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  • g77 22/4 págs. 20-23
  • Astuto cazador de campo y bosque

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  • Astuto cazador de campo y bosque
  • ¡Despertad! 1977
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¡Despertad! 1977
g77 22/4 págs. 20-23

Astuto cazador de campo y bosque

LOS perros de caza persiguen furiosamente a su presa. El escape parece imposible. Pero en un instante el perseguido se precipita sobre un tronco viejo caído transversalmente sobre un arroyo. Al llegar al medio de éste, nota una islita y salta a ella. ¿Saltará ahora a la otra orilla del arroyo? No. Sorprendentemente, de un salto vuelve a la orilla que acaba de dejar, y arranca cual flecha en otra dirección. Pronto aparecen los perros. Siguen el olor de la supuesta víctima hasta el mismísimo medio del tronco. Allí el olor desaparece, pero prosiguen al otro lado del arroyo. Sí, los perseguidores se han llevado un chasco.

En este episodio de la vida real, el astuto escapado fue una zorrita. Pero, ¿precisamente cuán astutas son las zorras? En realidad, ¿cómo son estos animalitos?

Unos pocos hechos zorrunos

Una buena palabra para describir al zorro es “perruno.” Es un mamífero carnívoro de la familia de los cánidos, como lo es el perro. De hecho, por sus orejas puntiagudas y su largo hocico, la mayoría de las zorras parecen perritos.

¿Qué hay en cuanto a sus colores? Bueno, hay gran variedad entre estos animalitos. El zorro común abunda en casi toda Europa, Asia y el norte de la América del Norte, donde lo llaman zorro rojo, y también se le conoce como zorro de España. Por lo general son de color rojo naranja o rojizo, con la panza blanca, pelaje negro en las patas y una cola peluda que termina en una punta blanca. Pero otra variedad del zorro común tiene pelos negros con puntas blancas y es conocido como zorro plateado. A los que tienen el pelaje negro como el azabache les llaman zorro negro. A otra variedad de zorro común le llaman zorro cruzado, porque, aunque son de color rojizo, su pelaje forma una cruz negra sobre los hombros y a lo largo del espinazo.

El zorro gris habita desde el sur del Canadá hasta el norte de la América del Sur. El pelaje de su lomo es de color gris pizarra, aunque la región abdominal es blancuzca y los costados de sus hombros, pescuezo y patas, y la parte inferior de su cola, son de un color rojizo. De paso, ésta es la única zorra que se trepa en los árboles... ¡un buen modo de escaparse de una jauría de zorreros!

Otra clase es la del zorro ártico. Como lo sugiere su nombre, habita en las regiones árticas. Su pelaje pardo grisáceo del verano cambia a un blanco níveo en el invierno... un magnífico disfraz para ocultarse entre el hielo y la nieve. Ya para septiembre este ingenioso zorrito está ataviado con su caliente abrigo blanco. ¡Que las temperaturas desciendan a 59 grados centígrados bajo zero! Eso no preocupa a este animal que tal vez se enrosque en la nieve con su hocico bien metido en el pelaje de su cola, lo cual según se dice obra como “una especie de radiador que genera su propio calor.”

El zorro de las praderas de color gris amarillento habita en el oeste de la América del Norte donde lo llaman zorro gato por ser del tamaño de un gatito. Pero este ágil animal compensa su pequeñez con su habilidad para maniobrar y su rapidez. Si lo precisa, sale disparado a gran velocidad y cambia de dirección en un instante sin aminorar la marcha... dejando bien atrás a su desconcertado perseguidor.

Sin embargo, la más pequeña de las zorras es el zorro africano o fennec, que vive en Arabia y África septentrional. Estos animalitos no solo parecen bebitos lindos, sino que cuando se les asusta, lloriquean, lo cual les hace parecer aún más como bebés. El zorro africano pasa una buena parte de su tiempo en madrigueras subterráneas para evitar el calor del sol y el frío de la noche. Sus orejas, con un área relativamente grande de diez centímetros, promueven la pérdida del calor del cuerpo, e impiden que el zorro africano se sobrecaliente en su desértico habitat.

Y, hablando de orejas, no podemos olvidar al zorro que en inglés llaman de orejas de murciélago (otocyon megalotis), conocido también como zorro del Cabo o zorra caama. Este zorro recorre las regiones áridas del sur y el este del África. Es de interés que además de orejas grandes y sensitivas, tiene de cuarenta y seis a cuarenta y ocho dientes... más que otros animales caninos.

Madrigueras y alimento

El hogar del zorro común puede ser un pequeño cubil dentro de un tronco hueco o en el exterior, entre las rocas. Pero la madriguera de una marmota o de un tejón también le viene bien. Si no, el zorro quizás excave su propio hogar subterráneo. Después de aparearse, el Sr. y la Sra. Zorro —quienes quizás lleguen a ser cónyuges de por vida— se ponen a criar una familia. El zorro hembra, o zorra, da a luz de cuatro a nueve cachorros al año.

Los zorritos no sobrepujan a su madre en “zorrerías.” Alan Devoe escribió: “Tres cachorros de zorra jugaban mientras su madre los contemplaba tranquilamente desde la entrada de su madriguera. De súbito uno de los zorritos empezó a correr al trote por el pasto. La zorra se irguió, ‘señaló’ con su agudo hocico en su dirección... y permaneció rígida, inmóvil y silente. No hizo ningún ruido que yo pudiera oír desde donde estaba escondido, pero en unos cuantos segundos el cachorro comenzó a aminorar la marcha. Se volvió, miró directamente a su madre. Ella mantuvo la vista clavada en él. Como si una cuerda invisible lo halara, el zorrito se apresuró a volver a casa.”—Marvels & Mysteries of Our Animal World.

En el caso de muchas variedades de zorras, el padre, la madre y la prole comienzan a dormir la mayor parte del tiempo al campo raso tan pronto como los cachorros tienen suficiente edad para cazar. La zorra es un cazador solitario, nocturno. Y es astuta. Por ejemplo, el zorro común sabe caminar silenciosamente hasta solo unos cuantos pasos de un pájaro antes de arrojarse sobre él.

El alimento de las zorras incluye ratones y otros roedores, pájaros, insectos, ranas, lagartos y así por el estilo. También apetecen las frutas. No repugna a las zorras comerse un animal que hallan muerto. De hecho, la mayoría de las especies de zorras entierran las sobras de los animales que comen. De vez en cuando, la zorra regresa a su presa, y come lo que apetece.

Puesto que para la zorra la búsqueda de alimento probablemente es una ventura nocturna, muchos granjeros con pollerías han hallado por la mañana que el zorro común les ha comido un pollo. Pero las cercas en buen estado detienen a este merodeador nocturno. En defensa de este astuto cazador, se puede decir que es una excelente “ratonera.” Además, durante el verano, el zorro común ingiere grandes cantidades de insectos y hasta carroña. Por tanto, ¿es justo que los granjeros lo consideren meramente como un voraz bribón?

Hablando de alimento, el zorro ártico tiene su propio “refrigerador.” Durante el otoño, esta zorra caza ardillas, ratones y lemmings, los mata y entonces almacena su suministro de alimento precisamente bajo la superficie del terreno... en una verdadera “nevera,” o “refrigerador.”

La zorra y el hombre

Acerca del zorro ártico, G. W. Steller, un naturalista del siglo dieciocho, escribió lo siguiente: “Se apiñaban en nuestras moradas de día y de noche y robaban cuanta cosa podían llevarse, incluso artículos que de nada les servían, como cuchillos, varas, bolsos, zapatos, sacos, gorras, etc. Era tan increíblemente astuta la manera en que sabían hacer rodar un peso de varios “poods” [un ‘pood’ es casi 16 kilogramos] de nuestros víveres escondidos y robarse la carne de éstos que al principio ni siquiera podíamos imaginarnos que hubieran sido ellas. Mientras desollábamos animales [del mar], a menudo sucedía que apuñalábamos dos o tres zorras con nuestros cuchillos, porque querían arrebatarnos la carne de nuestras manos. . . . Observaban cuanto hacíamos y nos acompañaban en cualquier proyecto que emprendíamos.”—The Animal Kingdom.

Aunque esos animales eran una molestia, algunas personas se complacen en tener cerca a ciertas zorras. La cría de zorras es una empresa bastante lucrativa. Fue en 1894 en la isla del Príncipe Eduardo que por primera vez se criaron zorros plateados por su pelaje. Desde entonces, la cría de zorras ha llegado a ser una industria importante. En las zonas frías y húmedas se producen pelajes de excelente calidad.

Sin embargo, ¿es posible domar a una zorra? Acerca de esto se ha declarado lo siguiente: “Aun después de varias generaciones de cautiverio, las zorras en realidad no están domadas ni domesticadas. La zorra que se ha cazado salvaje pronto aprende a respetar a su dueño, pero éste no puede aflojar su vigilancia; los animales a su cargo dentellean y muerden por poca o ninguna provocación.”

La zorra salvaje ha sido el objeto de muchas cacerías. Como deporte, es probable que la caza de zorras haya comenzado en Inglaterra durante el siglo dieciocho. Los jinetes siguen a zorreros entrenados a través del campo a medida que éstos rastrean la zorra. Una vez atrapada, quizás se permita que la zorra escape. Pero esta caza se ha hecho popular en Inglaterra debido a que la zorra se ha hecho famosa por su astucia. A su vez, esta reputación sugiere una buena pregunta.

¿Cuán astuta es la zorra?

El que cada zorra sea tan astuta como cuenta la leyenda es un asunto que se puede discutir. Sin embargo, no hay duda de que la zorra ha adquirido fama de ser astuta. De hecho, Jesucristo quizás tuvo presente este rasgo cuando habló del rey Herodes como “esa zorra.”—Luc. 13:32.

Ciertamente se ha sabido que algunas zorras han hecho cosas astutas. Por ejemplo, una zorra quizás vaya a unos diez kilómetros por hora. ¡Pero solo deje que algunos zorreros comiencen a ladrar en la distancia! La zorra comienza a correr a unos setenta kilómetros por hora. Pero solo puede mantener esa velocidad por cosa de kilómetro y medio. Por eso, ¿cómo puede la zorra eludir a sus perseguidores? ¿Por qué no retroceder en sus propias huellas, entonces hacerse a un lado de un salto y huir velozmente a la seguridad? Se ha sabido que la zorra ha hecho precisamente eso.

Por supuesto, hay otros medios de escaparse del peligro. El saltar desde el suelo hasta el tope de una vieja valla, entonces andar sobre ella por alguna distancia pudiera desanimar a los zorreros, pues así pierden el rastro de la zorra. Además, ¿por qué no correr por un arroyo? O, ¿qué hay de cruzar velozmente un campo acabado de abonar? Eso eliminaría el olor. Y, ¿en el invierno? Bueno, una carrera sobre hielo delgado lo suficientemente fuerte para aguantar el peso de la zorra, pero no el peso de la jauría de zorreros, es una manera bastante excelente de engañar al enemigo. ¡Puede que el Sr. Zorro hasta se siente en la otra orilla, y observe a los infelices zorreros dándose un “baño” helado!

Sin embargo, a pesar de toda su astucia, la zorra a veces no se escapa de las pulgas. Pero, hay un procedimiento de espulgarse que siempre obtiene resultados. En una ocasión, se observó a una zorra que recogía hebras de lana de oveja de una cerca de espino blanco en Inglaterra. La zorra “distribuyó la lana en su hocico de modo que ésta sobresaliera de cinco a siete centímetros por cada lado,” escribió R. Atkinson de Kendal hace algunos años, añadiendo: “Entonces se dirigió a un arroyo que pasaba por el campo, entró en éste de espaldas, se sentó sobre sus ancas como un perro, y por último se sumergió en el agua extendiendo sus patas delanteras hasta que todo el cuerpo, excepto las ventanas de la nariz y la lana que tenía agarrada en su boca, estaba sumergido. La zorra se quedó en esa posición por dos o tres minutos, entonces soltó la lana lentamente, salió del agua, se sacudió vigorosamente y desapareció. La lana que la zorra había soltado fue llevada por la corriente, de modo que fuimos en busca de ella, y por fin la encontramos en una orilla del arroyo. Para nuestro asombro sencillamente estaba llena de pulgas de gallina... centenares de éstas. Es obvio que a las pulgas no les gustaba el agua, y se dirigieron al punto seco más alto, es decir, la lana.”

Sí, ciertamente, una zorra bien puede deshacerse de sus pulgas retrocediendo en una laguna o un arroyo. Con su astucia, este animal puede chasquear tanto a las pulgas como a los zorreros. Y hasta las personas que no creen que la zorra sea tan lista probablemente admiten que es un astuto cazador de campo y bosque.

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