Por qué debería usted preocuparse
SI USTED ama lo que es correcto, y desea condiciones mejores, debería estar muy preocupado acerca de lo que le está sucediendo a las instituciones del hombre. También debería estar muy preocupado en cuanto a su posición con relación a ellas.
¿Por qué? Porque en muchas zonas el fracaso humano no es solo una ‘etapa pasajera.’ Es evidencia directa en cumplimiento de la profecía bíblica que muestra que estamos viviendo en los años finales de este inicuo sistema de cosas. Hace mucho la Biblia predijo de nuestra generación que “los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor, extraviando y siendo extraviados.” (2 Tim. 3:13) Ese capítulo de la profecía bíblica describe lo que apropiadamente se llama “los últimos días.”—2 Tim. 3:1.
Además, el desenmascaramiento de tanta corrupción y el fracaso de las instituciones en satisfacer las necesidades de la gente confirman lo que Dios hace mucho tiempo declaró en su Palabra: “Al hombre terrestre no le pertenece su camino. No le pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso.” (Jer. 10:23) ¿Hay alguna duda, después de ver la mala administración de los asuntos humanos en nuestra vida, de que el hombre no puede ‘dirigir sus asuntos’ con éxito, separado de Dios? Los líderes humanos, independientes de Dios, nunca resolverán los problemas de la humanidad.
Un factor prominente implicado, uno que también da cuenta de tanta iniquidad en los lugares encumbrados, es que Satanás el Diablo es “el dios de este sistema de cosas.” (2 Cor. 4:4) Él es la criatura espíritu invisible corrupta que se rebeló en contra de Dios e instigó la rebelión del primer hombre y la primera mujer. Se le ha permitido dominar los asuntos humanos por un tiempo limitado, razón por la cual Jesús llamó a Satanás “el gobernante del mundo.”—Juan 14:30.
Por medio de permitir el gobierno del rebelde Satanás, y de los humanos rebeldes, Dios ha permitido que se demuestre de una vez para siempre si es que alguien aparte de la guía de Dios puede gobernar con buen éxito los asuntos de la Tierra. La experiencia de la humanidad durante toda la historia, y especialmente en estos pocos años pasados, debería probar a las personas razonables que el gobierno de la Tierra separado de Dios ha sido un gran fracaso.
Por lo tanto, lo que Watergate y los fracasos similares en las instituciones humanas como un todo muestran es esto: (1) que Satanás el Diablo es ciertamente el ‘gobernante de este mundo,’ puesto que la falta de respeto por la verdad tan ampliamente esparcida obviamente refleja sus rasgos inicuos (Juan 8:44), y (2) que estamos muy cerca del tiempo cuando Dios pondrá fin a la gobernación rebelde e independiente separada de Dios.
¿Qué les hará Dios a las instituciones gobernantes de este mundo? La profecía de Daniel 2:44 dice claramente: “En los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos [en poder en la actualidad], y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.”
Sí, Dios, por medio de su gobierno celestial en las manos de Jesucristo, pronto triturará a todo este inicuo sistema de cosas aniquilándolo. Ya no se dejará la gobernación en las manos del hombre o del Diablo. La gobernación será ejercida por alguien en quien verdaderamente se puede confiar, Cristo Jesús. Él ya ha probado que es leal a las leyes de Dios, y también es un bondadoso, amoroso, justo y capaz administrador de los asuntos del hombre.—Isa. 11:3-5; Heb. 4:14, 15.
Cómo lo afecta a usted
¿Qué tiene que ver todo esto con usted? Esto: afecta su vida directamente. ¿Por qué? ¡Porque la destrucción por Dios de este sistema de cosas está programada para el futuro muy cercano!
Durante la venidera destrucción, muchas personas acudirán a las instituciones del hombre —hasta entonces aparentemente tan impresionantes y estables como montañas— para protección y seguridad. Dirán: “Escóndannos del rostro del que está sentado en el trono [Dios] y de la ira del Cordero [Cristo Jesús], porque ha llegado el gran día de la ira de ellos, y ¿quién puede estar de pie?” (Rev. 6:16, 17) Pero no habrá escape en las instituciones del hombre, porque todas ellas terminarán en destrucción.—Rev. 19:19, 20.
Entonces, después de la destrucción de este inicuo sistema, Dios introducirá un maravilloso nuevo orden. En ese nuevo orden solo se permitirá vivir a personas en quienes se pueda confiar. Sobre ellas, en el cielo, Cristo Jesús en su reino gobernará “para justicia,” y sus representantes en la Tierra llevarán a cabo sus instrucciones “para derecho mismo.” (Isa. 32:1) Es por eso que hace mucho el profeta Isaías esperaba con gran anhelo a Dios y su gobierno, diciendo: “Con mi alma te he deseado en la noche; sí con mi espíritu dentro de mí sigo buscándote; porque, cuando hay juicios procedentes de ti para la tierra, justicia es lo que los habitantes de la tierra productiva ciertamente aprenderán.”—Isa. 26:9.
¿Se preocupa usted realmente por su vida y su futuro? ¿Quiere sobrevivir al fin de este sistema? ¿Quiere vivir en un nuevo orden fundado en lo que es justo? Si es así, ¿qué debe hacer primero? La Palabra de Dios contesta: “Busquen a Jehová, todos ustedes los mansos de la tierra, . . . Busquen justicia, busquen mansedumbre. Probablemente sean ocultados en el día de la cólera de Jehová.” (Sof. 2:3) Eso significa volverse a Dios y a su Palabra y aprender cuáles son sus instrucciones para uno en este tiempo crucial de la historia.
Un individuo que estaba afligido por Watergate preguntó: “Si uno no puede confiar en el Gobierno, ¿en quién se puede confiar?” En vista de los fracasos de tantos líderes humanos en nuestro tiempo, el consejo bíblico tiene mayor peso ahora cuando declara: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna.” (Sal. 146:3) La Biblia también dice: “El temblar ante los hombres es lo que tiende un lazo, pero el que está confiando en Jehová será protegido.” (Pro. 29:25, 26) Usted puede confiar en Jehová Dios y en su promesa de librar la Tierra de iniquidad e introducir un nuevo orden justo. Puede confiar en él porque Dios “no puede mentir.” Él es “el Dios de verdad.”—Tito 1:2; Sal. 31:5; Heb. 6:18.
Hasta durante las audiencias de Watergate se hizo referencia a la insensatez de depositar injustificadamente la confianza en los humanos. Tratando de explicar la tragedia de tantos funcionarios envueltos en escándalos, se recordó lo que le pasó al cardenal Wolsey, un poderoso clérigo de la Iglesia Católica Romana durante el reinado del rey Enrique VIII de Inglaterra. Wolsey estaba implicado en asuntos políticos, sirviendo celosamente al rey. Pero entonces incurrió en la ira del gobernante, fue despojado de su poder y acusado de traición. Poco después de eso se enfermó y murió. Pero antes de su muerte, Wolsey dijo con remordimiento: ‘De haber servido a mi Dios con la mitad del celo con que serví a mi rey, él no me hubiera dejado a mi edad desnudo ante mis enemigos.’
Si uno pone su confianza en humanos, confiando en que ellos hallarán las soluciones a los crecientes problemas del hombre, ciertamente se desilusionará, y eso será muy pronto. Pero si pone su confianza en Dios, y hace Su voluntad, ciertamente segará los beneficios, porque Dios es “remunerador de los que le buscan encarecidamente.”—Heb. 11:6; 1 Juan 2:15-17.