaginarse la cantidad de veces que los médicos han repetido esto a través de los años. Los médicos desde hace mucho aprecian la importancia de la apariencia de la lengua al examinar a una persona enferma. Especialmente en épocas pasadas, los médicos tenían que confiar más en sus propios poderes de observación que en las pruebas de laboratorio.
Aunque la lengua sí refleja algunos cambios o estados de enfermedad de otras partes del cuerpo, se ha hallado que rara vez puede ser usada para diagnosticar una enfermedad específica. Sin embargo, la escarlatina es una de las enfermedades en que la condición de la lengua es importante en el diagnóstico, pues la persona que padece esta enfermedad tiene lo que se llama “lengua aframbuesada.”
La lengua y su superficie
La lengua es un órgano extraordinario, es un montón de músculos muy movedizos cubierta con una superficie extremadamente sensitiva. Los músculos de la lengua pueden achatarla, enroscar la punta y hasta los bordes cuando uno silba. Estos movimientos son posibles porque los músculos de la lengua están entretejidos y van en varias direcciones. Hay músculos que comienzan en la punta y se extienden hacia la parte posterior. Hay músculos que por lo general van de lado a lado. Y también están los que van de arriba a abajo. Todos éstos ayudan a darle a la lengua sus varios movimientos.
La superficie de la lengua está hecha de numerosas pequeñas proyecciones que le dan un tacto algo aterciopelado. (En la familia de los gatos las proyecciones de la lengua son lo suficientemente grandes y lo suficientemente duras como para dar a la superficie de la lengua el tacto de una escofina.) Estas pequeñas proyecciones (llamadas “papilas”) pueden verse fácilmente por medio de sacar la lengua y secar una pequeña zona con un paño suave y limpio. Si uno hace esto, notará que hay, diferentes tipos de elevaciones.
Las más numerosas son las estructuras rosadas, delgadas, como hebras que están uniformemente distribuidas sobre la superficie de la lengua. Por lo general éstas son las primeras en desaparecer en algunos casos de enfermedad, incluso ciertos desórdenes alimenticios.
Otra clase de proyecciones pequeñas se parecen a pequeñas protuberancias circulares sobre la superficie de la lengua. Hay menos de estas elevaciones en forma de hongo, y por lo general son un poco más rojas que las otras. De vez en cuando éstas también desaparecen.
Si usted saca su lengua lo bastante, podrá ver una clase más grande de pequeñas proyecciones sobre la parte trasera de su lengua, cerca de la garganta. Se parecen a torres rechonchas rodeadas por un foso. Hay entre siete y once de estas proyecciones circulares que forman una “V” a través de la parte trasera de su lengua.
Todavía otras proyecciones aparecen como pliegues sobre los bordes de la lengua, cerca de la parte posterior.
Lengua saburral
La superficie de la lengua a veces llega a estar “forrada” o saburrosa. De hecho la formación de una capa sobre la lengua es un proceso natural y continuo. Sin embargo, esta capa por lo general es removida por el flujo de la saliva, el mascar el alimento, hablar y tragar. Por lo general la capa se compone de pequeñas partículas de alimento, bacterias y tejido de células que se desprenden de la superficie de la lengua de una manera similar a como su piel se deshace de las células muertas. La cantidad de saburra que desarrolla, por supuesto, varía con el individuo y también según la hora del día.
Cualquier condición que interfiera con la limpieza normal de la lengua, puede producir una lengua saburral. Entre los factores que pueden contribuir a esto, se encuentran las comidas blandas, para algunos el respirar por la boca, falta de atención a la higiene bucal, fumar, deshidratación durante fiebres, y falta del flujo normal de la saliva. Hablando en general, una lengua forrada o saburral indica una condición de salud algo deficiente. Cuando una persona tiene un trastorno digestivo, el proceso de mudar las células de la lengua es debilitado, y éstas se acumulan, lo cual resulta en una lengua saburral. En muchos casos se puede limpiar la saburra de la lengua con un cepillo de dientes al cepillar éstos.
Otros cambios y condiciones
Los cambios en la textura de la superficie y en el color de la lengua probablemente son de mucho mayor significado que la saburra. Aunque, en esto también, un médico necesita saber mucho más acerca del individuo antes de poder diagnosticar una enfermedad específica. La lengua sí refleja los cambios en otras partes del cuerpo, pero no es decisiva. El estado de la lengua puede indicar la necesidad de que el médico haga otras verificaciones para localizar la causa.
Hay enfermedades que pueden afectar específicamente a la lengua, tales como el cáncer y la sífilis. Sin embargo, más a menudo la lengua muestra cambios o condiciones que en realidad son inofensivos. Los nombres a veces son más alarmantes que el estado o la condición misma... nombres como lengua pilosa o negra y lengua geográfica describen estados que por lo general son inofensivos.
Así es que no llegue a conclusiones injustificadas si su lengua parece tener una apariencia extraña. La causa puede ser tan insignificante como el borde afilado de un diente o una empastadura, lo que puede causar una irritación de su lengua. Por supuesto, uno debería ocuparse de esto para que no cause más daño.
Se dice que una de las causas más comunes para un estado indeseable de la lengua es la deficiencia de vitamina B. Surcos y arrugas en la lengua han sido atribuidos a una prolongada falta de vitamina B. Se ha encontrado que una lengua sensible, púrpura, puede ser causada por la deficiencia de la vitamina B2. En una anemia perniciosa la lengua tiene un color rojo musculoso y es suave y brillante, indicando una deficiencia de vitamina B12. Una brillante lengua roja puede ser causada por una deficiencia de niaciamida (nicotinamida). Y algunos creen que una lengua grande y musculosa puede resultar de la deficiencia de ácido pantoténico.
Vital para un habla eficaz
Tan importante es la lengua para hablar que la frase “una lengua extranjera” también significa “un idioma extranjero.” Aun la palabra “lenguaje” (idioma) viene de una palabra provenzal que significa “lengua.” En personas a quienes se les ha removido la lengua, el habla es extremadamente deficiente.
Los movimientos que la lengua hace durante el habla quizás son los más precisos que ese órgano puede hacer. Por medio de tocar y no tocar los dientes y el cielo de la boca, la lengua ayuda en la formación y la articulación de varios sonidos. Si usted dice el alfabeto muy lentamente en su idioma, notará los muchos movimientos que tiene que hacer su lengua. El observar hablar a otra persona es otra manera de apreciar sus rápidos movimientos. Algunos han tratado de adquirir destreza con sus lenguas diciendo rápidamente lo que se conoce como trabalenguas, tales como ‘Pablito clavó un clavito; ¡qué clavito clavó Pablito!’ y ‘tres grandes tigres tragantones tragan trigo y se atragantan.’
Hasta algunas palabras muy simples mantienen a la lengua ocupada. Tome por ejemplo la palabra “zinc.” Por medio de presionar levemente en contra de la parte trasera de los dientes superiores, como para interferir con la corriente de aire y producir la requerida fricción, la lengua articula la “z.” Entonces se mueve hacia abajo y hacia atrás y luego arriba otra vez para poner la punta hacia el borde a fin de dirigir el aire constreñido, y comprimido, en contra de los filosos bordes de los dientes inferiores. Tan solo para una palabra este montón de músculos puede hacer una buena cantidad de movimientos. Multiplique esto por 150 o 200 palabras por minuto, y podrá ver cuán rápido tiene que moverse la lengua para mantenerse al paso con su mente.
Deleite del gusto
Una muy deleitable función de la lengua es la de recoger y transmitir la sensación del gusto. Esta sensación es recogida por unas 3.000 pequeñas papilas del gusto que están ubicadas entre las pequeñas proyecciones que dan a la lengua su superficie. Cada una de estas papilas responde solamente a la clase de gusto para la cual fue diseñada.
La lengua percibe cuatro gustos fundamentales: dulce, salado, ácido y amargo. Cada uno de los gustos básicos está ubicado más o menos en una zona específica de la superficie de la lengua. Las cosas dulces pueden ser paladeadas con la punta de la lengua. Esas papilas gustativas a lo largo de los lados, cerca de la punta, recogen la sensación de salado. También a lo largo de los lados pero hacia la parte trasera están las papilas gustativas que transmiten las sensaciones ácidas. El amargor es gustado cerca de la parte trasera de la lengua, próxima a la garganta. Una zona en el centro de la lengua no tiene papilas gustativas.
¡Qué placer pueden proporcionar estos pequeños receptores químicos mientras uno come una comida correctamente sazonada! Y el Creador ha provisto una gran variedad de sabrosos alimentos para el deleite y el placer del hombre. Contraste esto con lo insípido que parece la comida cuando uno tiene un fuerte resfriado y podrá apreciar el valor de una lengua saludable. Su lengua puede decirle a un médico unas cuantas cosas acerca de su salud, pero en el campo del habla y el gusto es de un valor mucho mayor para usted.