Una torre con su cúspide en los cielos
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en el Canadá
¡ALLÍ —estabilizada majestuosamente en Toronto, como un cohete gigante listo para el despegue, su extremo superior afilado como aguja apuntando al cielo— hay una torre que realmente tiene su cúspide “en los cielos”! Uno se siente excitado al dirigir la vista incrédulamente hacia arriba a sus imponentes 553 metros de altura, cinco veces más alta que el cohete Saturno V usado en el lanzamiento del Apolo 11 a la Luna. Lo que ha captado nuestra vista es la “torre CN,” la más alta estructura autosoportada del mundo. (“CN” representa Canadian National, el sistema de ferrocarriles y comunicaciones del gobierno del Canadá.)
Desde muy temprano en la historia humana el hombre ha estado ocupado en la edificación de torres que ‘penetren en los cielos,’ originalmente para servir propósitos de la religión falsa y después en busca de ventajas militares. (Gén. 11:1-9) Aunque la primera de éstas de que tenemos registro, una torre templo o zigurat, no tuvo un objetivo noble, ha habido veces desde entonces en que el hombre ha mostrado una habilidad asombrosa para lograr algún propósito digno con la edificación de torres. A veces han sido erigidas solo por razones de belleza y simetría arquitectónicas, pero otras veces han sido concebidas por razones más prácticas, como para soportar enormes tramos de puentes.
La torre CN trata de combinar estas últimas metas, pues a la vez que es estéticamente agradable a la vista, sirve varios propósitos prácticos. Según lo expresó el Ministro federal de Minas, Energía y Riquezas Naturales, Donald McDonald, cuando el trabajo comenzó en la torre: “La torre CN no solo será impresionante sino que también será muy práctica.”
¡En realidad es impresionante! ¿Ha visto usted la torre Eiffel de París? Imagínese otra torre Eiffel encima de ella, y el pináculo de la torre CN estaría solo unos 45 metros por debajo de esa doble altura. O, ¿ha estado usted en la parte superior del edificio Empire State en la ciudad de Nueva York? En tal caso estaba a solo un poco más de las dos terceras partes de la distancia al punto más elevado de esta torre. Sí, es casi 120 metros más alta que el edificio de oficinas más alto del mundo, la torre Sears de Chicago, Estados Unidos de América. Aunque es reconocido que hay antenas transmisoras de TV más altas que los 553 metros de la torre CN, están sostenidas por vientos o tirantes u otras fuentes externas de estabilización, mientras que la torre enhiesta CN está libre de todo eso. Domina el paisaje de la metrópoli Toronto desde una altura de más de medio kilómetro.
Sin embargo, la altura encumbrada de la torre no es lo único que impresiona. Se eleva de sus cimientos en la forma de tres “aletas” semejantes a cohetes, y esta base en forma de “Y” va ahusándose graciosamente hacia arriba por unos 335 metros. En este punto la línea de ascensión se quiebra en forma agradable por un complejo de siete pisos que incluye plataformas circulares de observación y un restaurante giratorio. Desde esta “cápsula espacial” la elevación sigue hacia el cielo, tomando la forma de una columna hexagonal, por otros 120 metros a un piso de observación superior. Finalmente, un mástil de antena de unos 100 metros que gradualmente remata en punta corona la estructura, llevándola a su extremo afilado como aguja. Al verla, su forma simple y graciosa deja un cuadro indeleble en la mente.
Una maravilla de ingeniería
‘¿Cómo lograron subir toda esta masa allá arriba?’ se pregunta uno. No fue una operación sencilla. Después de pruebas intensivas hasta una profundidad de 27 metros en la zona donde están los cimientos, la excavación comenzó en febrero de 1973. Cavaron unos 16 metros (los últimos 7 metros en las rocas), lo que exigió remover más de 62.000 toneladas de pizarra. Se aplicó arpillera húmeda a la superficie expuesta del foso y luego se echó un “manto” de hormigón de 31 centímetros de espesor para evitar el deterioro en la roca que sirve de base. Encima de esto se vertió otra capa de hormigón, ¡ésta de 5,5 metros de espesor! Luego vino un cimiento de 7.070 metros cúbicos de hormigón.
Después hubo que verter hormigón para construir la parte de la torre en forma de “Y” y su columna hexagonal. Esto se llevó a cabo empleando un “molde movible” que iba subiendo constantemente bajo presión hidráulica (mantenido en su lugar por medio de un anillo de prensas de sujeción trepadoras), ¡forzando el hormigón alrededor de un laberinto de barras de acero y acero postensionado a un promedio diario de unos 6 metros de crecimiento ascendente! Este vertimiento continuó hasta el 22 de febrero de 1974, hasta el nivel de unos 445 metros, justamente abajo de donde está ubicada la plataforma de observación. Se celebró la ceremonia de “remate” el 21 de marzo de 1974. Se habían usado, al menos, 106.000 toneladas de hormigón, junto con 5.000 toneladas de acero armado, 600 toneladas de acero de construcción y 1.000 toneladas (¡128 kilómetros!) de cable de tensión.
Este método insólito de construcción produjo una maravilla de la ingeniería. Para alturas tan tremendas los ingenieros estructurales permiten una variación de hasta 7,5 centímetros de la línea de la plomada absoluta. Empleando una plomada gigante e instrumentos ópticos de precisión para los controles regulares, ¡fue posible completar el vertimiento con una variación de solo 28 milímetros!
Otra cosa que tenía que ser controlada diariamente era la tendencia que tenía la estructura de torcerse a medida que ascendía del suelo. Se dice que esta “oscilación torsional” está relacionada con la rotación de la Tierra, y que en el hemisferio del norte esta fuerza tuerce las estructuras elevadas y angostas, durante su construcción, en la dirección contraria al movimiento de las agujas del reloj. En el hemisferio del sur las tuerce en la dirección opuesta. Los instrumentos ya mencionados y algunas estaciones de inspección a distancia de hasta 300 metros dieron datos que permitieron hacer cualquier ajuste necesario en el sistema de prensas de sujeción. Resultó un edificio a plomo.
Encima de todo esto descansa el mástil de antena de más de 300 toneladas, instalado por medio de helicóptero. Está planeado que este mástil transmisor de acero tenga un radomo, es decir, una cubierta, de plástico reforzado con vidrio para protegerlo de las acumulaciones de hielo y nieve durante el invierno.
Fortaleza y seguridad
¿Es fuerte... y segura la torre? Los que tuvieron que ver con el proyecto creen que sí. Se hicieron grandes esfuerzos para asegurar fortaleza y seguridad, como ya hemos visto en la obra del fundamento y el método de fortalecer el hormigón. Además, según el Dr. R. A. Bandeen, presidente de la Torre CN, Limitada, el hormigón mismo tiene una fortaleza de 6.000 libras por pulgada cuadrada, mucho más de las 5.000 libras por pulgada cuadrada que se exige en las especificaciones. Se cree que esto es más de lo que se necesita para la seguridad. Una junta de técnicos e ingenieros de campo emplearon un laboratorio en el terreno de la construcción para hacer pruebas diarias de la calidad del hormigón.
Pero, ¿qué pasaría si un jet gigantesco chocara con la torre? La respuesta del experto sobre análisis de la torre, el Dr. Bruno Thurlimann de Suiza, aseguró que el daño hecho a la torre sería mínimo. El efecto sobre el avión sería otro asunto.
Aun en caso de vientos fuertes, la cúspide oscilará muy poco. Ya ocurrió un ventarrón durante el cual, al nivel de la cápsula espacial, la torre solo se movió unos trece centímetros. Algunos investigadores dicen que a ese nivel se puede mover hasta sesenta centímetros en una ráfaga huracanada. ¡Eso parece mucho hasta que se entera uno de que la torre de comunicaciones Ostankino de Moscú (de 535 metros de alto) ha oscilado más de un metro en vientos fuertes!
Se halló que el secreto de la capacidad que tiene la torre CN para resistir los vientos fuertes está en su diseño y forma finales. El Dr. Alan Davenport, experto en el uso del túnel del viento, comentó después de poner a prueba varios modelos de la estructura: “Se requirió [muchos] años para descubrir que la forma de un árbol, ahusándose desde una base amplia, es la mejor para resistir el viento.” Los hombres siguen aprendiendo que las cosas creadas reflejan una gran Inteligencia.
Uso y propósito
Pero, ¿por qué construir una columna tan encumbrada? ¿No fue una empresa costosa si solo era para poder decir que tenían la estructura autosoportada más alta del mundo? La primera respuesta que se dio es que principalmente ha de servir como torre de comunicaciones. Una razón por la cual se necesita es que Toronto, como todas las ciudades que tienen muchos rascacielos, tiene un problema de transmisión de la televisión: las imágenes dobles en la pantalla de la TV debidas a las ondas ligeramente demoradas creadas cuando sus vías son afectadas por los edificios elevados. Se espera que la antena de esta torre sea lo suficientemente alta como para eliminar la molesta imagen fantasma. También tiene como propósito aumentar en un 50 por ciento el “alcance” de algunas estaciones.
El presidente de la Canadian National System, Norman J. MacMillan, indicó otros usos que tendrá la torre en las comunicaciones, al decir: “Con su sistema de microondas, la Torre ayudará a acelerar la corriente a través del Canadá de toda forma de comunicaciones comerciales vitales, de datos de computadoras, mapas meteorológicos e información acerca del tiempo, datos acerca de reservas para viajes por tren y avión, y hasta informes del mercado de valores.” También mencionó la mejora de las comunicaciones para servicios municipales como un beneficio producido por la torre.
Todo esto, pues, explica por qué se construyó el complejo de la antena en la parte superior de la torre a un costo de más de 3 millones de dólares. Según los planes, transmitirá para ocho canales de televisión y once estaciones de frecuencia modulada (FM).
La torre también es ideal para ciertas formas de investigación científica. Se cree que “podría ayudar a desentrañar algunos misterios que han desconcertado a los ingenieros estructurales e investigadores ambientales.” La torre CN cooperará con la Universidad de Toronto, con el Consejo Nacional de Investigaciones y con el Ambiente del Canadá en un programa de instalación de instrumentos para la torre. El Star de Toronto informa que unos postes retráctiles de 4,5 y 9 metros de largo sobresaldrán de la torre en cuatro niveles para “coadyuvar la seguridad de la aviación” y para medir “la velocidad de los vientos y la contaminación del aire.” Describió un programa de 200.000 dólares en el cual emplearán unos 100 instrumentos para probar cosas como la tensión estructural. Los datos acopiados cada tres horas de los instrumentos serán procesados por computadoras.
Además, sus diseñadores creen que el edificio en forma de dardo será una atracción turística importante, una “torre del pueblo,” después de su inauguración, programada para principios de 1976. La cápsula espacial de siete pisos hecha de aluminio y cristal ofrecerá a los turistas dos plataformas de observación (una encerrada en cristal, otra al “aire libre”) y un comedor giratorio, todos con una vista espectacular... ¡un panorama de 120 kilómetros! Y habrá espacio en abundancia: 6.500 metros cuadrados. El restaurante acomodará a 400 personas y los pisos de observación podrán contener otras 600 personas. Se podrá llegar a estos pisos por medio de uno de los cuatro ascensores que subirán en conductos exteriores con frente de cristal, lo cual hará posible que se obtenga una vista estremecedora al ascender 400 metros ¡en más o menos un minuto! Y si eso no es suficiente, un ascensor interior lo subirá por el resto de la columna a la zona de observación superior a 450 metros.
Se están haciendo planes para que la torre sea el punto central de un terreno que será urbanizado de nuevo al costo de 1.500 millones de dólares y se llamará Metro Centre. Según los planes, las actuales vías del ferrocarril y las casas de máquinas cederán su lugar a un atractivo parque y un centro residencial y comercial que abarcará unas 77 hectáreas. Un centro de asambleas se contará entre las muchas conveniencias disponibles allí. Según los planes, la torre misma habrá de elevarse de una piscina reflectante situada en una zona convertida en jardín. Un puente para peatones dará acceso a la rotonda con paredes de cristal en la base de la torre. En cuanto a lo que finalmente se llevará a cabo de todo esto, el tiempo lo dirá.
Otra razón para este edificio son las rentas públicas. Claro, ésta es una de las razones más importantes por las que se llevan a cabo empresas de esta naturaleza. Aunque el costo de la torre ascenderá a unos 30 millones de dólares, sus proyectistas esperan obtener un ingreso anual estimado en 6 millones de dólares. Lo que perciben de alquilar la antena, dicen ellos, será en exceso de un millón de dólares al año. El alquiler proveniente de los administradores del restaurante y el salón de descanso de la cápsula espacial y de los negocios y restaurantes de la rotonda aumentará la ganancia. Con los turistas, que se espera lleguen a unos 2 millones al año, los ingresos tan solo de usar el ascensor sumarán mucho.
No hay ninguna duda de que la erección de esta torre requirió ingenio, innovación y convicción. Trabajo duro, largas horas, revisiones y frustraciones todas son parte de semejantes empresas colosales. El concepto original de esta torre requirió visión, iniciativa, valor... y una actitud positiva. Se espera que mucho de lo que se ha aprendido y que todavía se aprenderá se use para beneficio del hombre. El primero de los edificios en torre, aquella torre templo de Babel, con su motivo inicuo, dio por resultado un problema de comunicación... una diversidad de lenguas. Los que están relacionados con la torre CN esperan que ésta mejore las comunicaciones y contribuya al adelanto del conocimiento humano.