La tensión... ¿qué se puede hacer en cuanto a ella?
¿HA ENTRADO recientemente en una farmacia? Si es así, quizás recuerde haber visto los anaqueles llenos de preparados para reducir el dolor de cabeza, para calmar los nervios alterados o para combatir el insomnio. Uno ve las mismas cosas anunciadas repetidamente en los impresos y en los anuncios de televisión.
Es evidente que más y más personas actualmente están buscando alivio de las dolencias. ¿Qué causa tantos sufrimientos y dolores? A menudo está implicado un elemento común: TENSIÓN.
Personas de toda edad y de todo nivel social sufren de tensión, o presión. Los estudios indican que aflige más a los obreros generales que a los administradores. Las personas jóvenes, solteras y divorciadas parecen experimentar más tensión que las personas casadas de más edad.
Según el Dr. Eberhard H. Uhlenhuth, un psiquiatra de la Universidad de Chicago, aumenta la evidencia de que la presión desempeña un papel importante en provocar la mayoría de las enfermedades del hombre, desde el resfriado común hasta los ataques cardiacos. “Aunque hay otros factores implicados en la causa de las enfermedades,” dijo el Dr. Uhlenhuth en una conferencia sobre la salud, “está muy claro que la presión desempeña el papel de iniciador.”
Considere lo que la tensión puede hacer al corazón. Cuando una persona está bajo tensión, los vasos sanguíneos se contraen; así es que se necesita mayor presión para impulsar la sangre por ellos. Además, el sistema nervioso simpático del cuerpo aumenta la cantidad de las hormonas de tensión adrenalina y noradrenalina. En su libro The Western Way of Death (1974), el Dr. Malcolm Carruthers explica:
“Estas hormonas de la tensión elevan el nivel de la grasa activa libre en la sangre para preparar el cuerpo para un esfuerzo físico que, en el actual ambiente urbano, rara vez llega. Como resultado, los ahora superfluos ácidos grasos libres se depositan en las paredes de los vasos sanguíneos como grasa neutral y colesterol. Cuando las arterias coronarias se han estrechado a un grado crítico, un episodio tenso final hace que la provisión de sangre al corazón sea insuficiente para sus necesidades.”
La tensión prolongada puede resultar en úlceras estomacales, diabetes y, en algunos casos, tumores. Señalan hacia esta posibilidad ciertos experimentos que realizó en que usó pollos el Dr. W. B. Gross, un veterinario en el Instituto Politécnico de Virginia. Según The National Observer: “Los pollos experimentales desarrollaron una incidencia mucho más alta de un cáncer ocasionado por virus que un grupo de control. ‘Parece que la tensión social que actúa por medio de las glándulas pituitaria y suprarrenales es un factor en el desarrollo de tumores,’ informó Gross. ‘El controlar las manifestaciones fisiológicas de la tensión quizás ayude a controlar los tumores.’”
Por supuesto, en la mayoría de los casos la tensión no resulta en tumores. Pero la tensión sí desempeña un papel importante en las enfermedades graves. ¿Hay algún modo de reducir la posibilidad de sufrir los efectos adversos de la tensión?
Ante todo es importante comprender que no toda tensión es mala. En Today’s Health J. D. Ratcliff señala:
“En realidad, la tensión es la sal de la vida. Nos pone tensos la alegría, un partido de tenis, un melodrama excitante. Estamos en nuestro estado menos tenso cuando despertamos por la mañana... y sabemos cómo nos sentimos entonces. Es probable que haya confusión mental y poca coordinación muscular. La tensión nos despierta, nos hace vivir. Las dificultades surgen cuando se aplica una tensión en particular, sea mental o física, por demasiado tiempo.”
El hecho de que cierta cantidad de tensión realmente beneficia a la gente hizo que el Dr. Hans Selye, una sobresaliente autoridad en la bioquímica de la tensión, creara la palabra “eutensión,” que significa “buena tensión.” En su opinión, la mala tensión causa los problemas. En el libro Stress Without Distress, el Dr. Selye dice: “Puesto que [la tensión] está asociada con toda clase de actividad, solo podríamos evitarla por medio de nunca hacer nada.”
Sin embargo, si la tensión se prolonga demasiado, o si una persona reacciona mal a una situación tensa, puede resultar en daño. ¿Cómo puede uno evitar eso? Consideremos algunas situaciones básicas que causan exceso de tensión.
ALGUNAS CAUSAS DEL EXCESO DE TENSIÓN
Las personas varían mucho en su modo de reaccionar a los acontecimientos de su vida. Lo que para una persona representa un aprieto puede ser una experiencia refrescante para otra.
Sin embargo, algunas cosas casi siempre generan una tensión no saludable. Se considera entre las mayores de éstas la pérdida del cónyuge. También se cuentan entre las principales las lesiones personales o la enfermedad, la pérdida de un trabajo y los reveses económicos. Las condiciones de vida apiñadas en algunas zonas y el estar continuamente expuestos a ruidos fuertes son, para muchos individuos, otras fuentes de dolorosas tensiones.
La cantidad de tensión que experimenta una persona tiene mucho que ver con su actitud hacia la vida. Concerniente al modo de vivir de muchos que murieron de ataques cardiacos, The Western Way of Death dice: “Se podría caracterizar éste como un modo de vivir irregular, autodestructivo, dominado principalmente por las emociones de agresión, enojo y ambición.” ¿Conoce el lector a personas de esa clase, o a las que parecen ‘trabajar las 24 horas’ para adelantar? Concerniente a esas personas, J. D. Ratcliff, citado anteriormente, dice:
“Hablamos de que el alcohol y las drogas crean hábitos. Lo mismo es cierto del trabajo. Las personas ambiciosas, que se impelen incesantemente se convierten en esclavas del trabajo. La tensión que resulta puede causar graves problemas.”
Además de su actitud mental, la rutina diaria de una persona puede contribuir a la excesiva tensión. En 1974, un artículo en el Times de Los Ángeles señaló a un comentario interesante del Dr. Selye: “Algunas personas son como caballos de carrera, tan excesivamente tensas que las mataría tener que estar en un tranquilo establo la mayor parte del tiempo . . . Tales personas necesitan más estímulo. A otras las comparó a tortugas, cuya fuerza vital y energía se conservan mejor en la tranquilidad y la placidez.” Es probable que una persona cuyo trabajo exige demasiado de ella, o muy poco, sufra los malos efectos de la tensión.
¿Le molesta la tensión? Hay varias cosas que la gente ha hallado eficaz para hacer frente a la tensión. Consideremos algunas de éstas brevemente.
EL VALOR DE UN PUNTO DE VISTA EQUILIBRADO
Si la tensión es un problema para usted, ¿podría ayudarle un punto de vista más equilibrado de la vida? Considere el consejo del Dr. Aaron T. Beck respecto a un individuo que es representativo de la clase de administradores comerciales de “categoría media”:
“Su problema es una consecuencia de poner demasiado énfasis en el logro y la noción de que el valor de una persona depende de cuánto logra. En su expresión máxima, el logro llega a ser un asunto de vida o muerte para él, y constantemente genera ansiedad, como si el malogro amenazara en cualquier momento.
“Si puede desarrollar una actitud más saludable en cuanto al logro —aprender por experiencia que es algo que es agradable, pero una cosa adicional optativa y no esencial para la existencia o para la propia valía— entonces es menos probable que sienta la tensión de esforzarse por una meta.”
Uno de los hombres más sabios de la antigüedad contribuyó un sentimiento parecido a las Escrituras inspiradas, cuando escribió: “Y yo mismo he visto todo el duro trabajo y toda la pericia sobresaliente en el trabajo, que significa la rivalidad de uno para con otro; esto también es vanidad y un esforzarse tras el viento. Mejor es un puñado de descanso que un puñado doble de duro trabajo y esforzarse tras el viento.”—Ecl. 4:4, 6.
La emoción de la cólera quizás sea la peor para provocar tensión. Muchas personas han caído muertas como resultado de ataques cardiacos producidos por arranques de enojo. ¿Tiene usted la tendencia de ser de genio vivo? En tal caso, le será provechoso obtener un punto de vista más equilibrado, comprendiendo que ‘el montar en cólera’ no es una señal de fortaleza, sino de debilidad. El proverbio bíblico sabiamente dice: “El que es tardo para la cólera es mejor que un hombre poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad.” (Pro. 16:32) Después de recibir tratamiento de un psicoterapeuta, un joven que había atacado físicamente a más de veinte personas reconoció: “Ahora comprendo que un hombre verdadero puede tratar sus problemas sin una pelea.”
En una entrevista, el Dr. Selye señaló a un principio seguro para desarraigar la tensión indebida de nuestra vida, al decir:
“Las dos grandes emociones que causan la ausencia o presencia de la tensión son el amor y el odio. La Biblia recalca esta causa vez tras vez. El mensaje es que si de algún modo no modificamos nuestro egoísmo intraconstruido, suscitamos temor y hostilidad en otras personas... ¡lejos de ser un ambiente muy favorable en el cual existir! Por el contrario, mientras más modificamos ese egotismo, más podemos persuadir a la gente a amarnos en vez de odiarnos, más seguros estamos, y a la misma vez tenemos menos tensión que soportar.”
¿AYUDARÁ UN CAMBIO DE PASO?
¿Qué hay en cuanto a su rutina diaria? Si usted es como muchos operarios de fábrica que trabajan en líneas de montaje, es probable que el repetir las mismas tareas día tras día a veces lo canse. ¿Qué puede hacer para aliviar la tensión en su vida?
Si su empleo actual no sirve un propósito especial que contrapese los aspectos indeseables, ¿podría mejorar las cosas el que cambiara a un trabajo que concuerde más con su personalidad? Si el hacer tal cambio no causa dificultad económica, sin duda hallará que el hacer algo que le gusta reducirá la tensión en su vida.
Sin embargo, a menudo no es posible efectuar un cambio de trabajo, como en el caso de las amas de casa. Si ésa es su circunstancia, tal vez halle provechoso hacer las tareas más desagradables primero, dejando para horas posteriores las obligaciones más agradables. También, un cambio de paso de cuando en cuando es imprescindible para impedir la acumulación de la tensión. Una caminata corta, una siesta de media hora o sencillamente mirar por la ventana por unos minutos puede ser de mucho provecho para una persona tensa. Pero tenga cuidado de no tomarse tantos descansos que se sienta frustrado por falta de logro. Esto agravaría la tensión en vez de aliviarla.
Puede haber un modo aun mejor de buscar un cambio de paso saludable. El Dr. Selye comenta: “Hemos hallado que cuando se hace imposible la finalización de una tarea en particular, la distracción . . . frecuentemente es tan buena como —si no mejor que— un descanso.” Un pasatiempo tal como escribir, pintar, tejer, trabajos de reparación o algún otro quehacer que uno halle interesante puede aliviar la tensión.
Y no subestime el valor del ejercicio físico. El Dr. Carruthers escribe: “Se ha descubierto que la mayoría de los factores de riesgos conocidos en tales enfermedades cardiacas como altos niveles grasos en la sangre, hipertensión arterial, intolerancia de azúcar y coagulación rápida disminuyen con un programa apropiado de entrenamiento físico. Además los pacientes se ven y se sienten mejor, hallan más fácil enfrentarse a las cosas en el hogar y en el trabajo y duermen más profundamente de noche.” El hachar un leño, pintar una habitación, andar en bicicleta, el nadar con vigor, en realidad, cualquier actividad física puede hacer mucho para aliviar la tensión.
Durante los años formativos, los jóvenes son especialmente susceptibles de la tensión. El Dr. Aaron T. Beck explica cómo los padres pueden ayudar a sus hijos a hacer frente a la tensión:
“Mi propia actitud es que aunque es bueno dar a los hijos mucho amor, no es suficiente. . . . Lo que sí necesitan es la oportunidad de enfrentar diversos problemas cuando son jóvenes y aprender a hacerles frente. . . . El padre no debería solucionar todo para el hijo. La idea es hacer de ello una experiencia aleccionadora para que el hijo pueda resolver problemas de clase parecida que surjan más adelante.”
Evite empeorar las cosas
No se puede evitar toda la tensión en la vida. Pero, ¿hace usted que las cosas sean peor de lo que tienen que ser? Por ejemplo, se sabe que el uso del tabaco le impone una carga adicional al corazón. Un estudio indicó que la cafeína del café aumenta la secreción de las hormonas de la tensión en personas excesivamente excitadas, aunque no les hace eso a las personas que descansan en el hogar. ¿Y qué hay en cuanto a comer en exceso y al abuso del alcohol? La Biblia, en Lucas 21:34, asocia estos excesos con las “inquietudes de la vida.” ¿Podría el descontinuar algunos hábitos y modificar otros resultar en menos tensión en su vida?
Hay otra causa de la tensión de día en día que muchas personas podrían evitar fácilmente. ¿Cuál es ésa? El automóvil. Las pruebas con conductores que previamente habían tenido ataques cardiacos mostraron una pulsación de 180 latidos por minuto mientras estaban detrás del volante, que es tan alta como la de los conductores de carrera. ¿Acaso el reemplazar parte de su conducción con caminar, ir en bicicleta o usar el transporte público podría reducir la tensión en su vida?
Un modo de evitar empeorar las cosas cuando uno está bajo tensión es no tomar responsabilidades adicionales innecesarias. Por ejemplo, si en la actualidad tiene un enfermo grave en su hogar, no sería prudente hacer cambios mayores en su vida, como el mudarse o cambiar de trabajo, hasta que la enfermedad haya pasado.
Muchas situaciones que generan excesiva tensión surgen inesperadamente. Para minimizar los efectos perjudiciales de éstas es preciso que la mente esté entrenada por adelantado. Se halla un excelente principio en la Biblia, en Eclesiastés 7:8, 9: “Mejor es el que es paciente que el que es altivo de espíritu. No te des prisa en tu espíritu a sentirte ofendido, porque el ofenderse es lo que descansa en el seno de los estúpidos.” El reaccionar de una manera apacible cuando uno es provocado también puede beneficiar al antagonista, porque las Escrituras declaran: “Una respuesta, cuando es apacible, aparta la furia.”—Pro. 15:1.
En resumen, ¿qué se puede hacer en cuanto a la tensión? Si brota de una actitud mental, habrá que cambiar la actitud. Se debe buscar un cambio de paso de la actividad regular por medio de descansos periódicos, por actividad física o dedicándose a un pasatiempo constructivo. Si es posible, se debe evitar las situaciones irritantes que producen tensión, y prepararse por adelantado para la tensión inesperada.