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g77 22/10 págs. 12-15

Donde río y bosque son amigos del hombre

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Papuasia Nueva Guinea

EL HOMBRE precisa cada vez más la energía producida de recursos naturales que le sean fácilmente asequibles. Esta necesidad ha hecho que una muchedumbre grande de científicos, ingenieros, técnicos y obreros vayan a una región poco conocida de la Tierra... la cuenca del río Purari en Papuasia Nueva Guinea. Aquí se hallan vastos bosques tropicales y abundantes aguas sin represar procedentes de muchos sistemas de montañas y ríos, representando una fuente de abastecimiento importante que hasta ahora apenas ha sido tocada por el hombre.

Se están expresando las esperanzas de que sea posible utilizar estos recursos para producir fuerza eléctrica con la menor contaminación posible al ambiente. Se cree que esto será una bendición para la gente, el desarrollo económico y el progreso general de este país que se está desarrollando rápidamente.

Pero, puede que Papuasia Nueva Guinea no sea mucho más que un nombre para usted. O tal vez piense en él como un lugar lejano, remoto. ¿Cómo es verdaderamente? ¿Dónde está este río Purari? Y ¿qué cambios efectuaría en este país intrigante la construcción de un sistema gigantesco de energía hidroeléctrica? Venga con nosotros y vea por sí mismo.

Montañas escabrosas y sistemas fluviales

Papuasia Nueva Guinea comprende la porción oriental de la tierra firme de Nueva Guinea, la isla mayor del mundo después de Groenlandia. Está situada precisamente al norte de Australia. Junto con numerosas islas y archipiélagos, esta extensión de 600 islas representa la extremidad oriental del gran arco de las montañas de dobladura que se extienden a través de los montes Himalaya y Malaysia al Pacífico. Incluye algunas de las regiones montañosas más escarpadas y peligrosas del mundo. Muchas de estas cordilleras son muy altas, con muchos picos que se elevan a más de 4.000 metros. Aquí hallamos desfiladeros escarpados, valles pintorescos y saltos de agua tronadores. En realidad, este país es sumamente singular e interesante.

Las cabeceras del río Purari tienen su fuente aquí en la región de las tierras altas cerca del pico más elevado de Papuasia Nueva Guinea, el Mte. Wilhelm. A medida que estos sistemas fluviales de las montañas parten de las elevaciones más altas, forman la corriente principal, el río Purari. Este desciende serpenteando por los bosques tropicales de las tierras bajas y por los pantanos a lo largo del golfo de Papuasia y por fin vacía sus aguas lodosas y perezosas en el mar de Coral.

La gente que vive en esta tierra tropical de gran variedad es tan interesante como el paisaje.

Tribus de las tierras altas y moradores costaneros

Los habitantes primitivos de Papuasia Nueva Guinea se sostenían de la tierra alrededor de ellos. Eran cazadores y recogedores de alimentos. Andando el tiempo, la gente empezó a adquirir un conocimiento de la horticultura y el cultivo de plantas. Hoy, se ha establecido una economía que se mantiene casi por sus propios recursos. Las plantas que son comunes a las regiones tropicales —colocasia, batata, plátano, caña de azúcar, árbol del pan, palma de sagú y coco— constituyen la mayor parte de la dieta. Y siempre hay en abundancia cerdos, perros y gallinas.

La gente vive a lo largo de fajas costaneras y, a veces, en islas cubiertas de bosques densos, o en cordilleras revestidas de selvas y en las regiones escabrosas de tierras altas. Puesto que los habitantes a menudo han vivido aislados unos de otros, han preservado distintas costumbres y tradiciones, así como también más de 700 idiomas y dialectos. Hace mucho que han estado divididos en grupos y clanes, y frecuentemente viven en caseríos construidos en las márgenes de los ríos o en aldeas remotas a lo largo de las cordilleras empapadas por las lluvias. Sin embargo, a pesar de variar tanto en cuanto a tribus, clanes, costumbres e idiomas, la gente participa en común de dos amigos inapreciables... las aguas del río y los bosques naturales del país. La clase de vegetación varía de los bosques de los pantanos y tierras bajas del llano costanero al musgo y vegetación alpina. Las aguas del río son una necesidad sostenedora de vida. Al cazador, los bosques quieren decir aves y animales para alimento, así como también pieles y plumaje brillante para adornos personales.

En los desmontes cerca de sus caseríos y aldeas, la gente planta sus jardines. Del bosque obtienen madera para sus entalladuras, herramientas del jardín, lanzas, arcos y flechas, garrotes y muchas otras armas de guerra y caza. Además, el bosque les suministra combustible y corteza y fibras para ropa. Les provee madera para sus moradas, material para empajar sus techos y para hacer sus paredes. Se construyen puentes de bambú y caña para atravesar sus ríos y desfiladeros. Los moradores costaneros también recurren al bosque. De los materiales que consiguen de allí hacen sus canoas, redes de pesca y trampas. El bosque provee las fibras que se necesitan para construir sus grandes barcos de mar de muchos troncos. En el vasto terreno pantanoso alrededor del río Purari, la canoa de tronco es casi su único modo de transporte, pues esta gente no usa ni rueda ni bestia de carga. Sí, en realidad, el bosque verdaderamente es su amigo.

Abundantes recursos maderables

Ahora nos acercamos al litoral pintoresco, al ir desde el mar de Coral. Lo primero que vemos son agrupaciones de árboles de coco que forman filas en las playas en ambos lados de la desembocadura del río Purari. Viajando lentamente río arriba, llegamos al pantano de marea donde crecen los mangles. Entonces siguen los pantanos de hierba y los pantanos de palmeras, donde el hombre todavía puede encontrarse con el cocodrilo.

Dejando atrás los pantanos, llegamos a los bosques exuberantes de las tierras bajas. Generalmente, éstos están en capas, con muchos árboles grandes formando un dosel que suministra sombra, algo parecido a un gran paraguas extendido sobre las palmas, enredaderas y cañas que no crecen tan altas. Se espera que de estos bosques que casi no se han tocado, se consiga la madera necesaria para construir represas, estaciones de energía, viviendas para la fuerza obrera y cosas parecidas.

Continuando nuestro viaje río arriba, llegamos a las secciones montañosas de la región interior. Aquí el Purari se torna en una brava corriente montañosa con reciales peligrosos y cataratas. Cuando llegamos a una altitud de más de 1.000 metros los bosques tropicales ceden al bosque de las montañas más bajas, donde los árboles por lo general no tienen los doseles grandes parecidos a paraguas que vimos más temprano. En este bosque dominan los árboles de la familia roble. Un rasgo notable en ciertas zonas es la aparición de los pinos Klinki, árboles nativos de Papuasia Nueva Guinea. Algunos de éstos tienen 85 metros de alto, con un diámetro de 2 metros.

Más arriba, pasado de 2.100 metros de altitud el bosque de las montañas más bajas por lo general cede al bosque montañoso. Este se extiende a una elevación de aproximadamente 3.350 metros y frecuentemente lo domina un árbol haya de la especie llamada Nothofagus. Aquí hallamos una variedad de conífero, un árbol que produce conos. En las altitudes más elevadas el bosque se compone de árboles achaparrados y tiene la apariencia de estar cubierto de musgo. Pero también se hallan aquí los altos árboles pandaneos, un pino tropical. Por lo general la flora alpina cerca de las cabeceras de los muchos arroyos montañeses está limitada a montecillos de hierbas crecientes, helechos arborescentes y arbustos. Hemos llegado al fin de nuestro viaje río arriba. Ante nosotros está la cumbre rocosa del Mte. Wilhelm.

Además de los bosques de la zona del río Purari, hallamos extensas praderas, tanto en los valles de las tierras altas como en las regiones de las tierras bajas. Estas praderas, dominadas por una hierba que se llama Kunai, se han desarrollado como resultado del uso frecuente de fuego para desmontar sitios para jardines y para hacer que la caza salga de su escondrijo cuando los hombres están cazando.

Vastos recursos de agua

Puesto que en la zona de la cuenca la elevación varía desde el nivel del mar hasta casi 4.700 metros, el clima varía mucho. Varía de lo caluroso y húmedo en el delta y regiones más bajas al frío, con escarcha de vez en cuando y nieve en raras ocasiones, en los picos más altos de las montañas. Papuasia Nueva Guinea no tiene un verano o invierno que se puedan reconocer como tales, sino solo períodos “lluviosos” y “secos.” Estos dependen de las dos estaciones dominantes, el monzón del noroeste que ocurre de diciembre a mayo y los vientos alisios del sudeste, de mayo a diciembre.

Como promedio, la cantidad anual de lluvia que cae en toda la cuenca es 370 centímetros. Con su alta proporción de paisajes escabrosos y fuertes aguaceros, la cuenca del río Purari ofrece importantes posibilidades hidroeléctricas. Los sistemas de arroyos que forman el río principal descienden de las tierras altas por desfiladeros escarpados y angostos, por lo cual hay muchos sitios que ofrecen la posibilidad de ser utilizados para represas. La posibilidad de desarrollar las aguas de esta cuenca es verdaderamente tremenda. Aunque posiblemente no surja la necesidad por cantidades tan tremendas de energía eléctrica por largo tiempo, la presencia de dichas posibilidades inmensas en una región que se está desarrollando rápidamente les es animador a los proyectistas.

Lo que puede ocurrir en el futuro

A medida que los científicos, técnicos y obreros trabajan para completar este proyecto de ingeniería que incluye represas, túneles, estaciones de energía y líneas de transmisión, no solo producirán cambios de largo alcance para la tierra, sino también para la mayoría de la gente que vive en la cuenca del río Purari. Será para ella un despertamiento al siglo veinte del hombre moderno. El primer impacto tendrá que ver con la inundación de hogares y tierra. Será necesario establecer la gente en otros sitios. En las zonas cubiertas de agua, se perderá una región singular de vida salvaje que les es de valor mutuo a los residentes locales y al sistema ecológico tropical. Los científicos, economistas e individuos interesados en la conservación tendrán que emprender estudios cabales para asegurar que se efectúe un desarrollo progresivo de esta región.

Las autoridades gubernamentales esperan con interés la ganancia económica que este proyecto promete. Empleando los caminos de acceso a los sitios de las represas, se podrían establecer importantes industrias madereras. Hay madera dura aquí fácil de conseguir, lo cual hace posible la producción de madera terciada, chapa, madera aserrada y madera de pulpa, para mencionar unos cuantos de los productos que provendrían de estas industrias. La industria maderera de Papuasia Nueva Guinea tiene ante ella posibilidades excitantes, y ya está en los umbrales de crecimiento rápido y expansión diversificada. Los descendientes de los que en antaño eran moradores del bosque están demostrando rápidamente que al ser instruidos son obreros capaces. También existen zonas grandes muy adecuadas para el riego. Por lo tanto, se puede esperar el desarrollo de industrias de agricultura y ganadería. Con la electrificación rural y el desarrollo de la energía hidroeléctrica, parece excelente la posibilidad de que se realice el desarrollo industrial.

No debe olvidarse el comercio turístico siempre popular. El turismo ya ha tenido un buen principio en este país. Además del hermoso paisaje, hay las atracciones de la variada vida nativa y de los animales salvajes. Las bien organizadas artes mecánicas también contribuyen su parte para hacer más interesante el singular ambiente tropical de este país.

En el pasado el río Purari ha “favorecido” a los habitantes de Papuasia Nueva Guinea. También les han servido bien los bosques lujuriantes de su hogar isleño. Pero solo el tiempo decidirá a qué grado halle el hombre moderno que las aguas y los bosques de esta tierra son sus “amigos.”

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