BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g77 22/11 págs. 24-26
  • Donde se mezclaron muchas culturas

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Donde se mezclaron muchas culturas
  • ¡Despertad! 1977
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Primitivos inmigrantes a Australia
  • La atracción de los recursos naturales
  • Cómo se formó la mezcla de gentes
  • Beneficiándose de muchas culturas
  • Nueva vida para millones en Australia
    ¡Despertad! 1971
  • La vida es diferente en Australia
    ¡Despertad! 1997
  • Los aborígenes australianos: un pueblo singular
    ¡Despertad! 1994
  • Buscando oro hallaron un hogar
    ¡Despertad! 2011
Ver más
¡Despertad! 1977
g77 22/11 págs. 24-26

Donde se mezclaron muchas culturas

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Australia

¿HA VISITADO usted a Australia alguna vez? Si no, posiblemente haya oído de los desiertos calurosos y áridos del continente, así como de sus extensos terrenos llenos de matorrales. ¿Sugiere esto que Australia es un país principalmente poblado por hombres robustos, exploradores que acostumbran vivir en los matorrales?

Bueno, es cierto que este continente contiene vastas zonas desérticas. Aunque Australia es aproximadamente del mismo tamaño que los Estados Unidos, no tiene siquiera el 7 por ciento de la población que los Estados Unidos tienen. No obstante, la mejor manera de describir a Australia es decir que es una nación de moradores urbanos. Más de la mitad de sus 13.000.000 de habitantes viven en ciudades.

Y estas ciudades no son del ‘tipo fronterizo.’ Al contrario, en algunas se ven los rascacielos, la aglomeración de tráfico y el bullicio de peatones característicos de Nueva York, Londres o cualquier otra ciudad grande del mundo. Los turistas hallan muchos hoteles y moteles, y hay restaurantes que pueden satisfacer el gusto de casi toda nacionalidad.

Un hecho poco usual acerca de la sociedad australiana es su crecimiento rápido en años recientes. Desde 1945 se ha realizado un aumento de casi seis millones de habitantes. ¿De dónde vinieron todos éstos? El administrador de un pueblo occidental donde se mina hierro dijo de los habitantes de ese pueblo: “La mayoría de ellos no nacieron en Australia... lo mismo que yo; tengo 17 años en este país pero nací en Alemania. Somos un melting pot [literalmente un ‘crisol,’ refiriéndose a la mezcla o fusión de gentes de muchas procedencias], y eso es bueno.” Aproximadamente el 40 por ciento de los residentes de este continente se debe a la inmigración posbélica.

¿Por qué es la población australiana un producto de la inmigración a semejante grado? Será interesante investigarlo.

Primitivos inmigrantes a Australia

Evidentemente los habitantes originales de Australia vinieron de Asia por vía del archipiélago indonesio. Hoy a sus descendientes se les llama “aborígenes,” de la frase latina ab origine que quiere decir “desde el origen.” En casi todo caso los aborígenes han permanecido un pueblo nómada que solo construye abrigos provisionales y no cultiva el terreno.

Pero no se deje engañar por el modo de vivir primitivo que muchos de estos australianos nativos escogen para sí. Esto no indica falta de inteligencia. Como dijo el administrador de una colonia aborigen: “Simplemente no piensan de la manera que nosotros pensamos.” La Encyclopædia Britannica (edición de 1976) indica la aguda mentalidad de los aborígenes cuando hace notar que hay aproximadamente 260 lenguas aborígenes australianas. “Cada tribu habla por lo menos un dialecto distinto, pero el bilingüismo y el multilingüismo son comunes en muchas zonas.”

Durante los siglos dieciséis y diecisiete E.C., cuando pocas personas vivían en Australia, exploradores de Portugal, España, Holanda e Inglaterra descubrieron partes del continente e hicieron mapas de su costa. Sin embargo, no trataron de establecerse allí. En 1770 el capitán James Cook declaró como propiedad de Inglaterra las partes orientales de Australia.

Poco después de eso la inmigración empezó, pero de una manera sumamente extraordinaria. ¿Por qué? Durante los primeros años del siglo dieciocho Inglaterra acostumbraba enviar presos a sus trece colonias americanas. La pérdida de estas colonias en 1776 la incitó a buscar una tierra nueva que fuera adecuada para usarse como colonia penal. Se estableció la primera de estas colonias en 1788 en Sydney, Nueva Gales del Sur, en el sudeste de Australia. Los criminales convictos, transportados de Inglaterra a Australia, fueron los “inmigrantes” iniciales de esta tierra. Al cumplir sus condenas muchos de estos presos se quedaron en Australia.

La atracción de los recursos naturales

En cuanto a las personas libres, fueron pocas las que se establecieron en Australia en aquellos días tempranos. De hecho, en aquel entonces no se les animaba a las personas libres a establecerse allí. Pero algo sucedió para cambiar todo eso. ¿Qué?

A mediados del siglo diecinueve se descubrió oro en Australia. De la noche a la mañana se convirtió en un atractivo para los aventureros en todas partes del mundo. Alemanes, húngaros, escandinavos, polacos, americanos y chinos llegaron en tropel a los criaderos de oro. Esto de repente le puso coto al transporte de penados.

Resultó que, además del oro, Australia tenía depósitos de otros metales valiosos, incluso níquel, cobre, aluminio, cinc y hierro. Un individuo empleado en una mina de hierro en el occidente de Australia recientemente declaró: “Esta extensión de mena particular es una de las más ricas del mundo. . . . Y cuando se gaste, hay otras.” En realidad, las investigaciones recientes han revelado vastos depósitos nuevos de metales valiosos en Australia.

Pero a pesar de sus recursos naturales, para el fin de la II Guerra Mundial la población de Australia solo había aumentado a 7.491.000, lo cual llega a ser más o menos una persona por kilómetro cuadrado. Había escaseces graves de alojamiento, escuelas y hospitales. La producción de carbón y acero había disminuido; igualmente los servicios de transporte. Los apagones que abarcaban ciudades enteras eran comunes. Había una necesidad vital de brazos. ¿Cómo podría satisfacerse?

Cómo se formó la mezcla de gentes

En 1945 se dieron pasos gubernamentales en dirección a una inmigración planeada. Este era un tiempo favorable para emprender tal programa, puesto que en Europa asolada por la guerra había muchas personas ansiosas de hacer un cambio, dispuestas a dejar su porción allí en busca de una nueva vida en Australia.

El primer chorrillo de inmigrantes que vinieron después de la II Guerra Mundial pronto se convirtió en un torrente. Se calcula que desde ese conflicto mundial más de 3.000.000 de individuos han inmigrado a Australia. Entre éstos ha habido personas de Italia, Grecia, los Países Bajos, Alemania Occidental, Yugoslavia, Polonia, Austria y, recientemente, América del Sur. Alrededor del 65 por ciento de los recién llegados recibieron ayuda financiera del gobierno australiano. Muchos se establecieron en las posadas provistas por el gobierno. Como resultado de este tremendo programa de inmigración, la población de Australia ha aumentado a casi el doble desde 1945.

Pero ¿fue prudente juntar así a personas de tan diversas procedencias? Al principio, los que criticaban el programa de inmigración declaraban que terminaría en desastre. Recordaban el gran rencor que se había desarrollado anteriormente entre los mineros de oro blancos y chinos. Además, la importación de obreros para trabajar en las plantaciones azucareras del norte tropical por mala paga había resultado en un resentimiento latente en contra de todo inmigrante que no fuera de las nacionalidades anglosajonas. ¿Haría la inmigración planeada que estas viejas contiendas se enconaran y estallaran en violencia?

Al principio, las olas de inmigrantes que no solo tenían lenguas y culturas extrañas, sino también diferentes hábitos de trabajar, vivir y comer sí causaron algún resentimiento. Además de estas peculiaridades, los “nuevos australianos” (como se dio por llamar a los inmigrantes) a veces trabajaban más rápidamente. Esto causó resentimiento entre algunos “viejos” obreros australianos, tal vez porque temían perder sus trabajos. “Estos australianos nos llaman extranjeros,” comentó un agricultor portugués que se radicó en Carnarvon en la punta más occidental de Australia. “No nos quieren porque trabajamos demasiado duro cultivando vegetales... tomates, pimientos verdes, de toda clase. Sabemos hacerlo. Nos gusta trabajar. Envié 1.100 cajas de tomates esta mañana.”

Además de estos problemas, algunos de los inmigrantes tuvieron otros problemas de naturaleza sicológica. Para muchos el cambio en el modo de vivir fue muy grande. La nostalgia fue común. Además, los hijos aprendieron inglés con mayor rapidez que los padres. Los jovencitos tuvieron que servir de intérpretes y asumir otras responsabilidades de familia para sus padres que no hablaban inglés. Por un lado los hijos sentían el tirón de la estricta autoridad paternal de la Europa meridional y por el otro el modo de vivir libre de la sociedad australiana.

Beneficiándose de muchas culturas

Sin embargo, en general, no se desarrollaron dificultades realmente graves. Los trabajadores de diferentes nacionalidades descubrieron que podían aprender los unos de los otros. De hecho, la industria no se hubiese desarrollado como lo hizo sin los inmigrantes. Hoy el inglés no es el único idioma que se oye hablar en las calles.

Es común ver rótulos exhibidos en las tiendas en los cuales se indica los idiomas que hablan los miembros de su personal. El periódico de una fábrica de acero en Wollongong, Nueva Gales del Sur, tiene secciones en cuatro diferentes idiomas. Esto satisface la necesidad de unos 20.000 empleados, aproximadamente la mitad de los cuales son inmigrantes de unas cuarenta diferentes nacionalidades.

Las personas de más edad de varios grupos étnicos tratan de conservar sus culturas distintas, lo cual agrega color y variedad a la escena australiana. Hay pueblos italianos de caña de azúcar, aldeas griegas de pesca y viñas alemanas. Hasta se puede hallar aquí un templo chino para ídolos. La arquitectura de este templo es tan extraordinaria que se le considera digno de la protección gubernamental concedida a edificios históricos.

Los testigos de Jehová tienen mucho gusto en compartir la verdad bíblica con sus vecinos que en conjunto forman esta gran mezcla de nacionalidades y culturas. Hallan que en muchas zonas tienen que llevar literatura bíblica en varios idiomas cuando predican. Hay veinte congregaciones grandes que atienden las necesidades de las personas de habla griega, italiana, hispana, eslava y arábica. También se celebran reuniones con regularidad en húngaro, portugués y sirio. Como resultado de oír la verdad bíblica en sus lenguas natales, miles de inmigrantes han hecho cambios en su vida a fin de armonizarla con los principios bíblicos.

La gente de Australia constituye una sociedad multicultural tan compleja como cualquiera que puede hallarse en la Tierra. Sin embargo, cuando un australiano le extiende la mano a un visitante con su cordial: “¿Cómo le va, compañero?”, la calurosa sencillez del saludo no puede menos que impresionar al recién llegado. ¿Por qué no viene a visitarnos?

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir