Brutal supresión de la libertad de adoración en Mozambique

UNA cortina de oscuridad está descendiendo en una zona bastante extensa de África. Eso a pesar de que ha ascendido allí por décadas el grito por la luz de la “¡Libertad!”

Durante muchos años, sí, siglos, los pueblos de un sinnúmero de países africanos estuvieron bajo el yugo de naciones conquistadoras de otros continentes. Han tratado de librarse de la sujeción política y económica relacionada con ese yugo, y recientemente lograron hacerlo. Pero ahora, dentro de algunos de esos países liberados, hay un esfuerzo por extirpar una libertad fundamental de la gente: La libertad de adoración, o sea, de cultos.

En otro tiempo se acusaba a las potestades coloniales de emplear poder crudo y fuerza militar para obligar a los habitantes nativos a someterse a sus demandas rígidas, sin que se tuviera en cuenta diferencias en puntos de vista o la conciencia. Ahora se está usando ese mismo poder crudo y fuerza militar en un ataque brutal contra el derecho de adorar uno según su conciencia.

Sin embargo, esta vez africanos están atacando a compañeros africanos, ¡a personas de su propio país! En números recientes de ¡Despertad! se ha informado sobre un ataque semejante contra la libertad de adoración en Malawi.a Ahora se está llevando a cabo un ataque parecido en el vecino Mozambique.

Si un hombre triunfa después de una larga lucha contra un oponente formidable, puede que los espectadores —sea que convengan con él en su lucha o no— se impresionen con su valor y perseverancia. Pero, ¿aumentaría, o disminuiría su estima si después lo vieran acometer a un niño pequeño, golpearlo y atarlo, alegando que el niño constituía una “peligrosa amenaza” para él? En realidad, esto es lo que ha sucedido en el país de Mozambique en el África oriental. Considere:

Por tres siglos Mozambique yació bajo el régimen portugués. Pero durante los pasados diez años las fuerzas revolucionarias llevaron a cabo una lucha resuelta para independizar al país. Por fin, en el verano de 1975, Portugal le entregó el pleno control del país al principal partido revolucionario, el “Frente para la Liberación de Mozambique” (generalmente abreviado a Frelimo). La larga lucha había terminado. Una nueva era había empezado para Mozambique.

No obstante, dentro de cuatro meses después del cambio de autoridad, se armó una campaña para anonadar a una minoría pequeña del país... los testigos de Jehová. Solo hay unos 7000 de ellos entre los 8.000.000 de habitantes de Mozambique. Comparado con la nación en conjunto, este grupo minoritario es como un niño pequeño, indefenso desde el punto de vista físico y ahora despojado de toda protección legal de sus libertades fundamentales.

Los informes que se han recibido de Mozambique, empezando a fines de octubre de 1975, muestran que se han hecho arrestos en gran escala. Casi todos los 7000 testigos de Jehová de Mozambique han sido encarcelados. Se efectuó una búsqueda de casa en casa para hallar y arrestar a hombres, mujeres y niños. Hombres fueron arrestados en sus lugares de trabajo sin que se les permitiera comunicarse con sus familias. En muchos casos los arrestos fueron acompañados de palizas brutales. Parece que la meta final es eliminar por completo a los testigos de Jehová y su adoración de todo Mozambique. El que se logre esto puede significar una sola cosa: El negar la libertad de adoración, un principio encerrado sólidamente en la constitución del actualmente independiente país de Mozambique.

Pero, ¿por qué? ¿Por qué tratar de erradicar a un grupo de gente que es conocido alrededor de la Tierra por ser pacífico e inocente en asuntos de política? ¿Qué habían hecho los testigos de Jehová? ¿Qué muestra su registro en Mozambique? Cuando se sacan los hechos de debajo de la oscuridad y confusión causadas por las nubes de la propaganda, revelan una escena extraordinaria, especialmente en esta llamada “edad de esclarecimiento.”

[Nota]

[Mapa de la página 16]

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ÁFRICA

MOZAMBIQUE

MALAWI