Criminales y aficionados a las drogas reformados
QUE los testigos de Jehová han estado haciendo un gran trabajo en ayudar a las personas a refrenar y extirpar el crimen de sus vidas es algo bien atestiguado. Recientemente un ministro de los Metodistas Unidos, Dean M. Kelly, hizo notar que, mientras que las Iglesias tradicionales habían sido ineficaces en lograr esto, los testigos de Jehová están “redimiendo a criminales y aficionados a las drogas en nuestra sociedad.”
La veracidad de esto se hace evidente de las muchas experiencias de anteriores criminales que han cambiado sus vidas como resultado de su estudio de la Biblia y su asociación con los testigos de Jehová. Tan solo en las Asambleas de Distrito “Gobernación Divina” de los Testigos de Jehová, celebradas durante el verano de 1972, se relataron las siguientes experiencias.
● Un joven de Detroit, Michigan, se había implicado gravemente con las drogas. Hasta las vendía en la escuela y en el vecindario, y era un ladrón experimentado, pues había aprendido a forzar cerraduras a una edad temprana. Trabajando como parte de un grupo, robaba bicicletas y las cambiaba de apariencia para que no pudieran ser halladas. Además era un cabecilla en movimientos juveniles de rebelión, influyendo en cambios en los estilos de vestir en la escuela.
Entonces su madre comenzó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Él también concordó en estudiar, según dijo: “Simplemente por placer, para hacer algo, por ser diferente.” En el transcurso del estudio, se consideraron publicaciones de la Watch Tower acerca del abuso de las drogas. Y alrededor de este tiempo él tuvo una alucinación particularmente mala debido a las drogas, lo cual lo hizo pensar seriamente.
Con el tiempo empezó a concurrir a las reuniones de la congregación. Dejó de usar drogas. Desaparecieron su cabellera larga y su ropa “extravagante.” En la asamblea “Gobernación Divina” en Toledo se bautizó. Esperaba dedicar todo su tiempo a enseñar a otros las verdades bíblicas que influyeron en el dramático cambio en su propia vida.
● El uso habitual de las drogas comienza de un modo aparentemente inocente. Un joven de Mansfield, Ohio, comenzó a tomar un jarabe prescrito contra la tos. Pero de esto pasó a la marihuana, drogas “de efecto rápido” y LSD. Por unos cuatro años usó drogas, y vivió una vida licenciosa de orgías y fornicación. Durante este tiempo se casó, celebró alocadas fiestas de drogas en su hogar, y hasta se hizo promotor de drogas.
Un día un Testigo visitó a su esposa y comenzó un estudio bíblico con ella. Se le invitó al estudio y él aceptó. Pero su propósito era desenmascarar y confundir a la señora que conducía el estudio, más bien que aprender algo.
Sin embargo, con el tiempo comenzó a ver que él no estaba llevando una vida útil. Vio a algunos de sus amigos, y hasta a su propio sobrino, ir cuesta abajo debido al uso de las drogas. Así es que comenzó a estudiar la Biblia sinceramente y a concurrir a las reuniones de congregación. Reformó su vida, y tanto él como su esposa fueron bautizados por los testigos de Jehová en la asamblea de Toledo durante el verano de 1972.
● El uso de las drogas puede tener temibles efectos sobre una persona. Un joven de Madison, Wisconsin, de unos veinte años de edad aprendió esto personalmente. Se había disgustado con este sistema de cosas, y por eso comenzó a usar drogas, comenzando con marihuana y pasando a varias drogas más potentes como la LSD. Llegó al grado de tener alucinaciones sin tomar drogas.
“Podía estar sentado en un aula escuchando una conferencia,” explicó. “De pronto tenía una alucinación, y entonces volvía a la realidad. Llegó a ser muy difícil el distinguir entre la realidad y mis experiencias visionarias, y llegué a estar en una condición mental muy confusa.”
Su uso de las drogas resultó en riñas con sus padres, así es que dejó su hogar y empezó a viajar. Con el tiempo sus viajes lo llevaron a España, donde conoció a un misionero español de los testigos de Jehová que hablaba inglés. Por dos semanas estudió la Biblia con el misionero y hasta concurrió a las reuniones de congregación, aunque no podía entender lo que se estaba diciendo porque no estaba familiarizado con el español. Estaba ansioso de aprender más, de modo que se decidió ir a Inglaterra donde podría asistir a las reuniones y entender lo que se decía.
No pudiendo ingresar a Inglaterra inmediatamente, pasó varias semanas en Francia. “Mientras estuve allí,” explicó, “pasé siete u ocho horas al día leyendo y leyendo de nuevo un libro que había conseguido de los Testigos junto con la Biblia.”
Por fin llegó a Inglaterra, donde visitó el hogar Betel y la fábrica de los testigos de Jehová. Lo que vio y oyó, junto con la hospitalidad que recibió lo impresionaron profundamente. Se apresuró a volver a Madison, Wisconsin, donde de inmediato se puso en comunicación con el superintendente presidente de la congregación local de los testigos de Jehová. Se hicieron arreglos para un estudio de la Biblia con él, y nueve meses más tarde, se bautizó en la asamblea “Gobernación Divino,” en Madison. Habiendo cambiado su vida por completo, esperaba con anhelo el poder participar en la obra de la predicación de tiempo cabal tan pronto como las circunstancias se lo permitieran.
● Anteriores aficionados a las drogas que llegan a ser testigos de Jehová frecuentemente tienen buen éxito en ayudar a otros aficionados a las drogas a reformarse. Esto es cierto de un joven que hace algunos años tuvo una próspera orquesta de “rock ’n’ roll” en Carolina del Sur. Después de que el grupo fue disuelto, y mientras estaba en Hollywood cumpliendo con un contrato de grabación, él y su esposa comenzaron a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. Ambos reconocieron que lo que estaban aprendiendo era la verdad.
Como resultado, este hombre rechazó atractivas oportunidades de trabajo, incluso trabajos con famosos grupos de “rock,” a fin de estar en mejor posición para crecer espiritualmente. Sus amigos en Carolina del Sur quedaron pasmados cuando oyeron acerca de esto. También quedaron pasmados cuando se enteraron de que se había afeitado la barba. Él explica lo que sucedió cuando uno de ellos lo visitó en California:
“Tan pronto como pasó por la puerta me preguntó dónde podía conseguir la mejor ‘droga’ en los Ángeles, y dónde podía encontrar algunas ‘jovenzuelas.’ Le dije: ‘No lo sé.’ Esto fue otra sorpresa para él . . .
“Comenzamos un estudio de la Biblia con su esposa y otros, y él se sentaba en el sofá, sonreía con afectación, y salía a fumar marihuana. Pero después de unos pocos días lo mirábamos y lo sorprendíamos escuchando un poco. Entonces leyó la ‘¡Despertad!’ que trataba del tema, ‘¿Por qué el movimiento de los “hippies”?’ Esto le hizo empezar a hacer preguntas. Entonces leyó las Escrituras Hebreas y el libro ‘“Entonces queda terminado el misterio de Dios”’ dentro de un período de dos semanas. Inmediatamente cambió su actitud, comenzó a concurrir a las reuniones, con el tiempo se afeitó, y cortó el cabello.
“Después que ellos concurrieron a su primera reunión su esposa me preguntó si yo había llamado por teléfono a todos los Testigos y les había dicho que fueran especialmente atentos con estos ‘fenómenos’ que iba a llevar al Salón del Reino. Su esposo fue vestido con pantalones de dril azul con agujeros, una camiseta sucia; tenía una vincha alrededor de la cabeza, cuentas alrededor de su cuello e iba descalzo. Le dije a ella: ‘Por supuesto que no; esa es la manera en que los testigos de Jehová tratan a todo el mundo, prescindiendo de su apariencia.’ Ella estaba harta de la religión falsa, e inmediatamente reconoció que los testigos de Jehová eran el pueblo de Dios y que ellos tenían la verdad.”
En poco tiempo estos jipies y aficionados a las drogas reformados fueron bautizados por los testigos de Jehová. Estudiaron con varios otros con los que habían trabajado en su orquesta de “rock ’n’ roll.” Varias de estas personas fueron bautizadas en la asamblea “Gobernación Divina” en Columbia, Carolina del Sur, en 1972, y otros con los que estaban estudiando esperaban con anhelo el llegar a ser testigos de Jehová.
Muchas personas han emprendido el crimen y el uso de las drogas porque están disgustadas con este corrupto e hipócrita sistema de cosas. Las religiones que apoyan este mundo, por lo tanto, son aborrecibles para estas personas. Pero cuando se les muestra con la Biblia el modo en que Dios ve este sistema —que Él, también lo aborrece y se propone destruirlo e introducir un justo nuevo sistema de cosas— frecuentemente reforman sus vidas para agradar a este grandioso Dios, Jehová.—2 Ped. 3:5-7, 13.