Testimonio de un diluvio global
● La Biblia declara que Dios “no se contuvo de castigar a un mundo antiguo, pero guardó en seguridad a Noé, predicador de justicia, con otras siete personas cuando trajo un diluvio sobre un mundo de gente impía.” (2 Ped. 2:5) Estos ocho sobrevivientes humanos fueron el patriarca Noé, sus tres hijos, y las esposas de estos cuatro hombres. Estas personas, junto con especímenes de las bestias salvajes, animales domésticos, animales movientes y criaturas volantes, fueron conservados vivos en un arca tremenda que fue construida bajo dirección divina. Fuera del arca, “expiró toda carne que estaba moviéndose sobre la tierra, entre las criaturas volátiles y entre los animales domésticos y entre las bestias salvajes y entre todos los enjambres que estaban enjambrando sobre la tierra, y toda la humanidad.”—Gén. 7:11-23.
● Pero, ¿hay alguna evidencia geológica del Diluvio? Ciertamente que sí, y hace mucho que la han reconocido diferentes eruditos. Por ejemplo, en 1761 Alexander Catcott, A.M., escribió A Treatise on the Deluge, obra en la cual citó lo que él consideraba como prueba del cataclismo. Dijo, según se le citó: “De nuevo recurrimos a la Naturaleza y descubrimos que, en este día, hay pruebas del Diluvio sobre la haz de la Tierra tan evidentes, tan demostrativas, tan indisputables . . . como si hubiese acontecido el año pasado . . . Explore la Tierra; hallará el alce americano, nativo de la América del Norte, enterrado en Irlanda; elefantes, nativos de Asia y África, enterrados en medio de Inglaterra; cocodrilos, nativos del Nilo, en el centro de Alemania; mariscos, nunca conocidos en los mares americanos, junto con los esqueletos enteros de ballenas, en las regiones más interiores de Inglaterra; árboles de tamaño tremendo, con sus raíces y sus copas, y algunos también con hojas y frutos, en el fondo de las minas”
● Sin embargo, los estudiantes de la Biblia no basan su creencia en el diluvio de alcance global en las evidencias producidas por la geología. Aceptan las Sagradas Escrituras como la verídica Palabra de Dios. (1 Tes. 2:13) No obstante, es interesante notar que eruditos eminentes han hallado rasgos en toda parte de la Tierra que ellos aceptan como testimonio de que hubo un diluvio de alcance global.