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  • Somos una maravilla de ingeniería

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  • Somos una maravilla de ingeniería
  • ¡Despertad! 1977
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¡Despertad! 1977
g77 22/6 págs. 3-5

Somos una maravilla de ingeniería

‘DESDE un punto de vista completamente objetivo, el cuerpo humano es la estructura más maravillosa que conocemos.’ ‘Es una obra maestra de ingeniería.’ “Es tan grande el aporreo diario a que están sujetos los huesos y músculos que algunas máquinas, si tuvieran que soportarlo, se gastarían en solo unos cuantos años.” Estas son las descripciones hechas por algunas personas después de dedicarse a un estudio cuidadoso del cuerpo humano.

Los ingenieros se encargan de que los puentes, túneles, edificios y cosas parecidas puedan soportar mucho más que las presiones usuales a las que estarán sujetos. La resistencia en exceso de lo que normalmente bastaría provee un margen de seguridad. Por eso, para que se le describa como una “maravilla de ingeniería,” el cuerpo humano debe tener factores de seguridad extraordinarios. ¿Los tiene?

Rasgos de seguridad

Casi todas las sustancias químicas de la sangre se hallan en un estado de equilibrio delicado. Pero aun así hay un margen intraconstruido de seguridad bastante amplio. Por ejemplo, se considera “normal” la proporción de azúcar en la sangre si está presente en cantidades de entre 80 y 120 miligramos por 100 centímetros cúbicos de sangre. No obstante, la cantidad de azúcar en la sangre puede disminuir bastante sin dar origen a problemas serios. Solo cuando se reduce a la mitad de lo que es normal, o a menos de 50 miligramos por 100 centímetros cúbicos, experimenta uno malos efectos.

El corazón es capaz de aumentar al doble la velocidad de su contracción, expulsando casi dos veces la cantidad usual de sangre. Al mismo tiempo, la presión sanguínea arterial puede aumentar por 30 ó 40 por ciento. No obstante, a no ser que haya sido dañado previamente, el corazón es capaz de asumir esta carga adicional sin ninguna dificultad.

La cantidad de oxígeno que el torrente sanguíneo transporta desde los pulmones es tres veces y medio mayor que la cantidad que los tejidos generalmente usan. Debido a esto, un pulmón puede dejar de funcionar, o puede ser removido por completo en una operación quirúrgica, y sin embargo la vida puede continuar, con las vías respiratorias rindiendo un servicio razonablemente normal.

Asombroso, también, es la manera en que el cuerpo puede aguantar la remoción quirúrgica de órganos vitales. Por ejemplo, se le puede quitar a una persona un riñón sin perjudicar su vida gravemente. Aunque solo le quede como medio riñón, puede continuar viviendo sin ser afligida por graves males renales.

Si una persona perdiera ambas glándulas suprarrenales, moriría en menos de dos días. Sin embargo, si solo le queda la décima parte del tejido suprarrenal, puede seguir viviendo.

Los médicos han cortado grandes secciones del cerebro sin perjudicar la vida del paciente, o sin afectar gravemente sus funciones mentales y físicas. Adicionalmente, el cerebro tiene un cráneo duro que lo protege contra daños.

Así mismo, otros órganos pueden continuar sus funciones esenciales aunque se remuevan grandes secciones quirúrgicamente. El individuo puede pasarlo bien con solo la quinta parte de su páncreas o la cuarta parte de su hígado. Se le puede quitar la mayor parte del estómago sin afectar peligrosamente la digestión y nutrición. La remoción total del estómago deja lisiado al paciente, pero no es fatal. Se le puede cortar como la mitad del intestino delgado y la mayor parte del intestino grueso y aun así la persona puede seguir viviendo.

El cuerpo tiene un maravilloso sistema de defensa contra la enfermedad. Aunque la piel abunda en microbios, le provee un escudo protector a todo el cuerpo contra la invasión de éstos. Si los microbios dañinos se introducen en el cuerpo por vía de una cortadura o rasguño, el sistema de defensa corporal se pone a trabajar. Los glóbulos blancos de la sangre recurren rápidamente a la zona y empiezan a destruir a los organismos invasores.

Los ganglios linfáticos son todavía otra parte de este sistema de defensa. Siempre que organismos patógenos entran en el cuerpo, los ganglios linfáticos manufacturan anticuerpos para combatir a los invasores. Los anticuerpos varían según la clase de organismo que infecta al cuerpo. Algunos anticuerpos luchan directamente contra los organismos que provocan la enfermedad. Otros hacen inocuos los venenos que la bacteria suelta. Todavía otros hacen que los microbios se peguen unos a otros para que los glóbulos blancos puedan destruirlos más fácilmente.

Es interesante que la piel, por ser elástica, permite que los efectos de una caída o un golpe se extiendan sobre una zona más grande y así reduce el grado de la lesión.

Verdaderamente, nuestro cuerpo está bien diseñado, con un amplio margen de seguridad.

Impermeabilidad y control del calor

Además de proteger al cuerpo contra la invasión de organismos patógenos y minimizar el efecto de golpes o caídas, la piel le provee al cuerpo una cubierta impermeable. Si no fuera por este rasgo, un paseo en la lluvia o un baño sería peligroso. Se hincharía nuestro cuerpo y la sangre se diluiría. El nadar en agua de mar resultaría en encogimiento, puesto que, desde un punto de vista químico, el agua salada está más concentrada que la sangre.

Por otra parte, la exhalación de agua por la piel en la forma de transpiración y por difusión es esencial para mantener el equilibrio del calor corporal. Hasta el vello que crece en la piel tiene su lugar en el control del calor. El pelo de la cabeza protege al cerebro de calentarse demasiado cuando está expuesto al sol caliente. La piel gruesa en las palmas de las manos, los dedos y las plantas de los pies, funciona como un buen aislador de calor.

La piel seca también sirve de un excelente aislador eléctrico. Esto realmente es una bendición ya que se ha hecho tan común el uso de artefactos eléctricos.

El armazón

Los huesos proveen el armazón estructural, pues mantienen a los órganos en su lugar y conservan la forma del cuerpo. En sí mismos, los huesos son una maravilla de ingeniería.

Puesto que los huesos de un hombre pesan en conjunto como nueve kilogramos, proveen una combinación ideal de ligereza y fortaleza. No hay ingeniero humano capaz de diseñar un armazón que pueda ajustarse de modo que permita la continuación del crecimiento durante unos veinte años sin que sea necesario suspender el funcionamiento de la estructura que el armazón sostiene. Sin embargo, los huesos siguen creciendo con el resto del cuerpo sin que las actividades de la persona tengan que suspenderse una sola vez.

Otro rasgo de la ingeniería del cuerpo que el hombre no puede copiar es la autorreparación. Un hueso roto, cuando recibe el debido tratamiento, sana y después funciona tan bien como lo hacía antes de ocurrir la rotura. Además, los huesos encajan libremente, y están conectados por articulaciones autolubricantes. Es de interés que los llamados sistemas autolubricantes en los automóviles solo son un adelanto reciente de la ingeniería.

Variada capacidad

La capacidad del cuerpo humano absolutamente desafía la imaginación. Considere lo que el hombre ha logrado en los campos de arquitectura, construcción, música, deportes, escultura, entalladura, pintura y tecnología. Las manos que empuñan firmemente el hacha para cortar un árbol pueden guiar un cuchillo al esculpir un objeto de hermosura o mover el escalpelo para hacer diminutas incisiones quirúrgicas. Las piernas y pies que se usan para andar sirven con igual destreza para correr, saltar y trepar. ¿Qué máquina individual hay que pueda copiar siquiera próximamente algunos de los muchos movimientos del cuerpo humano?

Asombroso, también, es el hecho de que el combustible para todas las funciones múltiples del cuerpo no se deriva de solamente una fuente, sino que puede derivarse de muchas. Y la tremenda variedad de frutas, hortalizas y carne que podemos comer para suministrar las necesidades del cuerpo hace más deleitable la vida.

Sí, cuando consideramos solo unas cuantas cosas acerca del maravilloso cuerpo humano, no podemos menos que quedar impresionados. El llamarlo una “maravilla de ingeniería” no es una exageración. Tenemos buena razón para expresarnos en las siguientes palabras de un escritor de cánticos de la antigüedad: “De manera que inspira temor estoy hecho maravillosamente. Tus obras [las de Dios] son maravillosas, como muy bien se da cuenta mi alma.”—Sal. 139:14.

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