El contraer deudas... un modo actual de vivir
¿HA CONTRAÍDO usted deudas alguna vez? ¿Pidió usted dinero prestado alguna vez, o compró algo al fiado y prometió pagarlo más tarde?
En tal caso, hay muchos que le hacen compañía en estos días. Nunca antes en toda la historia del mundo ha habido tantas personas que han contraído deudas.
La misma cosa les está sucediendo a empresas, ciudades y naciones enteras. Todas se hallan más abrumadas de deudas que en cualquier otro tiempo. ¡Como resultado, la carga actual de todas las deudas del mundo, de toda clase, asciende, no simplemente a miles de millones de dólares, sino a billones de dólares!
Se ve pues que el contraer deudas ha llegado a ser un modo de vivir acepto, “normal.” Y hay cada vez más millones de personas que lo hacen. Pero esta actitud actual para con las deudas forma un contraste agudo con la actitud de las generaciones pasadas.
En aquellos tiempos, la mayoría de las familias consideraban que el contraer deudas era casi vergonzoso, algo que habría de evitarse si fuera posible. En casi todo caso la gente lo pasaba sin muchas cosas más bien que endeudarse.
Por supuesto, en tiempos pasados el modo de vivir no era tan complejo como lo es hoy día. Y para la mayoría de la gente en todas partes del mundo, el modo agrícola era común.
Por ejemplo, en aquellos días las casas eran mucho más sencillas. En muchos países abundaban los bosques; de modo que se podían construir casas de madera sin hacer grandes gastos. En algunas naciones, se usaba una mezcla de lodo o barro y paja para construir casas sencillas. En los países tropicales, las hojas de palmeras o paja daban buen resultado. La construcción de estas casas no costaba mucho.
En cuanto a la transportación, el andar a menudo era todo lo que se necesitaba. Si se deseaba un modo de transporte más rápido, se podía usar un caballo o un burro, o hasta un camello. Las cargas pesadas eran tiradas en un carro por un buey, o mula o caballo. Pocas familias tenían que pedir prestado mucho dinero para comprar cosas de esta índole.
Cambios dramáticos
Hoy día todo eso ha cambiado dramáticamente en las sociedades industriales, y aun en las ciudades de los países agrícolas. El atenerse a ese anterior modo de vivir sencillo y no costoso es poco menos que imposible en la actualidad.
Hoy en esos lugares, las casas son mucho más complejas y caras. La transportación se efectúa por automóviles, trenes y aviones costosos. Los camiones y vagones de carga llevan cargas tremendas, pero son costosos. También lo son los edificios de oficinas, la maquinaria y otro equipo que usan las empresas comerciales.
Las naciones se proveen de las armas más complejas del guerrear moderno. ¡Pues, un submarino de estilo nuevo hoy puede costar como mil millones de dólares! Y los gobiernos les suministran muchos servicios a su pueblo: fuerzas policíacas, departamentos de bomberos, recogimiento de desperdicios, sistema de cloacas, mantenimiento de las calles, abastecimiento de agua, pagos de beneficencia y seguro social y muchos otros. Todo eso requiere una tremenda cantidad de dinero en la sociedad moderna.
Pocas personas, pocas empresas, pocas ciudades o países pueden ahorrar con anticipación el dinero para pagar todas estas cosas. De modo que piden el dinero prestado, y así se endeudan.
En cuanto a las deudas de individuos, la pérdida de un empleo u otros reveses económicos pueden dar por resultado que una persona tenga que endeudarse. También es comprensible que pocas personas podrán pagar al contado para adquirir cosas grandes como casas o automóviles.
Pero la cantidad de personas que se endeudan por cosas no esenciales es tremenda y aumenta cada vez más. Por ejemplo, hace unas cuantas décadas no existían el televisor, el equipo costoso de radio, la amplia variedad de utensilios eléctricos, etc. Pero hoy estas cosas se consideran casi como necesidades.
A fin de conseguir estas cosas ahora mismo, cada vez más personas están dispuestas a endeudarse, esperando pagarlas más tarde. Es casi desconocido el que una persona primero ahorre dinero para pagar al contado.
Pero ¿puede continuar el proceder del mundo de gastar a mano abierta y pedir prestado en exceso? ¿Pueden amontonarse deudas sobre deudas sin que algún día haya consecuencias desagradables? En realidad, ¿ha llegado ya la carga de deudas del mundo a un punto peligroso?