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¡Despertad! 1974
g74 22/5 págs. 20-23

El Centro Comercial Mundial... ¿modelo para el futuro?

PRESCINDIENDO de qué otra cosa sean, las torres gemelas del Centro Comercial Mundial son colosales. Cada torre tiene 110 pisos ¡elevándose desde la acera 411 metros... casi medio kilómetro en el aire! Dominan completamente el famoso perfil del conjunto de los edificios de Nueva York.

Pero no son solamente sus tremendas alturas las que empequeñecen a los rascacielos circundantes. Es también su enorme volumen. Cada edificio es un cuadrado de 63 metros... casi media hectárea de superficie. Y puesto que los edificios se yerguen en una sola línea, sin interrupciones, ¡cada uno de los más de 200 pisos tiene aproximadamente media hectárea de superficie! ¡Esa es suficiente superficie en cada piso como para más de nueve canchas de baloncesto profesional!

El Centro Comercial Mundial, sin embargo, incluye mucho más que las torres gemelas. Se levanta sobre un terreno de seis hectáreas y media al lado del río Hudson en la parte baja de la isla de Manhattan. Ya incluidos en el complejo de 800 millones de dólares se hallan los edificios de ocho pisos de la Aduana de los Estados Unidos y el edificio de nueve pisos Northeast Plaza. Todavía no se han construido el edificio Southeast Plaza y un hotel. Con el tiempo los seis edificios estarán situados alrededor de la gran plaza de dos hectáreas.

En su inauguración formal el 4 de abril de 1973, El Centro Comercial Mundial albergaba a 304 empresas que empleaban a 7.000 personas. Más del doble trabajan ahora allí. En la actualidad se ocupa menos de la mitad de su superficie; muchos pisos están todavía sin amueblar. Se programa la finalización para algún tiempo en 1975. Con el tiempo han de trabajar 50.000 personas en este Centro, y se espera que unos 80.000 comerciantes y turistas lo visiten diariamente.

Pero, ¿por qué construir un complejo tan gigantesco? ¿Es práctico? ¿Son, como se afirma, “los edificios del venidero siglo 21”?

El complejo se construyó como una oficina central para empresas que representan cada servicio y actividad comercial mundial. Así es que, los exportadores, importadores, agentes expedidores de carga, despachantes de aduana, bancos internacionales, y numerosas otras empresas con intereses de comercio mundial ahora se pueden establecer bajo un techo. Como mencionó Jack Zwick, jefe del Instituto de Comercio Mundial: “Todo tiene como objeto facilitar el comercio y hacer que la gente pueda planear mejor las estrategias comerciales.”

Pero, ¿por qué esos enormes edificios? Harry B. Helmsley, un director de la compañía que administra el edificio Empire State, identificó la razón indudablemente cuando dijo: “La imagen de tener el edificio más alto es importante.”

En octubre de 1970 la torre norte del Centro Comercial eclipsó al Empire State al convertirse en el edificio más alto del mundo. Pero esa distinción fue de corta vida. Porque precisamente en la primavera de 1973 el edificio de Sears, Roebuck & Cía., en Chicago alcanzó los 442 metros, 31 metros más alto que las torres gemelas.

Sin embargo, la competencia no ha terminado. Según señaló Helmsley: “Estamos considerando planes para añadir al Empire State.” Un hecho interesante de notar es que el año pasado ciertos trabajadores en el Centro Comercial Mundial estaban especulando respecto a la aparente lentitud en completar la torre sur. Algunos se preguntaban si es que podría aumentarse su altura para volver a ganar la distinción de ser el edificio más alto del mundo.

La actual competencia de “¿puede usted aventajar este rascacielo?” nos recuerda lo que ocurrió hace poco más de cuarenta años. En 1931, a medida que se empeoraba la depresión económica, el edificio Empire State llegó a 381 metros, sobrepasando los 319 metros del edificio Chrysler. Poco después cesó la construcción de rascacielos realmente altos, dejando a la ciudad de Nueva York con diecisiete edificios de más de 183 metros de altura.

Más de veinticinco años después, en 1960, Nueva York todavía tenía solo diecisiete edificios de más de 183 metros de altura. Entonces comenzó de nuevo la construcción. En 1970, ¡tan solo en la ciudad de Nueva York se estaban construyendo nueve edificios de más de 183 metros de altura! ¡Ahora la ciudad tiene por lo menos cuarenta rascacielos en esa categoría! Chicago tiene diez; Los Ángeles, cuatro, y varias otras ciudades tienen dos o tres.

Es obvio que pocos de estos nuevos rascacielos estaban tratando de romper una marca. Solo cinco de ellos sobrepasaban los 300 metros. ¿Por qué, entonces, se han erigido tantos edificios altos? El presidente de una corporación de urbanizadores de terrenos explicó: “El haber más grande de los rascacielos en ciudades densamente concentradas es económico.” Los terrenos, por ejemplo, en el centro de Atlanta, se venden a 14 dólares el metro cuadrado, y como lo señaló un urbanizador: “70 pisos dan mejor productividad.”

Las mejoras en la técnica de construir también han sido un factor importante en el auge de los rascacielos. Los sistemas de ascensores más eficaces ahorran espacio interior. El uso de cemento de peso liviano y métodos de prefabricación han sido importantes. Armazones de acero más rígidas suministran mayor rigidez y fuerza. Las torres gemelas del Centro Comercial, por ejemplo, tienen una oscilación máxima con vientos fuertes de veintisiete centímetros, comparados con treinta y ocho centímetros para los rascacielos más antiguos.

Debido a esas mejoras, se informa que es factible levantar rascacielos de 200 o más pisos de altura. “El próximo año podríamos empezar a levantar una estructura de un kilómetro y medio,” dijo L. E. Robertson, socio en la empresa de ingenieros que erigió el Centro Comercial Mundial.

Así es que, la pregunta no es si el hombre puede erigir gigantescos complejos de edificios modelados según el Centro Comercial Mundial, sino, ¿es el Centro Comercial un buen modelo al cual imitar?

Sin embargo, antes de examinar esta cuestión, considere cuán notable logro es el Centro Comercial Mundial.

Construcción revolucionaria

En 1962, a principios del nuevo auge de los rascacielos, las legislaturas de Nueva York y Nueva Jersey impartieron instrucciones para que se construyera el Centro Comercial Mundial. Cuando se revelaron los planos del diseño en 1964, se consideró revolucionario al proyecto, tanto en tamaño como en conceptos de ingeniería. “Es un esfuerzo precursor,” dijo Mario Salvadori, jefe de la división técnica del Colegio de Arquitectura de la Universidad de Columbia.

Es cierto, algunas de las técnicas de construcción ya se habían aplicado en ciertos edificios anteriores. Pero la aplicación de tantas técnicas nuevas en un solo proyecto se considera como un tremendo logro técnico. La preparación para la construcción fue en sí misma una obra que requirió técnicas extraordinarias.

Construido en “la bañera”

Era la clase de terreno que hace la construcción particularmente difícil. De hecho, ¡en los años 1700 la tierra sobre la cual descansan actualmente las torres gemelas había estado bajo el río Hudson! Para 1890, sin embargo, el relleno de tierra había hecho de la zona parte de la isla de Manhattan. Así es que, la excavación del lugar envolvió la remoción de los “desperdicios” del relleno de varias generaciones, así como el sedimento del río Hudson cargado con obstrucciones subterráneas como muelles antiguos y partes de barcos.

Veintiún metros y más debajo de estos residuos está la capa de roca a la cual había que asegurar a los rascacielos. Así es que, durante la excavación, el problema fue impedir el desequilibrio de las calles y edificios adyacentes debido a lo inestable del terreno. Además, estaba la cuestión de cómo impedir que el agua subterránea se filtrara a medida que procedía la excavación. La solución fue “la bañera.”

El trabajo en “la bañera” comenzó aun antes que se removieran los 164 edificios de la zona de catorce manzanas que ocuparía el Centro Comercial Mundial. Esta “bañera” era una enorme pared de cemento que se extendía hacia abajo y que fue fijada en el lecho de roca. La pared se extendía alrededor de la mayor parte del lugar de construcción, el cual en un tiempo había estado sumergido en el río Hudson.

Para construir esta pared subterránea, un equipo de excavación excavó, sección por sección una zanja de noventa centímetros de ancho hasta llegar al mismo lecho de roca. A medida que se removía el material excavado de una sección, se bombeaba dentro de la zanja una mezcla de bentonita, con la consistencia de una sopa de guisantes. Esta mezcla detenía el agua del terreno y mantenía los costados de la zanja de modo que era innecesario el apuntalamiento. A continuación, armazones prearmadas de siete pisos de altura hechas de acero reforzado se bajaban dentro de la mezcla. Entonces se alimentaba el hormigón armado al fondo de la zanja a través de una cañería, forzando la mezcla fuera de la zanja.

Finalmente, el resultado fue una pared subterránea de hormigón armado de noventa centímetros de ancho que se extendía por 945 metros alrededor del lugar que iba a ser excavado. La excavación ahora prosiguió dentro de esta gran “bañera.” En realidad era, de hecho, una represa de cuatro lados. Mantenía el agua afuera a medida que proseguía la excavación, más bien que mantener el agua dentro como lo hace una bañera corriente. Esta “bañera” era enorme. De su interior se excavaron más de 917 mil metros cúbicos de material, que fue arrojado al río Hudson, ¡para crear 9,5 hectáreas de terrenos nuevos!

A medida que proseguía la excavación, el tren subterráneo que cruzaba la excavación en dos tubos de hierro fundido quedó al descubierto. Fue necesario solevantar y sostener los tubos mientras la excavación continuaba alrededor y debajo de ellos. ¡Así es que, los servicios del ferrocarril continuaron como de costumbre, transportando más de 80.000 pasajeros diariamente a través de “la bañera” aun mientras continuaba la excavación!

Con el tiempo las vías fueron reubicadas debajo del Centro Comercial, y los viejos túneles fueron quitados. En julio de 1971 se inauguró la nueva terminal ferroviaria del Centro Comercial Mundial. En este sótano de seis pisos también hay un garaje para casi 2.000 automóviles, con parqueo para los camiones, zonas de almacenamiento y espacio para tiendas y restaurantes internacionales.

Con el tiempo los cimientos del edificio fueron hundidos en el lecho de roca. Y desde esa base las torres gemelas se levantaron rápidamente. En el punto de mayor actividad de la construcción tanto como 3.500 hombres trabajaron en el proyecto, y muchos todavía trabajan en él. El primer acero para la torre norte se colocó en agosto de 1968, y seis meses después comenzó el trabajo en la torre sur.

Enormes grúas colocaron en su lugar grandes paneles de acero prefabricado de veinte toneladas. Estos formaron las paredes exteriores de las torres. Tan solo para poner los paramentos en las paredes se requirieron 200.000 metros cuadrados de aluminio, que equivalen a lo que se necesita para cubrir 9.000 hogares. Además, se requirieron 55.800 metros cuadrados de vidrio para las 43.600 ventanas que van del piso hasta el techo. Los limpia-ventanas automáticos las mantienen limpias.

Diferente a los rascacielos convencionales, los cuales tienen en el interior las columnas que soportan el peso, las paredes exteriores de las torres llevan la mayor parte del peso de los edificios. Las únicas columnas en el interior están en el centro, y contienen los ascensores. Así es que los pisos tienen un máximo de espacio abierto, libre de columnas.

Otra característica singular de la construcción son los 102 ascensores en cada edificio. En los rascacielos convencionales, los pozos de ascensor sirven a todos los pisos. Esto consume grandes superficies de espacio del piso. El Centro Comercial Mundial dividió cada torre en tres secciones, e introdujo un sistema de ascensores expresos y locales conectados por puntos de transborde que se llaman “vestíbulos celestes.” Como resultado, los requerimientos de espacio para los pozos de ascensor se redujeron considerablemente.

Verdaderamente este Centro Comercial es una maravilla técnica. Pero, ¿es realmente un modelo práctico para el futuro?

Considere lo que dijo F. L. Codella, vicepresidente de una empresa de arquitectura: “El levantar un nuevo proyecto de un edificio alto en una ciudad es como enchufar en la casa un artefacto importante. Afecta a todo lo que lo rodea.”

El Centro Comercial Mundial ciertamente es comparable a un artefacto importante. ¡Se espera que pronto consuma más energía que una ciudad de más de 100.000 personas! Según se cree su sistema de aire acondicionado es el más grande del mundo, pues puede servir eficazmente a una ciudad de más de 15.000 hogares. En vista de lo limitado de las fuentes de energía y lo grave del problema de la contaminación del aire sería bueno preguntar, ¿cuán práctico es agravar la situación con un complejo de edificios tan gigantesco?

También, se calcula que el Centro Comercial pronto estará expeliendo unos 85 millones de litros de aguas de albañal dentro del río Hudson, ¡el desagüe de una ciudad del tamaño de Albany, Nueva York, la capital del estado! Además, se espera que los empleados y los visitantes diariamente produzcan 50 toneladas de basura. También está el problema de transportar a 130.000 personas diariamente dentro y fuera de una zona ya congestionada de la ciudad.

La seguridad es otra consideración. Una reciente erupción de incendios de rascacielos señala a una debilidad importante. Como indicó Arthur F. Sampson, director general de los edificios públicos para los Servicios Generales de la Administración: “La protección de incendios en edificios elevados es extremadamente difícil y, dicen algunos, casi imposible.” De hecho, algunos expertos predicen que un incendio catastrófico en un rascacielo es inevitable.

Sin embargo, al mismo tiempo, el Centro Comercial Mundial es ciertamente un notable logro técnico, tal como lo han sido las aventuras espaciales del hombre. Pero desafiando su calidad de práctico, el bien conocido crítico urbano Lewis Mumford afirma: “Los rascacielos siempre han sido levantados por razones de propaganda y publicidad. Económicamente no son ni seguros ni eficaces.”

Sea que esto sea realmente cierto o no, tomándolo todo en consideración, las torres gemelas del Centro Comercial apenas parecen ser un modelo deseable del cual diseñar edificios futuros.

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