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¡Conque estas son las Filipinas!

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en las Filipinas

EL AVIÓN desciende rápidamente sobre verdes colinas y campos de arrozales. Pasa rápidamente por sobre una gran bahía, cerca de los techos de una ciudad de apariencia moderna, y desciende sobre la pista de aterrizaje. La puerta se abre, y uno está en el Oriente, en una isla en las Filipinas, solo a 800 kilómetros de la costa de China.

Prescindiendo de qué norma se establezca las más de 7.000 islas tropicales que componen el archipiélago de las Filipinas son hermosas. ¡Y hay una gran variedad! Hacia el norte hay montañas cubiertas de pinos y aire fresco y puro, y en el sur están las calurosas selvas. En la central Luzón, la más grande isla del grupo, amplios ríos serpentean a través de hermosos llanos. Esta es una de las grandes escudillas de arroz del Asia, una de las zonas más fértiles de la Tierra. Pero lo que muchos visitantes disfrutan especialmente son las playas adornadas con palmeras... largas extensiones de soleadas arenas bañadas por las aguas de un tibio mar tropical.

Hay otras atracciones también. Altos volcanes activos que humean perpetuamente, vertientes lo suficientemente calientes para hervir un huevo, y lugares donde el suelo es tan caliente que uno apenas puede caminar por él. En algunos lugares aquí se usa el vapor natural como fuente de energía. Además están las cataratas, maravillosas puestas de sol tropicales y exóticas orquídeas, ¡orquídeas y más orquídeas... casi mil clases florecen en las islas!

Cerca de Manila, la ciudad más grande, uno puede obtener una vista imponente del volcán Taal desde el cerro Tagaytay. Un descenso excitante por los rápidos desde las cataratas Pagsanjan ofrece otra vista del hermoso paisaje. En Manila misma está la ‘Nayong Pilipino’ —la ‘Aldea Filipina’— donde están representadas las distintas culturas filipinas en su ambiente natural. Para los que tienen poco tiempo para viajar, esta “aldea” brinda una vista de pájaro del país.

Los filipinos

Cuando Fernando de Magallanes visitó las Filipinas allá en 1521, halló una raza de gente delgada y bien parecida. Su piel tenía un resplandeciente color marrón, y su cabello era negro lustroso. Aunque la mayoría de los españoles se han ido, los descendientes de los primeros habitantes todavía están aquí. Son los que verifican el pasaporte del visitante, preguntan si tiene algo que declarar, y entonces lo llevan a su hotel en taxi, autobús o jeepney.

Los filipinos se componen de varios grupos étnicos. En las montañas al norte de Luzón viven los igorrotes, o “nativos.” Muchos de los cuales todavía adoran a sus propios dioses paganos, y algunos no usan la ropa de estilo occidental.

Muchos visitantes a las Filipinas viajan cientos de kilómetros sobre difíciles caminos de montañas para ver una gran obra de este pueblo igorrote. Allá arriba en un lugar que se llama Banaue, los ifugaos, una de sus tribus, han, en el transcurso de unos 1.500 años, transformado enteras laderas de montaña en una gigantesca serie de terrazas de arroz que todavía se usan en la actualidad. Se dice que estas terrazas se extienden por una distancia igual a la mitad de la circunferencia de la Tierra. Los ifugaos las han cavado pacientemente, usando solamente las herramientas más sencillas. Verdaderamente una estupenda obra de ingeniería, ¡comparable a cualquiera de las grandes obras de otras naciones antiguas!

También hay muchos otros pueblos filipinos con los cuales familiarizarse. Están los cordiales y hospitalarios bicolanos de las hermosas regiones del sur de Luzón, y los encantadores y demostrativos cebuanos de todavía más al sur. También, los alertas y progresivos tagalos, y los pacientes y perseverantes ilocanos. Quizás ya ha conocido a algunos de los ilocanos del norte de Luzón, pues son un grupo que viaja mucho.

Como evidencia de la gran diversidad de los grupos étnicos, están los más de ochenta idiomas y dialectos que se hablan por todas las islas. Si el lector visita las Filipinas, ¿por qué no habla con las diferentes personas que encuentra? Averigüe de dónde vienen y qué clase de costumbres y hábitos tienen.

Comunicación posible

Pero quizás uno se diga: “¿Qué? ¿Con todos esos idiomas? ¿Cómo espera que pueda decirles algo?”

A pesar de todos los idiomas y dialectos en uso, casi todos hablan inglés. Esto se debe al período de la dominación norteamericana. Así es que la comunicación no es un gran problema, una vez que uno se acostumbra al acento.

De hecho, la existencia de veintenas de diferentes idiomas ha producido una nación de lingüistas muy competentes. Cualquier filipino que viaja tiene que estar preparado para aprender el idioma de la zona, y por lo general la gente habla con soltura tres o cuatro idiomas.

Un misionero de los testigos de Jehová relata que asistió a una reunión bíblica allá en el sur en la hermosa ciudad de Zamboanga. La literatura que estaban estudiando estaba en inglés, y el presidente de la reunión hablaba la mayor parte del tiempo en inglés. Entonces una persona levantó la mano para comentar, y la respuesta vino en el idioma hiligaynon. Otro hombre ofreció un comentario en cebuano. Otro habló en tagalo, y todavía otro se expresó en chabacano. Todos parecían entender, y nadie parecía notar que se estaban usando diferentes idiomas.

Qué esperar

Si viene a las Filipinas por primera vez, quizás hay algunas cosas que se deben mencionar. Por ejemplo, si uno es una persona blanca que habla inglés, uno es un “americano.” Es posible que sea inglés, holandés o alemán, pero temporariamente, mientras esté aquí, se le considerará como “americano.”

Otra cosa que debemos mencionar es la excepcional hospitalidad del filipino. Y aquí la hospitalidad está muy relacionada con el comer. Quizás le sirvan sabrosos platos locales como kari-kari, o lapu-lapu, un pez local. O, como un bocadillo, el siempre popular pancit, o algo de bibingka. Una deliciosa bebida fría es el halo-halo. La comida china, también, es popular aquí, y se dice que es una de las mejores del mundo. O, si lo prefiere, las comidas frecuentemente se preparan al estilo norteamericano o español.

En algunos sitios de Manila los extranjeros son una vista común, y pasan desapercibidos. Pero en sitios apartados, como los mercados alrededor de Cubao y en la vieja ciudad de Pasig, uno es un objeto de tanto interés para los locales como éstos lo son para uno. La verdad es que los occidentales tienden a sobresalir un poco en el Oriente, debido a su estatura desacostumbrada y su piel de color pálido. Así es que no se sorprenda si, cuando esté inspeccionando la mercadería en un negocio pequeño, se dé vuelta y halla a un filipino parado a su lado comparando su propia estatura con la suya... muy para el deleite de sus compañeros.

O tal vez un grupo de jovencitos quizás se reúna a su alrededor y sencillamente lo miren con ojos llenos de asombro. Algunos jóvenes más osados quizás lo llamen: “Hola, Joe,” o “Joe Victoria,” reflejando el tiempo de hace dos décadas y media cuando todos los soldados norteamericanos eran “Joe.” En ese entonces las tropas eran muy populares en las calles de Manila, gracias a que recientemente habían logrado la victoria sobre las fuerzas japonesas de ocupación.

Lo que hay que recordar es que todos están sencillamente siendo amigables. Hay muy poco del sentimiento antiextranjero que uno quizás sienta en algunos otros países. Puede que los niños hasta comiencen a frotar su brazo, porque les gusta el tacto del pelo suave de su piel. La gente no puede hacerse mucho más amigable que eso, ¿no es cierto? Si uno adopta ese ánimo amigable, disfrutará de la sencillez, la falta de tensión, y la amigabilidad que son características aquí.

Si visita a las Filipinas, ¿por qué no se olvida de la ‘región del turista’? Viaje por medio del característico jeepney, o por el distintivo sistema de autobuses. Vea cómo vive el filipino —no con la idea de criticar— sino, más bien, sencillamente aceptando que éste es el modo en que aquí se hacen las cosas. Son diferentes, por supuesto, pero si está dispuesto a aceptarlos como son, puede estar seguro de recibir una cordial bienvenida en las soleadas Filipinas.

[Ilustración de la página 17]

Las terrazas de arroz de los ifugaos

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