Protesta mundial contra las atrocidades
LOS testigos de Jehová han escrito literalmente decenas de miles de cartas a los funcionarios de Malawi en los últimos meses, incluso muchas al presidente Banda. En ellas han pedido que se haga algo para aliviar el sufrimiento de sus hermanos y hermanas cristianos. Pero, a medida que el conocimiento de las atrocidades va tomando estado público y recibe confirmación de un número cada vez mayor de fuentes independientes, son muchos los que, aparte de los testigos de Jehová, están uniendo su voz a la protesta creciente dirigida a los funcionarios de Malawi.
Por ejemplo, el senador estadounidense Frank Church se expresó abiertamente en contra de la persecución, y dijo en el Senado: “Pido el consentimiento unánime para que un editorial de The Wall Street Journal y un artículo escrito en Zambia por Dial Torgerson para el Times de Los Ángeles, en el cual se revela lo que les está sucediendo a los Testigos, sean impresos en el REGISTRO [del Congreso].” No hubo ninguna objeción, de manera que estos artículos fueron incluidos en el Registro del Congreso en la página S224, el 21 de enero de 1976.
Entonces, George E. Brown, h., miembro de la Casa de Representantes de los EE. UU., habló en el Congreso, y sus palabras se asentaron en el Registro del Congreso en la página E262, el 28 de enero de 1976: “En Malawi, donde el gobierno se compone de un solo partido, hay una ley que exige que todo ciudadano tenga una tarjeta del partido. Los Testigos rehúsan llevarla, y por eso se han visto expuestos a la persecución.”
Luego Brown dijo: “Insto a mis colegas a que lean los siguientes artículos sobre este tema, los cuales quisiera insertar en el REGISTRO DEL CONGRESO, y que consideren la posibilidad de participar más activamente en tratar de cambiar el curso de estos sucesos por medio de comunicarnos directamente con los funcionarios gubernamentales de Malawi y alterando las prioridades de nuestra política exterior. Nuestra política debería ser reflejo de nuestro horror, no espejo de nuestra apatía.”
Y se ha hecho más que simplemente incluir en el Registro del Congreso informes de la prensa acerca de la persecución de los testigos de Jehová. Muchos funcionarios del gobierno de los Estados Unidos han escrito directamente al presidente Banda de Malawi sobre el particular. Una de estas cartas, como usted puede ver, se ha traducido del inglés y reproducido en esta página.
También otros gobiernos han expresado en los parlamentos de sus países lo que ellos opinan de la persecución de los testigos de Jehová. El 17 de febrero de 1976, Bent Honoré, un miembro del Parlamento Danés, telefoneó a la sucursal de los testigos de Jehová. Quería que se les informara a los Testigos perseguidos de Malawi que el Parlamento Danés había considerado su mala situación, “para que sepan que no se les ha olvidado. Para que esto les sea de estímulo.”
También, las atrocidades en contra de los Testigos malawianos dieron origen a una prolongada consideración en la Cámara Baja del Parlamento Alemán en Bonn, en marzo de 1976. Por ejemplo, al responder a una pregunta, el ministro Wischnewski dijo, en parte: “El gobierno federal ha visto en los informes acerca de la persecución de los testigos de Jehová en Malawi, una ocasión para que el embajador haga saber la opinión alemana al gobierno de Malawi.”
Resultado de la investigación
Como se hizo notar en el artículo precedente, el Encargado de la Oficina de Prensa del Concilio Mundial de Iglesias (WCC) dice que esa organización ha realizado su propia investigación de las atrocidades cometidas contra los testigos de Jehová en Malawi. Como resultado, el principal del WCC, Dr. Philip A. Potter, escribió al presidente Banda la carta cuya traducción se reproduce en estas páginas.
Más tarde, en junio de 1976, el WCC también hizo público para el uso de la prensa un artículo respecto al asunto. Este decía que el Dr. Potter “ha apelado al Dr. H. Kamuzu Banda, presidente de Malawi, instándolo a que libere a los miembros de la secta que ahora se encuentran detenidos en campamentos o arrestados y en prisión. El Dr. Potter instó a que los envíen de regreso a sus aldeas para que puedan llevar una vida normal.”
Además de esto, el artículo que se le proporcionó a la prensa señalaba que el Dr. Potter había “solicitado que se reconsiderara la actitud y la política del gobierno y del Partido del Congreso para con los testigos de Jehová e instaba a que se conversara con sus líderes [de los Testigos] con la mira de determinar la mejor manera de hallar una solución duradera al problema.”
Más protestas
Las protestas que se han hecho ante el gobierno de Malawi a favor de los testigos de Jehová han tomado diferentes formas. Como ejemplo de esto considere el artículo de The Examiner del 6 de abril de 1976. Este periódico de Independence, Misuri, explica que Blantyre, Malawi, es la ciudad hermana de Independence, y dice:
“Se ha solicitado dinero y se ha enviado a Blantyre. El Dr. Banda hasta visitó Independence en 1968, y nos bendijo a todos con la punta de la cola de un león en un almuerzo que se verificó en Stephenson’s Apple Farm. Gústenos o no, estamos muy estrechamente ligados con el distinguido doctor y su ciudad de Blantyre.”
Keith Wilson, h., el escritor para The Examiner, entonces hace la siguiente protesta: “Yo sugeriría que el municipio terminara sin demora las relaciones, o bien que, siguiendo el liderazgo filosófico del Dr. Banda, comenzara a preparar una ceremonia adecuada para conmemorar el cumpleaños de Adolfo Hitler el 20 de abril.”
Sí, lo que ha estado sucediendo en Malawi ha sido fuente de gran preocupación para muchos individuos que están relacionados personalmente con el presidente Banda. Algunos de ellos recuerdan al Dr. Banda en sus días de estudiante en los Estados Unidos e Inglaterra, donde asistió a varias universidades y donde cursó sus estudios premédicos y médicos.
Una de ellas, Flora Isabel Askew, que fue profesora de él en la Academia de Wilberforce, exclamó, al enterarse del trato que el Dr. Banda daba a los testigos de Jehová: “Oh, Dios mío, ¿cómo pudo haberse degenerado en cosa semejante?” Ella recordó que, cuando se encontró con Banda allá por el año 1960 él había dicho que “toda su esperanza era poder liberar a su pueblo.”
Apelaciones solicitando consideración
Muchas de las cartas enviadas al presidente Banda contienen apelaciones emotivas pidiendo que él dé algún alivio a los ciudadanos inocentes de Malawi que están sufriendo injustamente. Por ejemplo, en febrero de este año, un señor que había sido su asociado en Inglaterra, lord MacLeod de Fuinary, le escribió al Dr. Banda. Pidió que lo disculpara si cometía un error al dirigirse a él como doctor. Pero, explicó: “Esa es la manera en que acostumbrábamos dirigirnos a ti, hace mucho tiempo, en Community House, Clyde Street, Glasgow.”
Lord MacLeod no es testigo de Jehová, pero pasó a decir que lo que lo impulsó a escribirle fueron los “informes recientes de la prensa concernientes a los testigos de Jehová en Malawi.” Luego hizo el siguiente comentario acerca de los Testigos: “Por todo el mundo se les conoce por la vida pacífica, industriosa que llevan. . . . De manera que te pido que me contestes personalmente. Si solo recibo una respuesta oficial de uno de tus subordinados, no podré menos que concluir que no permites que se te hable del asunto, y me veré obligado a llegar a mis propias conclusiones sobre el particular.”
Una súplica singularmente emocionante fue la que el Dr. Walter King dirigió por carta al presidente Banda, el 26 de mayo de 1976:
“Permítame, por favor, identificarme antes de tomarme la libertad de hablarle en cuanto a un asunto que me es muy afín. Yo soy el cirujano que, en 1968, era presidente de la Junta Médica del Hospital de Piedmont, en Greensboro, Carolina del Norte, EE. UU., cuando ese hospital cerró sus puertas.
“Por medio de algunas asociaciones religiosas (incluso los testigos de Jehová), llegamos a saber que, entre otros, su buen país, en desarrollo, tenía en ese tiempo un instrumental y equipo médico bastante limitado, lo que haría que nuestro material . . . llegara a utilizarse para brindar un servicio a la humanidad, así como lo había brindado en nuestro propio hospital pequeño. . . . Nuestra decisión de enviarles nuestra ofrenda, pequeña pero de corazón, para ayudar a satisfacer las necesidades médicas de Malawi, no tardó en concretarse. . . .
“Usted y yo somos científicos de profesión, y nos es difícil entender cómo alguien podría tener una creencia tan profunda en una religión que prefiriera morir antes que aceptar una transfusión de sangre, pero le aseguro que, por la experiencia que hemos tenido en este país, esta gente realmente está tan dedicada a su religión (y ésta es una de sus creencias, así como lo es el mantenerse separados de la política y de la guerra) que prefieren morir más bien que violarla. Rehúsan aceptar sangre hasta para la operación más delicada. Quizás usted piense, como lo pienso yo, que si pudiéramos canalizar esta clase de dedicación hacia el orgullo nacional y la ciudadanía, las recompensas por tolerar sus creencias decididamente obstinadas serían más que sobreabundantes. Por lo tanto, en mi esfuerzo por ponerme imaginativamente en su lugar como presidente de Malawi, se me ocurrió que sería un destello de ingenio político ganarse el esfuerzo mancomunado de todo el grupo de los testigos de Jehová para que demuestren ser en Malawi la clase de buenos ciudadanos con la que cualquier país se sentiría orgulloso de contar. Esto redundará en su aprecio por la tolerancia de sus convicciones religiosas que tanto desean de parte de usted.
“Tal vez yo sea particularmente apto para hacerle esta solicitud, Sr. Presidente, debido al hecho de que conozco a esta gente desde el punto de vista médico. Sucede que, a pesar de ser católico, creo en el derecho que tienen de rehusar dejarme usar sangre al tratar quirúrgicamente sus problemas, y ellos, por su parte, agradecen mi tolerancia apegándose hasta a mis más mínimas exigencias en lo que tiene que ver con su ambulación temprana, confianza en mi consejo médico, y completa fe en mi sinceridad. En mis tratos comerciales con ellos, he podido comprobar que son 100% honrados, valientes hasta el punto de demostrar coraje espectacular, y desmedidamente leales. Si yo fuera el líder de una nación compuesta enteramente de estas personas, creo sinceramente que sería altamente recompensador permitirles libertad de pensamiento, siendo que, por su industriosidad, su cristianismo y su honradez, incluso el pago de impuestos, les dan a otros un ejemplo que fomenta el orgullo nacional.”
El 31 de mayo de 1976, el presidente Banda anunció la formación de un nuevo gabinete compuesto de doce miembros, en el cual gabinete él mismo sería el Ministro de Justicia. ¿Será posible que el Dr. Banda haya estado mal informado en cuanto a los testigos de Jehová? ¿Lo habrán inducido a creer sus consejeros pasados o presentes que los Testigos son gente testaruda y desaforada? Los que están familiarizados personalmente con los testigos de Jehová saben que esos cargos son falsos.
Es cierto que, para aquellas personas que rehúsan considerar la cuestión desde el punto de vista de los testigos de Jehová, el negarse a comprar una simple tarjeta política, de muy poco valor monetario, puede parecer como comportamiento testarudo. No obstante, para los Testigos, tiene que ver con la adoración de Dios. Le recuerda a uno lo que sucedió en la antigua Medo-Persia, cuando algunos hombres que odiaban a Daniel, el hebreo, hicieron que se promulgara una ley. Esta ley decretaba que, por un período de treinta días, toda persona que hiciera petición a cualquier dios u hombre, excepto al rey, sería arrojada a los leones.
Daniel no quería enfrentarse a esos leones, así como los testigos de Jehová no quieren ir a prisión ni ser azotados ni, en el caso de las mujeres, ser violadas. Empero, Daniel oró inmediatamente a Jehová Dios. Él no era un hombre terco y desaforado. Pero la adoración de Dios estaba incluida en el asunto, y esa adoración correctamente tiene prioridad sobre cualquier autoridad temporal. (Dan. 6:4-10) Hasta los apóstoles de Jesús, al hallarse frente a una situación similar, dijeron: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.”—Hech. 5:29.
Posibles soluciones
En realidad, podría haber una solución muy sencilla del problema. Si se preparara una tarjeta que no fuera más que un documento de identificación, entonces los testigos de Malawi gustosamente la comprarían, puesto que los Testigos de muchos países compran tarjetas de esa clase y las llevan consigo en obediencia a la ley de su país.
Pero, posiblemente la mejor solución, en el interés de la libertad de adoración, sería otorgar a los testigos de Jehová la libertad de no comprar una tarjeta política. Muchas naciones se enorgullecen del hecho de que sus ciudadanos gozan de la libertad de sustentar una variedad de opiniones, sin que por ello se les persiga. Y estas naciones son respetadas por otras naciones por tolerar la diversidad de creencias.
Teniendo presente el bienestar de todos, los cristianos por todo el mundo orarán respecto al presidente Banda. Lo harán en armonía con el estímulo que da la Biblia de orar “respecto a reyes y a todos los que están en alto puesto; a fin de que sigamos llevando una vida tranquila y quieta con plena devoción piadosa y seriedad.” (1 Tim. 2:2) Los testigos de Jehová en Malawi, que ascienden a más de 20.000, realmente pueden ser una fuerza poderosa para lo bueno y para la paz del país si se les permite seguir adelante sin estorbos en su adoración cristiana.
Los testigos de Jehová han hecho una apelación oficial al presidente Banda, por escrito, pidiendo que considere esas posibilidades con los representantes de ellos. Si cualesquier personas quieren expresar individualmente su propia opinión sobre la situación, ya sea por telegrama o carta, al presidente Banda su dirección es como sigue:
Su Excelencia el Presidente Vitalicio de Malawi
Ngwazi Dr. H. Kamuzu Banda
Oficinas del Gobierno Central
Private Bag 301
Ciudad Capital
Lilongwe 3
Malawi, África Central
[Ilustración de la página 11]
Daily News de Dayton
viernes, 9 de abril de 1976
Amigos apenados ante el cambio de Banda
Traducción de un artículo publicado en inglés.
[Recuadro de la página 7]
Congress of the United States
House of Representatives
Washington, D.C. 20515
4 de febrero de 1976
Su Excelencia el Presidente Vitalicio de Malawi
Ngwazi Dr. H. Kamuzu Banda
Oficinas del Gobierno Central
Private Bag 301
Ciudad Capital
LILONGWE 3
Malawi, África Central
Estimado presidente Banda:
Me veo forzado a hacer constar ante usted, como líder responsable de Malawi, mi absoluta indignación y sentimiento de ultraje por el trato que su gobierno está dando a los testigos de Jehová. La cronología de persecución religiosa —hostigamiento miserable, golpizas brutales, abuso sexual, separación de los miembros de la familia, encarcelamiento inhumano y asesinatos— según informes de periódicos norteamericanos confiables, es una política atroz que raya en el genocidio.
Estoy familiarizado con las creencias de los testigos de Jehová, incluso su repudio universal de las organizaciones políticas y los partidos políticos, temporales, y la sinceridad aparejada al adherirse a tales principios. Cualquiera que esté familiarizado con esta gente sabe que son vecinos y ciudadanos concienzudos, y que en ninguna circunstancia podría considerárseles como una amenaza a cualquier orden político existente.
El libre ejercicio de una creencia religiosa es un componente esencial de la libertad y la independencia. Es reconocido como uno de los derechos humanos más fundamentales; y, de hecho, su constitución de 1966 lo garantiza a los malawianos. Apelo a usted para que reconsidere y cambie su política, y ponga fin a esta violación persistente de derechos humanos reconocidos internacionalmente. El no hacerlo solo puede resultar en que usted se gane el desprecio de los defensores de la dignidad humana por todas partes del mundo.
Sinceramente,
Tom Harkin
Miembro del Congreso
[Recuadro de las páginas 8 y 9]
WORLD COUNCIL OF CHURCHES
Su Excelencia Ngwazi
Dr. H. Kamuzu Banda
Presidente de Malawi
Private Box 301
Lilongwe-3
Malawi, África Central
Su Excelencia:
Durante los últimos meses hemos estado recibiendo representaciones e informes acerca de la mala condición de los testigos de Jehová en Malawi, y la información que tenemos sobre este asunto nos preocupa seriamente.
Estos informes se refieren en particular a los testigos de Jehová que recientemente han regresado a Malawi de los países circunvecinos. Hay suficiente evidencia sustancial que prueba que los funcionarios locales y los miembros de la Liga Juvenil los han hecho víctimas de considerable hostigamiento y persecución. Se nos ha informado que muchos han sido torturados. La información que hemos recibido acerca de los testigos de Jehová que están en los campamentos de prisioneros cercanos a Dzaleka es sumamente perturbadora.
No ignoramos las dificultades que durante los últimos años han existido en su país entre los testigos de Jehová y las autoridades políticas. También nos damos cuenta de que las doctrinas a que se atienen en cuanto al Estado y su actitud para con él han contribuido, por lo menos en parte, a esta tensión. El Concilio Mundial de Iglesias, como usted bien sabe, siempre ha fomentado la participación de todos los cristianos en todo aquello que contribuya al bienestar de los países en los cuales viven.
Pero el derecho humano fundamental de participar en lo antedicho también incluye la libertad tanto de disentir como de rehusar afiliarse a cualquier agrupación o partido político en particular. Por lo tanto, nos parece que la política manifiesta de su país de hacer obligatorio el hacerse miembro del Partido del Congreso de Malawi, constituye una supresión de los derechos humanos y que las medidas punitivas en contra de los que no se asocian son injustificables. El WCC ha tratado de sostener los derechos humanos en todas partes y para todos, y expresamos nuestra profunda preocupación por los testigos de Jehová en Malawi, especialmente por aquellos que, según se informa, han sido detenidos o arrestados por rehusar comprar tarjetas que los acrediten como miembros del Partido del Congreso.
Es muy posible que algunos de los informes que se han publicado sean incorrectos. Pero, como hemos indicado, hay mucha evidencia de que los funcionarios locales y los miembros de la Liga Juvenil, etc., siguen causándoles sufrimiento a los testigos de Jehová.
Por lo tanto, apelamos a usted para que tome las medidas necesarias a fin de que los que ahora están detenidos en campamentos y arrestados sean liberados y puedan regresar a sus aldeas para llevar una vida normal. Además, le solicitamos que reconsidere la actitud y la política del gobierno y del Partido del Congreso para con los testigos de Jehová, y que entable conversación con los líderes de ellos residentes en el país con la mira de averiguar la mejor manera de hallar una solución duradera al problema. Le aseguramos que puede contar con nuestro apoyo y cooperación al esforzarse en este sentido.
Con los mejores deseos para usted y para el pueblo de Malawi.
De usted, sinceramente,
Philip Potter
Secretario General
P.D. En vista del interés del gran público en este asunto, es nuestro propósito dar a la publicidad el contenido de esta carta después de dos semanas.