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¡Despertad! 1976
g76 22/10 págs. 3-6

Malawi... ¿qué está sucediendo allí ahora?

NO ES raro que, a la mención de Malawi en cualquier parte del mundo, alguien salga con la pregunta: ¿Qué les está sucediendo a los testigos de Jehová allí? La razón es que en años recientes, los testigos de Jehová han sido blanco de una salvaje persecución en Malawi. El Report on Torture, publicado en 1973 por Amnistía Internacional, explica:

“Informes bien fundados indican que tanto en 1967 como en 1972 los Jóvenes Pioneros [el ala juvenil del Partido del Congreso de Malawi (MCP)] y sus apoyadores infligieron torturas a los testigos de Jehová en forma de violaciones, golpes, afeitadas con botellas rotas, y quemaduras. En el otoño de 1972 estas persecuciones resultaron en varias muertes y la migración de unos 21.000 testigos de Jehová a Zambia, donde cientos murieron en un campamento de refugiados inadecuado.”

Cuando fueron expulsados de este campamento en Zambia en diciembre de 1972, muchos Testigos padecieron un tratamiento brutal al ser devueltos a Malawi. Por eso, con el tiempo, se establecieron campamentos para refugiados al otro lado de la frontera, en Mozambique. Mucho más de 20.000 Testigos llegaron a vivir en estos campamentos desde principios de 1973 hasta agosto de 1975. Entonces hubo un cambio, según lo menciona un informe más reciente de Amnistía Internacional:

“En junio de 1975 el gobierno del FRELIMO subió al poder en Mozambique, y poco después, varios funcionarios que ocupaban altos puestos en el gobierno del FRELIMO comenzaron a atacar a los testigos de Jehová . . . Según parece, probablemente a consecuencia de esto los campamentos de refugiados en la zona de la Vila Coutinho/Mlangeni fueron clausurados durante el mes de agosto. De testigos independientes, Amnistía Internacional se ha enterado de que grandes cantidades de testigos de Jehová fueron vistos en la frontera entre Malawi y Mozambique a fines de agosto [1975], evidentemente perplejos en cuanto a dónde ir de allí.”

El año pasado, se cometieron atrocidades espantosas en escala tremenda contra estos Testigos que se vieron obligados a regresar a sus hogares en Malawi. Los diarios por todo el mundo comenzaron a publicar informes acerca de esto. Los funcionarios del gobierno de Malawi negaron estos informes, o alegaron que eran exagerados. Pero, ¿cuáles son los hechos?

Evidencia abrumadora

Los hechos son que veintenas de estas atrocidades fueron documentadas. Se suministraron los nombres de los Testigos maltratados, la identidad de sus atacantes y los lugares donde estas cosas ocurrieron.a Comentando acerca del artículo principal del Observer de Londres acerca de estas atrocidades, R. E. S. Cook, en una carta al Observer, declaró:

“El artículo de Colin Legum que se publicó la semana pasada acerca de las atrocidades cometidas contra los testigos de Jehová en Malawi no me causó sorpresa. Informes similares llegaron a la prensa inglesa hace algunos años. En esa fecha yo estaba trabajando en Malawi. Mis experiencias de entonces no me dejan duda, primero, de que los actuales informes son sustancialmente correctos, y en segundo lugar que ahora —tal como antes— no se hará nada oficialmente para ayudar a estas personas inofensivas e indefensas.

“Por los archivos del gobierno de Malawi (informes mensuales de los Comisionados de Distrito a la Oficina del Presidente) pude verificar que se estaba llevando a cabo una persecución. El hecho de que oficialmente no se haría nada para ayudar a los Testigos se hizo patente al notar los procedimientos mayormente sin sentido de la Asociación Parlamentaria de la Comunidad, cuya conferencia anual se celebraba entonces en Malawi. Yo asistí como espectador interesado y en varias ocasiones tuve la oportunidad de hablar con los delegados. En privado la persecución de los testigos de Jehová era un importante tópico de conversación, pero nunca se mencionó en público en la sala de conferencias.”—14 de diciembre de 1975.

Theodore C. Pinney fue rector del Colegio Bunda de Agricultura en Malawi a principios de la década de los años setenta. Él mismo vio llevar a los testigos de Jehová a la prisión, algunos de los cuales eran sus amigos personales. Entonces en cierta mañana de noviembre de 1972 se le pidió que fuera a mirar tras su residencia en el terreno del colegio. Allí halló los cuerpos de seis hombres y una mujer, horriblemente mutilados. Los hombres del Partido del Congreso de Malawi le dijeron que eran testigos de Jehová.

Esto fue demasiado para él, así es que protestó contra estas atrocidades personalmente al presidente de Malawi, Dr. Banda, y lo hizo en más de una ocasión. Como resultado, fue deportado en diciembre de 1972. En una carta que él escribió esta primavera, Pinney explicó:

“Cuando la persecución se convierte en la política oficial del gobierno, cuando uno recibe instrucciones de la oficina del Ministerio Regional de despedir a todos los empleados y estudiantes que son testigos de Jehová, y entonces se salpican de sangre los terrenos del colegio porque uno es lento en obedecer, ya no es posible callar acerca de estas cosas.”

Este hostigamiento y persecución de los testigos de Jehová, con el apoyo del Partido del Congreso de Malawi y de los funcionarios gubernamentales, todavía continúa. El 20 de febrero de 1976, el congresal estadounidense para Massachusetts Paul E. Tsongas le escribió lo siguiente a un elector: “Al solicitarlo recibí un informe del departamento africano del Ministerio de Estado que parece confirmar los informes noticieros y los artículos en [las publicaciones de la Watch Tower].”

El Rand Daily Mail, de la República Sudafricana, del 26 de mayo de 1976 dice: “La persecución de los testigos de Jehová en Malawi es quizás el aspecto más triste del régimen de Banda. Ellos han soportado casi nueve años de persecución viciosa en defensa de su fe. Hay cientos de casos bien certificados de depravadas torturas, crueles golpizas y asaltos sexuales cometidos por los miembros criminales de los Pioneros Jóvenes.”

En una carta a Arthur Dritz de Nueva York, fechada el 14 de junio de 1976, Bruno Kroker, Encargado de la Oficina de Prensa del Concilio Mundial de Iglesias, escribió lo siguiente:

“Hemos investigado los informes acerca de la persecución de los testigos de Jehová en Malawi. Usted comprenderá que el Concilio Mundial de Iglesias no puede actuar de inmediato respecto a informes, sean publicados o verbales, sin verificarlos por medio de sus propias fuentes.

“La confirmación que hemos recibido después de muchas postergaciones ciertamente resultó perturbadora y el Secretario General, el Dr. Philip A. Potter, ha escrito una carta personal al Dr. H. Kamuzu Banda, presidente de Malawi.”—Vea las páginas 8 y 9 de esta revista donde se halla una traducción de la carta originalmente escrita en inglés.

¿A qué se debe esta persecución?

Pero, ¿por qué ha armado Malawi esta sostenida persecución de los Testigos?

Porque los testigos de Jehová se niegan a comprar la tarjeta del Partido del Congreso de Malawi. Esta tarjeta declara que su poseedor es un miembro del partido político gobernante de Malawi. Pero el que los testigos de Jehová compraran una tarjeta política y así se afiliaran a un partido político sería una abierta negación de lo que ellos creen y representan.

Jesucristo dijo acerca de sus seguidores: “Ellos no son parte del mundo.” Y él le dijo a un gobernante político del primer siglo: “Mi reino no es parte de este mundo.” (Juan 17:16; 18:36) Por lo tanto, los testigos de Jehová creen que el afiliarse a un partido político es incorrecto para ellos. No están obrando de modo obstinado o irrazonable. Gustosamente comprarían un documento de identidad, o hasta una tarjeta que los declarara ciudadanos que pagan los impuestos del país.

¿Cree usted que es correcto que los funcionarios del partido de Malawi usen la fuerza bruta para tratar de obligar a la gente a que viole su conciencia entrenada por la Biblia por medio de afiliarse a un partido político? ¿Fue correcto que el Imperio Romano insistiera, bajo pena de muerte, en que los cristianos primitivos pusieran una pizca de incienso sobre el altar como un sacrificio al emperador? Las naciones que conceden la libertad de adoración no hacen esas cosas. Pero Malawi, a pesar de afirmar que les concede a sus ciudadanos la libertad de adoración, recurre a atrocidades en sus esfuerzos por obligar a los testigos de Jehová a tomar parte en la política.

La continuada persecución

La prisión principal en la que han encerrado a los testigos de Jehová desde que regresaron de Mozambique se llama Dzaleka. Está ubicada cerca de Dowa, al norte de Lilongwe. Las notas que se han sacado clandestinamente de allí cuentan de sufrimientos horribles.

“Aunque uno esté muy enfermo se le obliga a él o ella a ir a trabajar,” escribió un Testigo de Dzaleka en el único material disponible para escribir, un poco de papel higiénico. “Los niños enfermos son enviados al hospital de Dowa . . . No se hacen cargo de los pacientes que pertenecen al pueblo de Jehová. Nosotros llamamos al hospital de Dowa el matadero del pueblo de Jehová. Se les suministra tratamiento completo a los enfermos que tienen las tarjetas del M.C.P. [Partido del Congreso de Malawi].”

En abril de este año se recibió otra nota escrita en un trozo de envolvedor de cemento. Dice que, de los Testigos en Dzaleka, setenta han muerto... sesenta y cinco niños y cinco adultos. No obstante, la nota agrega: “Noticias agradables. Todos los hermanos y las hermanas tienen rostros muy felices aunque están perseguidos y acarrean piedras,” evidentemente como parte de su trabajo forzado.

A pesar de las condiciones difíciles, los Testigos se han organizado para continuar con sus reuniones cristianas en la prisión. Un Testigo escribe: “Todos ahora están firmes en la fe. Hemos organizado tres reuniones por semana. Conducimos las reuniones en las celdas donde tienen encerrados a los hombres. Hemos hecho arreglos para que la hermana ‘X’ se encargue de [las reuniones de] las hermanas.”

Hasta celebraron el Memorial de la muerte de Jesucristo en grupos pequeños en Dzaleka. Un Testigo informa: “En casi toda celda se cantaron cánticos antes del discurso y se hizo lo mismo después de la asamblea . . . Seguramente les agradará saber que 1.601 asistieron a la asamblea en nuestro hermoso día 14 de abril, y que más de 13 participaron de los emblemas.”

Evidentemente la mayoría de los testigos de Malawi no están en prisión. Muchos han huido a otros países, donde sus hermanos cristianos les han ayudado bondadosamente. Una persona que huyó es el hermano ‘Y.’ Había pertenecido a una congregación de los testigos de Jehová en Monkey Bay, Malawi, antes de huir a Mozambique en 1972. Desde África meridional adonde huyó, escribe, en una carta fechada el 6 de junio de 1976:

“En 1975 el gobierno de Malawi nos obligó a regresar a Malawi desde Mozambique. Cuando llegamos a Malawi comenzaron a perseguirnos. Pero yo sobreviví porque el jefe de mi aldea no informó a los perseguidores acerca de mí. Pero eso no me sirvió de nada porque yo no podía ir a comprar o a traer agua, así es que decidí irme.”

Por otra parte, parece que en algunas zonas de Malawi los Testigos pueden llevar una vida más o menos normal. “Muchos policías se compadecen de nosotros debido al modo en que se nos trata,” según escribe un Testigo. Pero los hombres del Partido del Congreso de Malawi son los que por lo general se empeñan en descubrir a los Testigos para lastimarlos y encarcelarlos. Esto hace peligrosa la vida.

En un mensaje desde Chinteche, Malawi, un Testigo oculto en la “selva” logró enviar una carta fuera del país. Da los nombres de Testigos que “fueron golpeados severamente hasta que se desmayaron en el campo de Munkhokwe.” Sin embargo, un informe muy reciente indica un cambio favorable de las cosas, puesto que los Testigos ya no se ven obligados a vivir en la selva.

Desde Nkhata Bay, Malawi, un Testigo escribe: “El jefe Timbiri les preguntó a los hermanos si se afiliarían a la política por medio de tener la tarjeta, pero todos rehusaron. Así es que empujó su silla a un lado y, acercándose a ellos, empezó a golpear a los hermanos. Tomó la cabeza de un hermano y la cabeza de su esposa y las golpeó una contra la otra. Dos hermanos y sus esposas estaban enteramente coloreados de rojo por causa de la sangre.”

Resumiendo, un periodista Testigo en un país limítrofe africano dijo: “El enemigo está haciendo cualquier cosa que piensa que debilitará a los hermanos y hermanas. En algunas zonas arrestan tanto a los hermanos como a las hermanas. En otras zonas escogen a los hermanos, especialmente a los ancianos [de las congregaciones] y a los que saben que tienen responsabilidad. A veces la gente local del partido que conoce a los hermanos los arresta y los lleva a la policía. Es igual con los bebés. Al principio se los quitaban a las madres y padres. En otras ocasiones los dejaban ir con ellos a la prisión, pues ustedes han tenido informes de que han muerto bebés en Dzaleka. Hacen cualquier cosa que creen que desanimará a los hermanos.”

¿Qué piensa usted acerca de estas cosas que se están perpetrando contra los testigos de Jehová en Malawi? ¿Se siente impulsado a expresarse en defensa de esas víctimas inocentes? ¿Sabía usted que muchas personas lo están haciendo, incluso funcionarios encumbrados de todo el mundo?

[Nota]

a ¡Despertad! del 8 de enero y 8 de mayo de 1976.

[Comentario de la página 5]

“No podía ir a comprar o a traer agua.”

[Comentarios de la página 4]

“Por los archivos del gobierno de Malawi... pude verificar que se estaba llevando a cabo una persecución.”

“Cuando la persecución se convierte en la política oficial del gobierno... ya no es posible callar acerca de estas cosas.”

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