¿Podrán resolverse los problemas?
¿PODRÁN resolverse alguna vez los problemas financieros del seguro social, y las malas condiciones en que se hallan tantos ancianos? Sí, serán resueltos. ¡Eso es una seguridad absoluta!
¿Cómo se logrará esto? ¿Por medio de alguna nueva idea en la administración del seguro social? No, eso no es probable en el mundo occidental, porque sus asuntos económicos han ido empeorando constantemente en años recientes.
El futuro del seguro social
Se ve que dentro de poco van a aumentar mucho los problemas del seguro social, según está organizado actualmente. El año pasado, en los Estados Unidos, los pagos del seguro social excedieron a los impuestos cobrados para ese propósito en aproximadamente tres mil millones de dólares.
Esta tendencia se está acelerando, a medida que aumenta el número de ancianos que se retiran. Las cantidades que se tendrán que pagar en el futuro a los trabajadores que ahora están contribuyendo al seguro social son astronómicas. Algunos economistas creen que esos beneficios jamás se pagarán.
The Wall Street Journal señaló que estas obligaciones ya contraídas, sin considerar los aumentos en los pagos para neutralizar la inflación, ascenderán a ‘un déficit proyectado de por lo menos dos billones y medio (2.500 mil millones) de dólares en el sistema del seguro social.’ Agregó: “Tal como a los liberales les gusta argumentar, la nación debe esta deuda a sí misma, y será pagada por medio de aumentar los impuestos en el futuro. Por supuesto esto es una necedad. El aumentar los impuestos futuros a estas magnitudes solo puede desintegrar la base del impuesto.”
¿Qué es lo que pasa? Para empezar, los que establecieron el programa del seguro social pensaron que una población constantemente en aumento suministraría una cantidad cada vez mayor de trabajadores jóvenes que pagarían los impuestos y cuidarían de los ancianos que se retiraban. Pero las cosas no han resultado así. Las tendencias demográficas en los Estados Unidos bajan, no suben, ya que las familias tienen menos hijos.
Así es que no se ha materializado la enorme abundancia de nuevos trabajadores para pagar los impuestos. En cambio, hay una creciente marea de ancianos retirados que tienen que ser mantenidos por menos trabajadores proporcionalmente.
En Vital Speeches of the Day, el funcionario empresario William Cotter, que se contó entre un grupo asignado por el gobierno para investigar el problema, dijo:
“Puesto que los retirados actuales ahora recibirán sus beneficios de los trabajadores actuales, el número de trabajadores por retirado llega a ser un cálculo importante.
“Cuando se instituyó el sistema, había 7 trabajadores que pagaban impuestos para cada retirado que recibía beneficios. En la época actual, hay solo 3 trabajadores por cada retirado. Y la proporción continúa menguando.
“Nuestro grupo especial, usando las extrapolaciones de la población que conseguimos de la Oficina Central de Censos, calculó que a fines del siglo, solo habrá 3 trabajadores por cada dos retirados.”
Obviamente eso significará una carga de impuestos imposible de soportar. Es por esto que algunos expertos piensan que el programa está destinado a una bancarrota segura, o, por lo menos, a cambios radicales. Dicen que puesto que el sistema ni siquiera puede costearse ahora, no hay modo de que pueda hacerlo cuando en el futuro le impongan cargas más pesadas. Por eso, un boletín especial de inversiones preparado por el Instituto Americano para la Investigación Económica declaró:
“Desde luego resalta el hecho de que los beneficios para los que tienen derecho de recibirlos bajo el Acta del Seguro Social y numerosos planes de pensiones privados están en peligro.
“El aspecto de la pensión de vejez del seguro social se ha convertido en un mecanismo autodestructor que tiende a empobrecer a los que tienen que pagar los impuestos del seguro social en los años por venir y a aumentar el riesgo de que no reciban los beneficios los que tienen el derecho de cobrarlos.”
¿El gobierno al rescate?
¿Puede el gobierno acudir al rescate? Eso es lo que esperan algunos. Pero, como dice The Wall Street Journal: “El gobierno federal, créase o no, se halla en las mismas condiciones.”
El gobierno de los Estados Unidos, como sucede en el caso de muchos otros, tiene la misma dificultad... los gastos continúan aumentando con más rapidez que los ingresos. El déficit en el presupuesto gubernamental para el año fiscal de 1975 fue de aproximadamente 43 mil millones de dólares. Se cree que el déficit para el año fiscal de 1976 ascenderá a aproximadamente 70 mil millones de dólares. Estos son los mayores déficits durante una época de paz. Y la deuda nacional se está aproximando a los 600 mil millones de dólares.
Puesto que las deudas gubernamentales ya son tan colosales, muchos economistas opinan que cualquier esperanza de que se puedan pagar los enormes gastos futuros para el seguro social por medio de los fondos del gobierno es irreal.
También, la historia muestra mucha inestabilidad de gobiernos, líderes, sistemas sociales y arreglos económicos. Por lo tanto, el cifrar la confianza para la seguridad en las instituciones humanas que menguan no tiene sentido.
Lo que depara el futuro
Lo que necesita la gente es un sistema de seguro o seguridad mucho mejor que cualquier cosa que los hombres jamás hayan ideado. Necesitan desesperadamente que se le ponga un fin permanente a la inseguridad.
¿Existe una esperanza genuina, práctica, para esa clase de seguridad? ¡Sí, existe! Y las condiciones inestables de la actualidad meramente sirven para corroborar la realidad de esa esperanza.
La profecía bíblica claramente predijo que el sistema de cosas actual entraría en un “tiempo del fin,” o en un período llamado “los últimos días” en que todas las instituciones humanas experimentarían gran angustia y fracaso. (Dan. 11:40; 2 Tim. 3:1-5; Mat. 24:3-14) Las mismísimas condiciones que ahora existen en todo el mundo indican que estamos en ese tiempo.
Esto significa que verdaderamente se ha acercado el tiempo en que Jehová Dios, el Creador de la humanidad, intervendrá en los asuntos del hombre para enderezar las cosas aquí en la Tierra. Jesucristo les dijo a sus seguidores que esperaran esto con anhelo al hablarles del gobierno de Dios, su reino celestial, y cómo dominaría la Tierra al tiempo señalado. (Mat. 6:9, 10) Por lo tanto, estamos muy cerca del día en que el presente sistema de cosas insatisfactorio será borrado de la existencia para abrir camino para el nuevo orden bajo la dirección de Dios.—2 Ped. 3:13.
La profecía bíblica predice que en el nuevo orden de Dios ya no habrá inseguridad de ninguna clase para estropear la felicidad de los habitantes de la Tierra. Habrán pasado la guerra, el hambre, la codicia, la competencia económica y la opresión. En cambio, todos “verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz,” con verdadera “seguridad hasta tiempo indefinido.” ¡Qué buena acogida tendrá eso en vista de la creciente inseguridad actual!—Sal. 37:11; Isa. 32:17.